julio 22, 2015

CON LA VARA DEL "MIDE" ¿SERÁS MEDIDO?



Mentira Biciquilibrada. Marcelo Acquistapace Arias

Por: Carlos Arturo Gamboa Bobadilla
1.
La ley anti-mediciones la formuló hace ya muchos años  Max Ehrmann, y está en el poema titulado Desiderata que en uno de sus apartes dice: “Si te comparas con los demás, / te volverás vano y amargado”; y esa parece ser la letanía amarga de la Universidad del Tolima frente al MIDE, ese instrumento copiado del “extranja” por los yupis amigos de Gina Parody para atormentar rectores que creen que cifras son calidad y que indicadores son realidades. El arte del engaño tiene muchas formas en el mundo regido por el voraz capital, y en la educación abundan los ránquines, las listas de Colciencias, los factores de acreditación, entre otras múltiples mentiras, que solo sirven para llevar el sector educativo al mundo de la simulación, porque hoy lo importante no es ser, sino aparentar.
2.
¿Quieren saber cuál es el estado actual de la Universidad del Tolima? Pues no hace falta preguntarle a Scimago, Mide o cualquier otro sistema que siempre deja por fuera lo más importante: “la función social de la universidad”; no sé del primer estudio de este tipo que intente valorar este impacto como esencia de su estudio. ¿Por qué? Porque los indicadores se hacen para mostrar productividad y eficiencia y la Universidad Pública está en otro lugar de enunciación, eso sería como medir la pertinencia de un árbol de guayabo por los mangos que coseche. Si quieren saber cómo está la Universidad debemos mirarnos hacia adentro, analizar nuestras cifras, ver nuestros currículos, observar cómo nos gobiernan, ver la escasez de cultura universitaria que poseemos y sacar un balance, sobre el cual proyectaríamos una idea de universidad basados en nuestras realidades y nuestros retos. Lo que sucede es que los rectores, y en especial el Dr. Herman Muñoz, le guarda respecto y obediencia delirante a los mandatos del MEN, y obedeciendo no se innova, se innova rompiendo paradigmas y proponiendo rutas osadas que permitan revivir la universidad como epicentro de la transformación social. Quizás en lo que si somos primeros, es en obedecer; y ahí los resultados.
3.
Preguntar es mejor que medir. Hace un par de meses incité en una asamblea al rector Herman Muñoz a que nos dijera con total honestidad si la Universidad del Tolima estaba ad portas de una crisis financiera. La respuesta nunca llegó, lo cual se hace costumbre, porque si de indicadores se trata, el rector se raja al dividir las respuestas emitidas, sobre las preguntas formuladas. El hecho es que ahora “austeridad” es la palabra de moda en el campus. Están frenadas las contrataciones de los proyectos de investigación porque los rubros fueron congelados, no se han realizado pagos a becarios, no hay rubros activos para las publicaciones,  y con la lentitud en estos proceso y con la falta de dinero, los autores corremos el riesgo de ser “autores póstumos”; y no contentos con esto, ahora se rumora “oficialmente” un plan de austeridad académica, porque nunca se tocará la burocracia en tiempos de crisis, menos si el tiempo de crisis concuerda con el tiempo electoral, y si el rector actual es candidato a reelegirse. 
En el año 2014 se habló de bonanza, de trasferencias, de pago de deudas, pero nunca nos invitaron a decidir cómo invertir estos dineros, fueron ellos, un pequeño círculo de “sabios y re-sabios” quienes hicieron y deshicieron el presupuesto; pero ahora en tiempo de escasez todos debemos hacer esfuerzos, pero los esfuerzos son para el campo de lo académico. ¿Alguien tiene una mejor definición para cinismo?
4.
Lo que se debería medir urgente en la UT es la contaminación visual provocada por los candidatos con sus pancartas por todos lados. Es una vergüenza regional ingresar al Alma Mater y ver que parece calle de pueblo calentano en elecciones. ¿No existe otra manera de socializar nuestras ideas que copiando los viejos modelos de la politiquería santofimista y de la godarria retardataria de la región? Esto parece la “Universidad del cartel”, y viendo esos rostros retocados por Photoshop en las pancartas mecidas por el caluroso viento, siento pena ajena y vergüenza institucional. Felicito a quienes se nieguen a esta estrategia tan pobre y paupérrima, y otras como las chivas, los tamales y las promesas de puesticos, porque, como universidad, deberíamos ser un ejemplo para la región, no su fiel calco.
5.
 Ante este panorama, solo queda entonces cerrar con otro fragmento del poema Desiderata:
Aún con todas sus farsas, penalidades y sueños fallidos,
el mundo es todavía hermoso.
Sé alegre.
Esfuérzate por ser feliz.