Nota: Uno de los gigantes de la
plástica latinoamericana, fiel confabulado, con su característico rigor,
impugna otra de las falacias instauradas por esta civilización que ha perdido
su horizonte.
Los pueblos ancestrales, que tenían una relación
fundamental con la Tierra y sus raíces culturales, creían que la figura del
Maestro era necesaria y postulaban los designios de la sabiduría como uno de
sus objetivos; pero contrariamente esta época que pretende la abolición de la
memoria y que anima formas fugaces en el arte, ha decretado el fin de la
tradición y por eso mismo la extinción de los Maestros.
Puede parecer evidente: pero para que exista un
Maestro deben existir discípulos, y los discípulos por definición deben al
menos respetar a sus maestros, no desconocerlos. Lo cual exige algo casi
imposible en este vínculo: la humildad de las dos partes. Es importante
“reflexionar” al respecto, verbo que tampoco se ejercita en este tiempo que
sólo impulsa lo superficial, los libros fáciles, las pinturas obvias, las
películas ligeras. Vivimos en un mundo donde la educación se ha extendido a
zonas antes inconcebibles, es indudable, pues ahora en las universidades y en
las empresas de nada sirven los títulos de pregrado, se exige que la persona
tenga especializaciones, doctorados, pero todos sabemos que por más que los
candidatos obtengan sus diplomas, producto casi siempre de investigaciones
innecesarias, estos seres protegidos por los poderosos sistemas académicos e
imbuidos de arrogancia, están muy lejos de llamarse Maestros, pues lo que
durante siglos era inherente a esa alta condición intelectual y humana, no sólo
involucraba una veneración del alumno que ya no existe, sino que implicaba algo
esencial que comienza a desaparecer del mundo, me refiero a la sabiduría.
Tenemos doctores, especialistas, postdoctores, pero nunca Maestros. Nuestra
civilización se enfrenta a una generación indolente, que arrasa con todos los
cargos pero que no tiene formación reflexiva, cultural ni humanística.
No es un buen tiempo el que vivimos.
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