enero 25, 2024

Corredor Turístico del Norte de Ibagué, radiografía de un abandono

 


Por: Carlos Arturo Gamboa Bobadilla

Docente Universidad del Tolima

 

En Ibagué, hace más o menos cinco años, se ha venido desarrollando un nuevo espacio para el turismo, los proyectos productivos con enfoque agroecológico y el emprendimiento en diversos campos autosostenibles. Se trata del denominado Eje Turístico del Norte de Ibagué, que se traza desde los límites del barrio El Salado, específicamente del denominado punto “El país”, que toma dos vertientes, por la derecha hacia San Bernardo con puntos clave como la vereda La Helena y La Flor; y hacia la izquierda hacia la mina y la vereda Carrizales.

Durante los últimos años, y en especial en pandemia y postpandemia, han aumentado considerablemente los negocios y emprendimientos de corte turístico en dicho corredor. Fincas agroturísticas, miradores, restaurantes, balnearios naturales, glampings entre muchas otras apuestas productivas han venido impactado positivamente en este sector. Este tipo de apuestas de desarrollo traen consigo muchos dividendos para los sectores involucrados, cualificación de los empleos, mejora de los ingresos de las comunidades, apuestas de sostenibilidad ecológica, redes de economía solidaria, por mencionar sólo algunos.

Además, y viendo la saturación de ejes turísticos como el Cañón del Combeima, el Corredor Norte se presenta como una opción nueva y con gran variedad de puntos de entretenimiento y turismo para los habitantes de Ibagué y visitantes de otras regiones del país que llegan día a día buscando alternativas de esparcimiento.


No obstante, el empuje de la zona sufre de un estancamiento debido a factores deficitarios que deben hacer parte de las políticas municipales y departamentales quienes necesitan promover y coadyuvar al sostenimiento de estos proyectos. Todos sabemos que, con la llegada de turistas y visitantes, se deben fortalecer aspectos de infraestructura, de seguridad y de cuidado del ambiente para que se pueda ejercer un turismo responsable y que garantice la supervivencia en el tiempo. 

Es así que a finales de 2023 y en lo corrido del presente año, la comunidad se ha venido quejando constantemente del abandono en temas como el mantenimiento preventivo de las redes eléctricas, lo cual genera cortes constantes en la energía sin respuesta adecuada por parte de Celsia. Así mismo, factores de inseguridad que alejan los visitantes y afectan los residentes de la zona, sin contar con el apoyo decidido de la policía metropolitana, quienes informan que ellos no cubren el sector verdal, en especial del Salado a San Bernardo. Esta zona no cuenta con gas domiciliario, sin que hasta ahora las promesas de instalación que se hicieron en la alcaldía anterior hayan tomando un curso eficiente.

Del mismo modo, el manejo de basuras es altamente deficiente, ya que la recolección de residuos a tiempo es clave para el equilibrio ecológico y el manejo de alimentos. El mantenimiento de la red vial no existe, son los pobladores quienes periódicamente hacen mingas para podar, limpiar y cubrir la ausencia del municipio en estas labores. Incluso existen tramos de la carretera que están a punto de colapsar sin que los clamores de los usuarios sean escuchados. Así mismo, la señal de internet y el servicio de telefonía es precario, factores claves para el turismo del siglo XXI. El transporte público, aunque existe una ruta de buses, no es constante y esto limita la visita de personas que no poseen vehículos.



En fin, son muchos los aspectos que dependen de la gestión municipal y departamental para que este corredor rico en flora, fauna, paisajes, apuestas sostenibles y gente emprendedora logre consolidarse. Sería muy lamentable que muchos terminen, por falta de apoyo gubernamental, abandonando el sueño de consolidar el Corredor Turístico del Norte de Ibagué en un bastión del desarrollo y en una ventana para mostrar la ciudad, la cultura, su gastronomía y sus paisajes.

Esperamos que el clamor sea escuchado y los nuevos funcionarios municipales y departamentales entiendan que invirtiendo y apoyando proyectos de la franja turística se contribuye a generar una dinámica de desarrollo vital para aumentar los alarmantes índices de desempleo y las opciones comunitarias de trabajo en el marco de una región que clama por mejorar sus condiciones de vida.



1 comentario:

Carmen Rosa Acosta Castellanos dijo...

Asi es, es hora de que las entidades apoyen enfaticamente el eje turistico del Norte del Tolima. Es necesario seguir mostrando toda la cultura, gastronomia y paisajes de este corredor turistico y para ello se requiere que se siga visibilizando como lo hace usted en mención. Este es un llamado para que sean escuchadas las voces de los que claman por mejorar sus condiciones de vida, y ser parte de un cambio positivo para la región.