mayo 05, 2015

TRANSCURRIR UT (MAYO 5 DE 2015)



LOS 14 MACHETAZOS BAILABLES DE LA UT
Por: Carlos Arturo Gamboa B.
1
Las cuentas claras…la UT necesita tener las cuentas claras.
2
En bancarrota…la cuenta que nos debe la gobernación sigue sin fondos, pero ¿cómo cobrarla si entre amigos que votan en el Consejo Superior se deben cubrir las espaldas?
3
No basta…con indicadores bonitos, cifras y logros, los problemas que enuncian los sujetos de la comunidad universitaria siguen latentes. Por eso: “No basta porque cuando quiso hablar de un problema tú le dijiste niño: "será mañana es muy tarde, estoy cansado"”.
4
Ciega, sordomuda…la administración no parece importale la situación de precarización laboral de los 1700 catedráticos.
5
Ayúdame Freud…para poder entender tanta heteronomía en un espacio llamado universidad que está llamado a construir autonomía.
6
Me vale…lo que piensen y hablen de mí, parece ser la canción preferida de quienes al frente de la Institución se niegan a cambiar de rumbo y romper la lógica de la politiquería regional.
7
El Salmón…sigue cantando: “Siempre seguí la misma dirección la difícil...” ¿será que la platica de la revista también se la gastaron en cositas y tendremos que volver a poner la tutuma?
8
Ayer me dijo un ave…que los buses de la UT se los prestaron a Emilio Martínez, pero no hubo uno para que los estudiantes fueran a la Feria del Libro.
9
La chispa adecuada…o será ¿la chuspa adecuada? Sigue vigente el debate sobre consumo de psicoactivos en el campus, pero nadie lo quiere asumir.
10
Amor y control…la vieja fórmula de los campos de concentración, parece ser la solución que reclaman muchos, si esa fuera la salida las cárceles serían los lugares más seguros del mundo.
11
Gasolina…es lo que la UT necesita, más gasolina porque hace rato que hay más carros que profesores de planta.
12
Me gustan los estudiantes…bueno al menos ese puñado que no han sido asimilados y son capaces de enunciar las cosas sin ruborizarse ¿Habrá futuro con ellos? ¿Serán prontamente asimilados? De todas maneras me gustan los estudiantes.
13
El baile de los que sobran…seguirá siendo el ritmo de cientos de jóvenes que no pueden ingresar a la universidad pública, porque: “Nos dijeron cuando chicos jueguen a estudiar los hombres son hermanos y juntos deben trabajar”.
14
Y al final la vida sigue igual…no hay crisis, la cifras e indicadores de la administración son de una universidad perfecta en donde todo marcha bien. ¿Y los problemas cotidianos son acaso invención de la oposición?

abril 25, 2015

QUIZ PARA LA MINISTRA DE EDUCACIÓN



Por: Carlos Arturo Gamboa B.
Estudiante: Gina María Parody d'Echeona
Programa: Reformas educativas para yupis

Nota: Lea detenidamente, interprete y responda. No se apresure a responder sin analizar.
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I
 Elabore un cuadro comparativo de los salarios de los profesores de Singapur, Finlandia y Colombia. Establezca el promedio de cada uno de los países y dibuje un diagrama de Pareto. (Si no sabe que es un promedio, pregúntele a Pareto). Con base en los datos obtenidos responda: ¿Qué impacto tiene el valor salarial de los maestros en la calidad educativa?
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II
Problema 1: a) Un profesor X camina 5 kilómetros para llegar a una escuelita de una cabecera municipal en donde orienta clases de matemáticas, lenguaje, ética, educación física y religión. b) El salón está conformado por 40 estudiantes que cursan grados de primero a quinto. c) Las edades de los estudiantes oscilan entre 5 y 15 años. d) La escuela no posee biblioteca, los baños están en mal estado, cuando llueve el salón se inunda, algunos niños asisten sin desayunar y no hay cancha para juegos deportivos. Pregunta: ¿Qué entiende usted por calidad educativa?
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III
Problema 2: Un maestro Z ha invertido 11 años en formación básica; 5 años en una licenciatura; 2 años en una especialización y 3 años en una maestría, para un total de 21 años de formación, sin contar con las periódicas capacitaciones en leyes y decretos emitidos cada vez que cambian de Ministra de Educación. Pregunta: ¿Cuál debe ser su salario?
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IV
Trabajo de campo: visite la FILBO 2015 (Feria Internacional del libro). Adquiera algún texto sobre reflexiones y/o investigaciones pedagógicas en Colombia. (Recomendamos por ejemplo, Editorial Magisterio, o los stands de las Universidades). Elaboré una breve reseña del libro seleccionado. Pregunta: ¿Se pudo dar cuenta que Colombia es muy distinta a Singapur? Sustente su respuesta.
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V
Observe las siguientes imágenes:


Encuentre al menos 5 diferencias.

Posdata: Esta evaluación no la hacemos para promoción en el escalafón docente.

abril 15, 2015

EL PROBLEMA DE IBAGUÉ NO ES EL ALCALDE LUIS H.

Por: Carlos Arturo Gamboa B.
Muchos creen que el gran problema de Ibagué es el actual alcalde, porque tiene sumida la ciudad en la total desidia, porque no ha dado respuesta eficiente a las obras para los juegos nacionales, porque no ha solucionado el tema del agua. Pero no es así. Si tuviésemos un alcalde distinto, las calles estarían llenas de huecos, las basuras inundarían la ciudad, los ladrones de cuantías menores seguirían haciendo de las suyas por la carrera tercera, hasta la Calle 11, porque ahí serían reemplazados por los ladrones de cuantías mayores. El agua seguiría faltando en nuestros hogares cuando llueva, cuando haga sol o cuando laven los tanques, es decir, casi todos los días. Los taxistas seguirían haciendo de las suyas, igual que los buseteros quienes van por la ciudad como fieras desatadas a lo rápido y furioso.
Si otro fuera el alcalde, nuestros barrios seguirían sin pavimentar, sin campos deportivos, sin parques para el encuentro.  El parque deportivo seguiría abandonado y sin permitirle a los miles de pobres ingresar a obtener un mínimo de recreación pública. La vía al aeropuerto seguiría siendo una trocha. El cañón del Combeima estaría igual que hoy, sin una vía digna y la Casa donde vivió Jorge Isaac se seguirá cayendo lentamente, como ha venido derrumbándose nuestra grandeza tolimense.
Si el alcalde no fuera Luis H, sino cualquier otro parroquiano de la politiquería local, el panóptico seguiría siendo el agujero negro por donde el dinero público se va a otra dimensión, seguirían escaseando los recursos para las artes en general, seguiríamos sin escenarios para la dramaturgia, sin dinero para la poesía, sin dinero para la pintura, sin dinero para la música alternativa, sin dinero para las expresiones de miles de jóvenes que desde sus esquinas ven pasar el tiempo, soñando con una posibilidad de contarle al mundo que sus sueños se expresan de mil maneras.
El problema de Ibagué no es el alcalde Luis H. El problema de Ibagué es que llevamos eligiendo una serie de ineptos en los puestos públicos hace muchos años, y los elegimos porque van a nuestros barrios, aliados con muchos de los presidentes de las juntas comunales, y nos engañan con promesas. Nos ofrecen tejas de cinc para que el agua no moje nuestras angustias, nos ofrecen puestos para nuestras hijas desempleadas, nos ofrecen becas para nuestros hijos sin estudio, nos ofrecen pavimentar las calles que llevan décadas cubriendo de polvo nuestra existencia, nos ofrecen un tamal y un transporte el domingo de las elecciones, y nosotros votamos por ellos, por rojos, por azules y de otros colores, casi todos ellos amigos en componendas y quienes sin distingo de partidos se han distribuido los bienes públicos que deberían invertirse en la ciudad.
Por eso el problema de Ibagué no es el alcalde Luis H, somos nosotros quienes durante muchos años hemos elegido alcaldes ineptos, politiqueros y sin visión de ciudad, como Luis H Rodríguez.

marzo 26, 2015

“Somos iguales para tener el derecho a ser diferentes”: entrevista a María Elena Erazo



Por: Carlos Arturo Gamboa B.

María Elena Erazo Coral se ha formado en la universidad pública y es una gran defensora de la misma, porque quizás quienes han tenido que “sobrevivir” al mundo público, entienden mejor sus potencias y sus dramas. Es Doctora en Ciencias de la Educación y actualmente lidera la Asamblea Universitaria de la Universidad de Nariño; además, es la Directora del Departamento de Ciencias Sociales. Reafirma su afición al Deportivo Pasto, sin importar que en la actual temporada al equipo del sur, de la misma tierra que inspirara los sentidos versos de Aurelio Arturo, no le haya tronado bien. Como ella misma lo expresa cree en “…la igualdad en la diferencia, es decir, somos iguales para tener el derecho a ser diferentes”.
Desde los afectos, los encuentros y los debates he querido preguntarle a María Elena acerca de esa construcción democrática que se viene gestando en la Universidad de Nariño, proceso muy distante a las formas obsoletas de participación que tienen atenazadas a las universidades colombianas a la mano burocrática de las clases políticas regionales. Además, esta conversación sirve como un abrebocas a lo que será el IV Foro Interuniversitario Poder Constituyente a celebrarse en la UDENAR el primer semestre del año 2015.
Carlos Gamboa: La Universidad de Nariño hace tiempo viene trabajando en la Reforma Universitaria mediante la participación activa de la comunidad ¿cómo se logra involucrar a todos los estamentos universitarios que tienden a ser reactivos a estas propuestas?
María Elena Erazo: El trabajo frente a los proceso democráticos que se llevan en la actualidad en la UDENAR,  a mi juicio son proceso gestados desde los años setenta, cuando un gran movimiento estudiantil y profesoral construyen una propuesta de reforma para la Institución de manera democrática, esto es, dialogada, discutida, concertada con los estamentos universitarios; esa generación, deja una huella imborrable en esta universidad.
El Estado colombiano al ver que esta propuesta (1972) ( universidad para el “desarrollo integral”, que dé respuesta a los problemas de los seres humanos, de la región, basada en la investigación al proponer que la docencia debe tener como fundamento la investigación) está en contravía con lo planteado para la educación superior en los centros de poder (universidad profesionalizante, memorística..) la interviene en 1977, cerrando sus instalaciones por un semestre y  organizando una universidad según su lineamientos.
Revisando los archivos de la Institución, me percato que frente a la estructura universitaria que impone el estado, hay voces que continúan planteando la necesidad de  construir una Universidad distinta a la que el Estado impone; se sigue hablando por ejemplo, de una reforma  académica, se sigue luchando y exigiendo que  las decisiones de esta universidad  deben ser tomadas de manera democrática. Así, en la década de los ochenta, se protesta frente a la politiquería del gobierno de turno, evidenciada en decisiones como el cambio constante de rectores, pues esta Universidad entre la década de los 70 y 80  tuvo 18 rectores. ¿Qué política académica o administrativa sería se podía consolidar con rectores, que en algunos casos, estuvieron por un lapso de tres meses? En 1993, se logra esta reivindicación y hasta el día de hoy en la universidad se hacen las elecciones de rector mediante el voto directo ponderado, es decir en urnas separadas votan estudiantes y profesores, cada uno con un ponderado del 50%;  el Consejo Superior hace la designación del rector, respetando la decisión de la Comunidad Académica (No hay violación  a la ley 30, porque se cumple lo estipulado por esta – el C.S DESIGNA).
Hay temas que en la reforma de 1972 no se consolidaron y durante las siguientes décadas, continúan en discusión:
·         La universidad y la región.
·         La universidad para el desarrollo integral (1972) hoy universidad para el desarrollo alternativo.
·         La docencia fundamentada en la investigación.
·         La necesidad de una reforma universitaria democrática.
La propuesta de una reforma universitaria democrática toma fuerza, en la campaña a la rectoría del Dr.  Silvio Sánchez (2006), cuando profesores, estudiantes que respaldan esta candidatura se plantean como eje programático llevar a cabo la reforma profunda de la Universidad de Nariño. Al llegar de manera democrática  el Dr. Silvio Sánchez a la Rectoría (2007) se pone en marcha la reforma, se crea la Asamblea Universitaria. Es decir, los procesos democráticos surgen como procesos de lucha,  como voluntades políticas, como unidad de fuerzas (profesores, estudiantes, trabajadores, administración, unidad de generaciones – nos encontramos en esta reforma la generación de los setenta[1], los ochenta y noventa[2] y la generación del siglo XXI); surgen de la resistencia, al pensar que “otros mundos son posibles” como lo decía el Dr. Sánchez, surgen porque no nos conformamos al mundo que pretenden construir los centros de poder y los poderosos de este país. No somos muchos, a veces, pero esos pocos hacemos ruido y logramos que otros se unan a la lucha.
Carlos Gamboa: Desde su experiencia en estos procesos ¿qué importancia le otorga a la profundización de la democracia universitaria?
María Elena Erazo: La democracia es una palabra que toma distintas formas y construye distintas realidades  dependiendo de quién y desde dónde se enuncia. A nombre de la democracia se han invadido pueblos (Afganistán) y se hacen retomas a sangre y fuego (Palacio de Justicia); a nombre de la democracia llegan al poder los corruptos (Senado, Cámara, Cortes); pero, la lucha por la democracia también permite la libertad de los naciones, la conquista de derechos, la construcción de nuevas realidades sociales.
Carlos Gamboa: Entonces la pregunta es: ¿cuál es el sentido que tiene la democracia en el proceso de reforma de la UDENAR?
María Elena Erazo: El sentido es la construcción  colectiva, discutida, argumentada de una nueva estructura académica-administrativa de la Institución, además de pretender  un cambio en las mentalidades de quienes habitamos el espacio de la UDENAR, ¿para qué? Lo dice en su misión construida colectivamente:
Para formar profesionales que aporten a la construcción de una sociedad que viva en paz, éticos, críticos (hace tanta falta hoy estos seres humanos, en un país donde el presidente de la Corte Constitucional dice que la ética y el derecho son dos cosas distintas), seres humanos que aporten a la solución de los problemas regionales y a la construcción de desarrollos alternativos; repito, porque otros mundos sí son posibles (al menos soñamos con este propósito. La utopía como dice Galeano, nos sirve para caminar en estos sentidos).
Carlos Gamboa: ¿Cuáles son los principales obstáculos para emprender proyectos de democratización al interior de las Universidades Públicas?
María Elena Erazo: Los intereses personales, en detrimento de los intereses colectivos, públicos (mi centro, mi puesto, mi lugar, mi forma de hacer las cosas).  Hay lugares en la Universidad que se les nombra de esta manera: El centro de Pedrito Pérez, la virtual de…,  la facultad de…
Los poderes y los poderosos que se entronizan en lugares de la academia y la administración de la UDENAR y por supuesto, se resisten a perderlo.
Las actitudes egoístas, pesimistas, la crítica mal intencionada.
Las mentalidades fosilizadas y atornilladas que no pueden pensar que hay otros caminos, otras formas de hacer las cosas, otras formas y estructuras con las que sí puede funcionar la Universidad, parecería que el lema es: Más vale malo conocido que bueno por conocer.
Y el Estado, con todas sus formas de lucha, que van desde las legales hasta las ilegales.
Carlos Gamboa: ¿Qué relación existe entre los postulados de la Constituyente Universitaria y el proceso de Reforma Universitaria de la Universidad de Nariño?
María Elena Erazo: 1. El sueño, la utopía de construir y pensar en una universidad que responda a los intereses y necesidades del ser humano en concreto, de las realidades locales, regionales y aún, a  las del país. 2. Pensar en una universidad que desnaturalice el pensamiento homogéneo, homofóbico, discriminatorio. 3. Resistirnos a que conviertan a la educación, y en particular la E. superior en un mercado. 4. La defensa de la universidad pública. 5. La lucha por la autonomía y la democracia.
Carlos Gamboa: ¿Cuál debe ser el papel protagónico de la Universidad Pública en el actual proceso de paz y el futuro cercano del posconflicto?
María Elena Erazo: La formación de nuevos seres humanos formados en:
…lo diverso, es decir que entiendan y vivan pensando-actuando  que la diversidad es lo natural, lo contranatural es ponernos a todos los mismos lentes,  pretender que vean una sociedad homogénea (constitución del 86- una sola religión, un sólo idioma), y cuando ven lo diverso se escandalizan y piensan en que eso hay que eliminarlo o convertirlo (culturas, comunidades y pensamientos). El pensamiento homogeneizador, es desde mi perspectiva, uno de los grandes factores  generadores de violencia.
…y para mundos alternativos. La propuesta de los centros de poder parte de que el consumo, la acumulación de capital a cualquier precio trae el progreso, la felicidad de los pueblos, la universidad pública debe construir escenarios para un mejor bien-vivir y bien-estar del ser humano que no se basan en esos principios de vida.
… un pensamiento democrático.
… un pensamiento autónomo.
… la ciencia.  La ciencia  para que aporte a la solución de las necesidades de los más vulnerables, del ser humano en concreto, entonces es una ciencia de clase.


[1] Participaron y participan en esta reforma el Dr. Silvio Sánchez, rector;  Gerardo Guerrero, vicerrector académico, profesor y estudiante respectivamente en los años setenta.  María Clara Yépez, Pedro Pablo Rivas, Pedro Pablo Cabezas…  docentes de esa época.
[2] De esa generación hago parte yo y la mayoría de los que hoy somos docentes de la UDENAR.

marzo 12, 2015

BREVE HISTORIA NEOCOLONIAL DE UN PAÍS LLAMADO COLOMBIA

Carlos Arturo Gamboa Bobadilla
Publicado en: Boletín ASPU Presente No. 4.

Germán Castro Caicedo es recordado gratamente por el programa Enviado especial que en su momento constituyó e instauró una forma distinta de hacer periodismo en Colombia. Como escritor ha producido un sinnúmero de libros, algunos de ellos muy difundidos por la Editorial Planeta, otros bastante polémicos por sus contenidos y algunos encajados dentro de un márquetin editorial que le valió bastantes críticas por su ligereza. Personalmente recuerdo con agrado Mi alma se la dejó al diablo (1982), el primero que leí y que luego aparecería como largometraje en la televisión colombiana (1987). Más tarde pude apreciar la novela Candelaria (2000), en mi opinión su mejor texto. Ahora tengo el gusto de escribir esta nota basado en su último libro de corte periodístico titulado Nuestra guerra ajena (2014).
Para iniciar me causó curiosidad que en la página de presentación el autor revele que el manuscrito había sido vetado por la Editorial Planeta debido al contenido del mismo -la denuncia que allí se plasma frente al conflicto interno colombiano-, pero que finalmente, con el cambio de dirección de la empresa, se hubiese accedido a su difusión, incluso aceptando que apareciese esa nota. Esto evidencia la tara editorial de muchas voces en Colombia, estoy seguro de que el peso del nombre y la proyección de ventas de Germán Castro Caicedo contribuyeron a solucionar a su favor el veto.
Ahora bien, en sus 395 páginas el autor se dedica a ilustrar una serie de hechos que demuestran esa vieja consigna de las izquierdas latinoamericanas sobre la injerencia de los EE. UU. en la política y la economía; certeza que llevó a Los prisioneros a cantar que “Latinoaméricaes un pueblo al sur de Estado Unidos”. Colombia, nos cuenta el autor, ha sido una de las naciones más sometidas a los designios norteamericanos, razón por la cual se ha creado una dependencia absoluta sin que hasta el momento exista un gobierno que hubiese roto con esa lógica. Por eso, desde terminada la guerra de Vietnam, EE. UU. contribuyó a la generación de la economía de la droga que empezaría con la bonanza marimbera, para más tarde posicionarnos como la nación productora de drogas más grande del mundo, obviamente auspiciada por los mayores consumidores de drogas del planeta. Pero sumado a este proyecto de “paraíso psicotrópico” para los visitantes gringos -muchos de ellos soldados adictos llegados de Vietnam-, los EE. UU. siempre ha concebido a Colombia como una punta de lanza geoestratégica para su proyecto de dominación del Cono Sur, debido a la necesidad de alimentar su voracidad por los recursos mineros, acuáticos, energéticos; y últimamente sobre los recursos ecológicos que proveen aire y alimentos. Para la potencia del Norte, Colombia es un buen proveedor a bajos costos que además le sirve para basurero continental.
De esa manera, Castro Caicedo documenta varias páginas para recordarnos los dos gobiernos de Álvaro Uribe y su entrega total a las políticas norteamericanas que en su momento activaron el denominado “Plan Colombia”, como un posicionamiento de bases militares para vigilar el continente y apropiarse de zonas estratégicas para su proyecto económico-militar; a la par de este plan fueron llegando los mercenarios de las corporaciones quienes aliados al proyecto paramilitar, despejaron zonas mediante fumigaciones, amenazas y muertes, zonas que se disponían como los nuevos escenarios de actuación del capital. Del mismo modo, el autor nos muestra evidencias periodísticas de hechos que comprometieron a estos mercenarios norteamericanos con el aumento del narcotráfico, consumo, trata de blancas y demás atrocidades que a veces olvidamos los colombianos, o que lo aceptamos porque los medios oficiales lo mostraron a medias o lo justificaron con la consigna “seguridad democrática”. Después de leer estar páginas uno llega a conclusión que Colombia fue, durante el gobierno Uribe, la zona de tolerancia de los norteamericanos. ¿Será que lo sigue siendo?
Ahora bien, frente  a los sucesos actuales y el cambio de rumbo del conflicto interno hacia una posibilidad de firma de acuerdo de paz, vale la pena revisar el libro, porque desde este recorrido histórico el autor nos ofrece elementos para interpretar las actuaciones del gobierno Santos y el cambio de política de los EE. UU. Surge una pregunta: ¿cuál es el proyecto impuesto desde el Norte que ahora la paz es fundamental?  Pues la respuesta está en nuestros recursos minero-energéticos, nuestras despensas de agua y alimentos, nuestro espacio estratégico frente al avance de gobiernos alternativos en el Cono Sur. No es coincidencia que ante el decaimiento de la política de guerra total impuesta por Uribe, y ante el cierre al paso de sus propuestas guerreristas, el hoy senador hubiese viajado recientemente a los EE. UU. buscando un apoyo que ya no encontraría, pues la segunda fase del olvidado “Plan Colombia” está en marcha porque la estrategia siempre fue: «alimentar la guerra para beneficiarse de la paz». No es extraño que en vez de recular o repensar el apoyo a Uribe y sus políticas, EE. UU. le responda nombrando a Bernard Aronson como primer enviado estadounidense para el proceso de paz de Colombia. Tarde se daría cuenta el otrora socio de la guerra ajena que había sido un títere más de la historia neocolonial de un país llamado Colombia.
Invito pues a leer Nuestra guerra ajena, un documento válido que nos recuerda nuestra amarga realidad, nuestra aguda econo-dependencia, y sobre todo nos permite tener más elementos de análisis para el proceso de país que otros vienen diseñando para nosotros. A pesar de la reiteración de elementos e ideas que a veces hacen escabrosa la lectura y la falta de rigurosidad que permita ampliar las fuentes o ir directamente a ellas, Germán Castro vuelve a dejarnos una buena fuente de consulta. He aquí el relato de una guerra que nunca fue nuestra, esperamos que la paz que buscamos no sea otra farsa más de la política impuesta, porque como lo afirma el autor:
Somos una sociedad en la cual nadie se atreve a cuestionar, a discutir, a intercambiar puntos de vista porque, si lo hace, primero es calumniado, y luego agredido físicamente. En ese silenciar cualquier vía a quien piensa distinto son iguales los militares, los guerrilleros, los policías y los paramilitares. En nuestra historia nunca hemos tenido la posibilidad de resolver nuestros propios problemas por vías de la civilización” (Caicedo, 2014, p. 323).