octubre 14, 2022

AL FONDO DE LA OSCURIDAD, SIEMPRE LA LUZ

 

Afiche promocional

Por Carlos Arturo Gamboa B.

Docente Universidad del Tolima

 

Vamos heredando violencias, construyendo círculos de sombras que nos atenazan a un destino. ¿Cómo huir? ¿Es posible deshacer los nudos y romper el ciclo? Estas dos preguntas permiten adentrarnos en la reflexión de la Ópera Prima de Andrés Ramírez Pulido: La jauría.

En el cine latinoamericano, y por supuesto el colombiano, la violencia es leitmotiv, eje narrativo recurrente. No obstante, en La jauría importa más la construcción de una atmósfera agreste que nos cuestiona como espectadores, que nos sumerge en esa piscina oscura de la naturaleza humana. Más allá de los cuerpos violentados, a los que no rehúye, la cámara se afina en mostrarnos el drama mental, la psiquis agónica de la víctima y el victimario, quienes al final comparten el mismo drama: padecer los efectos de la violencia.

Siete jóvenes, quizás siete marionetas atadas a un pasado inevitable, intentan ser reeducados por un extraño sistema carcelario que nada tiene que ofrecerles, más allá de una leve gota de esperanza en la boca de un proscrito que funge como maestro desesperado en busca de algo que él nunca encontró.

Por eso la culpa se pasea como anfitriona en la narrativa de la película. Es invisible, pero está ahí, se asoma en los intersticios de las sombras y los colores, camina entre los arbustos agobiantes e inunda los cuerpos juveniles condenados a sufrir el antiguo rito humano: sobrevivir a toda costa en un mundo agreste.

Con una apuesta técnica bien lograda, un sonido que captura el mundo natural, sus ruidos, sus sinfonías tropicales y sus murmullos agonísticos, La Jauría conmueve pausadamente, hasta elevarnos en un clímax, por un momento agotador, por lo cual trasmite con eficacia el mundo ficcional que el director nos propone. El guion plantea una línea cuyo desenlace intuimos, pero que igual nos sorprende, eso también es virtud.

Actores naturales, paisaje tolimense, tonalidades suburbanas y deseo honesto de narrar hacen de esta película un buen metraje para recordar que el cine de verdad es arte, y el arte siempre esconde una profunda reflexión.

Se estrena en la cartelera colombiana (Cine Colombia) el cercano 20 de octubre. Tuve la oportunidad de asistir al preestreno en Ibagué y sorprenderme, así que los invito a que llenen las salas y se zambullan en esa piscina de emociones.













Andrés Ramírez entrevistado para la Radio UT 

Presentación de actores

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