septiembre 05, 2017

Los ojos de la Universidad del Tolima en las regiones

Por: Carlos Arturo Gamboa B.
Docente IDEAD

Cuando hablamos de la universidad pública regional, intuimos que su existencia se justifica porque desde ella se potencia el conocimiento en contexto, el cual impacta positivamente las dinámicas del desarrollo, la construcción de una cultura del saber y el fortalecimiento del pensamiento de los sujetos que allí habitan. No obstante, uno de los reclamos más sentidos que las regiones hacen, a sus universidades, es precisamente la desconexión del mundo académico con el mundo de los problemas “reales” de los territorios. 
Lo anterior, permite evidenciar que precisamente una de las fortalezas que posee la Universidad del Tolima, en esa relación Universidad/Región/Contexto, opera desde el Instituto de Educación a Distancia (IDEAD) y su oferta de programas de pregrado, especialización y maestría bajo la modalidad de estudio semi-presencial. En el 2017 dicho proyecto cumple 35 años de existencia y la valoración de su impacto, más allá de las fronteras físicas de la Universidad del Tolima, aún está por escribirse.
Por estos días, en medio de la búsqueda de salidas ante la crisis por la que atraviesa la Institución de Educación Superior más importante del departamento, se ha plateado la construcción de nuevos derroteros institucionales, y en esa discusión mucho se ha dicho y bastante se ha especulado en torno al IDEAD, casi siempre sin los fundamentos teóricos y técnicos que se requieren para un debate propositivo. Al final, lo que se concluye es que el proyecto requiere ser fortalecido para transitar por el camino de los nuevos retos, algo cercano a lo que había esbozado en un documento titulado “Reinventar el IDEAD”.
Así las cosas, la presencia en el territorio descentralizado es fundamental para la consolidación de un proyecto de Universidad Pública que potencie la región, la haga objeto de estudio, se retroalimente de sus  saberes, le proponga salidas a sus diversas problemáticas contribuyendo a la consolidación de sus áreas geográficas, políticas, económicas y culturales. Ahí el IDEAD ha sido protagonista durante estas tres décadas y media, sus aportes a la formación superior en los lugares más apartados y desprotegidos cumplen esa función que muchas veces el Estado mismo no ha sido capaz de proveer. Desde allí debe valorase su existencia, su consolidación y su necesaria transformación, porque es innegable que sus retos son altos y el compromiso institucional para tal fin, debe ser de la misma dimensión.
Es así como, por estos días, en el marco de la celebración de la existencia del IDEAD, se reunieron en Ibagué los Coordinadores de Centros Regionales, evento que tuvo lugar los días 29, 30 y 31 de agosto; y que, entre otras cosas, sirvió para recordar la particularidad misma de la existencia de dichos Centros de Atención Tutorial (CAT), como se les denomina actualmente. Desde el interactuar con la región y los sujetos, se puede constatar que allí habita un núcleo de trabajo propicio para su consolidación, solo que a veces se olvida cuál es nuestra misión como universidad pública y nos perdemos en el discurso de los indicadores, que casi nunca miden lo importante. Como lo expresó en el conversatorio Gloria Soraya Arias, una de las Coordinadoras que viene trabajando en las regiones desde los años noventa: “allá (en la región) no pensamos que la universidad está acá, allá somos la Universidad”. Esperemos entonces que, desde el IDEAD y desde la Universidad del Tolima, seamos capaces de leer esas necesidades y apostarle por seguir aprovechando el momento para apuntalar más el proyecto de formación que nos convoca, no en vano, como dice Jordi Pigem: “La crisis es como una vigorizante ducha fría. Una oportunidad para despertar”.