diciembre 05, 2017

EL PODER DE LA PALABRA

En el II Concurso nacional universitario de microrrelato 2017, convocado por la Universidad EAFIT, destacan como uno de los 8 trabajo seleccionados un minincuento de mi autoría el cual comparto aquí:

El poder de la palabra
Aldemar nunca creyó en el poder de la palabra, para él las frases eran solo vacíos en el vacío, murmullos carentes de autoridad. Nada más le agradaba que lo concreto y, según él, el lenguaje era muy ambiguo.
La noche que fue detenido, como sospechoso de dar refugio a un rebelde, firmó el formulario de la comisaría con su puño y letra. Alegó que lo confundían y pensó que todo se aclararía pronto.
Durante los dos meses que estuvo en los calabozos de la Sexta Brigada, guardó la esperanza de que los gobernantes reconocieran el marco de su ideología. Odiaba los discursos de cambio, ellos deberían notarlo en sus pesquisas. Sin embargo cada tres días era torturado, aunque no tenía nada que “cantar”.
Pasaron los meses. Las batidas aumentaron en la misma proporción que la resistencia. Pronto los calabozos estaban saturados. Aldemar ya no era útil. No tenía nada que decir. El comandante firmó la orden.
De pie frente a los cuatro soldados Aldemar reiteró su inocencia. Entonces entendió el poder de la palabra, justo cuando escuchó al comandante, sin ambigüedad, gritar:

-¡Alisten, apunten, fuego!

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