septiembre 15, 2014

TRANSCURRIR UT (SEPTIEMBRE 15 DE 2014)

Por: Carlos Arturo Gamboa B.

Todas las voces están huérfanas de sí,
y en esa orfandad se asisten, se acompañan.
Lucía Estrada
I
Si una profesión se encuentra atrapada en la banalización de la época actual, es la docente. Lejos están los días cuando el maestro era sujeto de saber y cambio social, hoy el profesor naufraga en el olvido y en los trámites. En siglo XXI Shakespeare no diría que “ser o no ser, es el dilema”, si no “aparentar o no aparentar, es la cuestión”. El medio ambiente y la labor docente van rumbo a la hecatombe y todos con ganas de acelerar.
II
Llenar formatos. Pasar listas de asistencias. Diseñar y evaluar por competencias (algo que nadie sabe cómo se hace, pero se debe hacer). Asistir a reuniones banales. Participar en convocatorias. Escribir para revistas que nadie lee, pero todos idolatran. Revisar las nuevas disposiciones de los Ministerios y mil oficio más. ¿Y la docencia en cuál rincón olvidado dormitará?
También en la Universidad del Tolima se ha emprendido una sórdida carrera por cumplir con las regulaciones de la educación, para las cuales existe siempre un formato. “Llenador de formatos” podría escribir en su perfil un docente actual. Formato de “acuerdo pedagógico” en donde no se acuerda nada, ojalá al menos se llegara al consenso de no llenar el formato. Formato de “lista de asistencia” de unos estudiantes para quienes asistir o no les da lo mismo, pues no “pierden por intensidad horaria”, como dicen ellos. Formato de “control de asesorías”, el cual se debe cargar a toda hora porque se asesora en cualquier lugar del campus, o en los bares y cafeterías aledaños (habrá que hacer otro formato). Formato de “asesoría de investigaciones”, para estudiantes agobiados. Formato de “reuniones de Comité Curricular”, para guardar el credo institucional, porque poco se discute en esos espacios académicos. Formato versión 1, versión 2, hasta el infinito y más allá…! Pronto alguien creará una maestría en diligenciamiento de formatos para la calidad!
III
Pero cuidado amigo profesor, el formato es esencial. Porque por ausencia de un formato se puede perder empleo. Y ahora que estamos habitando el “ethos del control”, cualquiera puede ser procesado por no llenar el formatico correspondiente, o por “intento de sospecha”. Da lo mismo. Ser docente hoy tiene poco que ver con la cultura, el saber, la reflexión y la crítica. Ser docente implica llenar formatos, lo demás vendrá por añadidura.
IV
Pero además de cumplir con el indicador que reza: número de formatos exigidos, divido en número de formatos diligenciados, por cien; el profesor debe además guardar respetuoso silencio, si lo hace hasta le perdonarán algunos formaticos mal elaborados. Pero si dice algo, si se atreve a cuestionar, tenga cuidado, le harán llenar un formato más, pero en la Oficina de Control Disciplinario. Hoy los profesores de la Universidad del Tolima son muy citados, pero no en las discusiones académicas, sino en los estrados procesales.
El nuevo “coco” del profesor es la Oficina de Control, la Fiscalía, la Procuraduría y la Contraloría. Nos quitaron el saber y nos llenaron de miedo. Nos quitaron la academia y nos asustan con procesos. Nos robaron la libertad de cátedra y nos impusieron la “leguleyada” como derrotero. Triste tiempo este para ser docente.
V
Pero además el docente universitario tiene un salario bajo, si es de planta; porque si es catedrático ni sumemos. La Universidad del Tolima ostenta el quinto (5) puesto a nivel nacional en contratar profesores de cátedra, y el puesto veinteavo (20) en valor de pago por hora de labor docente. Es decir que la fórmula es sencilla: muchos profesores de cátedra y mal pagos. ¡Viva la excelencia académica!, y la plusvalía.
VI

¡Profesor!  Si profesor, es con usted… usted sabe que las cosas no van bien, usted padece la academia cada día. Usted está preso de la tramitomanía y la sociedad formateada, usted también se hastía con tanta burocracia y poco saber. Profesor encontrémonos, profesor no renunciemos a nuestros sueños, profesor la sociedad nos necesita pensando, no llenando formatos. Profesor, amigo, diferente, docente, catedrático, tutor, los invito a reflexionar, somos muchos pero nuestro silencio es profundo. Todo lo pueden formatear amigo docente, pero no nuestras ideas, al menos no a todos.