junio 30, 2010

RITUALES



Los tiempos son aciagos, oscuros, pincelados por la noche oscura del alma. De las piedras brotan humos fétidos de soledad, las calles se llenan de seres desalmados que alimentan sus voraces tránsitos con mercancías. No queda un lugar en donde depositar la mirada sin temor a ser capturado por la banalidad. Debes pisar con cautela porque los espejos sobre los que caminamos son frágiles fisuras de tiempo y soledad. Para redimir la época debemos retornar al instante eterno en que todo fue moldeado por la palabra certera de la poesía. El vino fermentado del universo, la pulsión que moldea las mentes, eterna lucha entre ángeles y demonios que aprisionan el hombre. Volver a mirar la fuente en donde el reflejo de la luna tiene guardado los misterios. Retornar a la arena de un tiempo mítico atado por el cordel del universo. Sólo buscar entre lo recóndito permite soportar la asfixia de mi época. Ven conmigo y caminemos por las rutas del pasado y si despertamos sobre los muros de la historia, no temas, juntos construiremos los nuevos caminos de ese caos. Poesía. Amor. Vino, eterna trinidad de los deseos. Ven conmigo y empecemos el ritual del hombre del futuro.