mayo 26, 2021

Un gobierno en crisis que pone en marcha la guerra a través de Twitter

 


Por Nelson Romero Guzmán

Profesor Universidad del Tolima –IDEAD-


La crisis de gobernabilidad que vive Colombia está más que demostrada en los 28 días de paro y movilizaciones contados hasta hoy. El gobierno comandado por Uribe-Duque, con su política policiva y de militarización como vía de poder ejercido a través de la fuerza, es una prueba de su ineficacia ejecutiva y de su incapacidad política para resolver los problemas coyunturales y los cambios hacia el futuro del país en beneficio de todos los ciudadanos, principalmente los jóvenes ávidos de oportunidades. El presidente Iván Duque es el único llamado constitucionalmente a resolverlos, pues fue elegido por una mayoría en un escenario electoral que se supone lo legitimó para gobernar al país en el periodo 2018-2022. Pero casi a un año de cumplirse el mandato, el Centro Democrático, por el afán de mantenerse en el poder a costa de lo que sea frente a una inoperancia que se pone a la vista de cualquier ciudadano del país, recurrió a crear culpables para querer persuadir a la opinión pública de que son quienes tienen a Colombia “al borde de la quiebra”. A otros —y no a ellos mismos— pretenden achacar dicha inoperancia, dichos abusos y desafueros gubernamentales. Este truco de señalar a otros cuenta con estrategias que se han venido diseñando en el mismo Centro Democrático en cabeza del expresidente Álvaro Uribe, en la medida que avanza el paro. Las estrategias son bastante pervertidas y de todo tipo, principalmente a través del uso de los medios de comunicación, especialmente la prensa escrita como la revista Semana y los noticieros de televisión Caracol y RCN.

El Twitter, como red social, ha sido otro de los medios masivos utilizados por el gobierno para lavar su imagen ya bastante sucia y atacar a una supuesta izquierda que no es la que gobierna, pero sí quiere hacer creer a los incautos que es la causante de todos los males que aquejan al país. Fue así como el pasado 3 de mayo, cuando ya el pueblo inconforme representado especialmente por jóvenes, se movilizaba en ciudades y poblaciones haciendo que las marchas crecieran como bola de nieve, el exmandatario Álvaro Uribe lanzó el siguiente Twitter:

Sin más ni menos, el Twitter va escalando un mensaje tras otro, pero es sobre el último en orden descendente el que sostiene toda la pirámide. Todo el Twitter en su lectura piramidal de abajo hacia arriba o de arriba hacia abajo, resume la esencia y el veneno del proyecto uribista de gobierno desde sus inicios. Inicialmente voy a recomponer la lectura del mensaje y su sentido de abajo hacia arriba, para comprender todo su enunciado: frente a la crisis de gobernabilidad que dio origen al estallido social de la movilización, el uribismo se propone Resistir a través de una Revolución Molecular Disipada, como lo único que impide normalidad, escala y copa de los grupos que se movilizan, de ahí que también sea urgente acelerar lo social, reconocer el Terrorismo más grande de lo imaginado y es así como de debe fortalecer las Fuerzas Armadas (FFAA), que están debilitadas al ser igualadas al terrorismo del proceso de paz en la Habana que creó la JEP; por lo mismo, se requiere de una narrativa y así anular ese accionar legítimo. La estrategia es contundente y responde a una metodología precisa, en cadena, punto por punto.

Cada enunciado del Twitter está dado como un mandato, como una orden del twittero Uribe que tiene que cumplirse (que además se ha cumplido a la letra). Pero ese acto comunicativo, ¿a quién va dirigido?, ¿a un anónimo? No, en este caso son varios y uno solo los destinatarios: Al mismo Álvaro Uribe, al presidente Iván Duque, al gobierno en el poder con todos sus implicados, especialmente militares y policías y al Partido Centro Democrático que los aglutina en uno solo. Es una orden del centro y sus poderes en escala, hacia las márgenes, con el objetivo de mantener una Seguridad Democrática basada en el fortalecimiento de las FFAA.

Cada palabra del Twitter son cargas explosivas peligrosas que buscan dinamitar, eliminar y anular todo lo que no se acomode a los requerimientos del proyecto uribista que pretende continuar heredando el poder. Esa retórica del mensaje debe desenmarañarse y quitarle a Uribe la máscara exhibida en Twitter, para verle el rostro real al Partido Centro Democrático representado por la dupla Uribe-Duque y las élites políticas y económicas en el proyecto de gobierno defiende a toda costa, en detrimento de todos los demás sujetos de derecho, que es la misma población mayoritaria que lo eligió.

Ahora paso a hacer la lectura del Twitter de manera descendente. Empiezo con los puntos 1 y 2, por encontrarse entrelazados en una continuidad de su lectura del terrorismo.

 1.   Fortalecer FFAA, debilitadas al igualarlas con terroristas, La Habana y JEP. Y con narrativa para anular su accionar legítimo

2.  Reconocer: Terrorismo más grande de lo imaginado;

 El llamado más urgente del twittero Uribe es Fortalecer las Fuerzas Armadas para enfrentar a los terroristas y al “terrorismo más grande de lo imaginado”. Este “terrorismo más grande de lo imaginado” en Colombia, en la cabeza de Uribe superaría los delirios de poder de los exterminios más grandes que se han dado en la historia de la humanidad (Santa Inquisición, nazismo) y el mensaje está dirigido a causar miedo a la población, sin explicitar el causante del terror, pero inclinando la balanza a suponer en los lectores del Twitter que se trata del partido de izquierda que, aunque este sujeto está ausente en el mensaje, quien lo lee da por descontado de quiénes se trata. Uribe delira con un “terrorismo más grande de lo imaginado” y por eso justifica fortalecer con más armas al ejército y a la policía, a quienes presenta o hace ver como los debilitados, como las víctimas de ese terror, donde explicita que de esos terroristas son parte quienes legitimaron los Acuerdos de Paz en la Habana y crearon la JEP (Justicia Especial para la Paz). Para Uribe, lo que los Acuerdos de la Habana dieron como legítimo fue el terror, el cual debe anularse con el uso de dos acciones gubernamentales: fortaleciendo también una narrativa de Estado estratégica a través de los medios masivos y acelerando lo social. Las dos propuestas vienen funcionando hace tiempo, pero el uribismo las ha intensificado y hecho más visibles durante estos días de paro. La primera, o sea, la narrativa para anular, se viene dando a través de distintos medios de comunicación: la narrativa televisiva, la narrativa de la radio, la narrativa de la prensa escrita, el Twitter y la publicidad. Esa narrativa de poder, porque es el poder de turno el dueño de los medios, ha pretendido anular, sin lograrlo, la fuerza del paro, la resistencia de los jóvenes y las exigencias en la mesa de negociación de los representantes no gubernamentales del paro.

Pero de manera concreta ¿quiénes vienen siendo los otros terroristas que señala Uribe? El mensaje no los dice, pero en las prácticas de terror del uribismo sí. Por lo que se ha podido constatar en las marchas de protesta contra las reformas de pauperización del pueblo, esos otros terroristas no son más que los jóvenes, el futuro del país: muchos de los asesinados por las FFAA eran jóvenes que marchaban en paz, muchachos de clase media, que protestaban a través del baile como Lukas Villa en Pereira o que simplemente se dirigían a casa luego de visitar a su novia, como el caso de Santiago Murillo en Ibagué, porque en ese delirio los terroristas no tienen nombre propio, ni pertenecer a un gueto, sino que son todos los jóvenes del país. En Colombia es un peligro ser joven, quedó más que demostrado. Ser joven de clase media o baja o de clase pobre, es ser terrorista. A ellos hay que matarlos, torturarlos, violarlos, desmembrarlos, echarlos por los caños, desaparecerlos. ¿Quiénes fueron los culpables de estos desmanes? Las debilitadas FFAA a quienes se les dio la orden de disparar para sentirse fortalecidas, de acuerdo con el primero punto del mensaje del Twitter de Uribe. De nuevo, ¿Quiénes son los terroristas según el mensaje de Uribe?, ¿quiénes eliminan a líderes sociales?, ¿quiénes vandalizan las Arcas del estado con la complicidad de quiénes?, ¿quiénes son los culpables de la muerte de los niños por desnutrición? Muchos de estos interrogantes llenarían páginas.

Luego de esta horrible noche del crimen que no ha terminado, se busca a un culpable de la manera más cínica:

                                              Portada de revista semana

La narrativa de prensa, en este caso la revista Semana, como los demás medios de perturbación que recibieron no ahora si no desde hace rato, la orden de anular, pusieron en la portada esta foto del candidato de la Colombia Humana Gustavo Petro. La imagen es diciente, la intención es crear una lectura negativa rápida, distópica, llamando la atención sobre la parte del rostro de la izquierda del candidato como el terrorista, protagonista del paro a quien se le hace este llamado en tipos grandes de imprenta: PETRO, ¡BASTA YA!, debajo de la foto aparece una leyenda alusiva que amplía el mensaje de la mayúscula. En ella le acusa a Petro, además, de la violencia, de la crisis económica, de la transición anárquica, de alguien que no piensa en Colombia y quiere conquistar a la fuerza la presidencia de la República. Sin embargo, la portada presenta una lectura de doble filo. La lectura literal es para los que consumen fácil, para los que leen sin interpretar o se hacen los tontos, como los que vuelven y vuelven a votar por el uribismo que ya creo la gran mayoría de este potencial de votantes cambió de planes según recientes encuestas. La otra lectura es la de un uribismo que busca salidas a su propia crisis y descréditos, acosado por rendir cuentas de su demostrada incapacidad para gobernar con equidad, busca cargar sobre un tercero la culpa de la “Colombia, al borde de la quiebra”, como aparece en el subtítulo de la portada de la revista Semana. Es el caso patético de oportunismo mediático, además de que esta narrativa busca calar en la conciencia ciudadana y de esa manera pretender anular al candidato Petro.

Otra narrativa pretende anular las marchas y los reclamos de los jóvenes de Colombia, es la narrativa televisiva de los noticieros. Son muchas las estrategias que se desvelaron y se siguen desvelando en este paro: desacreditar los reclamos justos, la mayoría pacíficos, no presentando los conflictos reales, pues en este caso la cámara del periodista y su discurso de primicia, se centra en la imagen del bloqueo, la afectación de la economía, pone en “cuidados intensivos” a los industriales, pone por encima el “asesinato” del policía, para quitarle fuerza a la brutalidad del “fallecimiento” de los jóvenes ciudadanos, desacreditando el paro presentándolo como vandalismo y el exmandatario Uribe refuerza sus Twitter con texto más imagen, como el aquí pego sobre la “muerte avícola” del 8 de mayo:

Los contenidos de estos mensajes se reproducen de diferentes formas en los Twitter de Uribe y los noticieros de TV, distorsionando las causas justas del paro, justificando el “terrorismo más grande de lo imaginado”, que es el que atenta contra los industriales, no contra el pueblo, queda claro; desde esos mensajes toca los sentimientos de la gente, mostrando quiénes son los causantes del mal. Aquí, los culpables del hambre son los que tienen hambre y no la reforma tributaria que pretendían crear más hambre. En el mensaje del Twittero aparece la palabra AUTORIDAD con mayúscula, la cual se lee con otra mayúscula: FFAA. La fórmula es matemática: AUTORIDAD igual FFAA.

 4. Acelerar lo social;

 La orden del punto 4 del twittero de “acelerar lo social”, es un poco ambiguo: O las marchas masivas son las que aceleran lo social, es decir, se expanden y fortalecen al paso de los días, o es lo mismo que se lee en Twitter de la “la muerte avícola” como “soluciones sociales”, no son otra cosa que sofismas de distracción y eufemismos que viene usando el gobierno a través de su Programa de Ingreso Solidario, que hace parte de su Agenda de Transformación Social Sostenible, que incluye acciones: reforma Tributaria acelerada que se hundió, el Fondo de Solidaridad Educativa, el Programa de Apoyo al Empleo Formal y demás bañitos de agua tibia que no solucionan de raíz los problemas, sino que los aísla en pequeños sectores para demostrar su accionar benevolente para enmascarar la crisis de gobernabilidad. Justamente, estos programas se han visto acelerando.

 “Resistir Revolución Molecular Disipada: impide normalidad, escala y copa”

 Algo que no supo disimular el Twitter de Uribe, y ahí si el mandatario perdió su cabeza, dejó ver el cobre y lo puso al desnudo, fue el enunciado último de su Twitter. Pienso que, si hubiera vuelto a leer de primera mano el libro “La revolución molecular” del filósofo francés Félix Gauttari y no la interpretación manipulada y al servicio del fascismo del militar chileno Alexis López, más bien se hubiera quedado callado, pero el inconsciente lo traicionó y dejó al descubierto lo más oscuro de su alma, de que definitivamente es un hombre al servicio del mal que él mismo endilga a otros buscando lavar sus culpas y disipar la Historia. Este enunciado define de fondo la posición ética y política del uribismo o Partido Centro Democrático o gobierno Duque. Si Gauttari leyera este enunciado, diría con sus propias palabras: “Esta es una fórmula fascista”. Esas fórmulas, dice el filósofo, son las que no hay que dejar pasar “sin importar la escala a la que se manifieste” (p.65). Justamente, la palabra “disipada” no es de Gauttari, la impuso a la fuerza el militar chileno Alexis López para deslegitimar la propuesta de “Revolución molecular” del filósofo francés y fortalecer las FFAA al servicio de la dictadura de Pinochet en su tiempo. En el entendido de López/Uribe, hay que disipar (palabra de uso castrense) los grupos que marchan con justos reclamos, a través de la resistencia mediante el uso de la fuerza (las armas), porque impiden la normalidad. Dicha normalidad en el contexto uribista de los reclamos, era el proyecto tributario, de salud y otras reformas en menoscabo de la población colombiana. En los hechos, este quinto mandato del uribismo se ha cumplido a la perfección y los ejemplos sobran: jóvenes muertos o mutilados más guerra verbal a través de los medios de comunicación.

 Matar a Gauttari

 Matar el pensamiento, la herencia de la filosofía o, por lo menos, querer suspenderlo o disfrazarlo a cambio de imponer los intereses económicos de una minoría, es lo que en últimas importa a un estado neoliberal al servicio de las élites de la banca, las grandes industrias o los terratenientes, los que justifica la fuerza para despojar a las personas de todo, no solo de la vida, sino también de su pensamiento, que es la riqueza más peligrosa que poseen los jóvenes en camino de renovar su lugar en el mundo. No está mal que a propósito leamos una cita de Gauttari: 

La idea de una micropolítica del deseo implica, por tanto, poner en cuestión de forma radical los movimientos de masas que se deciden de forma centralizada y que movilizan en serie a los individuos. Lo más importante es que van a conectarse una multiplicidad de deseos moleculares, una conexión que puede implicar efectos de tipo «bola de nieve» y demostraciones de fuerza a gran escala. Eso es lo que pasó cuando comenzó del movimiento de Mayo del 68: la manifestación local y singular del deseo de pequeños grupos se puso en sintonía con una multiplicidad de deseos reprimidos, aislados los unos de los otros, oprimidos por las formas de expresión y de representación dominantes. En una situación como ésta ya no estamos ante una unidad ideal que representa y mediatiza intereses múltiples, sino ante una multiplicidad equivoca de deseos que en el proceso genera sus propios sistemas de localización y control. Esta multiplicidad de máquinas desecantes no está compuesta por sistemas estandarizados y ordenados que puedan ser disciplinados y jerarquizados en función de un único objetivo. Por el contrario, se encuentra estratificada a partir de grupos sociales diferentes, de clasificaciones en función de la edad, el sexo, el origen geográfico, la cualificación profesional, las prácticas sexuales, etc. No produce una unidad totalizadora. Es la univocidad del deseo de las masas, y no su agolpamiento en torno a objetivos estandarizados, lo que fundamenta la unidad de su lucha. La unificación aquí ya no es más el antagonista de la multiplicidad de deseos, como sí lo era cuando eran «tratadas» por la máquina totalitaria-totalizante de un partido representativo. (p.58-59)

 La fórmula de Uribe busca desviar este pasaje —que tal vez él no leyó—sin lograrlo, sin argumentos filosóficos, sino con el uso de las FFAA, este pasaje del filósofo francés, queriendo despojarlo de su propia vida filosófica y ponerlo al servicio de la muerte con el nombre de “Revolución molecular disipada”. El mismo Gauttari habla del uso de las teorías, pero nunca lo piensa en este sentido perverso.

La anterior cita de Gauttari, alrededor de su propuesta de “Una multiplicidad de deseos moleculares”, respaldado en su concepto de “micropolítica del deseo” que aborda lo que él llama “Revolución molecular”, fue lo que ocurrió en Colombia con el estallido social que vivimos. La culpa no es de los jóvenes, sino de las condiciones precarias creadas por el Estado para su sobrevivencia y para proyectarse un futuro a que tienen derecho, como lo tuvieron ellos. La “Revolución molecular” de Gautari no es la del uso de las armas, es una acción política sin teorías que emprenden esos pequeños grupos de jóvenes que son como moléculas que se van conectando en diferentes lugares, presionados por el Estado que reprime sus deseos. Así, estos “deseos moleculares”, que es todo un flujo, una fuerza positiva de los jóvenes, son esos deseos los que explotaron en ellos y los llevan a reclamar lo justo, pues están amenazados por un presente que los excluye y por un futuro incierto.  Estos “deseos moleculares” no están centralizados en ningún partido o jefe o protagonista, Gauttari dice que se van congregando y conectando, pues no buscan “objetivos estandarizados” de un programa, de ser así no hubieran estallado y se disolverían en un gremio o gremios con intereses propios. Es así como “esta acumulación de luchas parciales” se desencadenan en luchas colectivas de gran envergadura (la copa que menciona Uribe). Detener esa “Revolución molecular” es lo que se propone del Centro democrático al demonizar en la práctica la propuesta del filósofo con “Revolución molecular anticipada”, detrás de lo cual no hay ningún pensamiento.

Torcer, invertir, ha sido el accionar del uribismo. Por un lado, torcer el proceso de paz; por el otro, invertir los valores filosóficos de una democracia participativa, donde son válidos los reclamos sin el uso de la fuerza.