abril 02, 2013

LOS FANTASMAS DEL PASADO



Por: Carlos Arturo Gamboa B.

Suele vérselos en puestos de manejo de las universidades públicas y privadas, haciendo burocracia en las Facultades de Humanidades o de Educación, refundidos tras un escritorio público o simplemente acumulando puntos profesorales para poderse pensionar con un buen salario. Antes era beligerantes líderes  con remoquetes como Leninistas, Trotskistas, Maoístas, Marxistas y hasta Stalinistas. Leían libros que la policía tildaba de “instrucciones para terroristas” y que hoy apenas son incunables repletos de polvo, memorias históricas para investigadores de hemeroteca. Gritaban y luchaban por igualdad y justicia al lado de los obreros, de los campesinos, de los ciudadanos de a pie (descalzos). Escribían en alguna revista “roja-rojita”, la cual repartían clandestinamente en los bares de la ciudad, en las plazas públicas y en las manifestaciones a las cuales eran infaltables.

Suele vérselos bien vestidos, hasta usan corbata. Algunos se doctoraron en educación bajo la línea del pensamiento crítico. Leyeron  a Freire pero no lo entendieron, mucho menos lo aplicaron. Saben citar en varios idiomas y como lo dictan las normas. Publicaron algún librito en la Editorial Magisterio y escribieron para revistas educativas que unos pocos leían pero que luego fueron indexadas y ahora nadie lee. Otros tuvieron “la fortuna” de viajar al exterior, visitar quizás Moscú, ir a la Habana y volver cabizbajos porque resistir acarrea necesidades. Otros militaron en sus “partiditos de cuadrilátero” sin darse cuenta que mientras ellos cargaban las banderas sus jefes políticos se reunían con los gobernantes de turno a realizar “acuerdos estratégicos”, entonces un día decidieron ser los jefes y ahora se reúnen con los gobernantes de turno a  realizar “acuerdos estratégicos”.

Suele vérselos distantes, acomodados en sus sillas, renegando de la ideología, remarcando los errores del comunismo, disfrazando su acomodamiento con discursos tibios sobre las oportunidades de la educación y desplegando sus manos ante cualquier tajadita que el sistema les brinde para aumentar su tasa de retención a la entrega. Otros son fieles sirvientes del sistema, son los intermediarios ante cualquier conflicto, creen en el diálogo que desmoviliza, son expertos en tratar con fuerzas descontentas, son mediadores para lograr aclimatar el mundo en donde de todo siga igual. Otros son pro-capitalistas, así sin más.  

Suele vérselos por ahí deambulando. Son la carcoma de un tiempo que mató sus sueños. Son la sombra de una época cuyo desencanto parió estos hijos apolíticos y desencantados. Ellos nunca fueron y ahora quieren impedir que muchos sean. No creen en las luchas colectivas, sienten fobia por los sindicatos, miran con desprecio a los nuevos obreros del sistema (los grises empleados de oficinas), ocultan su pasado viendo noticias en CNN, juegan tenis y toman whisky, jamás volvieron a las barriadas a jugar tejo y a tomar cerveza,  no se miran al espejo demasiado tiempo  porque temen al fantasma de su pasado. 

Suele vérselos en muchas partes, afortunadamente no son eternos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Profe que susto con esos fantasmas hahahaahaha

Viviana Sánchez

Juan Batero dijo...

Muchas veces lo que pensamos, soñamos o creemos nunca se da; la miel es pegajosa, es fácil de quitar, pero sabe tan bueno que queremos untarnos mas y mas. La comodidad y un buen sueldo borra de la faz del pensamiento cualquier ideal porque luchar.