septiembre 06, 2021

Los colombianos y el síndrome del victimismo deportivo internacional

 


Por: Carlos Arturo Gamboa B.

Docente Universidad del Tolima

 

El sábado tres de septiembre, mientras transcurría la etapa 20 de la Vuelta a España, Miguel Ángel López, reconocido con el alias de Superman, protagonizó un hecho sin antecedentes en el ciclismo mundial de élite, abandonó la carrera estando en buenas condiciones físicas y encontrándose aún entre los mejores. El motivo nunca lo sabremos del todo, porque pertenece a ese mundo secreto de los entornos competitivos que pocas veces se filtra a totalidad.

El acto en sí tendrá muchas repercusiones mediáticas, más en este mundo hiperconectado, pero más allá del abandonó de Superman y las consecuencias en su vida de deportista profesional, me interesa escribir sobre un tema que he venido observando en la cultura colombiana aficionada y que me atreveré a llamar el síndrome del “victimismo deportivo internacional”.

En la década de los 80 se construyó un relato sobre que Fabio Parra había perdido la Vuelta a España porque Pedro Perico delgado le había pagado al ruso Ivanov para que lo llevara a rueda durante una etapa. Recuerdo, siendo un adolescente, que “todos nos indignamos”, incluso los periodistas colombianos, cuyo amarillismo deportivo ha hecho escuela, hablaban de haber visto a Perico Delgado entregando una bolsa con billetes al corredor comprado. Para los que saben de ciclismo, en las carreras hay aliados, equipos que comparten intereses y muchas veces nuestros ciclistas también se han visto beneficiado con ello.

El caso de Superman López desató la furia de miles de internautas que sin tener conocimiento de los sucesos (algo muy propio de los internautas), no dudaron en expresar sus “libres opiniones” y he aquí el tema de mi asunto. Una idea que proliferó bastante consiste en creer que lo que le sucedió al ciclista boyacense fue un complot de su equipo Movistar para que perdiera el podio a favor de Enric Más, el otro líder, de nacionalidad española como el equipo. De nuevo el “victimismo deportivo internacional” surgió como teoría explicativa del suceso.

Después de varios capítulos del novelón que se ha armado, digno de lloriqueos a lo Betty la fea, la gente sigue profundizando en la conspiración contra Superman, muy a pesar de que él mismo ya aceptó que cometió un error de estrategia en carrera y un error deportivo al abandonar la competencia. Entonces tuve que recordar otros antecedentes, incluido el ya mencionado de Fabio Parra.

James Rodríguez en el Real Madrid y la supuesta persecución por parte de Zidane. O el caso Nairo, en el mismo equipo de Movistar, conjunto que supuestamente contrata colombianos con un salario alto para después no dejarlos ganar, imagino la cara de los ejecutivos de Telefónica escuchando esto. O el famoso “fue gol de Yepes” que nos impidió, según la experta opinión futbolera de cafetín, ser campeones mundiales en Brasil.

En todas partes hay seres horribles que están impidiendo que los colombianos triunfemos, porque nosotros somos mejores en todo. El boxeador chino que en complicidad con los jueces dieron perdedor a Yuberjen Martínez impidiendo una olímpica medalla de oro, es un ejemplo de ello. Parece que olvidamos que, en el deporte, como en toda competencia, lo más factible es perder. De los 176 ciclista que iniciaron la Vuelta a España 2021, sólo uno ganó y no se debió a ningún complot, fue el mejor, a él le salieron las cosas mejor y fue quien contó con ese pequeño ingrediente de suerte que da triunfos, como el de Egan Bernal en el Tour 2019.

Pero nuestra paranoia colombianista es desmedida, vemos enemigos en todas partes, sacamos la bandera tricolor y nos llenamos de odio porque a Sebastián Villa no lo ponen de titular por indisciplinado o porque todos los que nos ganan están dopados, favorecidos por los jueces o han comprado sus triunfos. Como excelentes víctimas que somos, no somos mejores porque no nos dejan.

Alguna vez Maturana dijo que “perder era ganar un poco”, aludiendo que en el deporte no siempre se gana y que saber perder pasa por reconocer que hay otros mejores y que se deben pulir los procesos para algún día, si es posible, ganar. No somos las víctimas de una gran confabulación mundial para opacarnos, es que otros tienen mejores procesos deportivos, invierten más en deporte, forman mejor sus niños y jóvenes para ser deportistas de alto rendimiento.  Enseñan a ganar y a perder en las escuelas deportivas, para que manejen la frustración o él éxito cuando llegue el día. Muchos deportistas han arruinado su vida después de ser ganadores, ahí tenemos otro problema.

El caso de Superman López dará mucho de qué hablar en los entramados amarillistas, lo cierto es que este tipo de hechos no son ajenos en el deporte de alto rendimiento y quizás él, un talento salido de las entrañas campesinas, hubiese reaccionado de otra forma si hubiese tenido esa formación que dan las escuelas deportivas. No es que haya fuerzas oscuras en el planeta impidiendo que los colombianos seamos mejores, para ser mejores debemos prepararnos mejor, no sólo en el deporte, en todos los campos. No debemos olvidar que, como dijo Séneca: “Es imposible ganar sin que otro pierda”.