febrero 03, 2011

LA IMPORTANCIA DE LA SOLIDARIDAD



Por: Carlos Arturo Gamboa
Solidario por predestinación y por oficio. Solidario por atavismo, por convencionalismo. Solidario a perpetuidad. Solidario de los insolidarios y solidario de mi propia solidaridad.
Oliverio Girondo

El mundo actual es profundamente individualista, los sujetos deambulan solitarios por el asfalto del desarrollo, buscando el bien personal sin voltear a mirar el panorama desolador de las multitudes excluidas. Si errabundos caminamos, solos moriremos. El día en que seamos prescindidos, otros mirarán y entonces no tendremos la dimensión ética de solicitar ayuda.
¿Quién o qué ha fulminado la solidaridad? Atreveré algunas ideas al respecto. Un sistema basado en el confort es altamente egoísta. Ya olvidamos que como humanos nuestro deber sería propender por la dignidad de todos, pero durante el siglo XX se creó la falsa imagen del hombre exitoso; aquel cuyo dormitorio está situado en los rascacielos; aquel cuya acumulación de dinero le hace dueño de bienes y de vidas; aquel que por estar imbuido en la cotidianidad productiva olvida a los demás. Como el protagonista de la película Ciudadano Kane la soledad terminará por carcomer su propia existencia, recordando con dolor el valor de las cosas verdaderamente importantes. La magia de la muerte consiste en que nos recuerda que somos profundamente humanos.
El miedo es otro factor que altera la movilidad. Habitamos en la época del miedo, ahora nos asustan con todo, con dietas, con virus, con memorandos, con ganancias y con pérdidas, con estigmatizaciones,  porque aquel que reclama justicia se hace sospechoso para la sociedad. Nuestros héroes terminan siendo aquellos que encarnan la injustica. Miles ejemplos demuestran que algunos que ofrecían nuestra salvación fueron los mayores tiranos, porque nadie nos salvará, nos preservaremos entre todos. El miedo del siglo XXI es un personaje encarnado en millones de seres. Ahora quienes reclamamos un mundo mejor, somos “el coco” con que aspavientan cualquier posibilidad de cambio.
La solidaridad puede ser definida, de manera muy cotidiana, como la colaboración recíproca entre seres humanos, (incluso los animales son solidarios) que se convierte en un sentimiento manteniendo a las personas unidas en todo momento, sobre todo cuando se enfrentan situaciones de las que no resulta fácil recuperarse. Esa solidaridad debe ser reconquistada y debe establecerse como un valor ético, no es suficiente con aterrarse de un mundo repleto de miseria, inequidad y horror, se hace necesario actuar para poder transformar esa realidad del otro, que es también mía. El miedo nos hace insolidarios y la insolidaridad nos deshumaniza. Como lo expresó Gioconda Belli: “La solidaridad es la ternura de los pueblos