enero 15, 2020

CONVOCATORIA REVISTA ÚSTELEE No 7.


La Revista Ústelee: Hojas para reciclar, es un proyecto editorial encaminado a salvaguardar la palabra que casi siempre desechamos. Esa palabra  borrosa de los trabajos académicos los cuales, después de sopesados por el ojo del docente, terminan, por lo general, en las canecas de la basura. Muchos de esos trabajos poseen el germen de la escritura, y en algunos casos, ya son capaces de consolidar un discurso en busca de lectores.

Durante seis entregas, Ústelee se ha alimentado de esos textos producidos por estudiantes de las diversas Facultades de la Universidad del Tolima y del Instituto de Educación a Distancia. Es significativa la participación de estudiantes de diversas sedes de IDEAD en todo el país.

Hoy damos apertura a convocatoria para la construcción de la séptima entrega. Pueden participar enviando cuentos, poemas, ensayos, textos de opinión y reflexión, crítica literaria y reseñas de cine, y demás textos productos de sus ejercicios académicos de diversas áreas, temas y tópicos. Así mismo, tenemos un espacio para los amantes de la fotografía en donde pueden participar enviando sus capturas.

Los textos e imágenes pueden ser remitidos al siguiente correo: cgamboa@ut.edu.co. El plazo dado para el envío de trabajos es hasta el 29 de febrero de 2020.

Los textos no deben superar las 3 cuartillas, excepto para ensayos que se recibirán hasta 5 cuartillas.

Revise aquí en línea el último número: Revista Ústelee No. 6.


enero 13, 2020

PARÁSITOS: LA ARQUITECTURA DE LA DESIGUALDAD


Por: Carlos Arturo Gamboa B.
Docente Universidad del Tolima

Hay un mundo destellante construido sobre la miseria de otro mundo. Debajo del resplandor, del confort y el bienestar de una minoría, se dislocan los subterráneos de los desprotegidos del sistema. Esto lo sabemos hace muchos años, incluso antes de que se formulara la teoría de la lucha de clases, y hoy el director de cine  Joon-ho Bong nos vuelve a poner en el primer plano esa arquitectura de la desigualdad, en su más reciente y aclamada película titulada “Parásitos”.
Utilizando el humor (con la ironía como epicentro), el suspenso y hasta el gore, el director surcoreano logra esbozar una pieza que sin duda dará mucho por interpretar. Me interesa hablar por ahora de la forma en que los espacios y la arquitectura se tornan metáforas para darle trascendencia a un relato en donde se enfrentan dos mundos, de manera que se cruzan el plano de la historia con el plano semiótico, y se van dejando huellas en nuestros sentidos, en este caso haciendo protagonista central el campo visual.
Desde una lujosa mansión diseñada por un arquitecto famoso, se teje la trama que une a los suburbios de la ciudad con los espacios de los ricos, juntando los cuerpos protagonistas: dos familias, una acaudalada, del tipo ejecutivo, y la otra en el borde del sistema, los desposeídos. Paulatinamente, esos espacios se encuentran y van dejando al desnudo la grafía de sus habitantes. Como es de suponerse los pobres están al servicio de los millonarios, quienes pueden darse el lujo de contratar la familia completa para sus servicios domésticos, debido a una serie de engaños de estos últimos; así, el guión nos muestra cómo en los suburbios se debe sobrevivir a costa incluso de la ética.
La mansión contrasta con la cloaca en donde habitan los excluidos, para ir de un lugar a otro los planos ascienden o descienden según el sentido del viaje. En una escena crucial que muestra la forma en que el espacio teje un lugar en el mundo, los protagonistas pobres regresan a su hábitat y descienden por escaleras, luego por callejones que se van oscureciendo hasta, finalmente, llegar al suburbio que encuentran inundando debido a un fuerte aguacero. Ese tránsito dibuja los planos de la existencia, la verdad de las clases sociales con sus arquitecturas.
Al día siguiente de la gran inundación la esposa millonaria le dice al chofer, quien ha pasado la noche en un albergue al perder lo poco que tenía debido a la tormenta: “La lluvia de anoche fue una bendición”. Los dos mundos distantes asumen los fenómenos de manera distinta, lo que para los pobres es una maldición, para los ricos es su base de felicidad.
Otro plano interesante en esta construcción de la arquitectura de la desigualdad se presenta en la mansión. Debajo del lujo extremo y del alto confort subyace un mundo laberíntico en donde sobrevive el esposo del ama de llaves, viviendo de manera parásita a costa de los dueños. Allí en medio de la oscuridad y las carencias, los expulsados del sistema encuentran un lugar para sobrevivir, incluso ese precario espacio es objeto de disputa por las dos familias pobres. Es esa lucha de subclases el detonante para el final del relato.
No es un dato menor que los ricos nunca se enteren de la existencia de aquel subespacio y vivan ajenos a las cotidianidades del mismo. Es el lugar en donde habitan los fantasmas, por eso el hijo de la pareja millonaria presenta un trauma psicológico al ver una aparición, que no es más que un desvalido quien en horas de la noche ha subido hasta la mansión a extraer comida. Así son los pobres para la gran clase social, espectros, amenazas para sus cálidas comodidades.
En “Parásitos” el espacio, el escenario y el lugar siempre actúan como metáforas que recuerdan constantemente que cada quien ocupa su lugar y que si se aspira a ocupar el del otro, vendrán las desgracias y las adversidades. El olor a pobre que tanto desespera al hombre acaudalado dueño de la mansión, es síntoma de que a los ricos los miserables les producen una alergia insoportable.
El desenlace semiótico de la película lo deja claro, el lugar final en donde la lucha de clases se desarrolla es el vistoso patio de la mansión que Joon-ho Bong usa con gran despliegue para juntar a los ricos y los pobres desatando un sangriento final.  ¿Qué más puede esperase de una lucha de clases? ¿Un final armonioso? Imposible.
A los pobres únicamente les queda una salida, la aspiración a ser ricos para tener una mansión en donde la familia se pueda recomponer. Es el único, y fallido plan, que les espera. El espacio de los millonarios seguirá siendo para ellos porque la arquitectura ha sido cuidadosamente diseñada por ellos.
La película, como dije antes, puede tener múltiples lecturas pues estamos ante una obra cinematográfica de gran calado. Por ahora dejo estas líneas sobre el manejo de sus espacios, algo que indudablemente me impactó sobremanera en su construcción. No queda más que verla y degustarla.