agosto 14, 2018

LO QUE EL GOBERNADOR HACE CON LAS MANOS, LO BORRA CON LOS PIES

Imagen libre tomada de Google

Por: Carlos Arturo Gamboa B.
Docente Universidad del Tolima

Ya son varios los actos públicos en los cuales el gobernador del Tolima Óscar Barreto, sale a cobrar su papel como adalid de las soluciones para la Universidad del Tolima, llegando, en el colmo de su ansiedad, a olvidar que la Alma mater de los tolimenses ha existido y existirá después de él.
Sería mezquino desconocer que el actual gobernador ha desempeñado un papel importante en la recuperación fiscal de la UT, advirtiendo que la situación financiera no está superada del todo. Aún existe un déficit cercano a los 10 mil millones y, por lo tanto, se debe continuar vigilante ante las medidas que se tomen. El aumento de las transferencias del orden departamental son vitales para el futuro del proyecto de la más importante institución de educación superior de la región, y en eso el gobernador ha sido protagonista de primer orden.
No obstante, como decía Mark Twain, no hay paraíso sin serpiente. En los eventos públicos el gobernador se ha dedicado a hacer énfasis en que mientras otros protestan y hacen marchas que no sirven para nada, él muestra resultados concretos. La emprende contra la ideología, o con lo que él considera ideología, y va cayendo en un discurso soso, revanchista, que lo aleja de la esencia del ser de la universidad pública.
Hay que recordar que el Óscar Barreto que hoy se ufana de su trabajo por la Universidad del Tolima, es el mismo que en su periodo de gobierno anterior (2008-2011) le dio la espalda, todo por un asunto de ideología, esa misma que hoy afirma no existe. En ese entonces no tenía los amigos y cercanos que hoy tiene en la administración de la UT, eso es concluyente.
También es necesario recalcar que como presidente del Consejo Superior Universitario, su deber es hacer lo que hoy hace bien, ayudar a cuidar la UT. Pero eso no le da derecho a irse en lanza en ristre contras las expresiones legítimas de una comunidad que durante los 70 años de existencia, ha luchado permanentemente por mantener vivo el proyecto de formación superior más incluyente de la región, que hoy por hoy se consolida como una Universidad de índole regional, pero con gran impacto nacional.
De esa manera, el gobernador buscando ser reconocido por su trabajo en pro de la universidad, termina ampliando la brecha que siempre ha separado la UT de la élite política regional. Desconocer la lucha, la autonomía y la construcción de un pensamiento crítico que reivindica la razón de ser de la universidad pública, lo pone al lado de quienes mezquinamente han creído que lo público es un fortín de lo politiquero, como el anterior gobernador, Delgado Peñón, quien terminó por pasarle cuenta de cobro a la UT y sus amigos que allí gobernaban.
Señor gobernador Barreto, la comunidad reconoce su gesto actual por contribuir a las soluciones estructurales de la UT. Ojalá el Ministerio de Educación hiciera lo mismo y aumentará las trasferencias del orden nacional. Pero hasta ahí va su labor, no insista en desvirtuar el papel de docentes, trabajadores y estudiantes que han resistido esta y muchas crisis más, sin dar su brazo a torcer, peleando contra gobiernos departamentales y nacionales que desde su ignorancia han querido cercar las Instituciones Públicas de Educación Superior. Mejor dicho señor gobernador, lo que hace con las manos, no lo borre con los pies.