mayo 11, 2018

SUR DEL TOLIMA, VÍAS PARA EL SUBDESARROLLO


Por: Carlos Arturo Gamboa B.
Docente IDEAD – UT

Hace un par de semanas tuve la fortuna y el suplicio de transitar algunas de las carreteras principales del sur del departamento del Tolima. Fortuna porque pude volver a respirar el aíre límpido de muchas de sus montañas y disfrutar la variedad de verdes en sus cañones. Suplicio porque las vías están tan deterioradas que por momentos uno se siente transportado a la época colonial y desea tener una recua para poder transitar esos caminos de herraduras, por los cuales los distintos vehículos padecen hasta el estertor.
Hay que recordar que estamos a punto de concluir la segunda década del siglo XXI y vivimos saturados de imágenes televisivas en las cuales el gobierno de turno repite que está construyendo vías para el desarrollo y posicionando una extraña marca con el nombre de 4G. Esos recuerdos hablan entonces de otro país, uno que a estas rutas es ajeno.
En medio de la verdura vegetal se trazan unas vías que agonizan mirando los abismos. Tramos destapados, empedrados, barrizales, grietas, carreteras anegadas; todo ello trasmite olvido estatal, desidia, mal gobierno, derroche de dineros, corrupción, atraso, angustia.
Viajar, por ejemplo, entre Chaparral y Planadas, por la vía que se traza entre Tuluní y Señoritas, termina siendo una experiencia que habla de la desigualdad que los territorios y sus pobladores han padecido por años. En un instante de apenas metros, la cinta asfáltica inconclusa se convierte en una mancha grisácea de rocas, como si los viajeros atravesaran una puerta del tiempo entre la modernización y un pasado precario. Igual sucede en la ruta entre Chaparral y Rioblanco, o entre Ataco y Coyaima.
La Provincia del Sur del Tolima está conformada por nueve municipios. Ataco, Chaparral, Coyaima, Natagaima, Ortega, Planadas, Rioblanco, Roncesvalles y San Antonio. Territorios ricos en agricultura y ganadería, verdaderas fuentes de sostenibilidad alimenticia, pero castigados por la desidia que durante años ha cosechado injusticia en sus regiones.
¿Cómo se puede construir un plan que potencie los enclaves de desarrollo cultural, económico y social de esta gran provincia si se encuentra casi aislada de los centros? Esa interconexión es fundamental y las rutas para que transite el intercambio, son esenciales. Por eso me asombra que en estas épocas, cada vez que las lluvias arrecian, la mayoría de estas zonas queden a la merced de los caminos de herradura. Los pobladores sufren para sacar sus productos muchos de los cuales ya arrojan pérdidas por la ausencia de planes de sostenimiento al trabajo agrícola, mientras los productos y mercancías que ingresan a la región se encarecen.
Parece increíble que no haya sido posible construir un plan de infraestructura que solucione de manera definitiva el acceso y la salida de estos territorios. Todo consiste en disponer de dinero (que siempre ha habido) para que se levante muros de contención, puentes, drenajes adecuados, capas de asfalto resistentes y demás requerimientos técnicos, así como materiales para que las vías soporten las inclemencias del tiempo. Pero se nota que en las obras ha primado la improvisación, el ahorro en los materiales y los típicos arreglos temporales que garantizan que cada vez que el clima y el deterioro cumplen su función, los contratistas tengan trabajo.
Es urgente que el gobierno nacional, la dirección departamental y los gobiernos municipales se tracen como eje estratégico de desarrollo la adecuación definitiva de las vías del sur del Tolima, por no hablar de otros aspectos vitales que se hacen urgentes; solo así dejaremos atrás la desigualdad social, la falta de oportunidades y el olvido estatal, factores que engendran violencia en todas sus formas. La verdadera paz pasa por ese camino.
Adenda: Para el fin de semana del 12 y 13 de mayo, el Instituto de Educación a Distancia de la Universidad del Tolima, ha decidido suspender las actividades educativas que tiene en el municipio de Planadas, debido a que las zonas de acceso se encuentra de nuevo colapsadas y es imposible la concentración de los estudiantes y docentes universitaritos en sus respectivos centros para asistir a los cursos programados. Una muestra más del impacto que genera no tener vías adecuadas.