octubre 23, 2011

OPORTUNISMO VS SOLIDARIDAD

Por: Carlos Arturo Gamboa
El oportunismo campea en el mundo del siglo XXI. Léase por oportunista la persona que sobrepone su proyecto individual por encima de lo común; por lo tanto el oportunismo es enemigo acérrimo de la solidaridad, aunque muchos sean oportunistas al confundir los dos conceptos. Esta forma de vida ha impregnado todo, en los discursos pedagógicos lo llaman “competencias”, en política alianzas, en economía oportunidades, etc.
La necesidad de un mundo trasfigurado por la seudo-ideología del bienestar capitalista, suele pensar, e invitar a que se piense, que el esfuerzo del individuo lo lleva a posicionarse como un sujeto exitoso, pero sin importar los métodos que use para ello. Por lo tanto, el bienestar egoísta que pocos construyen, tienen un extremo que no se desea reconocer: hay miles de miserables a cambio de “algunos” exitosos. Por eso llaman líderes a aquellos que son capaces de depredar al Otro y ascender los peldaños de esa barbarie.
Esta lógica ha impregnado al sujeto, lo moldea, se ha convertido en la forma predilecta de la alienación moderna. Ya no necesitamos ser obligados a pertenecer al sistema capitalista, nosotros mismos lo deseamos. Una fuerza interna nos conduce a creer que nuestro esfuerzo debe estar dirigido al proyecto de individuo, sin importar que con ello neguemos el proyecto de sociedad; a eso algunos “mercachifles” lo han llamado actitud positiva. ¿Puedo acaso tener actitud positiva frente a la vida cuando mi beneficio se construye a consta de la miseria del otro?
Lo anterior no se contrapone al deseo humano de tener una existencia digna, pero si a la anómala forma de construir la indignidad de los vencedores. No puedo llamar desarrollado, exitoso, digno, competente o civilizado, a quien (o quienes) anteponen la avaricia como signo de vida, a la posibilidad de la solidaridad como otra forma de organizar el mundo. Como tampoco puedo llamar fracasado, incivilizado, indigno o pre-desarrollado, a quien (o quienes) por exclusión o sometimiento han sido condenados al otro extremo de la existencia.
Esa forma de actuar oportunista provocará que cada vez la línea abismal de la inequidad crezca. El puente, creo, está en la solidaridad. Sólo así se podría derrotar la idea perversa de que la pobreza es culpa de los pobres. La solidaridad puede permitir abonar el terreno de lo común, algo que hoy, para no ir muy lejos, se necesita urgente en la sociedad colombiana. Ojalá hoy, cuando las movilizaciones sociales crecen aceleradas por la crisis de un modelo oportunista, no aparezcan los líderes, los exitosos, los dignos o los competentes a decirnos que aquí estamos frente a un momento histórico en donde tenemos que actuar de acuerdo al “costo de oportunidad”. Espero más bien que la solidaridad florezca y que el oportunismo decline su deseo de poder.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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