septiembre 18, 2021

De la “izquierda barretista” y otros embustes

 


Por: Carlos Arturo Gamboa Bobadilla

Docente Universidad del Tolima

 

Si quieres descalificar el trabajo de alguien es muy fácil, habla mal de él masivamente. La gente no entrará a verificar si lo dicho es cierto, somos una sociedad del rumor. En la política el chisme, la habladuría y el rumor han sido trasmisores ideales para potenciar o desmeritar una figura pública. En el siglo XXI el coctel ideal se fortalece al agregarle el combustible de las redes sociales, lugar donde la opinión se confunde con la ignorancia.

Tendríamos miles de ejemplos extraídos de la cotidianidad colombiana de cómo mentiras o verdades a medias se han constituido en dogmas que la gente repite y dan por sentado como verdades absolutas. Acá no importa la tendencia política o ideológica del sujeto de la mentira, ni tampoco del enunciante de la misma. Cómo no recordar ese verso popular: “Miente el rico, miente el pobre, el de izquierda y el derecho, el de arriba y el de abajo, mienten todos, porque mentir es un decreto”.

Por esta razón, cada cuánto aparecen sentencias que se posicionan como verdades y la gente las va aceptando, muchos porque no tienen mirada crítica de los sucesos y otros porque esa mentira, vuelta verdad, es favorable a sus intereses. ¿Se acuerdan de ese majestuoso dogma de que nos íbamos a volver como Venezuela? Mejor ejemplo no hay.

Fue así como alguien dijo que, en el Tolima, y en particular en la Universidad del Tolima, había una corriente de “izquierda barretista” y desde entonces militantes, periodistas, replicadores de opinión y chismosos, repiten la frasecita dando por sentado su contenido. La adjetivación de por si es una antítesis, igual que el enunciado de “seguridad democrática”, porque sus dos partículas se anteponen, y forman parte de esa extensa lista de jeringonzas que construyen la seudocultura política de la región.

Recordemos las historias del Tolima con sus famosos santofimismo, gomezgallismo, jaramillismo y en estos últimos años el barretismo, descripciones arbitrarias que toman como punto de partida la figura del gamonal del momento, no hay que olvidar que los electores son adictos a las figuras gamonalescas. Acá tampoco importa el partido o ideología, gamonal es gamonal.

Decir “izquierda barretista” es sonoro para esos oídos de pasillos y redes, sobre todo para un grupo de fanáticos del odio que lo pregonan en bares, muros de Facebook y publicaciones de dudosa rigurosidad. Tal grupo sólo existe en esas pequeñas mentes delirantes, porque en la real realidad, el exgobernador Barreto no sostiene ninguna relación política con las personas que agrupan arbitrariamente en ese coloide paranoide.

¿Por qué lo hacen? Fácil, para intentar desprestigiar a un grupo de personas que hemos sido actores de transformación durante los últimos años en la Universidad del Tolima, sobre todo por aquello que perdieron sus prebendas y llevaron a la Alma Mater a tener un déficit de 24 mil millones y estar ad portas de ser intervenida por el Ministerio de Educación.

Los estudiantes y docentes nuevos poco conocen de las afujías de la UT en el año 2015, crisis profunda que llevó a una huelga de hambre de estudiantes, trabajadores y docentes y que desencadenó la salida del entonces rector Herman Muñoz y su grupo de poder. Muchos de ellos hoy son quienes pregonan el eslogan de “izquierda barretista”, eslogan que les sirve para tapar su pasado funesto frente a los destinos de la universidad de los tolimenses y, de paso, soñar con volver al poder.

Adenda 1:

El exgobernador Oscar Barreto, durante su primer periodo, gestionó de manera fatal la relación entre la gobernación y la Universidad del Tolima, en su segundo periodo cumplió con las funciones de presidente del Consejo Superior y generó mejores transferencias que coadyuvó a superar la crisis. Es la verdad innegable, alejado de las pasiones militantes, pero de ahí a decir que se ha aliado con la izquierda, hay mucho camino y mucho delirio. El exgobernador tendrá sus amigos en la UT, como los tienen los liberales, el Centro Democrático, la izquierda y los alternativos, todos ellos actores políticos de la región, lo demás son estrategias de desinformación y ocultamiento.

Adenda 2:

En el portal virtual El Cronista, apareció una nota en donde se afirma lo siguiente: “De otro lado, a la denominada 'izquierda barretista' sí le fue como se esperaba en las elecciones del Instituto de Educación a Distancia (IDEAD). El director de los últimos años, Carlos Arturo Gamboa, fue el más votado, con una arrolladora mayoría de 3.184”.

Debido al fatal grado de desinformación allí planteado, es que decidí escribir esta columna, porque afirmar que un proyecto educativo como el IDEAD, que tiene presencia en 9 departamentos y 24 sedes, cerca de 20 mil estudiantes y 1.200 profesores, es liderado por un aliado del llamado barretismo, resulta más que insultante para su comunidad, cuyo despliegue académico, investigativo y cultural va más allá de las mezquindades de quienes lo afirman. En otros lares deben saber la verdad del asunto y, es mi deber como docente ayudar a superar la ignorancia, porque poco se puede hacer con la tozudez de los ignorantes.

Adenda 3:

En mi defensa, y como dato curioso, debo decir que tengo más amigos entre los que me acusan de ser parte de la “izquierda barretista”, que en el barretismo.