octubre 03, 2014

CONVOCATORIA III FORO NACIONAL CONSTITUYENTE



III FORO NACIONAL CONSTITUYENTE
EDUCACIÓN - PAZ - MEDIO AMBIENTE
Universidad del Tolima -Noviembre 13-14-15 de 2014-

Colombia se encuentra en el vórtice de la coyuntura, pensarnos hoy significa existir como país mañana. Tres ejes nos convocan a continuar construyendo los derroteros necesarios para fortalecer el poder constituyente: educación, paz y medio ambiente.

Con ese marco de fondo nos daremos cita en Ibagué en el III Foro Nacional Constituyente, para que desde distintas miradas tejamos iniciativas para afrontar los retos que agobian la realidad colombiana. Una nueva estocada sufre el sector educativo después de la fracasada intentona de reforma a la Ley 30, esta vez reflejado en un inconsulto plan reformista que busca de nuevo imponer la lógica del mercado, mientras las universidades públicas y demás instituciones educativas naufragan en sus cotidianidades. El proceso de paz camina, pero necesitamos replantear la participación del sujeto constituyente en las determinaciones fundamentales, no seguir asistiendo como espectadores. La paz no es solo la dejación de los fusiles, es la posibilidad de la vida misma, la justicia y la igualdad. El medio ambiente, depredado, dispuesto a las máquinas del extractivismo, también nos convoca a actuar, porque mientras el planeta agoniza Colombia permite que sus recursos sean subastados en las bolsas de valores.

En ese sentido, queremos convocar a los distintos sectores universitarios y a la población en general a hacerse partícipes. El foro se realizará los días 13-14 y 15 de noviembre.  Nos gustaría contar con su asistencia y sus apreciaciones para terminar de diseñar el encuentro, las cuales pueden enviarse al siguiente correo: cgamboa@ut.edu.co. El plazo máximo para ajuste de programación es el 15 de octubre.

Carlos Arturo Gamboa B.
Equipo Coordinador. Celular 317-5880816

septiembre 29, 2014

TRANSCURRIR UT (SEPTIEMBRE 29 DE 2014)



Por: Carlos Arturo Gamboa B.
I
El pasado 24 de septiembre, en Asamblea Extraordinaria de Profesores, se aprobó por unanimidad el apoyo al docente Alexander Martínez Rivillas, frente al proceso que desde la administración de la Universidad del Tolima se viene adelantado en su contra. El profesorado entiende que un acto como el levantamiento del fuero sindical y un sinnúmero de procesos que en su contra se gestan, no corresponden al talante académico de una institución cuya función es marcar un derrotero distinto en la búsqueda de soluciones, evitando de esa manera continuar por el camino de la judicialización que hoy agobia el mundo universitario colombiano.
II
En esa misma Asamblea se hizo saber que el rector José Herman Muñoz aceptaba un escenario de concertación para dirimir este tipo de conflictos de índole académicos. Este acto, aunque tardío, abre las posibilidades de recuperar la dignidad docente y podría evitar que la Universidad del Tolima se continúe desgastando en largos procesos que solo conllevan a deteriorar aún más las interacciones de una comunidad académica que hace años entró en una serie de pugnas que impiden que la cultura universitaria salga a flote y enfrente los retos de transformación de la región.
III
¿Cómo construir confianza? La salida solo es viable si le apostamos a la construcción de escenarios públicos en donde los actores expresen y construyan derroteros. Tenemos la experiencia como baluarte y no podemos caer en el viejo sofisma sobre la participación pasiva. Temas tan complejos como el blindaje de las contrataciones, la elaboración presupuestal participativa, la movilidad interna, el consumo de psicoactivos, los procesos administrativos agobiantes, la ausencia de un liderazgo académico colectivo, la acreditación institucional, entre muchos más, nos competen a todos aquellos que nos preciamos de hacer parte de la comunidad académica. ¿Cómo construir confianza? Siendo partícipes reales del diseño y la implementación de la política. Lo demás es solo demagogia de quienes confunden información con participación.
IV
Quiero creer en la voluntad política del rector, aunque es sabido que a su alrededor medran una serie de personajes para quienes el eterno conflicto les garantiza permanencia en el poder. Es que la universidad pública es una expresión micro-social del país que cada día vemos agonizar. Pero como quiero creer, espero que se retome la agenda que desde diversos sectores críticos se ha planteado, como la dignificación de la labor de los catedráticos, el cumplimiento de los acuerdos sindicales con ASPU, la apertura de la comisión de reclamos para dirimir los conflictos, la rendición de cuentas de los administrativos, la construcción de escenarios para el encuentro universitario, la reformulación de la obsoleta normatividad que convierte la vida universitaria en un gueto de tinterillos, la redefinición del proyecto del Instituto de Educación a Distancia y el respeto a la crítica y la diferencia. ¡Ver para creer!
V
El profesor Juan Manuel Llanos llegó hace más de tres meses, después de haber terminado su doctorado en Argentina. Aún recuerdo la lucha por el reconocimiento de sus derechos como becario, en un concurso tan largo como la burocracia universitaria. ¿Cuánto tiempo tendrá que esperar para que le asignen labores como docente de planta? ¿Será que no necesitamos profesores y nos damos el lujo de tener cesante un doctor? ¿La tardanza será por el apellido del profesor? A veces pienso que los encargados de estos procesos son tan lentos, que si los dejan cuidando una tortuga, se le vuela
VI
Hay una frase que le atribuyen a Cayo Cornelio Tácito: “Quien se enfada por las críticas, reconoce que las tenía merecidas”, y por estos lares existen ciertos personajes que necesitan estar ebrios para expresar su amenazante enfado u ocultarse tras panfletos de “rincón de baño universitario” para amedrentar las voces que no callan. Su oficio es y será infructuoso.

septiembre 24, 2014

¿VALE LA PENA ABRIR MÁS DEPARTAMENTOS EN LAS FACULTADES?



Por: Elsa María Ortiz Casallas.
Profesora de la Facultad de Educación

Las siguientes ideas tiene la función contribuir al análisis y al debate sobre la apertura de mas departamentos en la Facultad de Educación de la Universidad del Tolima.
Pensar en cerrar o abrir departamentos no es sólo un asunto de tipo burocrático y administrativo para mostrar resultados en la era del control y la gestión, ni un asunto de momento electoral, sino un problema fundamentalmente de orden epistémico. En esta línea, la pregunta inicial es ¿Hacia dónde va la Facultad de Educación con éstas propuestas? ¿Hoy día, cuál es el norte de la Facultad de Educación? ¿Cuáles son los estudios y los argumentos históricos, filosóficos, políticos, curriculares y epistémicos que llevan a la dirección de la Facultad de Educación  ha tomar esta decisión? ¿Cambiar por cambiar? No hay que olvidar que el innovacionismo compulsivo como ideología, arraigado en las administraciones de turno, ha sido un problema histórico en la universidad, lo cual ha obstaculizado y frenado tanto la continuidad de procesos como la transformación de éstos.
Antes de pensar en dividirnos, aún más de lo que estamos, sería importante plantear las siguientes preguntas: ¿desde qué perspectiva epistémica estamos tratando de resolver los problemas del entorno regional y nacional? Ahora ¿dichos problemas se resuelven disciplinariamente o necesitan el concierto de diversos saberes para lograr su comprensión? Estas preguntas remiten directamente a la relación con el contexto, a la relación con la estructura curricular de los programas de la facultad  y a la planteada por la universidad. Si bien es cierto la ciencia clásica moderna ha privilegiado el método analítico en clave disciplinar con tendencia cada vez más hacia la hiperespecialización de los saberes, también es cierto que los problemas reales que se observan en el entorno son tan complejos que difícilmente se logran objetivar, explicar y comprender desde un paradigma disciplinar (Morín, 2000).
Según Castro (2005) Las disciplinas son ámbitos que agrupan diversos tipos de conocimiento  experto, entonces: el lenguaje es una disciplina, la literatura es una disciplina, las matemáticas, la biología, las lenguas extranjeras y educación física recreación y deportes también lo son. Las disciplinas materializan la idea de que la realidad debe ser dividida en fragmentos y de que la certeza del conocimiento se alcanza en la medida en que nos concentremos en el análisis de una de esas partes, desconociendo sus conexiones con todas las demás. Nótese que ésta es la estructura curricular que ha sostenido la universidad, coherente con una universidad más de tipo profesionalizarte que investigativa (Miñana, 2002), aliada de una visión mercantil, a la cual se ha plegado la ciencia en el actual capitalismo cognitivo. Es decir, la universidad sigue pensando el mundo complejo de forma simple; en esta línea, sigue formando profesionales disciplinarios, incapaces de intervenir en un mundo que funciona bajo una lógica compleja.
Ya Pierre Bourdieu (1980) mostraba cómo esta estructura arbórea universitaria esconde una lucha darwinista entre diferentes campos y actores por la obtención de un determinado tipo de interés, poder o capital; ahora, como el modelo educativo impuesto, bajo la lógica del mercado es la competencia; entonces, compiten las universidades, los departamentos, los profesores, las facultades, y en estas batallas sin norte, en donde prima el olvido de la historia, la despolitización y des-ciudadanización, el rumor, el ardid y la política del bien particular,  los actores luchan por perpetuarse en el poder.
Ante el anterior panorama, algunos teóricos, entre ellos Morín (2000) y Santiago Castro (2005) entre otros, han propuesto la perspectiva inter y transdisciplinaria. Unión mas no disyunción,  matriz que cobra sentido aún más si se tiene en cuenta, en nuestro caso,  que se trata de una facultad de educación donde el objeto de formación son sujetos, todos con un una carga de incertidumbre y subjetividad enorme, imposibles de atrapar y valorar bajo métodos lineales y disciplinares, como ha sido tradicionalmente la tendencia. Una de las críticas que Morín hace al sistema educativo es que éste privilegia, en clave de intereses ideológicos y políticos, la simplificación, la segregación y  la disyunción en detrimento de la unión (visión colonial de la ciencia), lo cual lleva al sujeto en formación a conocer sólo partes de la realidad obstaculizando el sistema de relaciones académicas, sociales, culturales, ideológicas y políticas de los fenómenos que, en ambientes de aprendizaje transdisciplinario lo llevarían a una real comprensión de la cultura y la naturaleza, propiciándole al sujeto posibilidades de participación como actor y ciudadano de su propio entorno. El todo no es igual a la suma de las partes precisamente porque allí se desprecian las relaciones, las grietas y las fisuras.
Finalmente, bajo la idea de una universidad autónoma y democrática, es necesario discutir estas propuestas con todos los actores implicados y tomar decisiones colectivas.

Referencias:
Bourdieu Pierre (1980). El sentido Práctico. Siglo Veintiuno Editores. Argentina.
Castro-Gómez, Santiago. (2005). La hybris del punto cero. Ciencia raza e Ilustración en la Nueva Granada (1750-1816). Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana.
Miñana, Blasco, C. (2002) Interdisciplinariedad y currículo. Un estado del arte. En: Seminario Internacional sobre interdisciplinariedad y currículo. Construcción de proyectos Escuela-Universidad: memorias/Ed.  A cargo de  Carlos Miñana Blasco. Bogotá: Universidad nacional de Colombia. Programa RED. p. 1-48.
Morín, Edgar. (2000). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Bogotá: Icfes.

septiembre 15, 2014

TRANSCURRIR UT (SEPTIEMBRE 15 DE 2014)

Por: Carlos Arturo Gamboa B.

Todas las voces están huérfanas de sí,
y en esa orfandad se asisten, se acompañan.
Lucía Estrada
I
Si una profesión se encuentra atrapada en la banalización de la época actual, es la docente. Lejos están los días cuando el maestro era sujeto de saber y cambio social, hoy el profesor naufraga en el olvido y en los trámites. En siglo XXI Shakespeare no diría que “ser o no ser, es el dilema”, si no “aparentar o no aparentar, es la cuestión”. El medio ambiente y la labor docente van rumbo a la hecatombe y todos con ganas de acelerar.
II
Llenar formatos. Pasar listas de asistencias. Diseñar y evaluar por competencias (algo que nadie sabe cómo se hace, pero se debe hacer). Asistir a reuniones banales. Participar en convocatorias. Escribir para revistas que nadie lee, pero todos idolatran. Revisar las nuevas disposiciones de los Ministerios y mil oficio más. ¿Y la docencia en cuál rincón olvidado dormitará?
También en la Universidad del Tolima se ha emprendido una sórdida carrera por cumplir con las regulaciones de la educación, para las cuales existe siempre un formato. “Llenador de formatos” podría escribir en su perfil un docente actual. Formato de “acuerdo pedagógico” en donde no se acuerda nada, ojalá al menos se llegara al consenso de no llenar el formato. Formato de “lista de asistencia” de unos estudiantes para quienes asistir o no les da lo mismo, pues no “pierden por intensidad horaria”, como dicen ellos. Formato de “control de asesorías”, el cual se debe cargar a toda hora porque se asesora en cualquier lugar del campus, o en los bares y cafeterías aledaños (habrá que hacer otro formato). Formato de “asesoría de investigaciones”, para estudiantes agobiados. Formato de “reuniones de Comité Curricular”, para guardar el credo institucional, porque poco se discute en esos espacios académicos. Formato versión 1, versión 2, hasta el infinito y más allá…! Pronto alguien creará una maestría en diligenciamiento de formatos para la calidad!
III
Pero cuidado amigo profesor, el formato es esencial. Porque por ausencia de un formato se puede perder empleo. Y ahora que estamos habitando el “ethos del control”, cualquiera puede ser procesado por no llenar el formatico correspondiente, o por “intento de sospecha”. Da lo mismo. Ser docente hoy tiene poco que ver con la cultura, el saber, la reflexión y la crítica. Ser docente implica llenar formatos, lo demás vendrá por añadidura.
IV
Pero además de cumplir con el indicador que reza: número de formatos exigidos, divido en número de formatos diligenciados, por cien; el profesor debe además guardar respetuoso silencio, si lo hace hasta le perdonarán algunos formaticos mal elaborados. Pero si dice algo, si se atreve a cuestionar, tenga cuidado, le harán llenar un formato más, pero en la Oficina de Control Disciplinario. Hoy los profesores de la Universidad del Tolima son muy citados, pero no en las discusiones académicas, sino en los estrados procesales.
El nuevo “coco” del profesor es la Oficina de Control, la Fiscalía, la Procuraduría y la Contraloría. Nos quitaron el saber y nos llenaron de miedo. Nos quitaron la academia y nos asustan con procesos. Nos robaron la libertad de cátedra y nos impusieron la “leguleyada” como derrotero. Triste tiempo este para ser docente.
V
Pero además el docente universitario tiene un salario bajo, si es de planta; porque si es catedrático ni sumemos. La Universidad del Tolima ostenta el quinto (5) puesto a nivel nacional en contratar profesores de cátedra, y el puesto veinteavo (20) en valor de pago por hora de labor docente. Es decir que la fórmula es sencilla: muchos profesores de cátedra y mal pagos. ¡Viva la excelencia académica!, y la plusvalía.
VI

¡Profesor!  Si profesor, es con usted… usted sabe que las cosas no van bien, usted padece la academia cada día. Usted está preso de la tramitomanía y la sociedad formateada, usted también se hastía con tanta burocracia y poco saber. Profesor encontrémonos, profesor no renunciemos a nuestros sueños, profesor la sociedad nos necesita pensando, no llenando formatos. Profesor, amigo, diferente, docente, catedrático, tutor, los invito a reflexionar, somos muchos pero nuestro silencio es profundo. Todo lo pueden formatear amigo docente, pero no nuestras ideas, al menos no a todos. 

septiembre 03, 2014

TRANSCURRIR UT (SEPTIEMBRE 3 DE 2014)

Por: Carlos Arturo Gamboa B.
I
Como reza el Talmud, es mejor figurar entre los perseguidos que entre los perseguidores.
II
¿Cuál es el destino de la Universidad del Tolima sumida en el ardoroso fervor de su silencio? Si hay algo nocivo para una comunidad es decretar que “todo marcha bien”, sobre todo cuando la realidad muestra su crudo rostro. Crecen los presupuestos, crecen las edificaciones, crece el número de empleados, crecen las licitaciones, pero no crece la academia porque el proyecto de universidad sigue embolatado en los archivos de los indicadores. En ese panorama quien denuncia, dice, grita, enuncia, es sujeto de disciplina, debe ser amoldado, al fin y al cabo esta es una institución formativa y debe hacer honor a su legado. Así lo recordaba la frase de la exposición del profesor Cardozo: “Vigilar el cuerpo, para controlar el alma”.
III
En una carta el profesor Herman Muñoz, rector de la Universidad del Tolima (toca recodar quién es el rector porque a veces las personas se tornan invisibles tras el manto del poder), le informa al profesor Germán Llanos que “… a ningún directivo he dado instrucciones para ejercer persecución a la diferencia, igualmente ese tipo de acciones no están contempladas en el ideario universitario que caracteriza mi administración”. El problema es que no solo se persigue cuando se ordena perseguir, sino cuando siendo el poder, se permite perseguir. No se puede declarar inocente el dueño de los perros cancerberos que acosan la liebre en la madriguera.
IV
Es tal el delirio tremens por ejecutar la persecución contra el diferente que en un Consejo Académico el rector encargado, el otro brazo derecho del rector Herman, solicita se emprendan medidas legales para cerrar el bar Libro y Son, del cual es propietario el profesor Germán Llanos. Solo tengo dos maneras de explicar tal desatino de un órgano que tiene mil asuntos por resolver más allá de vigilar y castigar el goce del cuerpo: ¿Será que el Vicerrector Académico David Benítez debe una cuenta muy alta en el bar mencionado, o definitivamente no acepta la diferencia y la quiere erradicar?  El suceso es de no creer, pero si quieren verificarlo revisen las actas del Consejo Académico, allí aparece esta y otras alusiones que hablan de la altura de nuestros debates académicos.
V
Hace meses un decano, de cuyo nombre aun creo acordarme, trató al rector de #”$%##%$, como era de esperarse sigue orondo en el campus, porque él fue puesto allí con el legado de la Vicerrectoría Académica, es decir con la voluntad del rector y su caudal electoral. Hace algunos meses el profesor Alexander Martínez escribió un sesudo texto argumentando por qué en la Universidad del Tolima sigue primando la mentalidad señorial y hacendataria, y sobre él se ha desatado la tormenta. ¿Qué podemos esperar de una comunidad que desprecia el conocimiento nacido en la diferencia y protege el insulto por ser de las entrañas del poder?
VI
Contra el profesor Alexander Martínez se ha dispuesto la maquinaria del odio y la persecución. Esto no tiene otro nombre. ¿Cómo justificar que la Universidad del Tolima contrate servicios externos de abogados solo con el fin de quitarle el fuero sindical al profesor? ¿No hay otras prioridades en la comunidad que usar sus recursos para perseguir un docente sindicalista? Según se rumora frente al Palacio de Justicia, el abogado Ramiro Ospina es un experto en casos contra los trabajadores, ha construido su fama en ello, y se supone es el elegido de la administración para atacar al miembro de la Junta Directiva de ASPU. Ni en los tiempos en que la derecha recalcitrante estaba en el poder se veía tal desmesura ¿O será que esta es la derecha recalcitrante? Por qué con ese dinero, que debe ser una suma considerable, no se realizó una inversión en la academia, por ejemplo, construir una rampa o un ascensor para discapacitados en el edificio del IDEAD.
VII
La política de persecución tiene un aliado: la ambigua norma. Por eso a los jefes de departamento se le citó para “conminarlos” a que regulen, controlen, vigilen y castiguen los docentes que no cumplan con la “carga laboral”, que en ese sentido haría alusión correcta a su nombre. Deberíamos preguntarnos ¿quién regula los administrativos? No hay informe de sus actividades, salen y pasean por el mundo sin ninguna talanquera, mientras el docente debe hacer un trámite como de exiliado. Casi le toca demostrar que existe, y eso si es profesor de planta, porque si es catedrático (y no es amigo de la administración) debe realizar ofrenda a los dioses. No hay equilibrio y en donde no lo hay es imposible que la democracia y la justicia asomen sus narices.
VIII

Hermoso acto de homenaje al maestro Estanislao Zuleta rindió el Centro Cultural con la presencia de su hijo José Zuleta. Además de dedicar el número 26 de la revista Aquelarre a rescatar el pensamiento de un hombre necesario, nos ofreció la reedición del libro Universidad, ciencia e ideología, el cual había sido impreso hace 40 años por la Universidad del Tolima. Igual mención cabe realizar al lanzamiento de una nueva edición de la revista Palabra realizada, resultado del taller de creación literaria. Al menos quedan oasis donde abrevar.

septiembre 01, 2014

LAS FALACIAS DE LAS POLÍTICAS DE INVESTIGACIÓN

El estado de la ciencia en el Planeta F345. (Una parábola sobre las “burbujas científicas” y el asalto neoliberal a la investigación científica básica y aplicada)

Por: John P. A. Ioannidis[1]

El Planeta F345 en la galaxia Andrómeda está habitado por una especie humanoide muy similar al Homo sapiens sapiens. He aquí la situación de la ciencia en ese planeta en el año 3.045.268.
Aun cuando hay un crecimiento y una diversificación considerables de los campos científicos, la parte del león de la empresa investigadora se desarrolla en un número relativamente limitado de campos muy populares, cada uno de los cuales atraen los esfuerzos de decenas de miles de investigadores y arroja centenares de miles de papers. Fundados en lo que sabemos de otras civilizaciones en otras galaxias, puede decirse que la mayoría de esos campos yermos arrojan resultado nulo: es decir, son campos en los que se ha mostrado empíricamente que apenas hay –si es que hay alguno— efectos no-nulos por descubrir, de modo que cualquier pretensión de descubrimiento que se de en ellos suele ser meramente resultado del error aleatorio, del sesgo o de ambas cosas. Los supuestos descubrimientos generados no son otra cosa que la estimación del sesgo neto operante en cada uno de esos campos yermos de resultado nulo. Ejemplos señalados de esos campos yermos son la epidemiología nutrifalsaria, la pompomeconomía, la psicojunkología social y toda la dispar patulea de disciplinas de investigación cucarachil, en las que se supone que las cucarachas pardas suministran modelos adecuados proyectables a los humanoides. Desgraciadamente, los científicos de F345 no saben que esos son campos de resultado nulo, y ni siquiera sospechan que estén desperdiciando sus esfuerzos y sus vidas en esas burbujas científicas.
A los investigadores jóvenes se les enseña desde el principio que la única cosa que cuenta son los descubrimientos nuevos y hallar resultados estadísticamente significativos cueste lo que cueste. En un equipo de investigación típico de cualquier universidad prestigiosa típica de F345, docenas de doctorandos y de recién doctorados andan día y noche clavados ante sus potentes COMPUTADORAS en una sala común en perpetua labor de filtrado de información de enormes bases de datos. Cuando alguno se topa con un valor omega lo suficientemente extraordinario –un número derivado de algún tipo de proceso de selección estadística—, se va corriendo al despacho del investigador principal para proponerle escribir un manuscrito  sometible a evaluación por pares. El investigador principal pasa revista a todos esos resultados llamativos, pero sólo deja que prosperen los manuscritos que expongan los resultados más extravagantes. Las revistas académicas más prestigiosas hacen lo mismo. Las entidades suministradoras de recursos, lo mismo. Las universidades están dirigidas en la práctica por gestores financieros que no saben nada de ciencia (y les importa un higo), pero que son muy buenos en punto a maximizar los beneficios financieros. El grueso de los Rectores, Vicerrectores y Decanos son meras marionetas que no valen para otra cosa que no sea ofrecer discursos inaugurales y otras aburridas ceremonias y prodigarse en entusiastas afirmaciones sobre la novedad de algunos descubrimientos de ese tipo realizados en sus instituciones. El grueso de los gestores financieros de las instituciones de investigación habrán sido reclutados luego de exitosas carreras como agentes inmobiliarios, ejecutivos de cadenas de supermercados o directivos de otras estructuras gran-empresariales, puestos de trabajo en los que habrán acreditado suficientemente ser capaces de recortar costos y hacer ganar más dinero a sus empresas. Los investigadores progresan, si son capaces de avanzar las más extravagantes y aun extremistas conjeturas y, consiguientemente, publicar chocantes resultados, lo cual proporciona más financiación por mucho que casi todos esos resultados se revelen falsos.
Nadie está interesado en replicar nada en F345. La replicación de resultados se considera un ejercicio despreciable, apropiado sólo para idiotas que no son capaces más que de imitar: definitivamente, replicar y contrastar no sería ciencia seria. Los miembros de las Academias Reales y Nacionales de las distintas ciencias son los más exitosos y prolíficos a la hora de producir resultados falsos. Varios tipos de investigación los desarrolla a veces la industria, y en algunos campos, como la medicina clínica, casi siempre. El motivo principal aquí también es la obtención de resultados extravagantes, a fin de obtener licencias para nuevos tratamientos médicos, experimentos y otras tecnologías y ganar más dinero, a sabiendas de que esos tratamientos no funcionen realmente. Los estudios se diseñan con el objetivo de garantizar que producirán resultados con valores omega suficientemente buenos, o estudios, cuando menos, pasibles de manipulación para que parezca que arrojan valores omega.
Los ciudadanos de a pie son diariamente bombardeados por los medios de comunicación de masas con anuncios de nuevos descubrimientos, aun cuando hace ahora muchos años que no se ha hecho ningún descubrimiento serio en F345. El pensamiento crítico y opositor está generalmente desacreditado en la mayoría de países de F345. En algún momento de su historia, los mercados libres destruyeron a los países con constituciones democráticas y libertad de pensamiento, porque se entendió que el pensamiento libre y crítico era un estorbo. Como resultado de lo cual, por ejemplo, las remuneraciones más altas para científicos, así como las infraestructuras de investigación más sofisticadas, se hallan en países totalitarios tan carentes de libertad de expresión como rebosantes de desigualdades sociales. (Una de las desigualdades más comunes es de género, en discriminación de los varones: está prohibido a los hombres conducir un automóvil, y cuando se muestran en público, no pueden hacerlo a cuerpo gentil, ni siquiera sus cabezas; están obligados a cubrirse con gruesa ropa de abrigo de color rosa.) La ciencia sólo florece allí donde la libertad de pensamiento y de crítica están rigurosamente restringidas, porque la libertad de pensamiento y de crítica (incluidos, huelga decirlo, los esfuerzos para replicar y contrastar empíricamente los pretendidos descubrimientos) se consideran anatema para la buena ciencia en F345.




[1] John P. A. Ioannidis es profesor de investigación y políticas de salud en la Stanford School of Medicine y codirector,  junto con Steven Goodman, del Meta-Research Innovation Center en Stanford. Se hizo particularmente célebre por un estudio, publicado en 2005, provocativamente intitulado: “Por qué el grueso de los descubrimientos científicos publicados son falsos”.