enero 06, 2011

SALARIO MÍNIMO Y UNIDAD NACIONAL


Por: Carlos Arturo Gamboa

Si las economías modernas se basaran en la fluctuación del capital real, el salario mínimo de un trabajador se reajustaría con mayor proporción, pero como se basa en el capital especulativo, entre menos dinero real fluctúe, mayor rentabilidad de las bolsas y por ende, mayor riqueza que acumula riqueza. La ganancia es el demonio del siglo y la acumulación en pocas manos, su parturienta.

Con el aumento del 3.4% del salario mínimo de un trabajador colombiano no se alcanzan los umbrales de una vida digna. 532.500 pesos mensuales no son suficientes para sufragar los gastos de una familia. Es así de simple, para nosotros, no para los gestores de la economía que anuncian que con esta medida se: “Favorece la creación de 2,4 millones de empleos y la formalización de 500.000 puestos de trabajo, acorde con las metas establecidas por el gobierno.”[1] Esta sentencia sólo puede producir una carcajada burguesa y un llanto proletario. Llanto de los cuatro millones de trabajadores que según fuentes oficiales devengan este monto.[2] Ahora matemática simple: si cada empleado sustenta en promedio 4 personas, 16 millones de colombianos sobrevivirán otro año a despensa del enriquecimiento de las multinacionales, la banca y las empresas cuyo capital crece y rinde que da gusto.

¿Por qué entonces el gobierno de Santos habla de unidad nacional? Entiendo por unidad la capacidad de gestionar el bien de todos, la dignidad de un pueblo, la justicia social. La única dignidad posible, y a la que muchos ilusos y contorsionistas políticos le han apostado, es a la unidad de los que tienen más. A la acumulación, a la avaricia del capital, que un día tendrá que darse cuenta que su política sólo ha engendrado miseria, y la miseria sólo produce descontento.

Si cada día se reciben ahora 583 pesos de aumento, las cuentas no cuadran. El transporte público aumentó 100 pesos en Ibagué, es decir que un trabajador gastará 400 pesos diario más en transporte. Le quedan 183 pesos para sufragar el aumento de los demás gastos. Ahora entiendo mejor porque en este país tuvo tanto éxito el realismo mágico.

Y eso que hablamos de los que tienen empleo y ganan el mínimo, imaginen ustedes los otros 18 millones que habitan los umbrales de la miseria. Mientras tanto los banqueros, entre whiskys importados y corbatas inglesas, se desbaratarán los sesos tratando de aumentar sus ganancias. Quizás por eso Arthur Golden dijo: “Nunca podremos huir de la miseria que está dentro de nosotros”. Menos mal Bavaria decidió no aumentar los precios, porque sólo ebrios podremos entender tanta insolencia.

enero 04, 2011

2011, AÑO DE LA PAZ...

Interesante documental sobre ese país que quizás ignoramos por estar imbuidos en nuestras rutinas, que pone de plano a reevaluar el papel del periodismo colombiano que muchas veces, por miedo, falta de profesionalismo o simple alienación, calla, cuando debe erigirse como la voz objetiva que pueda ayudar a develar la realidad y a construir la democracia profunda. Un documento para empezar las reflexiones del año 2011, el año de la paz...