noviembre 28, 2013

TRANSCURRIR UT (NOVIEMBRE 29 DE 2013)



Por: Carlos Arturo Gamboa Bobadilla

Catedrático Universidad del Tolima

Vice-presidente ASPU Tolima

1.

Un grandioso regalo enviaron a la Asociación Sindical de Profesores Universitarios, ASPU Tolima, en sus cuarenta años, el Rector de la Universidad del Tolima, Herman Muñoz, a quien parece habérsele olvidado lo que significa ser profesor universitario, y el escudero de sus dos manos derechas, David Benítez. Dos procesos nuevos contra miembros de la Junta Directiva, procesos parapetados en las leguleyadas propias del vicio politiquero regional. Convencidos de que la solución es judicializar el pensamiento argumentado y atizados por la tribu reducidora de cabezas críticas, la dirección de la Universidad una vez más demuestra que es peor un gobernante que renunció a las ideas de izquierda, que un derechoso convencido.

Ambientes de persecución de este talante solo tienen parangón con los emprendidos en los años setentas, cuando cerraron la Facultad de bellas artes y despidieron al profesorado; lo diferente es que el rector de ese entonces no se hacía llamar demócrata, ni predicaba la excelencia académica y mucho menos estaba rodeado de vergonzantes soldados del poder, que vociferan la universidad como territorio de paz, cuando persiguen, estigmatizan y están dispuestos a deshacerse por cualquier medio de todo aquel que huela a diferente, que no se arrodille a mendigar sus sobras de pasajero poder.

2.

Con estos procesos, emprendidos contra los Profesores Jorge Gantiva, y Alexander Rivillas, ya casi toda la Junta Directiva está intentando ser “disciplinada”, junto a muchos otros miembros del sindicato. Mientras tanto los corruptos, los que han depredado la universidad con contratos amañados, los que vegetan a la sombra del poder, siguen campantes. Debe ser que el proyecto de Universidad que tienen en sus mentes es que el ethos y el campus se parezcan al Congreso colombiano, en donde reina la impunidad, la mezquindad y el despilfarro, mientras la mayoría observa el deterioro del bien público.

¿Al final quién pierde con estos actos de soberbia y persecución? La comunidad y el erario público. Es necesario recordar que hace algunos años la emprendieron contra el Director del Centro Cultural, y mediante artilugios lo despidieron. Luego él demandó, como es de esperarse en estos casos de persecución, la Universidad perdió el litigio. ¿Quiénes pagaron el alto costo de la demanda? ¿Los culpables? No. usted, yo, los estudiantes con sus matrículas. Los perseguidores ya no estaban en el poder, se habían ido enriquecidos con el bien público. Ese es el juego. Por eso la mayoría no debería permanecer impávida ante estas arbitrarias decisiones.

3.

Para completar el cuadro dantesco que pincelan los Directivos de la Universidad del Tolima, 135 mal llamados “catedráticos”, fueron despedidos hasta nueva orden, esto debido a que los estudiantes de Medicina y Enfermería se encuentran defendiendo el Derecho a la Salud Pública y por lo tanto se declararon en Asamblea Permanente. Los profesores a quienes les cancelaron el contrato, violando sus derechos laborales, deberán recuperar las clases cuando los estudiantes retornen a normalidad académica. Mientras tanto su navidad será negra, como lo fue para muchos en el 2011 cuando igual acción fue aplicada para cerca de 800 catedráticos. ¿Ese era el nuevo proyecto de “Universidad eminentemente académica” que nos prometió esta administración en época de campaña? Menos mal pertenezco a esa gran mayoría que no le creyó. ¿Qué dicen hoy sus votantes? ¿Qué dice el Consejo Superior que lo designó con la promesa de sacar de la crisis el Alma Mater?

Además, los restantes mala llamados “catedráticos” debemos laborar una semana más, pues alargaron el calendario académico, pero obvio no nos pagaran esa otra semana de trabajo.


4.

Estos últimos hechos demuestran que la administración de la Universidad se burló del pliego de peticiones firmado con ASPU. Han incumplido ya tres demandas: no han respetado la comisión de reclamos laborales, siguen maltratando los docentes mal llamados catedráticos y no respeta el ejercicio sindical. ¿Ignora la administración la gravedad que estos hechos representan frente al Ministerio del Trabajo y el Ministerio de Educación? Pues parece ser que prima más el odio visceral por la diferencia, por el pensamiento crítico, que la viabilidad de la universidad pública.

5.

Podemos hacer un pequeño balance de la “grandiosas” obras por las cuales esta administración será recordada en su primer año de gobierno. 1. Acabaron con la Revista El Salmón, una de las publicaciones críticas universitarias más antiguas de Colombia. 2. Abrieron, según informes de profesores, cerca de diez nuevos procesos disciplinarios contra expresiones críticas. Ni una contra los corruptos. 3. Despidieron 135 docentes de Medicina y Enfermería. 4. Garabatearon un Plan de Desarrollo y un PEI a espaldas de la comunidad universitaria, documentos en los cuales la universidad que describen parece de otro planeta. 5. Abrieron un concurso docente para 110 plazas y apenas cerca del 40% se llenaron, eso sí, los costos por pago de jurados, desplazamientos y demás si fue del 110%. Estos cinco puntos son muestra suficiente para entender qué nos espera los dos años entrantes ¿Y así quieren reelegirse?

6.

A pesar del clima adverso, quien camina construyendo futuro debe continuar por su sendero. Por eso la Asociación Sindical de Profesores Universitarios de la Universidad del Tolima, continúa en su evento de celebración de sus 40 años de lucha por la reivindicación de la universidad pública y la dignidad docente. En ese marco se celebrará la conferencia a dos voces titulada: Capitalismo, despojo, universidad: las tareas del pensamiento crítico; la cual será impartida por los profesores Miguel Ángel Beltrán y Renán Vega Cantor, dos profesores e intelectuales que conocen el exilio y la persecución por pensar críticamente. Al caer la noche disfrutaremos de un concierto dirigido por el maestro Zambrano, otro de nuestros ilustres afiliados. Estos eventos se llevarán a cabo a partir de las tres de la tarde en el Auditorio del Bloque 33, de la tan maltratada Universidad del Tolima.