diciembre 16, 2015

TRANSCURRIR UT (DICIEMBRE 16 DE 2015)



Por: Carlos Arturo Gamboa B.

I

Se partió diciembre en dos y la incertidumbre ronda el campus de la Universidad del Tolima. Para los amantes de la navidad, los regalos, las fiestas de despedida y los agasajos, este diciembre será negro; para los que no, también. En más de dos décadas que llevo habitando este territorio de sueños, nunca había presenciado tal malestar. Todos saben que las cosas no van bien, pero cada uno tiene distintas versiones. Que el rector anda buscando los 12 mil millones para poder cerrar el año, que no se sabe si habrá vacaciones colectivas, que van a despedir gente, que esto, que lo otro… y en el reino de la incertidumbre el poder gobierna a sus anchas.

II

Los diciembres en la UT eran distintos. Incluso algunos años había derroche. Fiestas por Facultades y por Dependencias. Fiestas aquí y allá. Novenas navideñas. Regalos para los niños. Whisky para los jefes. Cerveza en las esquinas cercanas. Pero también sonrisas, alegrías, tranquilidad y sobre todo seguridad de que las vacaciones eran espacios temporales para recargar baterías, porque el año que seguía traería nuevos retos. Hoy se habla de angustias, de sinsabores y de la inseguridad de un 2016 que amenaza con derruir las estabilidades.

III

¿En dónde están los responsables de esta angustia institucional? ¿Seré yo maestro? dijo Judas mientras mojaba el pan en el plato del maestro. Ahora nos invitan al escenario del “todos ponen”, pero sin que aparezcan los responsables es imposible jugar ese jueguito. Otro piden que nos “pongamos la camiseta”, pero la verdad hace muchos años la tengo puesta, desde que era estudiante de pregrado, por lo cual no entiendo tal sentencia, ¿será que los que llaman a ponerse la camiseta nunca la tuvieron puesta? Las lecciones de economía muestran una verdad contundente, cuando la resección llega, pagan los más débiles. Es el primer mandamiento del capitalismo y en estos tiempos el capital manda en todo, hasta en la Universidad Pública.

IV

Espero que todo cambie. Que por el bien de la región la Universidad del Tolima cruce el río tormentoso. Pero para ser sincero dudo que el futuro sea próspero, cuando el presente atenaza con hechos reales. El 2016 traerá muchos retos para la comunidad, recomponer el rumbo es el primero de ellos. Las crisis también son oportunidades de transformación, pero como dijo Einstein “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Para reestablecer la confianza se debe evidenciar la verdad, de lo contrario solo crecerá el dique de la mentira. Hay muchos que deben hacerse a un lado y permitir que la comunidad enderece el rumbo, de lo contrario los reyes magos del Ministerio de Educación podrían llegar iniciando enero, y no traerán en sus alforjas presentes, sino medidas de coacción, reestructuraciones y agobios. Serían los jinetes del Apocalipsis disfrazados, y todos sabemos lo que pasa cuando suenan las trompetas de la intervención. Espero que eso no suceda, y si sucede, como dicen los religiosos, “nos encuentren comulgados”.

V

En medio de todo toca tomar aire y disponerse a la lucha por la Universidad, porque más allá de nuestras necesidades inmediatas, la Universidad del Tolima es el sueño de muchos que hoy no están aquí. Por ustedes, por ellos y por todos… no desfallecer es el camino. Quisiera decirles felices fiestas, pero eso sería mentirles y ese es el oficio de otros. Mi abrazo fraterno, por ahí nos vemos.