septiembre 08, 2010

PREMIO NACIONAL DE POESÍA PARA ESCRITOR TOLIMENSE ESTUDIANTE DE MAESTRIA EN LITERATURA UTP-UT


El miércoles 8 de septiembre de 2010 en el marco del V Encuentro Nacional de Universidades organizado por  la Universidad Tecnológica de Pereira y la Universidad del Área Andina , John Jairo Carvajal, fundador y director de la revista literaria Polifonía, hace entrega de la estatuilla y el premio al ganador del Concurso Nacional de Poesía Universitaria “ El Quijote de Acero”, el escritor tolimense Alirio Quimbayo Durán ganador de la tercera versión de este importante concurso, con el poemario:  “Residencia en la otra orilla”. El jurado estuvo integrado por el poeta y ensayista Gabriel Arturo Castro, el investigador y crítico literario Carlos Alberto Castrillón y el escritor Fernando Cruz Kronfly. 

Alirio Quimbayo ha sido catedrático de la Facultad de Educación de la Universidad del Tolima y tutor pedagógico del IDEAD. Ha orientado áreas relacionadas con la Literatura, la lingüística, la semiótica y la pedagogía. También fue docente de la Universidad de Cundinamarca, la Universidad Libre y la Universidad Cooperativa de Colombia. Es coautor del libro de crítica literaria “Discurso de Género en la Novelística de Flor Romero”, con prólogo de Jonathan Titler, editado con el auspicio de UNEDA y UNESCO en el 2000 y presentado en la Feria Internacional del Libro en Bogotá por Bogdan Piotrowski.

Entre sus cuentos inéditos están: “La última faena” y “El embarazo de la Reina Termita” inspirado en la historia de Liliana Cáceres. Ha recopilado sus minicuentos con el título: “Puntos de fuga”. Sus poemarios inéditos: “En la memoria del espejo”, “La noche desnuda” y “Residencia en la otra orilla”, con el cual obtuvo “El Quijote de acero”  2010.

Aquí una muestra de su trabajo:

FUGACIDAD

Basta un parpadeo para que el rayo

ya no ascienda al cielo

como escalera.

A veces basta  una pregunta

para fulminar cualquier argumento.

No es suficiente un abrazo

para sentir que nos amamos

los unos a los otros.

Una mirada nos basta.

Así como una explosión de llanto nos basta

para saber  que la Tierra ha dado a luz

otro hombre de barro.  

EL ROPAJE DE LAS PALABRAS

 

El agua habla sin cesar y nunca se repite.

                                                  Octavio Paz

 

Las palabras

son ideas vestidas de sonidos.

Se cansan de habitar entre los árboles

y se lanzan al abismo

como frutos que alcanzaron ya su madurez.

La piel de las palabras es canto

y su pulpa jugoso cuento.

Los niños las comen como frases

cuando los abuelos pelan sus relatos.

Así, las palabras semillas

germinan en los no espacios

y aguzan sus siete sentidos

para sobrevivir en la jungla

del silencio.

Se repiten para derrotar el olvido.

Las palabras son ideas

vestidas de sonidos.

 

EL HAMBRE

 

A Paulo Freire y Ángel Rama

devorando las calles de América Latina.

 

El hambre es una vieja nigromante

de la ciudad invisible.

Sus manos husmean entre las escrituras

el destino de los miserables

no invitados al banquete de las hienas.

El hambre, a veces, se disfraza de tigre

y sus rugidos devoran cebras.

Otras veces se viste de sequía

y sus fauces consumen el paisaje.

Ojo de águila es el hambre

que desciende sobre las favelas.

Sus garras destrozan ilusiones

y sus graznidos pueblan de grafitis

los muros de la ciudad letrada.

El hambre es la nigromante,

anuncia en la ciudad invisible

quién será el próximo fantasma. 

 

EL SACERDOTE DESCIENDE

 POR LOS CÍRCULOS DE LA CEBOLLA

 

Te despiertas sobresaltado por las profecías mayas.

Tu corazón es el cosmos latiendo

como un pulsar en las garras del jaguar.

En tus ojos la escala de Jacob sube como el rayo.

Hablas el lenguaje de las lagartijas

y trazas petroglifos. Tus demonios urbanos

como murciélagos cautivos revolotean arriba

y en los círculos de la cebolla rebanada por Dios

reconoces los pasos invisibles de Dante.

Has alimentado el fuego de tu propia pira

y te consume la culpa de haber amado

 más allá del bien y el mal.

Nadie te condena. Nadie te absuelve.

Sólo tu voz te llama.  

 

RESIDENCIA EN LA OTRA ORILLA

 

Construiste tu residencia en la otra orilla

de la página. Piedra sobre piedra fundaste la idea.

Levantaste las paredes como un canto general

y en la chimenea quemaste, al fin, tu exilio. 

Con fragmentos de historias erigiste las columnas de fuego;

pusiste por cielo imágenes olvidadas de los ghettos

y encerraste en los laberintos de las horas

tus monstruos recién engendrados.

Con las palabras no pronunciadas

has edificado tu refugio.

Habitas en la otra orilla.

 

LA LENGUA DEL CAMALEÓN


 Los  camaleones eligen sus colores

para las ciudades que sus ojos

asimétricos diseñan.

Su larga lengua atrapa discursos moscas

que engullen con hostias;

por eso su palabra es sagrada.

Los camaleones nunca pierden su tiempo,

siempre están inventando bosques

sin árboles. Los camaleones son piedras,

hojas secas, mariposas vitrales,

ramas podridas, palabra lodo.

Trazan caminos sobre arena movediza

donde germinan los discursos moscas.

septiembre 01, 2010

LA ALEGRÌA DE VOLVER A EMPEZAR


El sentido del pensamiento estratégico

Por: Jorge Gantiva Silva
Filósofo Universidad Nacional de Colombia
Profesor Titular Universidad del Tolima


“Todas las miradas,
de todo lo que vive,
Se dirigen hacia
lo abierto”.

Rainer María Rilke


El espejismo del desierto

El “Desierto de lo Real” tiene mil alucinaciones y tentaciones. La fascinación por acomodarse a la lógica de los vencedores promete silenciar la creatividad, las resistencias y las alternativas. Ya sea mediante la resignación o la fatalidad, las ilusiones no son sólo “claroscuros” o distorsiones de la realidad; son también modos de la existencia de lo Real, tormentos y fardos en esta travesía del desierto calcinante y gélido. El canto de sirena de los simuladores alienta “lo políticamente correcto” para adaptarse a la “unidad nacional” y sepultar la idea de transformar la sociedad colombiana. Evidentemente el desierto produce múltiples espejismos. El peor, quizá, sea presumir que los gobernantes de turno son “bien intencionados” y desarrollarán nuestras ideas y proyectos. Una vez más las ilusiones como mascaradas del “capitalismo democrático” expresan el modo de vivir y pensar de los pragmáticos. El santismo tiene el propósito de disolver las posibilidades de la izquierda democrática mediante el procedimiento de la asimilación al proyecto de la maquila hacendataria transnacional.

A los “vencedores” no les sacia la fortuna de la victoria total; la globalización de sus fuerzas anima a los “vencidos” a participar en el carnaval de su destino. La “santa alianza” intentará arrinconar a la izquierda díscola e insumisa frente al “capitalismo democrático” y “santificará” a la izquierda instrumento del capitalismo transnacional. El “consenso” santista desatará diversas ilusiones que incluyen la ilusión de rodear nuevamen al gobierno en su “lucha contra el terrorismo” para contener las luchas democráticas por la paz, la reparación, la justicia, los derechos fundamentales, las luchas contra el gran capital y los megaproyectos transnacionales. Las ilusiones del desierto de lo Real incluyen el vuelo de los buitres que aparecen como dulces gorriones de tierras encantadas.

Crecientes muestras de agotamiento del ciclo histórico

En esta travesía, las tormentas del desierto son recurrentes. Nada apacible será su marcha. ¿Podrá el Polo asumir la magnitud de la crisis de su proyecto político, cada vez más marcado por signos de agotamiento de su ciclo histórico? ¿Responderá el desafío reconstruyendo su proyecto sobre un horizonte estratégico? ¿O, seguirá recurriendo al método administrativo, burocrático tradicional y a luchas intestinas por el control del partido? ¿Podrá descifrar la estrategia del capitalismo salvajemente democrático el enigma del “estado de excepción permanente” y el liderazgo continental de inequidad? ¿Podrá salir de su tradicional “minoría de edad”, de distracción y atolondramiento, para encarar el reto histórico de repensar y luchar estratégicamente por otro orden social y vencer el cerco de la dominación capitalista? Por lo que hemos visto recientemente, el Polo no parece salir de su atolladero. Los actos bochornosos con relación a la visita individual y caprichosa del ex candidato presidencial, Gustavo Petro, al Presidente de la República, Juan Manuel Santos; la vana ilusión de llegar a un “acuerdo nacional” con el nuevo gobierno para adelantar “por arriba” una supuesta “reforma agraria”, no deja de ser más que un devaneo perverso. Al tiempo, Petro desata la tormenta en torno al control del partido, recurriendo al mismo procedimiento que dice criticar de sus detractores (la casa Rojas y el MOIR). Necesita la presidencia del Polo –no sólo como ambición personal o reconocimiento a su votación–, sino como propósito para apuntalar su opción centrista. Por estas tierras ya habían transitado, con no poco éxito, respaldando la política neoliberal y la “seguridad democrática”: Angelino Garzón, Luis Eduardo Garzón, algunos líderes sindicales, etc. Sorprende que Gustavo Petro, de otra parte, en vez de promover una participación organizada del Polo en torno a una plataforma estratégica de lucha, haya preferido atacar al alcalde de Bogotá, Samuel Moreno, por corrupción y clientelismo, y si bien estos motivos son graves y hacen necesarias las investigaciones, lo que él pretende es desafiar el poder del Polo y su imaginario. Más allá de los procedimientos privados y de chantaje, el ánimo destructivo y vengativo ha sido evidente. Con razón, Clara López señaló: “El Polo, a diferencia de otros partidos, no reconoce jefes naturales ni providenciales a quienes debe obedecer porque sí. Para establecer nuestra línea política solamente reconocemos el dictamen de la inteligencia colectiva”. (Subr. nuestro).

A esta historia reciente se suma una larga serie de episodios de transfuguismo, defecciones, manipulaciones, malos manejos en la administración del partido, inoperancia e ineptitud para organizar el Polo en las regiones y una especial incapacidad para dialogar con el país, organizar el movimiento social y construir un pensamiento estratégico. En este orden de ideas, es un hecho que el ciclo histórico del Polo se ha ido agotando. Sorprendentemente, el ala moderada, centrista y consentida por parte del Establecimiento, ha estado sistemáticamente, desde sus inicios, desplegando una campaña de descrédito y descalificación de la supuesta ala radical, la cual entre otras cosas, en ningún momento se ha propuesto pasar a una estrategia de lucha anticapitalista. El Polo desde sus inicios es un frente electoral, un aparato que ha favorecido a ciertos caudillos; aunque en su corta historia ha librado importantes batallas. Así como está, el Polo evidencia un cansancio y desánimo para salir de su propio atolladero. Todavía los grandes problemas fundamentales formulados en el Acuerdo de Unidad siguen planteados. Mientras no se resuelvan las incógnitas de su estrategia y actúe en consonancia como fuerza de izquierda organizada, le será difícil atravesar el desierto de lo Real.

El Polo prometía una esperanza para la sociedad colombiana, y lamentablemente se ha ido diluyendo en disputas de aparato, en maquinarias electorales y en desgastes internos innecesarios. Su desgracia radica en la obsesión bifronte que acompaña buena parte de su política: centrismo y parlamentarismo. El primero, lo ha llevado a caer en un proceso de “desnaturalización” de su sentido histórico; y el segundo, lo ha sumido en una maquínica electoral. Ambas expresiones lo ha distraído de su tarea histórica, y hoy lo tienen sumido en una situación de pasividad y confusión. Sin desconocer sus logros, incluyendo el parlamentario, el PDA no ha podido salir de la abstrusa condición corporativista, burocrática y caudillista. Por lo tanto, le ha sido difícil construir una política de articulación con las comunidades y los trabajadores en ámbitos ecológicos, paz, víctimas, mujeres, política internacional, justicia, gobiernos locales, amén del estado de desorganización del partido y parálisis de sus proyectos estratégicos, y su negativa para pensar la crisis del capitalismo.

En su cinco (5) años el Polo ha ido perdiendo credibilidad, simpatía y aceptación en la sociedad. Haber caído en la trampa de la agenda del gobierno de Uribe ha sido una verdadera distracción que está pagando caro. El gobierno de Juan Manuel Santos querrá extenderla y profundizarla. ¿Podrá salir el Polo de esta condición de somnolencia y aturdimiento? En esta tormenta resulta decisivo comprender el tiempo histórico que vivimos, las mutaciones psicosociales, las exigencias de la “nueva era” y las transformaciones de las múltiples subjetividades. La incógnita sigue: ¿es posible pensar la continuidad de este proyecto marcado por la ilusión del “capitalismo democrático”?

Más allá de la oposición: arriesgar lo imposible

La izquierda a cielo abierto que proponemos es la creación de una nueva política, de una visión de la vida y de la cultura, basada en la reconstrucción de lo común, la palabra, la política de amistad, la vida de las comunidades, la justicia ambiental, la supervivencia de la humanidad, esto es, la potencia de lo abierto como horizonte estratégico de la vida. Un nuevo espíritu surgido de la creatividad de las comunidades y de los movimientos de lo común como resistencia y emancipación. Requerimos el saber como pasión por la vida. Lo nuestro debería ser: movernos hacia una ética de la esperanza en medio de las tormentas del desierto. No hay rutas preestablecidas, ni caminos absolutamente bloqueados. ¿Podemos caminar mirando el horizonte, pisando el escabroso terreno del desierto? Para ello, necesitamos otra política, no estrambótica, no aparatista, no simuladora ni caudillista. La política profana que sugiere Bensaïd tiene sentido. La izquierda se juega entonces su porvenir en esta travesía. Su capacidad de redefinir lo común, lo nuevo del capitalismo tardío, las premisas de la lucha en tiempos sombríos, la búsqueda de los referentes de la emancipación social y política, son constitutivos de esta política disruptiva que formula un nuevo concepto de la “democracia” y de lo común sin antinomias ni mesianismos. La izquierda, si no quiere desaparecer o terminar siendo un instrumento útil de la derecha, está obligada a Ser, Parecerse y Serlo en lo que es y hace como izquierda alternativa. Esta novedad a cielo abierto es la potencia que nos mueve y da fuerza en estos tiempos, en donde evidentemente estamos solos, pero a la vez, somos sumamente poderosos, sujetos de creación, imaginación, resistencia y emancipación, comprometidos para que nuestra potencia sea potente y creadora.

La idea de organizar la oposición tiene sentido, haciendo dos salvedades: 1) que no sirva de pretexto para “seguir en la procesión” o para dejar intacto el poder del capital, el Imperio y la dominación; y, 2) que se asuma como proyecto, como potencia, como movimiento, como antagonismo e “inteligencia colectiva”. Una oposición viva, actuante, con principios, no caudillista, que supere la mera contestación y el aparatismo tradicional y construya un pensamiento estratégico en sentido disruptivo, esto es, una ética y táctica diferenciadas de la pragmática de verdes, liberales y conversos. La política que promueva incluye la lucha contra el cerco del capital, si quiere vencer democráticamente.

La izquierda a cielo abierto es una idea para cambiar el paso, el ritmo y el sentido del proyecto histórico. Es una forma de aproximación, de reencuentro, de solidaridad y replanteamiento de nuestra “hoja de ruta”. La alegría de volver a empezar no es un giro regresivo ni un juego ciclotímico, sino un movimiento de afirmación de lo común para volver a situar la cuestión de nuestro proyecto sobre premisas y puntos de partida en el contexto del capitalismo transnacional y la lógica del “estado de excepción permanente”. En este sentido, el Polo
debería “arriesgar lo imposible”, salir de su estado inercial y cimentar su camino sobre experiencias sentipensantes de esperanza, alegría y emancipación, no como fin, sino como recomienzo de nuestra travesía, como acto constitutivo de la dignidad de la izquierda.

La izquierda a cielo abierto que proponemos es la creación de una nueva política, de una visión de la vida y de la cultura, basada en la reconstrucción de lo común, la palabra, la política de amistad, la vida de las comunidades, la justicia ambiental, la supervivencia de la humanidad, esto es, la potencia de lo abierto como horizonte estratégico de la vida.
Artìculo tomado de la Revista Izquierda. No.4

agosto 30, 2010

GOOD BYE PORTELINSKI


Por: Carlos Arturo Gamboa


Debajo del puente, del río hay un mundo de gente”, lo sabías de memoria amigo Portelinski, siempre lo repetías cuando la noche nos sorprendía en algún bar bajo el influjo de un tiempo descorazonado, o en esas horas cuando te quedabas pensativo mirando un punto en la distancia como si a través de un espacio inalcanzado pudiésemos darle algún molde real a nuestros sueños.

Hoy ya no estás, pero quedan los momentos, el sonido de las canciones, la idea de viajar a Argentina, las discusiones políticas, las amigas, Cerati (con quien pronto te encontrarás), Calamaro y sus ráfagas de desaliento para el corazón, Crímenes Perfectos, la noche, el vino, los cigarros y el país revuelto en las conversas, en los delirios: “me parece que soy de la quinta que vio el mundo 78, me tocó crecer viendo a mi alrededor paranoia y dolor”

Una vuelta por el parque Ducuara, en donde florecen almas y mueren cuerpos. Tus comentarios ácidos sobre los amigos, sobre la universidad a la que amabas, y por eso te dolía. “Despiértame cuando pase el temblor” Las discusiones serias, pero también la risa. La Cigarra Supernumeraria, esa ironía virtual que tantos días alimentaste.

Tus desamores y tus sueños, juntos en el coctel aniquilante de los días, porque “Es tan fácil romper un corazón”, pero seguías y tu rostro nunca reflejaba tu profunda lucha, tu soledad acompañada, tu transitar con Sabina, “por el bulevar de los sueños rotos”, durante “19 días y quinientas noches”, que cosa tan seria trip, trip, trip; buscando la Maga cual alucinante Oliveira provinciano. Y a veces llegabas cargado de días cinéfilos, escarbando bajo el celuloide de la existencia y conversabas con fuerza porque debajo de tu cuerpo débil siempre habitó un alma insuperable que enviaba mensajes en las botellas virtuales, poemas para las encantadas damiselas de la cibersoledad, cortometrajes, noticias, ironías cariñosas, críticas mordaces porque nunca evitaste a la libertad, esa que alcanzaste en días cálidos cuando hablabas de cultura, cuando abrazabas una chica, cuando te encontraba en los cafés ibaguereños degustando un capuchino al lado de una mujer embelesada con tus palabras, cuando a pesar de no poder imbuirte en los brazos de Baco nos acompañabas hasta que la mañana hería nuestros ojos, cuando tarariabas melodías de Silvio. Esa libertad pequeña, emancipación de la cotidianidad bajo las luctuosas letras de “Draco” Rosa, que repetía con profundo misterio que “Morir es olvidar, ser olvidado, refugiarse desnudo en el discreto calor de Dios”.

Tu sabías que debajo del puente se refugiaban los desposeídos, por eso Pedro Guerra era tu baluarte, por eso gritaste en contra de la injusticia muchas veces y no pocas fuiste mordaz con los que creíamos que cambiaríamos el mundo porque nos decías: “Ustedes no son capaces de pasar ni de la cuarta estadio” Amigo Portelinski, siempre fuiste “un hombre condenado a morir por amar demasiado”, pero ahora eres alguien condenado a vivir en nuestros recuerdos, a partir de esa noche en que “la moneda cayó por el lado de la soledad”. Buen viaje, próxima parada Estación Esperanza. Gracias por el tiempo, porque estuviste ahí cuando el dolor se hizo Mayúsculo y la sonrisa carcajada.

Agosto 26-2010
EJERICICIO HIPERTEXTUAL AQUÌ

agosto 23, 2010

PROGRAMACIÒN CÀTEDRA LIBRE UT


Universidad del Tolima
Facultad de Ciencias Humanas y Artes
Departamento de Ciencias Sociales y Jurídicas
Centro Cultural Universitario


PROGRAMACIÒN CÀTEDRA LIBRE SEMESTRE B-2010

25 DE AGOSTO La lucha por el pasado: paradigma de interpretación de la Independencia, Profesor: Medófilo Médina, Universidad Nacional de Colombia.

8 DE SEPTIEMBRE La política del lenguaje. Una aproximación a Michael de Certeau. Profesor: Félix Raúl Martínez, Universidad del Tolima.

22 DE SEPTIEMBRE Ecosocialismo ante la barbarie del capitalismo
Profesor: Daniel Libreros, Universidad Nacional de Colombia.


6 DE OCTUBRE Literatura y construcción de nación
Profesor:
Carlos Gamboa, Universidad del Tolima.

20 DE OCTUBRE Frida Kahlo, sentimiento y rebeldía
Profesor: César Augusto Fonseca, Universidad del Tolima.

3 DE NOVIEMBRE La idea de la libertad y la igualdad en Rousseau y Bolívar. Profesor: Jorge Gantiva Silva, Universidad del Tolima

Lugar: Aula Múltiple y Salón de Teleconferencias
Hora: 6:30 p.m.

LOS MANIFIESTOS DEL ARTE POSMODERNO

agosto 22, 2010

MURIÓ UN ESCRITOR REBELDE (RODOLFO FOGWILL)


El escritor argentino Rodolfo Fogwill, rebelde de forma y pensamiento, murío el 21 de agosto de 2010. Conocido por su agudez de pensamiento deja una obra digna de ser estudiada, ya que representa esa fuerza renovadora siempre vigente en la literatura Latinoamericana. 

"El escritor de ojos desorbitados -la mirada de un loco- fue para la literatura argentina lo que Maradona es al fútbol y Charly García al rock", dijo hoy la escritora Silvina Friera, en el diario Página/12.

Dejo aquí una muestra de su agudeza e innovadora forma de crear:

LLAMADO POR LOS MALOS POETAS

Se necesitan malos poetas.
Buenas personas, pero poetas
malos. Dos, cien, mil malos poetas
se necesitan más para que estallen
las diez mil flores del poema.

Que en ellos viva la poesía,
la innecesaria, la fútil, la sutil
poesía imprescindible. O la in-
versa: la poesía necesaria,
la prescindible para vivir.

Que florezcan diez maos en el pantano
y en la barranca un Ele, un Juan,
un Gelman como elefante entero de cristal roto,
o un Rojas roto, mendigando
a la Reina de España.

(Ahora España
ha vuelto a ser un reino y tiene Reina,
y Rey del reino. España es un tablero
de alfiles politizados y peones
recién comidos: a la derecha, negros, paralizados, fuera del juego).

Y aquí hay torres de goma, alfiles
politizados y damas policiales
vigilando la casa.

A la caza del hombre,
por hambre, corren todos, saltan
de la cuadrícula y son comidos.

Todo eso abunda: faltan los poetas,
los mil, los diez mil malos, cada uno
armado con su libro de mierda. Faltan,
sus ensayitos y sus novela en preparación.
Ah.. y los curricola,
y sus diez mil applys nos faltan.

No es la muerte del hombre, es una gran ausencia
humana de malos poetas. Que florezcan
cien millones de tentativas abortadas,
relecturas, incordios,
folios de cartulina, ilustraciones
de gente amiga, cenas
con gente amiga, exégesis, escolios,
tiempo perdido como todo.

Se necesitan poetas gay, poetas
lesbianas, poetas
consagrados a la cuestión del género,
poetas que canten al hambre, al hombre,
al nombre de su barrio, al arte y a la industria,
a la estabilidad de las instituciones,
a la mancha de ozono, al agujero
de la revolución, al tajo agrio
de las mujeres, al latido
inaudible del pentium y a la guerra
entendida como continuidad de la política,
del comercio,
del ocio de escribir.

Se necesitan Betos, Titos, Carlos
que escriban poemas. Alejandras y Marthas
que escriban. Nombres para poetas,
anagramas, seudónimos y contraseñas
para el chat room del verso se necesitan.

Una poesía aquí del cirujeo en la veredas.
Una poesía aquí de la mendicidad en las instituciones.
Una poesía de los salones de lectura de versos.

Una poesía por las calles (venid a ver
los versos por las calles...)

Una poesía cosmopolita (subid a ver
los versos por la web...).

Una poesía del amor aggiornado (bajad a ver
poesía en el pesebre del amor...)

Una poesía explosiva: etarra, ética,
poéticamente equivocada.

En los papeles, en los canales
culturales de cable, en las pantallas
y en los monitores, en las antologías y en revistas
y en libros y en emisiones clandestinas
de frecuencia modulada se buscan
poetas y más malos poetas:
grandes poetas celebrados pequeños,
poetas notorios, plumas iluminadas,
hombres nimios, miméticos,
deteriorados por el alcohol,
descerebrados por la droga,
hipnotizados por el sexo
idiotizados por el rock,
odiados, amados por la gente aquí.

En las habitaciones se buscan.
En un bar, en los flippers,
en los minutos de descanso de la oficina,
entre dos clases de gramática,
en clase media, en barrios
vigilados se buscan.

¿Habrá en la tropa?
¿En los balnearios, en los baños
públicos que han comenzado a construir?
¿En los certámenes de versos?
¿En los torneos de minifútbol?
¿Bajo el sol quieto?
¿A solas con su lengua?
¿A solas con una idea repetitiva?
¿Con gente?
¿Sin amor?

No es el fin de la historia, es
el comienzo de la histeria lingual.

Todo comienza y nace de una necesidad fraguada en la lengua.
Falsifiquemos el deseo:
Te necesito nene.
Para empezar te necesito.
Para necesitar, te pido
ese minuto de poesía que necesito, necio:
quisiera ver si me devuelves el ritmo de un mal poema,
que me acarices con sus ripios,
que me turbes la mente con otra idea banal,
y que me bañes todo con la trivialidad del medio.

Y en medio del camino, en el comienzo
de la comedia terrenal, quiero vivir
la necedad y la necesidad
de un sentimiento falso.

Se necesitan nuevos sentimientos,
nuevos pensamientos imbéciles, nuevas
propuestas para el cambio, causas
para temer, para tener,
aquí en el sur.

Y arriba España es un panal
de hormigas orientales:
rumanas, tunecinos,
suecas a la sombra de un Rey.

Riámonos del Rey.
De su fealdad.
De su fatalidad.
De Su Graciosa Realidad.
La realidad es un ensueño compartido.
La realidad de España
es su filosa lengua pronunciando la eñe
y su mojada espada pronunciando el orden
del capital y la sintaxis.

¡Ay, lengua:
aparta de mí este cuerno de la prosperidad clavado en tu ingle,
suturada de chips, y cubre

nuestras heridas con el bálsamo de los malos poemas..!

2002

agosto 17, 2010

JÓVENES, VIOLENCIA Y SOCIEDAD


Por: Carlos Arturo Gamboa


A propósito de los hechos generados el pasado 12 de agosto en la concha acústica, que revive el debate en torno a los jóvenes y la ciudad; publico este documento elaborado desde el Observatorio de Juventud de la Universidad del Tolima.


Las ciudades que aspiran a pertenecer al mundo de la modernidad, con sus edificios, sus tugurios, sus desarrollos físicos y sus sueños de metrópoli, se enfrentan al caos de la desigualdad en todos los campos. El deseo de habitar un mundo construido a la medida de los sueños extranjeros y asumiendo las culturas que llegan sin contextualizarse, provoca un caos que ronda los lugares y las mentes que los habitan. Para bien o para mal, la ciudad de Ibagué ya entró en esa carrera por dejar de ser “ciudad de paso”, para convertirse en una Ciudad cuyas características se asemejen a los grandes referentes de ciudades del país y del mundo, ahora mismo se tramita un proyecto para convertir la carrera quinta, entre calle 20 y 45, en el Bulevar de la Quinta, cuyo propósito de tener un espacio mejor para todos no es discutible, pero si preocupa el hecho que muchas otras problemáticas que se concentran en las periferias, no son objeto de valoración en el diseño de las políticas públicas para la ciudad, hasta cuando estas no se desbordan y se manifiestan con todo su rigor y se hacen visibles porque migran al epicentro.

Esto viene ocurriendo en estos días cuando de pronto la ciudad descubrió que jóvenes de cabezas rapadas rondan las calles buscando contra quién desdoblar sus desencantos. De pronto la seudo-sociedad que habita en edificios, en conjuntos cerrados y tras el blindaje del dinero, descubren que el territorio no es seguro, y la culpa es de los hijos de una ciudad sin oportunidades, una ciudad en donde la desesperanza, el desasosiego y falta de equidad empieza a moldear una generación que abandona los afectos por el “otro” y que entra a hacer uso del lenguaje de la competitividad: la violencia. Como los espacios escasean se debe batallar por ellos, como los argumentos están en desuso, se puede matar para imponer el punto de vista, esa la gran lección del siglo XX y toda las atrocidades que en nombre del orden y del progreso nos fueron impuestas.
Los choques entre jóvenes son tan antiguos como la ciudad misma. En los ochenta, por ejemplo, proliferaron en las calles jóvenes desencantados que formaron “tribus errabundas” que en términos generales se les denominó “minitequeros”, cuya finalidad inicial estaba centrada en la búsqueda de un espacio “juvenil” en donde compartir, pero la cultura de la intolerancia, propiciada en gran parte por los medios de comunicación que empezaron a catalogarlos como pandilleros y delincuentes, desató una serie de encuentros que dejaron como víctimas a los mismos jóvenes, que no se dieron cuenta en qué momento empezaron a matarse entre ellos. Más tarde, aparecieron los grupos de limpieza llamados “Mano Negra” quienes actuaron bajo el silencio y complicidad de la sociedad y de los medios, erradicando “eso desagradable” que le quitaba belleza a la ciudad.

En los noventa se presentó un fenómeno parecido, ahora fueron los jóvenes denominados “gomelos” quienes desestabilizaron la calma, y apareció en escena la lucha de clases, puesto que ya no eran sólo los jóvenes de los barrios pobres quienes propiciaban los desmanes juveniles, sino que ahora los hijos de los ricos de la ciudad salían en sus carros a buscar engendrar su desencanto por medio de la violencia. Como era de esperarse, este movimiento tuvo mayor complicidad cultural y menor trascendencia, aunque el balance de pérdidas humanas no fue inferior a los de las décadas de los ochenta.

Ahora, en la primera década del siglo XXI, surge una gran movimiento cultural y contracultural en la ciudad de Ibagué, liderado en su mayoría por jóvenes quienes al enfrentarse a una ciudad con altos índices de desempleo, de altas tasas de exclusión educativa, de marcados referentes de violencia intrafamiliar y no pocos motivos para que la desesperanza anide en los andenes, en los parques, en los bares, en las calles, en las salas de las casas. Y debido a esa interacción surgen elementos identitarios entre ellos y también diferenciadores, como la música, el vestuario, los objetivos políticos y anti-políticos, la motivación, el estatus económico, entre muchos más. Y de nuevo la intolerancia, construida como un referente cultural de las grandes ciudades del mundo que excluyen lo que las afea, crea el clima perfecto para que los jóvenes se alienen y jueguen a “derrotar el otro” como única posibilidad de salida, sin entender que con esas maniobras de guerra le están apostando a que todo siga igual, porque el mundo de los adultos observa tranquilo y sin inmutarse. Al final tendremos un nuevo saldo de muertos, auspiciado por “Las Nuevas Águilas Negras” que ya empieza a surgir como en nuevo grupo de limpieza; y un buen porcentaje asimilados a las estructuras modernas de la sociedad, y el recuerdo de otro fenómeno que por unos instantes inquietó la calma de la ciudad.

Quedan entonces muchos interrogantes. ¿Dónde están las instancias públicas de la juventud? ¿Qué hacen sectores como el educativo frente a estos fenómenos cíclicos? ¿Por qué no se elaboran políticas serías desde los entes gubernamentales que den cuenta de las realidades de los jóvenes de la ciudad y busquen propiciar la argumentación y el respeto por el otro? ¿Hasta cuando se dejará de mirar al joven como un portador de problemas y se reconocerá como un actor activo social que de muchas maneras transforma el mundo de la ciudad? No es suficiente con reseñar los muertos y lanzar juicios de valor sobre la población en conflicto, es necesario entender que la ciudad se transforma pero nuestras mentalidades no.

agosto 13, 2010

MINERÍA SUSTENTABLE: EL ÚLTIMO CUENTO DE VAQUERO



Por Renán Vega Cantor

Entre el 29 y el 31 de julio se realizó en Bogotá la Primera Feria Minera Nacional, organizada por el Ministerio de Minas y Energía para feriar, como su nombre lo indica, el patrimonio mineral de la nación. En la convocatoria oficial del evento se afirma: “Minería 2010 tiene como objetivo promocionar a Colombia como país minero, bajo la premisa del desarrollo industrial sostenible y compatible con el medio ambiente”. Y una de las mesas de trabajo del evento se denomina minería sustentable.

También se indica que “esta es una feria especializada del más alto nivel que pretende consolidarse como la mejor en su categoría, fomentando el intercambio comercial, científico y tecnológico de la industria minera nacional, promoviendo las oportunidades de inversión extranjera y promocionando a Colombia como potencia minera latinoamericana en el corto plazo”.
Tenemos dos tipos de información completamente diferentes: por una parte la idea verdaderamente increíble de la minería sustentable, algo que no puede existir y, por otra parte, el ofrecimiento de Colombia como un país minero en el corto plazo.
Empecemos por lo segundo. En efecto, las clases dominantes de este país, en concordancia con el capital imperialista, han decidido convertir a Colombia en un país minero exportador, para regalar los diversos recursos minerales y energéticos que se encuentran en nuestro territorio. Después de más de cinco siglos de la conquista española, que se sustentó en la explotación de minerales preciosos y consolidó una división internacional del trabajo basada en la especialización forzada del continente americano en la producción de materias primas minerales, hoy se ha vuelto a regresar a ese esquema, terriblemente destructor de la naturaleza y de los seres humanos más pobres. Y evidentemente es cierto, en el caso de Colombia como en el de cualquier país del mundo, que la explotación de minerales sólo puede estar garantizada en el corto plazo, porque ese esquema rentista únicamente va a existir hasta cuando se agoten esos recursos, algo que a nivel mundial ya se presenta con todos los minerales estratégicos. En otros términos, la actividad minera no puede ser ni de mediano ni de largo plazo, por la sencilla razón que a los minerales, al ritmo de explotación actual para mantener los patrones de consumo en Estados Unidos, Europa Occidental, China, India, Australia, Japón, les queda muy poco tiempo de existencia.

En estas condiciones, resulta de una miopía impresionante que las clases dominantes de un país en lugar de pensar en defender y preservar los recursos mineros y en impulsar un proceso económico que beneficio a su población, estén interesadas en regalar esos recursos a cambio de unas cuantas migajas que sólo las benefician a ellas, porque para las gentes pobres sólo dejan miseria y desolación.

En cuanto a la justificación de fondo de impulsar una “minería sustentable”, puede decirse que es un muy mal chiste. Nombrar a la minería sustentable es como hablar de la pureza de las aguas del Golfo de México (contaminadas por millones de barriles de petróleo), o del pacifismo de Barak Obama, presidente de los Estados Unidos, embarcado en varias guerras contra diversos países del mundo, o de la virginidad de Madonna, o de la inocencia de Álvaro Uribe Vélez. En pocas palabras, minería sustentable es un oximorón, algo absolutamente imposible.

No existe minería sustentable, porque el término sustentable aplicado al ámbito económico y productivo indica que una determinada actividad puede mantenerse y reproducirse en el tiempo, sin alterar negativamente sus propias condiciones de funcionamiento. En esa perspectiva, se puede hablar de sociedades sustentables, entendiendo por tal a aquellas, como las que han existido en la selva amazónica antes de la llegada colonizadora europea y de sus descendientes criollos, que durante miles de años han sabido preservar los recursos naturales que les permiten vivir con dignidad. Algo muy distinto al pretendido desarrollo sustentable, otra contradicción en los términos, ya que no es posible seguir manteniendo las pautas de consumo y destrucción del modelo de desarrollo imperante, sin poner en riesgo las mismas condiciones de existencia de la humanidad como un todo, al agotar los recursos materiales y energéticos que permiten tan fugaz desarrollo.

La minería no puede ser sustentable porque los recursos mineros son limitados y se agotan y, por lo mismo, no es viable garantizar su existencia durante un tiempo indefinido, porque simplemente no se pueden renovar. De tal manera, la explotación minera va agotando un recurso en la medida en que se explota y, por ende, entre más se intensifique su explotación más rápido va a desaparecer. Pero también es insustentable la explotación minera porque el proceso de extracción destruye los ecosistemas y contamina las aguas, los suelos y el aire. Que esto pueda remediarse en algún grado depende del tipo de explotación que se realice, pero ni en las formas más cuidadosas y sofisticadas de explotación minera es posible mantener intactos los ecosistemas. Necesariamente se alteran y modifican por la extracción de minerales, ya que esto precisa hurgar la tierra, las rocas o los ríos.

Y la minería es igualmente insostenible porque destruye a los seres humanos, como sucede con comunidades indígenas y campesinas, las principales victimas de este tipo de explotación irracional. Cuando se explota un mineral no solamente se arrasa con los ecosistemas y el medio ambiente sino que también se aniquila a los seres humanos que ocupaban esos lugares y que vivían de los productos que generan esos ecosistemas y de las corrientes de agua que se contaminan con los residuos o con los materiales tóxicos empleados para obtener los minerales.

Por todo lo anterior, no deja de ser una muestra más del cinismo a que nos tienen acostumbrados las clases dominantes de Colombia y el régimen uribista aquello de minería sustentable. En este caso, la palabra sustentable se usa como una muletilla desprovista de cualquier sentido para darle una apariencia de preservación del medio ambiente a la entrega de nuestros recursos minerales a las grandes empresas transnacionales del sector, que dondequiera se han posicionado han dejado destrucción, contaminación y ríos de lagrimas y de sangre. En Colombia, por supuesto, las cosas no han sido distintas y no van a ser diferentes en el boom minero que se nos anuncia.

Cuando se haya consumado la explotación de oro en la Colosa, Cajamarca, o en el Páramo de San Turban, y cuando hayan desaparecido ecosistemas, plantas y animales y se hayan contaminado centenares de corrientes de agua, las dos palabrejas que forman el vocablo minería sustentable sólo serán recordadas como otra mentira más que se empleó para justificar lo injustificable: el regalo de nuestra riquezas naturales a los pulpos transnacionales a cambio de ruina económica, social y humana de las comunidades campesinas y la destrucción de bellezas naturales incomparables, transformadas en huecos sucios y abandonados.

agosto 11, 2010

CLAMOR EN LA SERRANÍA DE LA MACARENA


Por: Carlos Arturo Gamboa B.

Mientras el espectáculo de los encuentros presidenciales continúa, y los televidentes se someten al escandaloso atuendo de Hugo Chávez y el blanquecino de Juan Manuel Santos, la tragedia prosigue su cauce, arrastrando entre sus fauces miles de víctimas. Espectáculo para las masas y terror para los diferentes, es el lema que ha transitado las cumbres, llanuras y valles de la América Latina. El Chile de Pinochet ensangrentado desde el aire y La pampa envilecida por la furia de Videla y sus secuaces; son apenas pinceladas de barbarie comparado con lo que ha sucedido en Colombia durante los últimos 60 años, pero que se recrudeció durante la última década, cuando la ignorancia de un pueblo cansado de sin salidas le otorgó el poder total a un caudillo feudal, aletargado de odio y resentimiento, que a su vez avaló a las fuerzas oscuras de los militares quienes se ensañaron contra todo aquello diferente, ahora alentados por el nuevo miedo del mundo: el terrorismo creado desde las mediaciones que empezó su gran delirio en el Norte después del 9-11.

La sociedad del espectáculo, la arena movediza de los sucesos que impiden construir una historia y que hacen del olvido una constante, ha prolongado el manto del No-Recuerdo, lo que ayer sucedió nunca existió. Si algunos se enteraron fueron los “delirantes” sujetos de la oposición quienes son tachados de anti-colombianos, antipatriotas, cuando no terroristas que apoyan los grupos subversivos. En ese discurso, decir es casi imposible, ser escuchado una utopía. Por eso nadie parece percatarse de que el horror bordea nuestras vidas, que en la serranía de la Macarena fue hallada la mayor fosa común de América Latina, que lo sucedido allí sólo es comparable con los grandes genocidios de la humanidad. Hasta el recuerdo de las barbaries nazis resultan ínfimas al observar cientos y cientos de cadáveres correspondientes a líderes de la región, a campesinos, a diferentes; cuerpos que nos hacen recordar la fragilidad de nuestra existencia en un lugar que se negó a la convivencia, un lugar en donde el fascismo no es de color de piel, sino de matices de pensamiento. Qué horror! Qué frágil vida!! Qué angustia de existencia!!! Ya ni las lágrimas serán suficientes para lavar nuestra miseria.
¿Y en dónde están las trasnacionales de los derechos humanos? ¿En dónde está la comunidad internacional? ¿En dónde está las iglesias y sus discursos de salvación? ¿En dónde está pueblo adolorido y silenciado? ¿En dónde estás tú, que no gritas la injustica humana? Sólo queda llorar en este silencio de ultratumba, mientras la tierra guarda el secreto de nuestras barbaries, mientras la historia olvida, mientras los montes acumulan gotas de sangre, mientras el espectáculo continúa y tú y yo callamos, por miedo a la muerte, cuando en verdad sólo es posible estar muerto y petrificado para no palidecer ante tan macabro espectáculo. Sólo un misterio oculto en el poema puede permitir que aún camine:

Abro la ventana
Y el olor a sangre se cuelga en las cortinas
Mientras afuera ríen.
¿Quién cerró los ojos de la noche
Bajo la piqueta furiosa de los días?
Cuerpo sin rostro, rostro sin cuerpo
Collage de destrucción en las llanuras.
Voz del viento gutural,
Si encuentras a tu paso algún vestigio
Dile al hombre que lloro su destino.


Agosto 11-2010



SITIOS PARA RASTREAR ESTA MISERIA HUMANA

agosto 10, 2010

JÓVENES, EDUCACIÓN Y ¿DEMOCRACIA?
















Por: Carlos Arturo Gamboa B.

¿Es posible tejer una red comunicativa que haga posible la interacción entre el concepto de joven (es), educación y democracia? Esta pregunta necesariamente pasa por examinar el papel de la educación en el mundo actual, y pasa por comprender que formar es de por si un acto de sujeción del otro, ya que el otro no es un ser anormal que requiera de una horma. La educación imperante guía al ser a un proceso de acomodación para la vida imperante, de construcción de seres para el consumo, sujetos pasivos que apenas hagan parte de un sistema y que se movilicen en él sin transgredirlo. Es decir, en términos generales, que lo que se entiende hoy por educar (hablo de las instituciones del saber en todos sus niveles) no es más que la aplicación de un modelador.

En ese sentido, y según lo expuesto por los imperativos globales, se privilegia el Aprender a Hacer, por encima de otras prioridades como el Aprender a Conocer, el Aprender a Ser y el Aprender a Vivir Juntos, dimensiones que le podrían permitir al sujeto, recuperar de nuevo su condición de ser activo en el mundo, desbocando su condición pasiva.

Para que la educación explore territorios diferentes (no diverso), se debe propender porque el acto educativo transite los senderos de la libertad, la deliberación, la argumentación, el respeto por la diferencia, el pensamiento crítico y por último llegar a una Voluntad de Saber; en donde el sujeto que aprehende pueda construir nuevos significados en el mundo. Esta ruta permite pensar en la posibilidad de la imposible democracia.

¿Quién soy? Se descubre pensando en sí mismo. ¿Dónde habito? Se descubre pensando en el mundo en su totalidad, no en la fragmentación de lo que nos muestran. ¿Quiénes están a mi lado? Se descubre pensando en el otro. ¿En qué tiempo vivo? Se descubre pensando en el presente con su carga de pasado. ¿A dónde iré? Se descubre pensando en el futuro; para al final empezar de nuevo por pensarme a mí mismo. Es decir la educación tiene que volcarse sobre lo ontológico, para responder a las preguntas del universo actual y sus complejidades.

Estos tópico compartí en un diálogo de sabes, en el marco del evento sobre temas de la juventud abordado en la Universidad de Ibagué, el día martes 10 de agosto. Porque pensarse es dialogar con los otros.

agosto 06, 2010

TRAGICOMEDIA COLOMBIANA


TRAGI-COMEDIA COLOMBIANA -TERCERA TEMPORADA 
OBRA: CAMBIO DE DUEÑO
ACTO I: LA TRANSICIÓN (¿¡)
DIÁLOGO ENTRE EL CIEGO TIRESIAS Y LA ESTATUA DEL ORÁCULO

Gracias señor presidente Uribe por acabar con el desempleo.
- No ve compañero que el DANE dice lo contrario en el último informe
Gracias señor presidente por acabar con la guerrilla.
- Entonces quiénes esos que dicen que están en Venezuela y Ecuador.
Gracias señor presidente por la seguridad democrática.
- Se nota que usted no transita las ciudades repletas de inseguridades.
Gracias señor presidente por la imparcialidad en su justicia.
- Al parecer usted no sabe de los falsos positivos.
Gracias señor presidente por acabar con la corrupción.
- Jajajajajaja
Gracias señor presidente por hacer crecer la economía del país.
- Pues si el país son los ricos, los hijos del presidente y los bancos, si.
Gracias señor presidente por respetar la democracia.
- La respetó tanto que puso al DAS a chuzarla para conservarla.
Viéndolo bien, señor ex -presidente Uribe, GRACIAS POR IRSE.
- Gracias a la dignidad de la Corte Suprema.
Bienvenido presidente Santos.
- ¡Madre santa!, la injusticia es eterna. Menos mal ya estoy muerto.

agosto 05, 2010

¿QUÉ HACES, CONACES?


Por: Carlos Arturo Gamboa B.

Mientras las organizaciones sociales, la izquierda y los maestros que aún piensan, se quedaron impávidos frente a la posibilidad de la privatización de la Universidad Pública, la cual se avizoraba de frente en la propuesta de la Revolución educativa impuesta por Álvaro Uribe Vélez; otro fenómeno más letal, agazapado y truculento fue imbricándose en las estructuras educativas de la educación superior: la normalización, legalización y acreditación de los programas.

Uno de los apartes de la reforma educativa expuesta durante el nuevo milenio especificaba claramente: “El País necesita una Revolución Educativa que avance hacia la cobertura universal, la buena calidad y acceso democrático. Una educación crítica, científica, ética, tolerante con la diversidad y comprometida con el medio ambiente.”(1) ; lo cual en el papel se convierte en discurso pegajoso, pero que en la práctica se tradujo en indicadores de gestión que llevó a las universidades públicas a emprender una competencia por arañar los escasos recursos dispuestos en la mesa de los festines educativos, y así abandonó su quehacer por antonomasia.: la construcción del conocimiento. Por eso, tal mentada “educación crítica, científica, ética y tolerante”, sólo fue otro grito más lanzado a la muchedumbre de colombianos mesiánicos.

Para poder condicionar los quehaceres universitarios y poder garantizar que la Universidad funcione como ese aparato ideológico estatal, a la manera de Althusser, se debía crear una institución reguladora que pudiera domar los últimos espasmos de la ya desgastada autonomía universitaria, por eso se creó CONACES, mediante decreto 2230 de 2003, cuya función principal consiste en: “Asegurar el cumplimiento de las Condiciones Mínimas de Calidad por parte de los programas que se ofrecen en educación superior en cualquiera de sus niveles: técnicos, tecnológicos, profesionales universitarios y de postgrados.”(2) En ese sentido, la súper sala se convierte en el macro dios educativo colombiano, y son ellos, un grupo con estructura de logia, quienes regulan, emiten juicios, descalifican, podan y condicionan los currículos dispuestos en las universidades. El Estado entendió bien aquello que el fin justifica los medios.

Mientras esto sucede, y el cambió educativo privatiza desde adentro, moldea currículos, replantea puntos de equilibrio y se moviliza en torno a la oferta académica como nuevo paradigma; la Universidad Pública acata ciegamente dichos lineamientos y se limita a acomodar sus indicadores al servicio de una educación tecno-burocrática que se rige por los imperativos globales y poco le interesa los debates fundamentales que se deben generar en el ethos universitario. Las preguntas por el hombre, por la sociedad y por la democracia, pasan a un plano de soledad infinita, mientras los discursos que se invaden el campus se limita a reproducir los esquemas propios de la era del capital: indicadores, puntos de equilibro, registros calificados, eficiencia y eficacia.

Lamentable es la labor de esta sala de seudo-eruditos, quienes amparados en la falsedad y la potestad del poder, vienen coartando la libertad del pensamiento del profesorado y de la autonomía universitaria, en pro de convertir el mundo pedagógico en una herramienta más para per-formar seres consumistas, individualizados y alejados de cualquier posibilidad de emprender una construcción de ese Estado Nación que nunca surgió en Colombia, aún a pesar de los discursos bicentenaristas que elogian una libertad nunca asomada en nuestras playas. El mandato es autoritario, o se hace lo que CONACES solicita, o se cierran los programas. Y mientras tanto, ¿En dónde están las formas de resistencia del profesorado universitario? Tal vez escribiendo artículos seudocientíficos con los cuales aumentar puntos en sus escalafones o soñando encontrar los medios para ser parte del staff de evaluadores (pares) que como mensajeros del tirano van de claustro en claustro midiendo con sus decámetros pedagógicos una realidad que asusta, pero es al final la logia y sus miembros quienes emiten sus juicios finales. La época del maquillaje ha ingresado de lleno en la Universidad, mentir para calificarse, una manera sencilla de idiotizar las mentes y controlar la diferencia, pero garantizar el accionar en la truculenta marejada del mercado educativo. No cabe más que preguntar: ¿Qué haces, CONACES?

Ibagué, Agosto 5-2010


Notas:

(1) URIBE VÉLEZ, ÀLVARO. Manifiesto democrático. 100. Puntos.MEN Pág.6.
(2) Tomado de: http://www.mineducacion.gov.co/1621/article-85677.html.

agosto 02, 2010

EN DEFENSA DE LA INTOLERANCIA


Por: Slavoj Zizek 
06-02-2007 Rebelión 

Traducido por Javier Eraso Ceballos y Antonio Antón

Descripción:

• Quizás haya llegado el momento de criticar esa actitud que domina nuestro mundo: el liberalismo tolerante y multicultural.

• Quizás se deba rechazar la actual despolitización de la economía. 

• Quizás resulte, hoy en día, necesario suministrar una buena dosis de intolerancia, aunque sólo sea con el propósito de suscitar esa pasión política que alimenta la discordia.

• Quizás convenga apostar por una renovada politización. 

Por una suspensión de izquierdas de la ley

El planteamiento "tolerante" del multiculturalista elude, por tanto, la pregunta decisiva: ¿cómo reinventar el espacio político en las actuales condiciones de globalización? Politizar las distintas luchas particulares dejando intacto el proceso global del Capital, resulta sin duda insuficiente. Esto significa que deberíamos rechazar la oposición que, en el actual marco de la democracia capitalista liberal, se erige como eje principal de la batalla ideológica: la tensión entre la "abierta" y post-ideo-lógica tolerancia universalista liberal y los "nuevos fundamentalismos" particularistas. En clara oposición al Centro liberal, que presume de neutro, post-ideológico y defensor del imperio de la ley, deberíamos retomar esa vieja idea de izquierdas que sostiene la necesidad de suspender el espacio neutral de la ley.

Tanto la Izquierda como la Derecha tienen su propia idea de la suspensión de la ley en nombre de algún interés superior o fundamental. La suspensión de derechas, desde los anti-dreyfusards hasta Oliver North, confiesa estar desatendiendo el tenor de la ley pero justifica la violación en nombre de determinados intereses nacionales de orden superior: la presenta como un personal y doloroso sacrificio por el bien de la nación. En cuanto a la suspensión de izquierdas, basta recordar dos películas, Under Fire y The Watch on the Rhine, para ilustrarla. La primera relata el dilema al que se enfrenta un reportero gráfico estadounidense durante la revolución nicaragüense: poco antes de la victoria sandinista, los somocistas matan a un carismático líder sandinista, entonces los sandinistas piden al reportero que truque una foto para hacer creer que el líder asesinado sigue vivo y desmentir así las declaraciones de los somocistas sobre su muerte: esto permitiría acelerar la victoria de la revolución y poner fin al derramamiento de sangre. La ética profesional, claro está, prohíbe rigurosamente semejante manipulación ya que viola el principio de objetividad y convierte al periodista en un instrumento de la lucha política. El reportero, sin embargo, elige la opción de "izquierdas" y truca la foto... En Watch on the Rhine, película inspirada en la obra de teatro de Lillian Hellman, el dilema es más profundo. A finales de los años treinta, una familia de emigrantes políticos alemanes, involucrados en la lucha anti-nazi, encuentra refugio en casa de unos parientes lejanos, una típica familia burguesa estadounidense que lleva una existencia idílica en una pequeña ciudad de provincias. Pronto, los exiliados alemanes deben enfrentarse a una amenaza imprevista en la persona de un conocido de la familia estadounidense, un hombre de derechas que los chantajea y que, por sus contactos con la embajada alemana, hace peligrar la red de resistencia clandestina en Alemania. El padre de la familia exiliada decide asesinarlo, poniendo así a sus parientes estadounidenses ante un complejo dilema moral: ya no se trata de ser vacua y moralizantemente solidarios con unas víctimas del nazismo, ahora deben tomar partido, mancharse las manos encubriendo un asesinato... También en este caso, la familia elige la opción de "izquierdas". Por "izquierda", se entiende esa disponibilidad a suspender la vigencia del abstracto marco moral o, parafraseando a Kierkegaard, a acometer una especie de suspensión política de la ética.

Resulta imposible no ser parcial: esta es la lección que se desprende de estos ejemplos, una lección que la reacción occidental durante la guerra de Bosnia trajo de nuevo a la actualidad. Resulta imposible no ser parcial, porque incluso la neutralidad supone tomar partido (en la guerra de Bosnia, el discurso "equilibrado" sobre el "conflicto tribal" balcánico, avalaba de entrada la posición de Serbia): la liberal equidistancia humanitaria puede fácilmente acabar deslizándose y coincidiendo con su contrario y tolerar, de hecho, la más feroz "limpieza étnica". Dicho en pocas palabras: la persona de izquierdas no sólo viola el principio liberal de la neutralidad imparcial, sino que sostiene que semejante neutralidad no existe, que la imparcialidad del liberal está siempre sesgada de entrada. Para el Centro liberal, ambas suspensiones de la ley, la de derechas como la de izquierdas, son en definitiva una misma cosa: una amenaza totalitaria contra el imperio de la ley. Toda la consistencia de la Izquierda depende de su capacidad de poder demostrar que las lógicas detrás de cada una de las dos suspensiones son distintas. Si la Derecha justifica su suspensión de la ética desde su anti-universalismo, aduciendo que la identidad (religiosa, patriótica) particular está por encima de cualquier norma moral o jurídica universal, la Izquierda legitima su suspensión de la ética, precisamente, aduciendo la verdadera universalidad que aún está por llegar. O, dicho de otro modo, la Izquierda, simultáneamente, acepta el carácter antagónico de la sociedad (no existe la neutralidad, la lucha es constitutiva) y sigue siendo universalista (habla en nombre de la emancipación universal): para la Izquierda, la única manera de ser efectivamente universal es aceptando el carácter radicalmente antagónico (es decir, político) de la vida social, es aceptando la necesidad "de tomar partido". 

¿Cómo dar razón de esta paradoja? Sólo se entiende la paradoja si el antagonismo es inherente a la misma universalidad, esto es, si la misma universalidad está escindida entre una "falsa" universalidad concreta, que legitima la división existente del Todo en partes funcionales, y la exigencia imposible/real de una universalidad "abstracta" (la égaliberté de Balibar). El gesto político de izquierdas por antonomasia consiste, por tanto (en contraste con el lema típico de la derecha de "cada cual en su sitio"), en cuestionar el existente orden global concreto en nombre de su síntoma, es decir, de aquella parte que, aún siendo inherente al actual orden universal, no tiene un "lugar propio" dentro del mismo (por ejemplo, los inmigrantes clandestinos o los sin techo). Este identificarse con el síntoma viene a ser el exacto y necesario contrario del habitual proceder crítico-ideológico que reconoce un contenido particular detrás de determinada noción universal abstracta, es decir, que denuncia como falsa determinada universalidad neutra ("el 'hombre' de los derechos humanos no es sino el varón blanco y propietario..."); el proceder de izquierdas reivindica enfáticamente (y se identifica con) el punto de excepción/exclusión, el "residuo" propio del orden positivo concreto, como el único punto de verdadera universalidad. Resulta sencillo demostrar, por ejemplo, que la división de los habitantes de un país entre ciudadanos "de pleno derecho" y trabajadores inmigrantes con permisos temporales privilegia a los primeros y excluye a los segundos de la esfera pública (al igual que, el hombre y la mujer no son dos especies de un mismo género humano universal, ya que el contenido de ese género implica algún tipo de "represión" de lo femenino). Más productiva, teorética y políticamente (ya que abre el camino a la subversión "progresista" de la hegemonía), resulta la operación contraria de identificar la universalidad con el punto de exclusión -siguiendo el ejemplo, decir: ¡todos somos trabajadores inmigrantes! En la sociedad estructurada jerárquicamente, el alcance de la auténtica universalidad radica en el modo en que sus partes se relacionan con los "de abajo", con los excluidos de, y por todos los demás (en la antigua Yugoslavia, por ejemplo, los albaneses y los musulmanes bosnios, despreciados por todos los demás, representaban la universalidad). La patética declaración de solidaridad, "¡Sarajevo es la capital de Europa!", fue un claro ejemplo de la excepción encarnando la universalidad: la manera en que la Europa ilustrada y liberal se relacionó con Sarajevo, fue la manifestación de la idea que esa Europa tenía de sí misma, de su noción universal. 

Estos ejemplos indican que el universalismo de izquierdas no precisa reconstruir contenidos neutros de lo universal (una idea de "humanidad" compartida, etc.), sino que se remite a un universal que llega a serlo (que llega a ser "en sí mismo", en términos hegelianos) sólo en cuanto elemento particular estructuralmente desplazado: un particular "desencajado" que, dentro de un determinado Todo social, es precisamente el elemento al que se le impide actualizar en plenitud esa su identidad que se propone como dimensión universal. El demos griego se postuló como universal no por abarcar a la mayoría de la población, tampoco por estar en la parte baja de la jerarquía social, sino por no tener un sitio adecuado en esa jerarquía, y ser destinatario de determinaciones incompatibles que se anulaban unas a otras o, dicho en términos contemporáneos, por ser un lugar de contradicciones performativas (se les hablaba como iguales -al participar de la comunidad del logos- pero para informarles que estaban excluidos de esa comunidad...). Retomando el clásico ejemplo de Marx: el "proletariado" representa la humanidad entera no por ser la clase más baja y explotada sino porque su misma existencia es una "contradicción viviente": encarna el desequilibrio fundamental y la incoherencia del Todo social capitalista. Entendemos ahora cómo la dimensión de lo universal se contrapone al globalismo: la dimensión universal "brilla a través" del sintomático y desencajado elemento que pertenece al Todo sin ser propiamente una de su partes. De ahí que la crítica de la eventual función ideológica del concepto de hibridación no debería en ningún caso proponer un retorno a identidades sustanciales: se trata, precisamente, de afirmar lo híbrido como lugar del Universal. 

Si la heterosexualidad en cuanto norma representa el Orden Global en función del cual cada sexo tiene su sitio asignado, las reivindicaciones queer no son, simplemente, peticiones de reconocimiento de determinadas prácticas sexuales y estilos de vida en cuanto iguales a otros, sino que representan algo que sacude ese orden global y su lógica de jerarquización y exclusión. Precisamente por su "desajuste" respecto al orden existente, los queers representan la dimensión de lo universal (o, mejor dicho, pueden representarla, toda vez que la politización no pertenece de entrada a la posición social objetiva, sino que supone un acto previo de subjetivación). Judith Butler ha arremetido con fuerza contra la oposición abstracta y políticamente reductora entre lucha económica y lucha "simplemente cultural" de los queers por su reconocimiento. Lejos de ser "simplemente cultural", la forma social de la reproducción sexual está radicada en el centro mismo de las relaciones sociales de producción: la familia nuclear hetero-sexual es un componente clave y una condición esencial de las relaciones capitalistas de propiedad, intercambio, etc. De ahí que el modo en que la práctica política de los queers contesta y socava la normativizada heterosexualidad represente una amenaza potencial al modo de producción capitalista... Sin duda, habría que apoyar la acción política queer en la medida en que "metaforice" su lucha hasta llegar -de alcanzar sus objetivos- a minar el potencial mismo del capitalismo. El problema, sin embargo, está en que, con su continuada transformación hacia un régimen "postpolítico" tolerante y multicultural, el sistema capitalista es capaz de neutralizar las reivindicaciones queers, integrarlas como "estilos de vida". ¿No es acaso la historia del capitalismo una larga historia de cómo el contexto ideológico-político dominante fue dando cabida (limando el potencial subversivo) a los movimientos y reivindicaciones que parecían amenazar su misma supervivencia? Durante mucho tiempo, los defensores de la libertad sexual pensaron que la represión sexual monogámica era necesaria para asegurar la pervivencia del capitalismo; ahora sabemos que el capitalismo no sólo tolera sino que incluso promueve y aprovecha las formas "perversas" de sexualidad, por no hablar de su complaciente permisividad con los varios placeres del sexo. ¿Conocerán las reivindicaciones queers ese mismo fin? 

Sin duda, hay que reconocer el importante impacto liberador de la politización postmoderna en ámbitos hasta entonces considerados apolíticos (feminismo, gays y lesbianas, ecología, cuestiones étnicas o de minorías autoproclamadas): el que estas cuestiones se perciban ahora como intrínsecamente políticas y hayan dado paso a nuevas formas de subjetivación política ha modificado completamente nuestro contexto político y cultural. No se trata, por tanto, de minusvalorar estos desarrollos para anteponerles alguna nueva versión del esencialismo económico; el problema radica en que la despolitización de la economía favorece a la derecha populista con su ideología de la mayoría moral y constituye el principal impedimento para que se realicen esas reivindicaciones (feministas, ecologistas, etc.) propias de las formas postmodernas de la subjetivación política. En definitiva, se trata de promover "el retorno a la primacía de la economía" pero no en perjuicio de las reivindicaciones planteadas por las formas postmodernas de politización, sino, precisamente, para crear las condiciones que permitan la realización más eficaz de esas reivindicaciones. 

Slavoj Žižek (Ljubljana, 1949) es director del Centre for Advanced Studies in the Humanities del Birkbeck College de la Universidad de Londres. 

Para más información: sequiturprensa@yahoo.es y sequiturpedidos@yahoo.es 

Capítulo incluido en el libro En defensa de la intolerancia

Nota: 

La Teoría Queer es una hipótesis sobre el género que afirma que la orientación sexual y la identidad sexual o de género de las personas son el resultado de una construcción social y que, por lo tanto, no existen papeles sexuales esenciales o biológicamente inscritos en la naturaleza humana, sino formas socialmente variables de desempeñar uno o varios papeles sexuales.

julio 19, 2010

DOSCIENTOS AÑO-S-INDEPENDENCIA: LA ESCLAVITUD NO SE CELEBRA


Por: Carlos Arturo Gamboa B.

Son las diez de la mañana del 19 de julio del año 2010. Frente a los edificios que como enormes féretros se levantan por la ciudad capital, las banderas tricolores se descuelgan bajo el bullicio de otro día urbano. Un puñado de humanoides viajamos 2600 metros más cerca de la desigualdad. La voz importada del Trasmilenio anuncia que la estación Museo del Oro se encuentra cerrada por protestas. Más de un rostro busca respuestas en letreros digitales que pasean sus fonemas de derecha a izquierda. Me fijo en la cara de angustia de una matrona acicalada de joyas que se arrincona en el vagón desde que ingresé con mi atuendo desarraigado de la moda.

- Uy, en este país si protestan por todo –afirma en voz alta como si acabase de eructar una gran verdad. Otras cabezas afirman con sus movimientos, creo que soy el único en no compartir esa mera opinión.

Después de varios minutos la misma voz impostada informa que la estación ha sido abierta, los policías han logrado despejar la vía. En la estación Avenida Jiménez el vagón queda casi vacío y lo primero que golpea el rostro es una aroma a fetidez de pobreza que dormita bajo el corroído monumento de las mariposas. Hoy las palomas se están inquietas pues su cotidiano hábitat se encuentra invadido por una muchedumbre multicolor que anuncia que este país no sólo son tres colores. Ruanas azules con bordes violeta, sombreros negros, de un negro artesanal que envidiaría Guchi, faldas torneadas, rostros nuestros, nuestros rostros, cientos de ellos, murmurando su drama en un lenguaje glocal, esa es la multitud multicolor que abarca toda la plaza de la desigualdad, la misma que años antes albergara las evidencias de la inequidad del capital. Pero no están sólo ellos, cientos de rostros diferentes los acompañan, están los jóvenes con sus atuendos que se niegan a ser moldeados por la época, los pobres que el UPAC les robó los sueños, los maestros y sus gritos cansados, los que luchan contra el despojo, todos los que nos negamos a creer que éste es el único mundo posible. Pero hoy la protesta es contra la celebración de 200 años de esclavitud y así lo anuncian las pancartas y los rostros de la Nación Misak, ellos son claros en sus consignas: “Los pueblos originarios tenemos que manifestar que esta fecha no significa celebración, porque nos toca luchar ante más de 518 años de explotación y genocidio, 200 años de pasar de un amo a otro, porque no hemos tenido independencia política, cultural, social, económica porque desconocen nuestra ley de origen y nuestra autonomía de autoridad propia” Ellos lo “hijos del agua” saben que su protesta no es aislada, porque somos millones de colombianos quienes sentimos lo mismo, somos los tataranietos de la desigualdad y el despojo, hemos visto como los pocos se apoderan de la tierra, hemos observado los extranjeros saquear nuestra despensa, hemos padecido el latigazo del silencio de la burguesía que desde hace 200 años alquiló nuestro mundo a su avaricia y a sus ansias de poder.

Son las 12 del mediodía. El sol ha salido a acompañar esta carava de esperanzas, bajo los cuerpos forrados un hálito de sueños acalora los pasos. El pueblo Misak camina por la vía del Trasmilenio, algunos ciudadanos educados en cumplimiento exacto de la ley, así esta sea atroz, murmuran que somos invasores, pero el símbolo es otro, ellos están recuperando ese espacio que les fue ultrajado, primero por los rostros descoloridos y barbados de los invasores españoles, y luego por los ungidos criollos que declararon la independencia a costa de la sangre de los campesinos, los negros y los pueblos originarios, para luego sentarse en la silla del tirano y desde allí impartir injusticia.

Por eso, por negarnos al olvido, por recuperar los sonidos de la madre tierra, por volver a sentir el palpitar de la madre agua, por volver a respirar el oxigeno de un continente mancillado, por negarse a soñar un mundo en donde la mayoría construya su destino; por eso no celebrábamos la seudo-independencia, por eso gritamos hoy, porque mañana saldrán los nuevos amos con sus carros de guerra a vanagloriarse de la muerte, con sus estandartes, sus camuflados y sus ribetes de coroneles desteñidos, a decirnos que amemos la patria, una patria que es de ellos, que no es nuestra, una patria que como meretriz se deja manosear de sus tiranos. Por eso hoy gritamos: “La esclavitud no se celebra”.