junio 14, 2016

LA UNIVERSIDAD ZOMBIE: CARTA AL RECTOR DE LA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA



Por: Félix Raúl Martínez-Cleves

Nada hay más pobre que una verdad expresada tal y como se pensó.” 
Walter Benjamin

“Luego dirigiré mis pasos hacia las regiones
infernales y haré que suban los muertos,
que devoren a los vivos, multiplicaré el
 número de muertos a expensas de los vivos.”
Epopeya de Gilgamesh
13 de junio de 2016

Profesor
José Herman Muñoz Ñungo
Universidad del Tolima

Profesor Muñoz,
La Universidad del Tolima se ha convertido durante su “rectoría” en una universidad zombi y nosotros -el profesorado- en muertos vivientes.
En libros y películas, el escenario zombi está habitualmente caracterizado por una ciudad en destrucción, en donde sus antiguos pobladores se arrastran deambulando repetitivamente. En la Universidad del Tolima, esa desolación se sintetiza en el bloque de salones marcados con el número 19, el cual comúnmente maltrecho acabó por deteriorarse gracias al fuego en una de sus esquinas. Diferente a lo que supone el informe de la Oficina de Desarrollo Institucional, las condiciones materiales del recinto universitario no tienen como excepción aquella zona. 
En cambio, pupitres dañados, paredes sucias, tableros manchados, mesas oxidadas y rotas, ausencias de luz artificial, se combinan con nubes de zancudos, olores nauseabundos y entornos ruidosos. Como si el panorama de destrucción fuese poco, las denominadas “ayudas tecnológicas”, más parecen un conjunto de elementos que amenazan a los habitantes de tan terrorífico lugar. La metonimia de la Universidad del Tolima es el bloque 19: huele mal, se ve mal, se escucha mal.
Pero un ambiente zombi no se reduce a las condiciones materiales en donde un conjunto de no-vivos se arrastran sin sentido. El centro de ello está justamente en estos últimos -no-vivos— quienes, al igual que nosotros los “profesores”, repetimos recorridos, sin saber nuestros destinos. Ausentes de todo deseo, estos cuerpos nuestros,  gobernados por los olvidos, dejamos llegar el semestre académico a su instancia de no-retorno, tal y como si no pasara nada. Seguramente, también somos responsables de esta inmundicia, gracias a nuestro silencio y permisividad respecto de los experimentos que se han hecho con nosotros desde antes de que Usted llegara a la “dirección” universitaria, “profesor” Muñoz.
En efecto, los zombis no recuerdan qué sucedió, cuál fue el virus que los atacó y mucho menos, les interesa el mañana. Caminamos arrastrándonos, llevando enterrado en nuestros cuerpos una inmensa cantidad de objetos, hasta el punto que ciertos francotiradores dispuestos en lo alto de un punto cero, generalmente llamado “rectoría”, nos disparan y todavía así, buscamos balbucir fonemas inútiles sin emitir una mínima expresión de dolor. Ya decía Jorge Martínez Lucena y Jorge Fernández Gonzalo, que estos cadavéricos seres sufren su propio narcisismo.
Esta horda de zombis se jacta con un poco de carne que es lanzada desde aquel punto cero, en donde se ha planeado una trampa para dispararles con mayor puntería en la cabeza. Cada cierto mes, aparece en nuestras cuentas bancarias un poco de esas tripas arrojadas desde lo más alto, con el propósito de que nos comamos entre nosotros, ahorrándole balas a quienes se han asignado la condición de “sobre-vivientes” y habitan en la “administración” universitaria.
Así, al igual que en dichos artefactos culturales, la infección parece no tocar a sus creadores, mientras tantos los individuos hechos zombis degradan cada vez más su existencia, hasta el punto paradójico de que el creador de tal peste se presenta ahora como la única opción para “salvar” a las pútridas criaturas. Créditos, reformas y comunicados de prensa, se exponen como el antídoto, solamente brindado a quienes de forma dócil se acerquen al punto cero. Mientras tanto, la plaga sigue en aumento, sin avizorarse algún horizonte.
“Profesor” Muñoz, esperemos que a diferencia de los libros y películas de zombis, haya escapatoria, aunque Usted, como gestor de semejante pandemia se ha vanagloriado de triunfo cada vez que dispara o arroja podredumbre. 
Desde un sepulcral lugar, se suscribe de Usted, un zombi más en medio de un arrebato de sanidad.
Félix Raúl Martínez-Cleves
Profesor de Planta
Facultad de Ciencias Humanas y Artes
Universidad del Tolima

junio 01, 2016

PROFESORES DE LA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA A DECIDIR EN LAS URNAS


Por: Carlos Arturo Gamboa Bobadilla

El jueves y viernes 2 y 3 de junio, los profesores de la Universidad del Tolima vuelven a las urnas, en medio de una crisis a la cual la administración, en cabeza de Herman Muñoz y el Consejo Superior Universitario, aún no le ha puesto el “tate quieto”.
El 2 de junio, la Asociación Sindical de Profesores (ASPU) se citó para la elección de nueva Junta Directiva de la Seccional Tolima. Con más de cuarenta años de tradición, esta agremiación de profesores se ve hoy enfrentada al reto de ayudar a la reconstrucción de la Universidad del Tolima y a reafirmar nuevas maneras de actuar en el campo sindical.
ASPU, a nivel nacional, cuenta con más de 5000 afiliados en todas las universidades y en la seccional de la Universidad del Tolima son más de 150 docentes quienes podrán votar para designación de su Junta Directiva. La Asociación ha desempeñado un papel fundamental en la visibilización de la crisis, la misma que negó el rector hasta después de su reelección, a finales de 2015. La Asociación denunció a través de diferentes medios, comunicados ofíciales y protestas, en el campus y fuera de él, hechos que serían claves para destapar “los malos manejos” y el desbarajuste financiero y académico que hoy tienen la UT en una sin salida. Por estas denuncias, el rector actual y su equipo de coequiperos y abogados, emprendieron procesos disciplinarios contra algunos de los miembros de la Junta Directiva, quienes hoy están, como era de esperarse, exonerados de dichas acusaciones. Ese el riesgo que corre un sindicato serio, autónomo y que no le apuesta a la cooptación o al silencio por prebendas; su función es hacer control político, denunciar las irregularidades y proponer otras formas de administrar lo público; así mismo aportar propuestas de transformación como lo requiere urgentemente hoy la universidad de los tolimenses.
De otra parte, el viernes 3 de junio los profesores también podrán designar los docentes que formarán parte de las diferentes instancias del Gobierno Universitario; entre ellas se elegirán los representantes profesorales al Consejo Superior, Consejo Académico, Comité Interno de Asignación y Reconocimiento de Puntajes (CIARP); así como representaciones a las diferentes Unidades Académicas.
La importancia de estas designaciones es que se dan en el marco de una gran coyuntura universitaria y, por lo tanto, los profesores deberían acudir masivamente a las urnas a definir sus voceros en estos espacios. En años anteriores la participación ha sido escasa en estas elecciones, pero hoy es inconcebible la abstención, ya que las representaciones pueden generar renovación en los estamentos profesorales y hacer que sus discusiones y propuestas lleguen a los escenarios claves en donde se toman decisiones institucionales.
Es normal que exista apatía y desencanto ante estos ejercicios del orden democrático universitario, pero lo que si podemos intuir es que, precisamente por ausencia de un real control político del profesorado, por carecer de autonomía como estamento y por delegar al rector, su equipo y sus amigos, toda la Gobernanza de la Universidad, hoy nos vemos al borde del abismo.
Los profesores de la Universidad del Tolima somos conocedores de lo que se ha hecho mal; algunos fueron víctimas del engaño del rector y sus amigos quienes ocultaron la crisis en periodo de reelección y llamaron a una falsa unidad, aún a costa de la misma universidad. Hoy no podemos llamarnos a engaños, la formación superior de miles de jóvenes está en riesgo, el proyecto de vida de los docentes y trabajadores se ha visto fracturado por malas decisiones, sin que hasta hoy los culpables hayan asumido la falta. Los recortes realizados han afectado la academia, las garantías para una buena docencia y la mayoría de ellas han recaído sobre el sector profesoral.
Hoy más que nunca necesitamos recuperar la autonomía del profesorado, su capacidad crítica y su saber para potenciar propuestas que ayuden a sacar a flote la universidad. El profesorado debe acudir a la elección de representantes profesorales de manera consciente, sin la coacción que antes condujo a equívocos, debemos empezar dando un mensaje diferente en las instancias del Gobierno Universitario si de verdad queremos una universidad diferente. No podemos elegir las ideas del actual rector que llevaron la UT a este abismo de incertidumbre, o a los “amigos” de él, que vienen siendo casi lo mismo.
Las mayorías queremos transformaciones reales, ¡que se note en las urnas!


mayo 23, 2016

ENTREVISTA A LOS POLLOS DE LA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA

Por: Carlos Arturo Gamboa B.
Después de muchos años intentando averiguar, en vano, ¿por qué el pollo cruzó la carretera?, hemos decidido preguntarle a los pollos de la Universidad del Tolima, ¿cuáles son los motivos de la crisis por la que atraviesa el Alma Máter de los tolimenes? Acá están algunas de las respuestas:

Un pollo rector: Aquí no hay crisis y tampoco hay flujo de caja

Un pollo despistado: ¿De cuál universidad me habla?

Un pollo pensionado: ¿Acaso con mi pensión no se redujeron los gastos?

Un pollo del IDEAD: Hace mucho que no voy la UT, fui solo a matricularme y recibo clases en la escuela donde hice la primaria

Un pollo marxista-leninista línea Pekín: La Universidad del Tolima no está en crisis, están en crisis ustedes, por eso deben ser reeducados

Un pollo neo-religioso: Dios nos libre de caer en manos de ese satanás del Gobernador.

Un pollo ultra-optimista: Frescos, la crisis es la madre de todas las soluciones

Un pollo anarko: La única crisis que brilla, es la que arde

Un pollo matemático: La crisis se puede expresar en la siguiente ecuación: X.2X+Y=0 pesos en las cuentas

Un pollo asado: Yo no sé nada de crisis, llevo mucho tiempo dando vueltas y estoy chamuscado

Un pollo amigo del rector: La crisis no existía hasta que ASPU la destapó, por eso la crisis es culpa de ASPU

Un pollo ecologista ciego: La crisis es global y estamos ante el fin de la civilización, lo de la UT es secundario

Un pollo activista del marxismo cósmico: La crisis de la UT es culpa del sistema neoliberal interplanetario

Un pollo re-loco: La crisis es culpa de todos ustedes porque no hacen lo que yo les digo, loquitos

Un pollo seudo-solidario: La crisis es culpa de todos y si la culpa es de todos, no es de nadie

Un pollo aficionado: La crisis ya la superó Perkeman con los triunfos de la selección Colombia

Un pollo shakesperiano: Crisis o no crisis, he ahí el dilema

Un pollo nietzscheano: ¿Dos mil años y ni una crisis nueva?

Un pollo darwiniano: La crisis es el resultado de la selección natural de los ineptos que han logrado evolucionar hasta obtener la crisis perfecta que tenemos hoy

Un pollo maquiavélico: El fin de la crisis justifica los medios, para perpetuarla

Un pollo neoliberal: Les dije que la universidad debía ser liquidada, eso no da punto de equilibrio, y lo que no es rentable, no sirve

Un pollo fumao: ¿Crisis parce? Crisis la que me va dar más rato cuando se acerque el bajón

Un pollo del MEN: Tranquilos, ser pillo paga

Un pollo neo-pedagogo: Eso es culpa del modelo pedagógico de la UT que no ha incorporado el uso de las TIC.

Un pollo heracliteano: Nadie se sumerge dos veces en la misma crisis, excepto el rector

Un pollo hegeliano: La crisis es producto de una relación dialéctica entre el rector y la crisis

Un pollo freudiano: Si te preocupa mucho la crisis se debe a una carencia sexual

Un pollo ex vicerrector: La crisis es una invención de los sobrios.
                  – ¿Entonces pio? –
                  Pia, que yo pago

mayo 09, 2016

LA FAMILIA AHORRATIVA

Por: Carlos Arturo Gamboa B.
Cuando las ideas no te dejan ver la realidad,
no son ideas, son mentiras.
Rafael Chirbes

Dedicado a la familia UT y su extraña concepción del ahorro
Cuando empezamos a sentir la escasez en casa, lo primero que pensé fue en huir. Veníamos de una racha de buenos ingresos y casi todos los miembros de la familia confiaban en mi buen criterio para manejarlos. Pero yo sabía la verdad, se acercaba una temporada de vacas flacas, pero ellos no se podían enterar.
Decidí entonces sentarme a revisar las cuentas con apremio. Nunca me habían interesado esas formas absurdas de colocar números en columnas, comparar gastos contra ingresos y demás métodos absurdos que reducen los deseos a realidades. Lo mío era soñar, gastar, comprar, contratar y sonreír. Claro está, lo más importante, firmar.
En medio de esta nueva situación recordé la vez que mi hija se acercó a pedirme un aumento de mesada porque, según ella, su “forma de vida” no estaba a la altura de sus amigas; o la vez que mi esposa exigió grito en garganta que debíamos remodelar la cocina porque esas baldosas llevaban más de dos años, y además esos colores ya no se usaban. Siempre les complací sus caprichos, si quieres tener el control de la situación y detentar el poder, lo mejor es tener a cada cual contento y para ello repartir dinero, dar prebendas, ofrecer regalos, efectuar dádivas, es el mejor método.
Al que nunca pude complacer fue a Jorgito, él andaba refunfuñando, casi todos los días, acerca de la forma desordenada de manejar el dinero en la casa. Trataba de influenciar a su mamá, pero ella orgullosa le mostraba su nueva cocina y le decía, deje de joder, mire estos logros. Su hermana un día lo llevó hasta el garaje y le mostró su auto nuevo, para tajantemente concluir: ¿usted cree que le voy a pelear a papá si me acaba de comprar carro? Jorgito tenía razón, pero la complacencia mata la crítica.
Ahora solo tenía una salida, recortar gastos o endeudarme. Si me endeudaba, ellos ni lo notarían, porque podría mantenerles su nivel de vida, un poco trastocado, pero seguro, aunque en el fondo todos sabemos que cuando uno está endeudado, endeudarse más es un oxímoron. Decidí aplazar el préstamo y empezar a recortar.
La primera acción consistió en reducirle a Jorgito su mesada y el dinero para sus taxis, le dije que en adelante debía volver a la buseta o pedirle a su hermana que los acercará al colegio en su lujoso auto. Luego puse bombillos ahorradores en las catorce lámparas de la casa.  Observé con gran preocupación que no necesitábamos empleada para planchar la ropa, por eso decidí no contratarla más y que Jorgito planchara. Peleó tanto que me tocó decirle a su hermana que ella también debería colaborar, pero ante su negativa, decidimos que desde entonces vestiríamos con la ropa arrugada. Jorgito alegó que mejor despidiera mi asesor de finanzas, quien me costaba un jurgo, pero él era quien firmaba, de vez en cuando, el aval de los gastos.
Como el ahorro no era suficiente, decidí cambiar los tapetes por uno más baratos, sacar la vajilla de la abuela y guardar la lujosa Corelle, usar luz de velas después de las ocho de la noche, reducir el tiempo de la ducha a cuarenta segundos, no usar crema dental, volver al frutiño - nunca más frutas para jugos-, cancelar la cuenta de internet y goterear Wi-Fi a los vecinos, entre otras medidas que han venido aceptando estoicamente. Solo Jorgito, de vez en cuando intenta hacer pataleta, pero nunca cuenta con la complicidad de los demás, ellos siguen confiando en mi buena virtud para manejar la casa.
Los fines de semana, mientras tomamos wiski con los amigos, suelen decirme:
 -Eres un genio, en mi casa ya todo estuviera incendiado, mi mujer se habría ido con otro y mis hijos me hubiesen demandado.
Sonrío tranquilo mientras embucho otro sorbo de Jack Daniels y les contesto:
- Después de este angustioso ahorro que recae sobre sus hombros, ellos vendrán a mí, inclusive el fastidioso de Jorgito, a suplicarme que haga un préstamo para superar esta grave situación; entonces les volveré a comprar crema dental, frutas para el jugo, sacaré la vajilla lujosa y reinstalaré internet. Me adorarán.
- ¿Y si debido al préstamo pierden todo?
- Diré que fue culpa de ellos, por sus caprichosos lujosos y su falta de ahorro. ¿No les parece genial?
- Si, genial. ¡Salud!

mayo 02, 2016

LA CULPA ES DE TODOS, LA NUEVA ARGUCIA EN LA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA

Carlos Arturo Gamboa B.
¿La crisis ya no existe en la Universidad del Tolima? Creo que todos podrían contestar que sí, ¿entonces por qué no se concretan acciones que conlleven a solucionarla? Después de su reelección, en noviembre de 2015, por fin José Herman Muñoz aceptó la crisis financiera, no lo había hecho antes a pesar de tener ante sus ojos un iceberg de pruebas iguales a las que hundió el Titanic. Sin embargo, sus defensores siguieron jugando en la lógica de “esa tal crisis no existe”; hoy, seis meses después, lanzan un nuevo distractor, la crisis si existe “y la culpa es de todos”. Cuando empecé a escuchar ese enunciado en varios escenarios no pude evitar recordar el poeta italiano Antonio Porchia cuando dijo “Lleve cada uno su culpa y no habrá culpables”. Luego empecé a hacerme preguntas como las siguientes:
¿De qué es culpable el estudiante que se encuentra en el Centro Regional de Mocoa, en Putumayo?
¿Es acaso culpable el graduado que salió hace cinco años y que nunca fue consultado siquiera para elegir el representante de los egresados?
¿Qué culpa en esta crisis carga la señora de servicios generales que siempre nos mantiene aseadas las aulas?
¿De qué es culpable el vigilante que cuida el ingreso en la puerta de la Universidad del Tolima?
¿Es acaso culpable el jardinero que mantiene bien podados los jardines?
El estudiante que sobrevive al inclemente mal económico de la región, que va todos los días a pie a sus clases ¿es culpable de la crisis de su universidad?
Pues acá, como en todos los relatos de la falsedad que se construyen para evitar que los culpables paguen, se busca la ocultación porque con ella se protege al infractor. Los abuelos solían decir, sabiamente, que “a la culpa, sigue la disculpa”, pero si la culpa es de todos, ni siquiera disculpa existirá, menos los culpables; aunque la universidad siga a la deriva.
Ante ese sofisma lo que se busca es unirnos a todos para que ahora aceptemos la necesidad de un préstamo, de cerca de 20 mil millones, para tapar el agujero fiscal que crece como el roto de la capa de ozono, y como todos somos culpables, todos pagamos.
En esa misma línea ahora aparecen temas como que la culpa consiste en haber nombrado profesores de planta, como lo afirma Juan Carlos Ferrero, decano de la facultad de Ciencias de la Salud, cuando las cifras muestran que en los últimos 15 años el aumento de docentes es apenas de un 13 %, lo cual es muy poco si tenemos en cuenta el número alto de retiros por pensiones, que según cifras este año sigue creciendo. Mientras que aumentaron el número de programas y hasta el número de facultades, y tenemos casos como el IDEAD en donde la relación hoy es de 1 profesor de planta por cada 625 estudiantes. Es decir, que el viejo truco de repetir que “la culpa es de todos” parece ser la estrategia para presionar que clamemos por un préstamo para salvarnos todos (incluidos los verdaderos responsables), así sea a costa de hundir más la universidad.
No cabe duda, en todo este drama humano, financiero, académico y descuido de lo público hay unos culpables centrales, el rector José Herman Muñoz y su equipo, algunos de los cuales ya se fueron sin asumir ninguna responsabilidad; hay otros culpables en mandos medios y por supuesto culpables externos, pero eso es muy distinto a meternos a todos en la olla en donde se cuece el caldo de la impunidad.

Por eso, asumo lo que dijo Benavente: “como en las deudas, no cabe con las culpas otra honradez que pagarlas”, y si tan seguro está el rector y su puñado de amigos que la culpa es de todos, que se paren y griten “él que esté libre de pecado de la crisis de la UT que lance la primera piedra”, seguro que recibirán una sonora lluvia de rocas, incluso de las manos de algunos cercanos suyos.

Finalmente, solo me queda una pregunta: ¿De qué son culpables los amigos del rector que ahora salen a decir que todos somos culpables de la crisis?


abril 11, 2016

TRANSCURRIR UT (abril 11 de 2016)

Deambuleer (Cali)
Por: Carlos Arturo Gamboa B.
1.
El Consejo Superior de la Universidad del Tolima parece adormilado o enmermelado, porque no ha sido capaz de ayudar a construir una salida autónoma, democrática y universitaria a la crisis que sigue vigente en la Alma Máter de los tolimenses. Durante la última reunión se dedicó a elaborar discursos e informes sin abordar lo fundamental: La construcción colectiva de una propuesta integral que le permita a la UT empezar a salir del foso en que se encuentra. La actitud pasiva del CSU le hace el juego a quienes quieren, por encima de las evidencias, hacernos creer que aquí no pasa nada.
Señores Consejeros, asuman su deber o den un paso al costado, no olviden que la primera de sus funciones es: “Definir, aprobar, modificar y evaluar, por iniciativa propia… las políticas generales por las cuales se orienta la Universidad del Tolima”. Desde este espacio les sugiero que emitan un Acuerdo dándole lugar a la Reforma de la UT y convoquen a todos los sectores a participar en ella. Es sencillo y darían una lección de democracia verdadera.
2.
Según datos del rector, en uno de los tantos informes que ha llevado al CSU, este año han renunciado 7 profesores de planta y 14 administrativos. Allí no dice el motivo, pero me surge una pregunta: Si hay vacantes en profesores de planta, ¿por qué el rector se ha negado a nombrar los 5 profesores ocasionales que ya ganaron su derecho para ingresar? Supongo que como siempre la academia solo es prioritaria para los recortes y cuando  necesita votos.
3.
El profesor, escritor y laureado poeta Nelson Romero Guzmán es uno de los damnificados de la ceguera del rector José Herman Muñoz. En el escritorio de este último reposan, desde diciembre del 2015, los documentos que ratifican el nombramiento legal del poeta, quien ya cumplió con todos los requisitos que la ley exige, y quien después de 4 meses solo recibe evasivas y desconocimiento de sus derechos. ¡Qué desfachatez tan grande maltratar un escritor de la altura y dignidad de Romero!, quien el año pasado fue “mostrado” como una de las figuras más importantes de la UT, pero hoy el rector se niega a ratificar sus derechos. Mientras en Latinoamérica se dan el lujo de reconocerlo como uno de los poetas vivos más importantes en lengua española, en la UT el rector lo deja a la deriva. Es que la crisis también es ética, humana y artística.
4.
 Andan convocando a elecciones de representante de egresados, en un acto que dibuja el proceder antidemocrático rampante de esta administración. Otro jueguito seudo-participativo que produce vergüenza y que he denunciado muchas veces en este espacio, pero que el rector mantiene porque le garantiza alimentar su grupo de poder hegemónico, como sucede en la actualidad con el representante de egresado al Consejo Superior, nombrado por la Junta de Egresados (10 personas), desconociendo el sentir y el deseo de miles de graduados que tiene la Universidad del Tolima. La crisis también es de gobernabilidad, de estatutos y de participación real. Propongo que ningún egresado decente participe en esa parodia y más bien presionemos y propongamos un sistema mediante el cual las mayorías sean consultadas para designación de este tipo de representaciones. Puede ser por medio de Internet, con el simple número de cédula, muchas universidades ya lo hacen.
5.
El Senador Guillermo Santos Marín anda preguntando (mediante oficios dirigidos al rector) la relación de los integrantes del sindicato de la UT (no sabemos a cuál sindicato se refiere) y un listado de quiénes se han afiliado durante los últimos 5 años. ¿De dónde le saldría a este liberal amigo del rector el deseo por estos datos? ¿Estará haciendo un inventario para decidir un recorte de personal? Debería también solicitar el listado de los integrantes que los directorios Liberal, Conservador, Partido de la U, Cambio Radical y otros partidillos tienen en la nómina de la UT, personas que hacen parte de esa alta burocracia que desangra el presupuesto.
6.
Hay un grupo de profesores que se auto-denomina MUSA que en estos días sacaron un comunicado “tildando” de uribistas a los profesores en Asamblea Permanente que construyen la Propuesta de Reforma Profunda. Estoy casi seguro que la mayoría de quienes se reclaman de ese colectivo no avala ese tipo de improperios y calificativos, es ejercicio de un par de sujetos apalancados por rector, que se niegan a que en la UT cambie algo, porque como está ellos son amos y señores. Tratar de uribista a un profesor por pensar en transformar la UT, no solo es un desafuero, sino que no merece más comentarios.
Coda
En estos días un estudiante me comentó, a propósito de la crisis de la UT y de la actitud displicente de la Administración y el rector por plantear salidas a la crisis, que tenía la idea de hacer refranes al respecto, y enseguida soltó este:
Administración que nace torcida, jamás su rumbo endereza.

Como no supe qué pasó con su iniciativa, invito a que los lectores elaboren su refrán, lo envíen a mi correo, (cgamboa@ut.edu.co) o lo dejen en los comentarios en este blog y en una próxima publicación haré una selección de los mejores.

abril 05, 2016

CONTRADICCIONES: EL DESARME AVANZA, EL CAPITAL TAMBIÉN

Por: Carlos Arturo Gamboa B.
A
Por estos días hemos comprobado que entre más cerca esté el desarme que se pacta en la Habana, mayores contradicciones aparecerán.
En primera instancia el proceso sigue careciendo de la total legitimidad en las bases sociales, porque lo que se negoció, en esa mesa de tres patas, no retribuye el clamor de las luchas sociales que reclaman territorios, dignidades e igualdades. Es decir, la cuarta pata.
En segunda instancia, los detractores directos, es decir los grupos ideológicos del urirbismo, la ultraderecha (que es y no es lo mismo) y los guerreristas (amos y comerciantes de la guerra) se rasgan las vestiduras porque saben que sin armas su discurso pierde fuerza.
 B
Los que piensan que los uribistas son “tontos”, o que poseen algún tipo de deficiencia de aprendizaje, están muy equivocados, ellos son ciudadanos como los demás, desean como los demás y sueñan como los demás. La diferencia es que ellos están instalados en un lugar ideológico distinto: la concepción de una sociedad de derecha.
Los uribistas están obnubilados con un discurso del capital, de la raza única y de la exclusión de la diferencia. Una cosa es Uribe, quien lidera el proyecto, otra cosa son sus seguidores, como una cosa era Stalin o Mussolini y otra sus seguidores. Pero para ser seguidor toca estar convencido y la mayoría de los uribistas lo están.
Si queremos tener un panorama de estas fuerzas de ultraderecha, basta mirar las composiciones de las marchas del pasado 2 de abril: sin minorías étnicas, sin grupos alternativos, sin presencia campesina e indígena, sin diferencia sexual (a menos visible), sin discursos contra la miseria, sin discursos contra la depredación del capital.
Común denominador de los que se encontraron: Piel blanca, bandera nacional y clamor por un país para ellos: el nacionalsocialismo está vivo: El país de la pureza es el de Tercera Fuerza, de los curas conservadores, de los pastores y sus negocios de alcancías humanas, de patriotas desaforados que izan el pabellón con una mano y en la otra empuñan una escopeta. Ellos, los de derecha y ultraderecha quienes gritan que un país en paz (en donde no nos matemos entre nosotros) es un país comunista.
C
Por su lado Santos consolida el territorio para el capital. Las zonas de despeje que hace años reclamaba la guerrilla para negociar, hoy las ha tomado el mercado trasnacional. El agua, los ríos, los páramos, las cuencas verdes, las llanuras, las montañas que se erigen sobre una región llamada Colombia, todo está en subasta. Y mientas más espacio gana el capital, más miseria y carencia vemos en los campos y ciudades.
La paz que nos venden, es una paz a costa de los territorios.
La contradicción entre Uribe y Santos es un velo que cubre la atroz realidad: el país está siendo entregado a las grandes corporaciones. El agua ya no será nuestra. Habrá que pagar para navegar el río Magdalena. El aire se está privatizando. Los páramos están siendo acosados por la mandíbula de la minería.
Nuestras montañas están viviendo la tercera colonización, la del capital.
 D
Mientras las contradicciones crecen, las otras armas, las que están en manos de los paramilitares, siguen tronando.
Los medios oficiales y privados no protegen el proceso de paz. Callan ante las masacres de los paramilitares y hacen eco profundo de cualquier desliz de la guerrilla.
Los medios de comunicación en Colombia no han querido ingresar al proceso de paz, ellos están apostando a un conflicto más largo, necesitan tener titulares de sangre para cotizar sus acciones.
Los que han dejado de morir en estos días de diálogo son bastantes, pero nadie los incluye en las estadísticas de sobrevivientes.
Los muertos colaterales, que estos días aportan los movimientos sociales, son muertos también, pero parece ser que nadie quiere ingresarlos a la sumatoria de la barbarie.
E
Aun así, el desarme es necesario. La Habana debe suceder, y el otro proceso también.
La pedagogía, para la futura paz, se debe hacer sin fusiles.
Los paramilitares están vivitos y coleando.
La nueva guerra es ideológica, es contra el capital y sus falsas promesas de progreso.
El proyecto del capital, el mercado y sus demandas, la depredación de los recursos y un proyecto de nación para unos pocos, es lo que une a uribistas y santistas.
La izquierda sigue embolatada. Las urnas no resolverán las verdaderas contradicciones que tenemos con el sistema. 

abril 02, 2016

UNDERMAN

Por: Carlos Arturo Gamboa B.
De libro de cuentos: Sueño imperfecto
Ibagué, 2009. UT
I

El hombre se sentó a la mesa del bar Los Patos, traía la capa húmeda y los restos de hollín aún le salpicaban los ojos. Se dirigió al hombrecillo de enormes ojeras y cara de ambición que atendía la barra. Ordenó un Cubalibre, mientras sus ojos recorrían los rincones en penumbra complaciente y seductora.
Han transcurrido treinta horas desde que tuve que rescatar al niño aquel de pantaloncitos cortos y cabellos rubios que estaba siendo asaltado por los pandilleros del Barrio de la 71. Esos muchachos van a lograr desequilibrar mi paciencia un día de estos, pero estoy tan acostumbrado a ellos que quién sabe si pueda deshacerme de su caprichosa manía de robar a cuánto transeúnte ronda su acera.
- Te provoca compañía - Irrumpió un cuarentón trajeado al estilo bar de media noche. - Tengo las mejores chicas de la zona, el licor es bueno y son muy amables...Vamos hombre estoy de promoción. Vengan chicas aquí hay un cliente prometedor. Luego se aleja entre carcajadas capitalistas que aumentan en sórdido vaivén.
Las chicas me rodean como detectives de película, me abordan, me tutean, me hacen sonreír hipócritamente con un chiste de mal gusto. Las miro por encima del hombro y me parece que no sería del todo mala la idea de escabullirme en uno de esos enormes escotes en donde se esconde la seducción fingida. Pido otro Cubalibre pero con menos hielo y enciendo un cigarrillo humedecido por la noche. Desde que uso este uniforme maricón la gente no me deja en paz, viven suplicando toda suerte de beneficios y alardean de mi saludo, pero sé que lo hacen para espantar los demonios de sus complejos de seres pisoteados por el miedo. Ellos quieren mi amistad y comprensión, quieren que esté al tanto de sus necesidades, y yo, sólo deseo verme en brazos de mi superhéroe.
El bar está casi lleno pues el tictac del reloj de pared con anuncio de cerveza se acerca a su epicentro. Entre las ficheras puedo observar una morena de voluptuosas caderas que se menea al ritmo de las copas, con sus enormes labios que parecen haber mamado toda la leche del mundo, con sus ojos desorbitados en humaradas de bazuco, con dos enormes lagunas taciturnas creadas por la llovizna de las noches, con sus abultados pómulos que guardan secretos de hombres débiles que cambiaron de sentir bajo sus sobacos oliendo a madera añeja, con sus pequeños senos que apenas alcanzarían para alimentar un moribundo alcohólico. Va y viene con una pasmosa paciencia, como si el mundo girara más lento bajo sus tacones de veinte centímetros, como si el polo opuesto de su sexo reflejara sobre las baldosas algún secreto elixir.
Podría creer que Luisa calmaría estos espantosos deseos de hundirme bajo un tórax femenino, pero ella estará, como siempre, ocupada con sus noticias y sus ansias de protagonismo, mientras paseo el apartamento contemplando los cuadros silentes de seres poliformes como los de mis pesadillas, y abro la ventana desde donde contemplo la ciudad con sus lucecitas titilantes que adormecen la mente. ¿Cuántas veces he tenido que trasnocharme sobre esta metrópoli que emana vapor de muerto y calles soñolientas en donde ni todos los héroes del universo controlarían semejante maldad? Al principio estaba pendiente de todas esas piltrafas humanas que deambulan a la hora en que hasta los murciélagos duermen, y visitaba sus tugurios con olor a putrefacto orín en donde las moscas desfilan ataviadas de ponzoñas gigantescas como alacranes mutantes. Los perseguía hasta el cansancio, los llevaba a la comisaría o hasta la estación de cualquier suburbio donde un policía drogado por la noche los dejaba libres después de robarles lo que ellos justamente habían hurtado; entonces cada noche la rutina se repetía y de nuevo encontraba, en las calles apestadas de ladronzuelos, al mismo muchacho de pelo largo con chaqueta negra y puñal de doble filo asaltando un anciano de corbata carnavalesca que se embriagaba en el salón de los bailes desnudos, contemplando una brasileña de apellido Sampao que hacía crepitar los vidrios rojos del local.  Yo sé que a Luisa no le importa sino que le permita publicar fotografías aferrada a mi pecho como si sólo se tratara de un objeto comercial más, y hacerme sentir como un soldadito de plomo que no tiene ni idea que en cualquier lugar del planeta un soldado de verdad es asesinado por un mercenario Bosnio que quiere su libertad a costa de la esclavitud de un Servio.
Los tragos fueron en aumento y la noche prestó su tiempo a un amanecer de eterna soledad y de calles asfaltadas que van siendo regadas por una llovizna casi imperceptible. El agua corre en capas que sólo pueden ser visibles al contacto con el aceite derramado por los autos que a esta hora dormitan en sus garajes; el coloide impacta los ojos, y se mezcla con los destellos de algunas lámparas del alumbrado público salvadas por azar del golpe certero de los pandilleros, creando en la retina de aquel hombre semidiós cubierto de un traje multicolor, la sensación de estar drogado. Poco a poco el sol traspasa la gran capa de contaminación que cubre la ciudad y al apartamento 605 del edificio Villa Star desciende un hombre cansado de la nocturnidad. Se sienta sobre el balcón y tomando el último cigarrillo entre el pulgar y el meñique, lo lanza hacia el fresco de la mañana. Antes de retirarse a su encierro de siglos, deja escapar una ojeada sobre los rascacielos que invaden el paisaje. - Ciudad de mierda, un día de estos te vas a quedar sin superhéroe...ciudad de mierda.
II
Habitaba aquel lúgubre cuarto, con no más adornos que unos cuadros elaborados por un lunático que atendía la portería, y además se imaginaba pintor de alta alcurnia que un día de tantos sería sorprendido por la fama y volaría a exponer en Nueva York aquellas payasadas, unidas al arte tan sólo por un hilo invisible de locura. Estas pinturas, que adquirió más por ignorancia en el tema que por lastima, pues aquel portero podía vender más fácil una cuchara que dibujar una flor, adquirían cierta connotación al estar cerca de un jarrón chino de quién sabe que procedencia, y un candelabro hebreo heredado de un farmacéutico a cambio de un favor rutinario. Las cortinas de un oscuro profundo daban al cuartucho una imagen de cripta nueva, adornada con recuerdos de todo tipo. Aquí un afiche de un actor que alguna vez, por capricho de los comerciantes de cuerpos, estuvo de moda, allí un libro de recetas para cocina obsequiado por una solterona a cambio de salvarla en un accidente en la autopista central, allá el periódico en donde por vez primera apareció una foto a media página y titular en letra de 20 pulgadas anunciando el advenimiento de un súper hombre dispuesto a salvar el mundo del caos; la imagen era ideal para cualquier mercader mediocre: un traje limpio, un peinado llamativo, una sonrisa disiente, un cuerpo al rigor de los mejores gimnasios, una gran capa flotando gracias a un secador de pelo que sostenía un ayudante del fotógrafo y una figura en conjunto que en nada envidiaba a una caja de atún, pues hasta el sello en el pecho lo identificaba como un elemento más de consumo que la sociedad requería. ¿Qué más podía atiborrar el cuarto de un hombre dedicado por completo a salvar a los demás, mientras él se moría de angustia cada mañana al regresar de la faena rutinaria? Además él podía adquirir lo que su buena gana le diera, un buen almuerzo, un buen hotel, un buen comercial en el horario triple A,  un buen paseo a cualquier lugar del planeta, pero nunca una buena mujer, eso le estaba prohibido por sus preceptos, una mujer te destruye, se repetía cada atardecer, una mujer sirve para desahogar tus deseo y después...mi carrera, mi negocio publicitario, mi club de fanáticas materiales, no imposible, tal vez Luisa, ella es como yo, sabe de sociedad, tiene mundo y una visión inevitable para las oportunidades, tal vez ella.... Mientras tanto prefería visitar el bar Los Patos, allí era otro simple mortal al margen de la sociedad, podía entrar y salir con la complicidad de todo el mundo. Allí todos se conocían y se ignoraban, como queriendo olvidar que todos confluían en el deseo carnal de la época. Ignorados e importantes desfilaban por ese sitio, en donde el libertinaje era siempre el plato fuerte de la noche.
III
Agitado por un cansancio del cuál no entendía su procedencia, descargó la capa en una rudimentaria mesita de noche, adquirida en un mercado de baratijas por capricho de un anciano quien le aseguró que dicho mueble guardaba secretos milenarios de la tradición china. De seguro aquel anciano había intentado más de mil veces aquella estratagema con nulos resultados, pero él lo compró con la emoción de haber descubierto un objeto energético y de buenos presagios. Ahora no pensaba lo mismo, aquella circunferencia corroída por el uso, con una pata que formaba parte de la dieta de los comejenes, sólo le producía aversión y si la conservaba todavía era por pereza de llevarla hasta el botadero de basura más cercano. El uniforme fue cayendo lentamente y debajo de éste surgió una figura arrugada con señales de estrías a la altura del ombligo; una panza colgaba caprichosa sobre un encorvado cuerpo que en nada se asemejaba con la imagen que surcaba el cielo de la ciudad. Descansaré, es lo único que me puede hacer olvidar, tal vez esta noche tenga más suerte con la vida, tal vez consiga una invitación en el Hotel Hilton con mi preciosa Luisa, descansaré, descansaré....y el sueño con su profundidad de parca lo arropa hasta ya no sentir sino un leve murmullo producto de los recuerdos que salen a recrear los mundos míticos de la penumbra.
IV
Entre papeles y anuncios de novedades de la moda, Luisa levantó la bocina del teléfono para recibir, no sin cierto desconsuelo, la llamada del súper hombre; era una invitación que no pudo rechazar pues el último mes se había negado a más de diez súplicas. -Sí en el Hiltón, como siempre-, y luego se imaginó rodeada de personajes importantes que ignoraban la presencia de todo, recordó el balcón con su farolito medio cursi y el mesero rechoncho por las sobras de los suculentos festejos de la clase innata de la sociedad metropolitana. La verdad no quería estar de nuevo allí, con la presencia de aquel hombrecito de capa roja y carita maricona que no se decide a confesarle que no duerme bien durante los últimos veinte años pensando en que ella aparecería desnuda en su cuarto y le haría el amor al mejor estilo de Hollywood, ese estúpido que no es apetecido sino por los gerentes enfermos por explorar un nuevo mercado a punta de afiches en cada esquina de la ciudad. Ese hombre en nada refleja mi deseo de meterme a la cama con un corpulento millonario que aumente mi patrimonio, ese pedazo de afiche comercial no sirve para hacer sentir mujer ni a una menopaúsica, si al menos fuera capaz de hacerme saber sus intenciones para poderle decir que no, que se vaya a buscar una mujer en su planeta porque aquí nos gustan los hombres machistas y no así tan cojudos como él, o que se siga masturbando a mi nombre, al fin y al cabo siempre es bueno para una mujer saber que en alguna parte un macho se satisface mentalmente con el cuerpo voluble de su amada, aunque este macho no sea un adolescente sino un cuarentón, como en mi caso. -A las ocho, si pasa por mí, estaré en la redacción del periódico. Chao…
V
Sobre la flamante ciudad circulaba un rumor sensacional, los buscadores de tragedias amorosas se encontraban al acecho y nadie esperaba un desenlace feliz, esto sería lo peor para la prensa que, como en cualquier sociedad civilizada, se sostiene con la especulación absurda y en la mayoría de los casos hasta enferma. Pero el público espera ansioso la función, el circo romano de la modernidad no duerme pensando en la próxima escena, y esta vez el espectáculo era de trascendencia absoluta. En los corredores de la palabra fácil el chisme se alimenta de burócratas en celo, de solteronas aburridas de la soledad que emana de sus camas y de señoritos con pretensiones políticas. La comida está servida y todos se aproximan a la presa. En la mesa reservada del hotel Hilton Luisa sudaba de alegría y su morbosa sonrisa atraía turistas, a su extremo derecho y con una envidiable pose el ejecutivo más prometedor de la metrópoli, el doctor Samy Reyes, respondía las siempre vacías preguntas de los diarios.  Luisa, con un ademán dictatorial solicitó orden en el lugar y los fotógrafos se retiraron entre voceríos, a su rincón. Samy Reyes se había acostumbrado a este tipo de encuentros especulativos, son los que mantienen mi imperio, a los periódicos les debo gran parte de mi fortuna en los negocios y la televisión trasmite mi inagotable imagen de hombre poderoso, aunque en la mayoría de los casos sea fingida, que importa los seres humanos están siempre dispuestos a encontrar en otros lo que su miserable alma desea. Es mi negocio y nunca me sentiré culpable, al fin de cuentas le proporciono lo que ellos anhelan, sólo soy el forjador de sus paupérrimos sueños. De repente descendió el súper hombre, su cara estaba cruzada por la mueca de la desesperación y sus ojos saltones ya presentían el latigazo de la realidad. -Buenas noche Luisa-, y la reverencia normal del maniquí moderno, -disculpa la demora pero tuve que atender un incendio de la fábrica de cosméticos Lindas-. No hay problema el tiempo no existe cuando lo importante es la solución. El superhéroe sacudió su capa y se dispuso a sentarse y hasta entonces se percató de la presencia de Samy Reyes, buenas noches caballero...y en un momento crucial Luisa se acercó al ejecutivo y le besó en la boca. Nadie reaccionó al momento, Samy Reyes se dejó llevar por el impulso de tan femenina dama y respondió con la frialdad clásica de un conocedor del oficio, los periodistas iluminaron el lugar con sus cámaras mientras el súper hombre se limitó a salivar la hiel de su desdicha. ¿Puede explicarme esto Luisa? La pregunta elemental exigía respuestas rápidas, Luisa se incorporó como deseando ser escuchada por medio mundo, -perdón es mi prometido, el doctor Samy Reyes. Lo siento pero tú no me interesas, es difícil de explicar, cómo decirte que tu presencia me conviene pero no la acepto, es lo mejor, qué dices...
Al retirase el superhéroe miró hacia atrás como si dejara un bote de basura, y sin quebrantar su silente armonía levantó su brazo derecho para alcanzar vuelo. Alejándose lentamente alcanzó a escuchar a Luisa, por favor no te vayas sin regalarnos una foto de los tres, su cinismo le provocó náuseas. Nunca me había sentido tan estúpido, y pensar que creía en la logarítmica posibilidad de su comprensión, vaya que mundo de mierda... Recorrió más de tres veces la ciudad que ya empezaba a convulsionarse, hasta que terminó sentado en la esquina del Barrio de la 71 mirando como unos chicos conquistaban quinceañeras y se drogaban con jeringas importadas. Fumó un cigarrillo con sabor a menta y escupió contra el suelo, tan fuerte que su saliva penetró el asfalto. A las cinco de la mañana se encontraba ebrio y quizás hasta drogado, los chicos se burlaban de su atuendo y le golpeaban al hombro, vamos viejo caminemos esa borrachera sino se  quiere morir petrificado, y salen hasta la Avenida Central en donde el más atrevido de los jóvenes se acerca a una tienda de ropa y rompe el vidrio, -agarren todo lo que pueda antes de que nos caiga la tomba-, y sin pensarlo dos veces el súper hombre le echa mano al suéter amarillo que tanto tiempo deseó. Corren hacia un callejón en donde son rodeados por la policía, el superhéroe es apresado y cuando lo llevan la comisaría central algo en su dopado cerebro le indica que huya, entonces, agarro al policía y lo estrangulo con un movimiento leve y escapo ciudad arriba en busca de mi apartamento en donde las pulsaciones de mi cerebro se tornan insoportables, me golpeó contra las paredes hasta derrumbarlas, y sin sentir consuelo por la trasgresión de mi vida  decido el golpe fácil y certero, las pastas me esperan sobre la mesita que tanto detesto y las trago en una sola bocanada de miedo, para que ya no tenga tiempo de mentirme, para que el túnel se abra y me devore con sus fauces neónicas, para que pueda explorar la verdad que me aprisiona. Ahora quiero dormir...solo dormir.