enero 01, 2015

UNO SABE QUE ESTÁ EN IBAGUÉ PORQUE

Por: Carlos Arturo Gamboa B.
Para los turistas que por estos días nos visitan o para quienes la nostalgia o los familiares los traen de vuelta a la tierrita, quiero hacerles una breve lista de chequeo para que no se pierdan en la Ciudad Musical. Uno sabe que está en Ibagué porque:
Encuentras una fila de taxis en el terminal de transporte, pero cuando vas a abordar uno el chofer le dice: “mijo yo no tengo bodega pa esas maletas”, y así recorres toda la fila sin que nadie te lleve.
En la esquina ves un parche de adolescentes aindiados, comiendo lechona y con camisetas de nacional, hablando a lo mero ñeri-paisa, como nunca lo hacen los verdaderos hinchas del verdolaga.
Te topas con un policía bachiller whasapiando y cuando le preguntas algo sobre la ciudad, te piden papeles.
Vas en una buseta que para en todas partes a recoger pasajeros, pero cuando timbras para bajarte te deja donde a él se le da la gana.
Cada tres pasos encuentras un arrume de basura, un perro escarbando y un chulo mirando.
El número de huecos en las calles es proporcional al número de políticos corruptos, con el agravante que los primeros se podrán reparar algún día, los segundos parecen eternos.
Son más decentes los indigentes que los transeúntes de la tercera.
Si te acercas demasiado a una señora encopetada a preguntarle algo, te pude dar con el bolso en la trompa, sobre todo si tienes pinta de jipi.
Si vas a las plazas de mercado podrás degustar la mejor comida típica, aunque con el siempre indeseado desorden y malos olores de los desechos.
Si saludas a un anciano en la calle, él te responderá.
Podrás encontrar asaderos de pollo por todas partes, pareciera que el plato típico del Tolima fuese “pollo asado”.
Habrá muchos lugares a dónde ir, pero nadie sabrá cómo. La mayoría de los habitantes ni siquiera saben que tenemos lugares turísticos.
Si quieres perderte lo mejor es preguntarle a un policía o a un taxista.
Tendrás que bañarte con totuma en el patio de la casa porque el agua la cortan si llueve mucho o si hace mucho verano; es decir: siempre.
Te dirán que estás en la Ciudad Musical, pero si quiere escuchar música en vivo (de cualquier género) tendrás muy pocas opciones; casi ninguna.
Podrás visitar un hermoso parque llamado Centenario, el orinal más grande del planeta.
Escucharás a menudo un mito urbano sobre la existencia de un alcalde bueno para la ciudad, eso pertenece al tiempo histórico, quizás precolonial.

Al final querrás volver porque la gente del común es comprensiva, no anda por ahí repartiendo machetazos como alguien de afuera pensaría, si acaso te darán guaro hasta emborracharte y pintarte la cara con labial, y si te acuestas virgen amanecerás…bueno, amanecerás.