enero 19, 2016

LA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA Y EL ALZHÉIMER POLÍTICO

Por: Carlos Arturo Gamboa B.

Sólo una cosa no hay. Es el olvido
Jorge Luis Borges

I

La expresión “borrón y cuenta nueva” es un refrán que se usa para sostener la impunidad como una actuación cultural que le encanta a los colombianos, pero es desastroso para el cuidado de lo público, que en teoría se supone no es de nadie y es de todos. En la Universidad del Tolima esa afirmación se ha incrustado en los referentes institucionales, con tal hondura, que es imposible hallar responsables de la actual y pasadas crisis. Al contrario, muchos de los actores que participaron en los orígenes y el sostenimiento de la presente debacle, parece que fueron premiados, o como dice otro refrán: “cayeron para arriba”. Por eso es urgente que existan los responsables, sin ellos toda posibilidad de salida es apenas un simulacro de ética y si una institución formadora de jóvenes no procura la ética, no tiene sentido su existencia. La responsabilidad debe existir, en el campo de lo real y lo simbólico. Olvidar esto es sufrir de alzhéimer político.

II
La gobernación departamental en voz de Olga Lucía Alfonso afirma que: “hasta tanto Universidad no tenga un "escenario financiero claro" –en el que haya un plan de ajuste y soluciones de forma estructural – ‘no se podrá avanzar’, es decir, la administración no podrá asistir a la institución en la crisis”, en otras palabras la gobernación le da la espalda a la universidad de los tolimenses porque ni hoy, ni mañana, ni este año, el Alma Máter podrá tener ese panorama despejado, más aun cuando los gobiernos nacional y departamental no han priorizado la financiación de la educación pública. Habrá que recordarle al gobernador que trasferir recursos a la Universidad del Tolima es un deber, no un favor político, la Ley 30 lo obliga a ello, y que si no quiere asumir esta responsabilidad que renuncie a la presidencia del CSU ¿Será que solo le interesará la UT cuando el rector sea de su corriente política? Olvidar esto es sufrir de alzhéimer político.

III
La Ministra de Educación Gina Parody hasta ayer se dio cuenta de que Universidad del Tolima está en crisis, y según su “avezado” diagnóstico se debe a una reforma laboral, ni más, ni menos. En su discurso no aparece la variable de desfinanciación recurrente en la que el gobierno central ha tenido a las universidades públicas, tampoco tiene en cuenta que la Universidad del Tolima es de carácter nacional, pues hace presencia en casi todo el país con la modalidad a distancia; no habla de la deuda histórica del Estado con la educación superior y se refiere al actual rector como “nuevo”, cuando lleva cerca de cuatro años al frente de la UT, más una década en diversos cargos de la alta burocracia institucional. ¿Por qué estará tan desinformada Gina Parody? ¿La delegada del MEN en el Consejo Superior Universitario no le lleva las noticias? ¿Sufrirá de un olvido momentáneo mientras diseña la intervención? Olvidar esto es sufrir de alzhéimer político.

IV
Los equivocados votantes siempre terminan arrepentidos, pero se niegan a cambiar. De eso se alimenta la seudo-democracia. Por eso los gobiernos locales y nacionales van de fatalidad en fatalidad. Transar la ética no es el camino, construir un espíritu crítico y autónomo es una ruta. Quienes testarudamente se negaron a ver o ignorar la crisis que avanzaba como un cáncer sobre la Universidad del Tolima, hoy no se pueden aferrar a su error y continuar defendiendo un gobierno que ya no tiene fórmulas de salvación. Los planes que muestra el rector José Herman Muñoz y su reducido equipo colaborador (sí, ya muchos abandonaron el barco), parece un remedo. Es como atacar una enfermedad terminal con remedios caseros. La responsabilidad de quienes hicieron oídos sordos también es real, no es un invento. Olvidar esto es sufrir de alzhéimer político.

V
Hoy la esperanza no es una opción, es un engaño. Asumir la responsabilidad como sujetos universitarios es imperante, así existan algunos que se consideren incapaces de autogobernarse y autoreformarse. Precisamente esa heteronomía es la que ha convertido las universidades públicas en fortines de los politiqueros, los mercachifles y los vendedores de ilusiones de todas las corrientes, de todos los partidos. Una comunidad mayor de edad se construye en la crisis, en situación de abismo, pero si lo que buscan son amos fácilmente los encontrarán. Olvidar esto es sufrir de alzhéimer político.

Nota: El concepto de alzhéimer político se lo debo a una conversación con el ingeniero Pantoja.