abril 11, 2016

TRANSCURRIR UT (abril 11 de 2016)

Deambuleer (Cali)
Por: Carlos Arturo Gamboa B.
1.
El Consejo Superior de la Universidad del Tolima parece adormilado o enmermelado, porque no ha sido capaz de ayudar a construir una salida autónoma, democrática y universitaria a la crisis que sigue vigente en la Alma Máter de los tolimenses. Durante la última reunión se dedicó a elaborar discursos e informes sin abordar lo fundamental: La construcción colectiva de una propuesta integral que le permita a la UT empezar a salir del foso en que se encuentra. La actitud pasiva del CSU le hace el juego a quienes quieren, por encima de las evidencias, hacernos creer que aquí no pasa nada.
Señores Consejeros, asuman su deber o den un paso al costado, no olviden que la primera de sus funciones es: “Definir, aprobar, modificar y evaluar, por iniciativa propia… las políticas generales por las cuales se orienta la Universidad del Tolima”. Desde este espacio les sugiero que emitan un Acuerdo dándole lugar a la Reforma de la UT y convoquen a todos los sectores a participar en ella. Es sencillo y darían una lección de democracia verdadera.
2.
Según datos del rector, en uno de los tantos informes que ha llevado al CSU, este año han renunciado 7 profesores de planta y 14 administrativos. Allí no dice el motivo, pero me surge una pregunta: Si hay vacantes en profesores de planta, ¿por qué el rector se ha negado a nombrar los 5 profesores ocasionales que ya ganaron su derecho para ingresar? Supongo que como siempre la academia solo es prioritaria para los recortes y cuando  necesita votos.
3.
El profesor, escritor y laureado poeta Nelson Romero Guzmán es uno de los damnificados de la ceguera del rector José Herman Muñoz. En el escritorio de este último reposan, desde diciembre del 2015, los documentos que ratifican el nombramiento legal del poeta, quien ya cumplió con todos los requisitos que la ley exige, y quien después de 4 meses solo recibe evasivas y desconocimiento de sus derechos. ¡Qué desfachatez tan grande maltratar un escritor de la altura y dignidad de Romero!, quien el año pasado fue “mostrado” como una de las figuras más importantes de la UT, pero hoy el rector se niega a ratificar sus derechos. Mientras en Latinoamérica se dan el lujo de reconocerlo como uno de los poetas vivos más importantes en lengua española, en la UT el rector lo deja a la deriva. Es que la crisis también es ética, humana y artística.
4.
 Andan convocando a elecciones de representante de egresados, en un acto que dibuja el proceder antidemocrático rampante de esta administración. Otro jueguito seudo-participativo que produce vergüenza y que he denunciado muchas veces en este espacio, pero que el rector mantiene porque le garantiza alimentar su grupo de poder hegemónico, como sucede en la actualidad con el representante de egresado al Consejo Superior, nombrado por la Junta de Egresados (10 personas), desconociendo el sentir y el deseo de miles de graduados que tiene la Universidad del Tolima. La crisis también es de gobernabilidad, de estatutos y de participación real. Propongo que ningún egresado decente participe en esa parodia y más bien presionemos y propongamos un sistema mediante el cual las mayorías sean consultadas para designación de este tipo de representaciones. Puede ser por medio de Internet, con el simple número de cédula, muchas universidades ya lo hacen.
5.
El Senador Guillermo Santos Marín anda preguntando (mediante oficios dirigidos al rector) la relación de los integrantes del sindicato de la UT (no sabemos a cuál sindicato se refiere) y un listado de quiénes se han afiliado durante los últimos 5 años. ¿De dónde le saldría a este liberal amigo del rector el deseo por estos datos? ¿Estará haciendo un inventario para decidir un recorte de personal? Debería también solicitar el listado de los integrantes que los directorios Liberal, Conservador, Partido de la U, Cambio Radical y otros partidillos tienen en la nómina de la UT, personas que hacen parte de esa alta burocracia que desangra el presupuesto.
6.
Hay un grupo de profesores que se auto-denomina MUSA que en estos días sacaron un comunicado “tildando” de uribistas a los profesores en Asamblea Permanente que construyen la Propuesta de Reforma Profunda. Estoy casi seguro que la mayoría de quienes se reclaman de ese colectivo no avala ese tipo de improperios y calificativos, es ejercicio de un par de sujetos apalancados por rector, que se niegan a que en la UT cambie algo, porque como está ellos son amos y señores. Tratar de uribista a un profesor por pensar en transformar la UT, no solo es un desafuero, sino que no merece más comentarios.
Coda
En estos días un estudiante me comentó, a propósito de la crisis de la UT y de la actitud displicente de la Administración y el rector por plantear salidas a la crisis, que tenía la idea de hacer refranes al respecto, y enseguida soltó este:
Administración que nace torcida, jamás su rumbo endereza.

Como no supe qué pasó con su iniciativa, invito a que los lectores elaboren su refrán, lo envíen a mi correo, (cgamboa@ut.edu.co) o lo dejen en los comentarios en este blog y en una próxima publicación haré una selección de los mejores.

abril 05, 2016

CONTRADICCIONES: EL DESARME AVANZA, EL CAPITAL TAMBIÉN

Por: Carlos Arturo Gamboa B.
A
Por estos días hemos comprobado que entre más cerca esté el desarme que se pacta en la Habana, mayores contradicciones aparecerán.
En primera instancia el proceso sigue careciendo de la total legitimidad en las bases sociales, porque lo que se negoció, en esa mesa de tres patas, no retribuye el clamor de las luchas sociales que reclaman territorios, dignidades e igualdades. Es decir, la cuarta pata.
En segunda instancia, los detractores directos, es decir los grupos ideológicos del urirbismo, la ultraderecha (que es y no es lo mismo) y los guerreristas (amos y comerciantes de la guerra) se rasgan las vestiduras porque saben que sin armas su discurso pierde fuerza.
 B
Los que piensan que los uribistas son “tontos”, o que poseen algún tipo de deficiencia de aprendizaje, están muy equivocados, ellos son ciudadanos como los demás, desean como los demás y sueñan como los demás. La diferencia es que ellos están instalados en un lugar ideológico distinto: la concepción de una sociedad de derecha.
Los uribistas están obnubilados con un discurso del capital, de la raza única y de la exclusión de la diferencia. Una cosa es Uribe, quien lidera el proyecto, otra cosa son sus seguidores, como una cosa era Stalin o Mussolini y otra sus seguidores. Pero para ser seguidor toca estar convencido y la mayoría de los uribistas lo están.
Si queremos tener un panorama de estas fuerzas de ultraderecha, basta mirar las composiciones de las marchas del pasado 2 de abril: sin minorías étnicas, sin grupos alternativos, sin presencia campesina e indígena, sin diferencia sexual (a menos visible), sin discursos contra la miseria, sin discursos contra la depredación del capital.
Común denominador de los que se encontraron: Piel blanca, bandera nacional y clamor por un país para ellos: el nacionalsocialismo está vivo: El país de la pureza es el de Tercera Fuerza, de los curas conservadores, de los pastores y sus negocios de alcancías humanas, de patriotas desaforados que izan el pabellón con una mano y en la otra empuñan una escopeta. Ellos, los de derecha y ultraderecha quienes gritan que un país en paz (en donde no nos matemos entre nosotros) es un país comunista.
C
Por su lado Santos consolida el territorio para el capital. Las zonas de despeje que hace años reclamaba la guerrilla para negociar, hoy las ha tomado el mercado trasnacional. El agua, los ríos, los páramos, las cuencas verdes, las llanuras, las montañas que se erigen sobre una región llamada Colombia, todo está en subasta. Y mientas más espacio gana el capital, más miseria y carencia vemos en los campos y ciudades.
La paz que nos venden, es una paz a costa de los territorios.
La contradicción entre Uribe y Santos es un velo que cubre la atroz realidad: el país está siendo entregado a las grandes corporaciones. El agua ya no será nuestra. Habrá que pagar para navegar el río Magdalena. El aire se está privatizando. Los páramos están siendo acosados por la mandíbula de la minería.
Nuestras montañas están viviendo la tercera colonización, la del capital.
 D
Mientras las contradicciones crecen, las otras armas, las que están en manos de los paramilitares, siguen tronando.
Los medios oficiales y privados no protegen el proceso de paz. Callan ante las masacres de los paramilitares y hacen eco profundo de cualquier desliz de la guerrilla.
Los medios de comunicación en Colombia no han querido ingresar al proceso de paz, ellos están apostando a un conflicto más largo, necesitan tener titulares de sangre para cotizar sus acciones.
Los que han dejado de morir en estos días de diálogo son bastantes, pero nadie los incluye en las estadísticas de sobrevivientes.
Los muertos colaterales, que estos días aportan los movimientos sociales, son muertos también, pero parece ser que nadie quiere ingresarlos a la sumatoria de la barbarie.
E
Aun así, el desarme es necesario. La Habana debe suceder, y el otro proceso también.
La pedagogía, para la futura paz, se debe hacer sin fusiles.
Los paramilitares están vivitos y coleando.
La nueva guerra es ideológica, es contra el capital y sus falsas promesas de progreso.
El proyecto del capital, el mercado y sus demandas, la depredación de los recursos y un proyecto de nación para unos pocos, es lo que une a uribistas y santistas.
La izquierda sigue embolatada. Las urnas no resolverán las verdaderas contradicciones que tenemos con el sistema. 

abril 02, 2016

UNDERMAN

Por: Carlos Arturo Gamboa B.
De libro de cuentos: Sueño imperfecto
Ibagué, 2009. UT
I

El hombre se sentó a la mesa del bar Los Patos, traía la capa húmeda y los restos de hollín aún le salpicaban los ojos. Se dirigió al hombrecillo de enormes ojeras y cara de ambición que atendía la barra. Ordenó un Cubalibre, mientras sus ojos recorrían los rincones en penumbra complaciente y seductora.
Han transcurrido treinta horas desde que tuve que rescatar al niño aquel de pantaloncitos cortos y cabellos rubios que estaba siendo asaltado por los pandilleros del Barrio de la 71. Esos muchachos van a lograr desequilibrar mi paciencia un día de estos, pero estoy tan acostumbrado a ellos que quién sabe si pueda deshacerme de su caprichosa manía de robar a cuánto transeúnte ronda su acera.
- Te provoca compañía - Irrumpió un cuarentón trajeado al estilo bar de media noche. - Tengo las mejores chicas de la zona, el licor es bueno y son muy amables...Vamos hombre estoy de promoción. Vengan chicas aquí hay un cliente prometedor. Luego se aleja entre carcajadas capitalistas que aumentan en sórdido vaivén.
Las chicas me rodean como detectives de película, me abordan, me tutean, me hacen sonreír hipócritamente con un chiste de mal gusto. Las miro por encima del hombro y me parece que no sería del todo mala la idea de escabullirme en uno de esos enormes escotes en donde se esconde la seducción fingida. Pido otro Cubalibre pero con menos hielo y enciendo un cigarrillo humedecido por la noche. Desde que uso este uniforme maricón la gente no me deja en paz, viven suplicando toda suerte de beneficios y alardean de mi saludo, pero sé que lo hacen para espantar los demonios de sus complejos de seres pisoteados por el miedo. Ellos quieren mi amistad y comprensión, quieren que esté al tanto de sus necesidades, y yo, sólo deseo verme en brazos de mi superhéroe.
El bar está casi lleno pues el tictac del reloj de pared con anuncio de cerveza se acerca a su epicentro. Entre las ficheras puedo observar una morena de voluptuosas caderas que se menea al ritmo de las copas, con sus enormes labios que parecen haber mamado toda la leche del mundo, con sus ojos desorbitados en humaradas de bazuco, con dos enormes lagunas taciturnas creadas por la llovizna de las noches, con sus abultados pómulos que guardan secretos de hombres débiles que cambiaron de sentir bajo sus sobacos oliendo a madera añeja, con sus pequeños senos que apenas alcanzarían para alimentar un moribundo alcohólico. Va y viene con una pasmosa paciencia, como si el mundo girara más lento bajo sus tacones de veinte centímetros, como si el polo opuesto de su sexo reflejara sobre las baldosas algún secreto elixir.
Podría creer que Luisa calmaría estos espantosos deseos de hundirme bajo un tórax femenino, pero ella estará, como siempre, ocupada con sus noticias y sus ansias de protagonismo, mientras paseo el apartamento contemplando los cuadros silentes de seres poliformes como los de mis pesadillas, y abro la ventana desde donde contemplo la ciudad con sus lucecitas titilantes que adormecen la mente. ¿Cuántas veces he tenido que trasnocharme sobre esta metrópoli que emana vapor de muerto y calles soñolientas en donde ni todos los héroes del universo controlarían semejante maldad? Al principio estaba pendiente de todas esas piltrafas humanas que deambulan a la hora en que hasta los murciélagos duermen, y visitaba sus tugurios con olor a putrefacto orín en donde las moscas desfilan ataviadas de ponzoñas gigantescas como alacranes mutantes. Los perseguía hasta el cansancio, los llevaba a la comisaría o hasta la estación de cualquier suburbio donde un policía drogado por la noche los dejaba libres después de robarles lo que ellos justamente habían hurtado; entonces cada noche la rutina se repetía y de nuevo encontraba, en las calles apestadas de ladronzuelos, al mismo muchacho de pelo largo con chaqueta negra y puñal de doble filo asaltando un anciano de corbata carnavalesca que se embriagaba en el salón de los bailes desnudos, contemplando una brasileña de apellido Sampao que hacía crepitar los vidrios rojos del local.  Yo sé que a Luisa no le importa sino que le permita publicar fotografías aferrada a mi pecho como si sólo se tratara de un objeto comercial más, y hacerme sentir como un soldadito de plomo que no tiene ni idea que en cualquier lugar del planeta un soldado de verdad es asesinado por un mercenario Bosnio que quiere su libertad a costa de la esclavitud de un Servio.
Los tragos fueron en aumento y la noche prestó su tiempo a un amanecer de eterna soledad y de calles asfaltadas que van siendo regadas por una llovizna casi imperceptible. El agua corre en capas que sólo pueden ser visibles al contacto con el aceite derramado por los autos que a esta hora dormitan en sus garajes; el coloide impacta los ojos, y se mezcla con los destellos de algunas lámparas del alumbrado público salvadas por azar del golpe certero de los pandilleros, creando en la retina de aquel hombre semidiós cubierto de un traje multicolor, la sensación de estar drogado. Poco a poco el sol traspasa la gran capa de contaminación que cubre la ciudad y al apartamento 605 del edificio Villa Star desciende un hombre cansado de la nocturnidad. Se sienta sobre el balcón y tomando el último cigarrillo entre el pulgar y el meñique, lo lanza hacia el fresco de la mañana. Antes de retirarse a su encierro de siglos, deja escapar una ojeada sobre los rascacielos que invaden el paisaje. - Ciudad de mierda, un día de estos te vas a quedar sin superhéroe...ciudad de mierda.
II
Habitaba aquel lúgubre cuarto, con no más adornos que unos cuadros elaborados por un lunático que atendía la portería, y además se imaginaba pintor de alta alcurnia que un día de tantos sería sorprendido por la fama y volaría a exponer en Nueva York aquellas payasadas, unidas al arte tan sólo por un hilo invisible de locura. Estas pinturas, que adquirió más por ignorancia en el tema que por lastima, pues aquel portero podía vender más fácil una cuchara que dibujar una flor, adquirían cierta connotación al estar cerca de un jarrón chino de quién sabe que procedencia, y un candelabro hebreo heredado de un farmacéutico a cambio de un favor rutinario. Las cortinas de un oscuro profundo daban al cuartucho una imagen de cripta nueva, adornada con recuerdos de todo tipo. Aquí un afiche de un actor que alguna vez, por capricho de los comerciantes de cuerpos, estuvo de moda, allí un libro de recetas para cocina obsequiado por una solterona a cambio de salvarla en un accidente en la autopista central, allá el periódico en donde por vez primera apareció una foto a media página y titular en letra de 20 pulgadas anunciando el advenimiento de un súper hombre dispuesto a salvar el mundo del caos; la imagen era ideal para cualquier mercader mediocre: un traje limpio, un peinado llamativo, una sonrisa disiente, un cuerpo al rigor de los mejores gimnasios, una gran capa flotando gracias a un secador de pelo que sostenía un ayudante del fotógrafo y una figura en conjunto que en nada envidiaba a una caja de atún, pues hasta el sello en el pecho lo identificaba como un elemento más de consumo que la sociedad requería. ¿Qué más podía atiborrar el cuarto de un hombre dedicado por completo a salvar a los demás, mientras él se moría de angustia cada mañana al regresar de la faena rutinaria? Además él podía adquirir lo que su buena gana le diera, un buen almuerzo, un buen hotel, un buen comercial en el horario triple A,  un buen paseo a cualquier lugar del planeta, pero nunca una buena mujer, eso le estaba prohibido por sus preceptos, una mujer te destruye, se repetía cada atardecer, una mujer sirve para desahogar tus deseo y después...mi carrera, mi negocio publicitario, mi club de fanáticas materiales, no imposible, tal vez Luisa, ella es como yo, sabe de sociedad, tiene mundo y una visión inevitable para las oportunidades, tal vez ella.... Mientras tanto prefería visitar el bar Los Patos, allí era otro simple mortal al margen de la sociedad, podía entrar y salir con la complicidad de todo el mundo. Allí todos se conocían y se ignoraban, como queriendo olvidar que todos confluían en el deseo carnal de la época. Ignorados e importantes desfilaban por ese sitio, en donde el libertinaje era siempre el plato fuerte de la noche.
III
Agitado por un cansancio del cuál no entendía su procedencia, descargó la capa en una rudimentaria mesita de noche, adquirida en un mercado de baratijas por capricho de un anciano quien le aseguró que dicho mueble guardaba secretos milenarios de la tradición china. De seguro aquel anciano había intentado más de mil veces aquella estratagema con nulos resultados, pero él lo compró con la emoción de haber descubierto un objeto energético y de buenos presagios. Ahora no pensaba lo mismo, aquella circunferencia corroída por el uso, con una pata que formaba parte de la dieta de los comejenes, sólo le producía aversión y si la conservaba todavía era por pereza de llevarla hasta el botadero de basura más cercano. El uniforme fue cayendo lentamente y debajo de éste surgió una figura arrugada con señales de estrías a la altura del ombligo; una panza colgaba caprichosa sobre un encorvado cuerpo que en nada se asemejaba con la imagen que surcaba el cielo de la ciudad. Descansaré, es lo único que me puede hacer olvidar, tal vez esta noche tenga más suerte con la vida, tal vez consiga una invitación en el Hotel Hilton con mi preciosa Luisa, descansaré, descansaré....y el sueño con su profundidad de parca lo arropa hasta ya no sentir sino un leve murmullo producto de los recuerdos que salen a recrear los mundos míticos de la penumbra.
IV
Entre papeles y anuncios de novedades de la moda, Luisa levantó la bocina del teléfono para recibir, no sin cierto desconsuelo, la llamada del súper hombre; era una invitación que no pudo rechazar pues el último mes se había negado a más de diez súplicas. -Sí en el Hiltón, como siempre-, y luego se imaginó rodeada de personajes importantes que ignoraban la presencia de todo, recordó el balcón con su farolito medio cursi y el mesero rechoncho por las sobras de los suculentos festejos de la clase innata de la sociedad metropolitana. La verdad no quería estar de nuevo allí, con la presencia de aquel hombrecito de capa roja y carita maricona que no se decide a confesarle que no duerme bien durante los últimos veinte años pensando en que ella aparecería desnuda en su cuarto y le haría el amor al mejor estilo de Hollywood, ese estúpido que no es apetecido sino por los gerentes enfermos por explorar un nuevo mercado a punta de afiches en cada esquina de la ciudad. Ese hombre en nada refleja mi deseo de meterme a la cama con un corpulento millonario que aumente mi patrimonio, ese pedazo de afiche comercial no sirve para hacer sentir mujer ni a una menopaúsica, si al menos fuera capaz de hacerme saber sus intenciones para poderle decir que no, que se vaya a buscar una mujer en su planeta porque aquí nos gustan los hombres machistas y no así tan cojudos como él, o que se siga masturbando a mi nombre, al fin y al cabo siempre es bueno para una mujer saber que en alguna parte un macho se satisface mentalmente con el cuerpo voluble de su amada, aunque este macho no sea un adolescente sino un cuarentón, como en mi caso. -A las ocho, si pasa por mí, estaré en la redacción del periódico. Chao…
V
Sobre la flamante ciudad circulaba un rumor sensacional, los buscadores de tragedias amorosas se encontraban al acecho y nadie esperaba un desenlace feliz, esto sería lo peor para la prensa que, como en cualquier sociedad civilizada, se sostiene con la especulación absurda y en la mayoría de los casos hasta enferma. Pero el público espera ansioso la función, el circo romano de la modernidad no duerme pensando en la próxima escena, y esta vez el espectáculo era de trascendencia absoluta. En los corredores de la palabra fácil el chisme se alimenta de burócratas en celo, de solteronas aburridas de la soledad que emana de sus camas y de señoritos con pretensiones políticas. La comida está servida y todos se aproximan a la presa. En la mesa reservada del hotel Hilton Luisa sudaba de alegría y su morbosa sonrisa atraía turistas, a su extremo derecho y con una envidiable pose el ejecutivo más prometedor de la metrópoli, el doctor Samy Reyes, respondía las siempre vacías preguntas de los diarios.  Luisa, con un ademán dictatorial solicitó orden en el lugar y los fotógrafos se retiraron entre voceríos, a su rincón. Samy Reyes se había acostumbrado a este tipo de encuentros especulativos, son los que mantienen mi imperio, a los periódicos les debo gran parte de mi fortuna en los negocios y la televisión trasmite mi inagotable imagen de hombre poderoso, aunque en la mayoría de los casos sea fingida, que importa los seres humanos están siempre dispuestos a encontrar en otros lo que su miserable alma desea. Es mi negocio y nunca me sentiré culpable, al fin de cuentas le proporciono lo que ellos anhelan, sólo soy el forjador de sus paupérrimos sueños. De repente descendió el súper hombre, su cara estaba cruzada por la mueca de la desesperación y sus ojos saltones ya presentían el latigazo de la realidad. -Buenas noche Luisa-, y la reverencia normal del maniquí moderno, -disculpa la demora pero tuve que atender un incendio de la fábrica de cosméticos Lindas-. No hay problema el tiempo no existe cuando lo importante es la solución. El superhéroe sacudió su capa y se dispuso a sentarse y hasta entonces se percató de la presencia de Samy Reyes, buenas noches caballero...y en un momento crucial Luisa se acercó al ejecutivo y le besó en la boca. Nadie reaccionó al momento, Samy Reyes se dejó llevar por el impulso de tan femenina dama y respondió con la frialdad clásica de un conocedor del oficio, los periodistas iluminaron el lugar con sus cámaras mientras el súper hombre se limitó a salivar la hiel de su desdicha. ¿Puede explicarme esto Luisa? La pregunta elemental exigía respuestas rápidas, Luisa se incorporó como deseando ser escuchada por medio mundo, -perdón es mi prometido, el doctor Samy Reyes. Lo siento pero tú no me interesas, es difícil de explicar, cómo decirte que tu presencia me conviene pero no la acepto, es lo mejor, qué dices...
Al retirase el superhéroe miró hacia atrás como si dejara un bote de basura, y sin quebrantar su silente armonía levantó su brazo derecho para alcanzar vuelo. Alejándose lentamente alcanzó a escuchar a Luisa, por favor no te vayas sin regalarnos una foto de los tres, su cinismo le provocó náuseas. Nunca me había sentido tan estúpido, y pensar que creía en la logarítmica posibilidad de su comprensión, vaya que mundo de mierda... Recorrió más de tres veces la ciudad que ya empezaba a convulsionarse, hasta que terminó sentado en la esquina del Barrio de la 71 mirando como unos chicos conquistaban quinceañeras y se drogaban con jeringas importadas. Fumó un cigarrillo con sabor a menta y escupió contra el suelo, tan fuerte que su saliva penetró el asfalto. A las cinco de la mañana se encontraba ebrio y quizás hasta drogado, los chicos se burlaban de su atuendo y le golpeaban al hombro, vamos viejo caminemos esa borrachera sino se  quiere morir petrificado, y salen hasta la Avenida Central en donde el más atrevido de los jóvenes se acerca a una tienda de ropa y rompe el vidrio, -agarren todo lo que pueda antes de que nos caiga la tomba-, y sin pensarlo dos veces el súper hombre le echa mano al suéter amarillo que tanto tiempo deseó. Corren hacia un callejón en donde son rodeados por la policía, el superhéroe es apresado y cuando lo llevan la comisaría central algo en su dopado cerebro le indica que huya, entonces, agarro al policía y lo estrangulo con un movimiento leve y escapo ciudad arriba en busca de mi apartamento en donde las pulsaciones de mi cerebro se tornan insoportables, me golpeó contra las paredes hasta derrumbarlas, y sin sentir consuelo por la trasgresión de mi vida  decido el golpe fácil y certero, las pastas me esperan sobre la mesita que tanto detesto y las trago en una sola bocanada de miedo, para que ya no tenga tiempo de mentirme, para que el túnel se abra y me devore con sus fauces neónicas, para que pueda explorar la verdad que me aprisiona. Ahora quiero dormir...solo dormir.

marzo 26, 2016

EL VIACRUCIS DE LA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA

CARGA TU CRUZ UT
                             Por: Carlos Arturo Gamboa
Para continuar con la tradición de semana santa, acá dejamos la meditación de los momentos y sufrimientos vividos por la comunidad de la Universidad del Tolima, y nos disponemos a describir su viacrucis.
Primera estación: La Universidad del Tolima es condenada a muerte, después de reelegir a José Herman Muñoz, quien la había llevado a la quiebra durante sus tres primeros años de rectorado.
Segunda estación: La comunidad universitaria (estudiantes, docentes y trabajadores) cargan la cruz de los ajustes presupuestales, impuestos por el gobernador (Oscar Barreto) y acatados mansamente (o mensamente) por el rector.
Tercera estación: La academia cae por primera vez por el peso de la cruz de los ajustes, pero a pocos les importa.
Cuarta estación: Encuentro del rector con la no tan santa ministra Paradoy. Se escucha una voz misteriosa que dice: “Ministra he aquí tu hijo, rector he aquí tu madre, obedecedle ciegamente”.
Quinta estación: Los profesores cargan la cruz de los recortes, algunos se flagelan, otros aceptan las cargas impuestas con reverencia hacia su inquisidor, y ruegan por la Universidad siempre abierta “de piernas”.
Sexta estación: La Universidad es coronada de espinosas ramas, sangra y se desangra presupuestalmente.
Séptima estación: La Universidad cae por segunda vez, en la garra de los burócratas, el rector contrata un staff de abogados para abogar por ella.
Octava estación: A las mujeres trabajadoras nada, ni nadie las consuela, ellas lloran por la Universidad sacrificada.
Novena estación: La Universidad cae por tercera vez, pero los ciegos siguen insistiendo en que la culpa es de Pilatos y el neoliberalismo romano.
Décima estación: Todos están clavados (en la cruz) y algunos de los proveedores claman: “Rector, rector, por qué nos has desamparado”.
Undécima estación: El rector promete al ladrón (uno de tantos) que mañana estará con él en la fiscalía.
Duodécima estación: La Universidad agoniza y entre el tumulto se escucha un grito: “Los que anunciaban su muerte verdaderamente tenían razón”. Tiembla, pero los corruptos siguen tranquilos.
Decimotercera estación: El cielo se oscurece, dejan de pagar sueldos, recortan las prácticas, todo está petrificado y los bandidos juegan dados apostando los despojos de la Universidad.
Decimocuarta estación: El cadáver de la UT sigue en la cruz, el semestre inicia y el viacrucis apenas empieza.
Nota: Estas son 14 estaciones clásicas, aunque un asesor las aumentó a 20 y propuso crear oficinas y contratar OPS para poder sostenerlas. Seguimos esperando la resurrección, de usted primero y de la Universidad después.
Amen, así sin tilde.

febrero 15, 2016

LA POLÍTICA, OTRA DIMENSIÓN DE LA CRISIS EN LA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA

Carlos Arturo Gamboa Bobadilla
Publicado en Boletín ASPU Presente No 5. febrero 2016.

Es al filósofo Platón a quien se le atribuye la siguiente frase: “El precio de desentenderse de la política es el de ser gobernado por los peores hombres”, enunciado que contiene una verdad aterradora. Sobre la Universidad del Tolima se han dicho muchas cosas durante el último semestre, casi todas relacionadas con la crisis financiera y presupuestal por la que atraviesa, pero pocos de los análisis y propuestas de salida planteadas retoman el tema del gobierno, del ethos universitario y de la política.
Como entidad regional, la Universidad del Tolima ha estado instalada y permeada por una clase dirigente inferior a su compromiso. No hablamos hoy de esos insignes liberales radicales del siglo XIX que tanto renombre le dieron al departamento; hablamos de un grupúsculo de personajes, cuya distinción de colores y partidos no los hace diferente en sus actuaciones, casi todos permeados por la corrupción, el clientelismo y la voracidad por lo público. Enormes guetos de electores que igual que sus patrones solo buscan el beneficio propio, las evidencias de sus desastrosas actuaciones se ven en la escasa infraestructura regional, la decadencia de las ciudades y pueblos, los atrasos en los mínimos vitales de bienestar de los habitantes y el deterioro de las finanzas del Estado. Ellos también han devorado la Universidad del Tolima, infiltrándose en la academia y poniendo el sagrado ejercicio de la educación superior en manos ineptas y langostas del erario.
Pero, ¿y los actores universitarios qué han hecho para evitarlo? Lamentablemente muy poco. Los Directivos que se turnan el poder de mano en mano, son parte o se constituyen en parte de la burocracia regional, debido a la conformación del Consejo Superior Universitario, en donde la correlación de fuerzas hace casi imposible que una opción alternativa, con ideas universitarias y sin antojos depredadores, pueda acceder al gobierno y establecer un pacto colectivo académico. Como resultado se eligen rectores comprometidos con las burocracias locales, quienes pasan factura al posesionarse. Por su parte, los docentes, en su mayoría formados en regímenes educativos del mercado, ingresan con una idea de universidad basada en la productividad, acumulación de puntos y estándares de investigación, olvidando o restándole importancia a sus actuaciones políticas en defensa de lo público, desconectando el saber con la realidad de la transformación social, oficio que le compete por misión a los universitarios.
De otro lado, los estudiantes, en su mayoría desentendidos de la desprestigiada política, se refugian en las redes buscando acortar el tiempo de su periodo de formación de pregrado, y van y vienen por el campus, ingresan presurosos a las aulas y miran con recelo todo tipo de expresiones de lucha y defensa de lo público, las que califican de “mamertadas”. Algunos pocos, más conscientes de los problemas, se refugian en organizaciones obsoletas que terminan sumidas en ejercicios electoreros, casi siempre dinamizadas desde el centro del poder político, es decir, desde Bogotá. Un número menor considera que fumar, beber, pintar paredes y armar un tropel cada seis meses, es suficiente para transformar la universidad pública; por eso muchos de ellos terminan al servicio del poder de turno, que cambia prebendas por gobernabilidad.
Los trabajadores, quienes no tienen representación en el CSU, se limitan a ir a la deriva de las decisiones institucionales. Muchos de ellos no son conscientes de sus funciones dentro de lo público y algunos hacen parte de las redes politiqueras que han infiltrado el Alma Máter, recalcando que allí no importa la ideología, derechas, izquierdas y centros negocian por igual los silencios y cobran sus cuotas cumplidamente. No son todos, pero con los existentes es suficiente para poner en jaque la institución, porque como en la ciudad o el país, las mayorías sufren de apatía, la cómplice número uno del deterioro de lo público.

Estas formas apolíticas de actuar son el abono para que germinen las crisis; y eso es exactamente lo que el panorama nos muestra en la Universidad del Tolima. Los últimos años fueron de silencios cómplices, salvo la voz reiterada y perseguida de la Asociación Sindical de Profesores y uno que otro actor aislado, lo que conllevó a la construcción de un gran telón que impidió ver el iceberg que se acercaba amenazante. Hoy, cuando el agua llega al cuello, no queda más que recordar la importancia de la acción política, de la consciencia del ethos universitario, de la función política e intelectual del docente, del compromiso institucional de los trabajadores y la rebeldía implícita de los jóvenes estudiantes. La crisis de hoy es también producto de haberlo olvidado o haberlo tranzado. 

febrero 09, 2016

CRISIS EN LA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA: ¿EN DÓNDE ESTÁ LA SALIDA?

Por: Carlos Arturo Gamboa B.
Un hámster atrapado en la rueda sigue caminando porque considera que la salida está próxima, sin darse cuenta que sus pisadas reproducen una agonía infinita de sin salidas. Si el hámster es capaz de entender la inutilidad de hacer girar la rueda, podría soñar en cambiar dicha lógica. Hace mucho rato que la Universidad del Tolima es la rueda que gira y gira sin parar, y el hámster es la comunidad. ¿En dónde está la salida?
El Ministerio de Educación. Amo y señor de las malas políticas educativas del país, solo querrá aprovechar el momento para diseñar una “prueba piloto” que les permita reconfigurar las universidades públicas. Recordemos que la Ley 1740 es una reformeta de la Ley30 de 1992, la cual creímos tumbar en el 2011, pero que ellos han venido implementando de manera soterrada. Tienen un gran aliado interno en la Universidad del Tolima y es el mismo rector, para la muestra su política de cobertura con calidad, acreditación institucional, excelencia académica, indicadores de gestión, publicaciones indexadas y demás conceptos propios de la política ministerial. Para ellos la culpa es de la comunidad, se excluyen ellos, excluyen al gobernador pasado y de turno y excluyen, por supuesto a su mejor heterónomo alumno: el rector.
La Gobernación. Presidida por Oscar Barreto, quien años atrás se negó a girarle las transferencias de ley porque el exrector Ramón Rivera Bulla le ganó la puja por la rectoría, hoy aparenta lavar la mancha del pasado y hacerse pasar por salvador de la Universidad. Su estrategia, la lenta espera. No quiere asumir el caos, no quiere invertir mayores esfuerzos económicos y políticos en una institución que se sospecha inviable. Considera que el Ministerio de Educación debe dar la pauta y determinar la dimensión de la crisis, posiblemente después de barrida la casa le interese organizar la fiesta. De dientes para fuera culpa al rector, de dientes para dentro guarda sus reservas. Culpa a la comunidad soterradamente, porque sabe que su mayor resistencia anida allí.
El rector. Reelegido en la turbulencia de una crisis que ocultó con un dedo (auspiciado por la ceguera oportuna de sus aliados), sabe la real dimensión de la debacle. Quiere implementar un plan de ajuste fiscal que de entrada no garantiza el largo aliento financiero que requiere la institución, por eso hoy clama porque la Universidad del Tolima ingrese en Ley 550, la misma que se aplicó por primera vez en la Universidad del Atlántico en el año 2005 y que después de una década de penurias, maltratos y desinstitucionalización, continúa teniendo dicha universidad en la esquina del abismo. Para el rector la culpa es “estructural”, es decir, no es suya, ni de su equipo; y la solución debe recaer en la comunidad en una suerte de “todos pongan” que yo organizó. Sin credibilidad, sin gobernabilidad y sin respaldo de sus antiguos aliados juega su carta maestra: llamar al papá Ministerio para que lo defienda.
La comunidad. Compuesta por tres volubles elementos (estudiantes, trabajadores y docentes), se mueve entre la culpa, la angustia y el deseo de aportar algo real a la salida. En sentido estricto, cada estamento son varios a la vez, se mueven al vaivén de sus intereses individuales y de pequeñas colectividades. Intentan unirse poniéndose de acuerdo en los intereses comunes, pero sospechan mutuamente unos de los otros, la historia de sus actuaciones está ahí en el retrovisor de la vida cotidiana. Saben que los misiles reformistas del Ministerio, de la Gobernación y del Rector apuntan hacia ellos, pero aún son incapaces de abandonar su lugar de enunciación para construir un proyecto mediado por las diferencias, pero robustecido por lo común. Las viejas prácticas tienen extensas raíces que deben ser cortadas.
Ante este panorama la única salida (no garantizada) es la construcción de una propuesta colectiva, lo más incluyente y universitariamente posible; dolorosa porque implica salir de los escenarios de confort y enfrentarnos a las otras dimensiones con los que se alimentan las crisis: la apatía, la componenda, la negociación soterrada, el privilegio, los amiguismos con el poder, la falta de compromiso con lo público y el respeto por la comunidad misma.
En ese camino todos hemos avanzado, unos más que otros, pero la ruta parece estar clara. Los trabajadores tienen sus diagnósticos y sus propuestas, los docentes han elaborado un documento juicioso en su primera versión, los estudiantes avanzan derribando los diques y empiezan a gestionar sus debates. Lograr un epicentro de estas ideas, cruzarlas, tamizarlas, ponerlas al desnudo y construir una propuesta de la comunidad, es hoy la única manera de evitar la predeterminación del MEN, el Gobernador y el Rector, esa tríada que origina la crisis y que hoy la descarga sobre la Universidad y sus actores.

Las crisis deben generar transformaciones, lo peor después de ellas es seguir instalados en el mismo lugar donde germinaron. Algo viejo debe morir para que lo nuevo pueda surgir.

enero 19, 2016

LA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA Y EL ALZHÉIMER POLÍTICO

Por: Carlos Arturo Gamboa B.

Sólo una cosa no hay. Es el olvido
Jorge Luis Borges

I

La expresión “borrón y cuenta nueva” es un refrán que se usa para sostener la impunidad como una actuación cultural que le encanta a los colombianos, pero es desastroso para el cuidado de lo público, que en teoría se supone no es de nadie y es de todos. En la Universidad del Tolima esa afirmación se ha incrustado en los referentes institucionales, con tal hondura, que es imposible hallar responsables de la actual y pasadas crisis. Al contrario, muchos de los actores que participaron en los orígenes y el sostenimiento de la presente debacle, parece que fueron premiados, o como dice otro refrán: “cayeron para arriba”. Por eso es urgente que existan los responsables, sin ellos toda posibilidad de salida es apenas un simulacro de ética y si una institución formadora de jóvenes no procura la ética, no tiene sentido su existencia. La responsabilidad debe existir, en el campo de lo real y lo simbólico. Olvidar esto es sufrir de alzhéimer político.

II
La gobernación departamental en voz de Olga Lucía Alfonso afirma que: “hasta tanto Universidad no tenga un "escenario financiero claro" –en el que haya un plan de ajuste y soluciones de forma estructural – ‘no se podrá avanzar’, es decir, la administración no podrá asistir a la institución en la crisis”, en otras palabras la gobernación le da la espalda a la universidad de los tolimenses porque ni hoy, ni mañana, ni este año, el Alma Máter podrá tener ese panorama despejado, más aun cuando los gobiernos nacional y departamental no han priorizado la financiación de la educación pública. Habrá que recordarle al gobernador que trasferir recursos a la Universidad del Tolima es un deber, no un favor político, la Ley 30 lo obliga a ello, y que si no quiere asumir esta responsabilidad que renuncie a la presidencia del CSU ¿Será que solo le interesará la UT cuando el rector sea de su corriente política? Olvidar esto es sufrir de alzhéimer político.

III
La Ministra de Educación Gina Parody hasta ayer se dio cuenta de que Universidad del Tolima está en crisis, y según su “avezado” diagnóstico se debe a una reforma laboral, ni más, ni menos. En su discurso no aparece la variable de desfinanciación recurrente en la que el gobierno central ha tenido a las universidades públicas, tampoco tiene en cuenta que la Universidad del Tolima es de carácter nacional, pues hace presencia en casi todo el país con la modalidad a distancia; no habla de la deuda histórica del Estado con la educación superior y se refiere al actual rector como “nuevo”, cuando lleva cerca de cuatro años al frente de la UT, más una década en diversos cargos de la alta burocracia institucional. ¿Por qué estará tan desinformada Gina Parody? ¿La delegada del MEN en el Consejo Superior Universitario no le lleva las noticias? ¿Sufrirá de un olvido momentáneo mientras diseña la intervención? Olvidar esto es sufrir de alzhéimer político.

IV
Los equivocados votantes siempre terminan arrepentidos, pero se niegan a cambiar. De eso se alimenta la seudo-democracia. Por eso los gobiernos locales y nacionales van de fatalidad en fatalidad. Transar la ética no es el camino, construir un espíritu crítico y autónomo es una ruta. Quienes testarudamente se negaron a ver o ignorar la crisis que avanzaba como un cáncer sobre la Universidad del Tolima, hoy no se pueden aferrar a su error y continuar defendiendo un gobierno que ya no tiene fórmulas de salvación. Los planes que muestra el rector José Herman Muñoz y su reducido equipo colaborador (sí, ya muchos abandonaron el barco), parece un remedo. Es como atacar una enfermedad terminal con remedios caseros. La responsabilidad de quienes hicieron oídos sordos también es real, no es un invento. Olvidar esto es sufrir de alzhéimer político.

V
Hoy la esperanza no es una opción, es un engaño. Asumir la responsabilidad como sujetos universitarios es imperante, así existan algunos que se consideren incapaces de autogobernarse y autoreformarse. Precisamente esa heteronomía es la que ha convertido las universidades públicas en fortines de los politiqueros, los mercachifles y los vendedores de ilusiones de todas las corrientes, de todos los partidos. Una comunidad mayor de edad se construye en la crisis, en situación de abismo, pero si lo que buscan son amos fácilmente los encontrarán. Olvidar esto es sufrir de alzhéimer político.

Nota: El concepto de alzhéimer político se lo debo a una conversación con el ingeniero Pantoja. 

enero 05, 2016

PILAS SEÑOR ALCALDE

Parque de la música -Ibagué-
Por: Carlos Arturo Gamboa Bobadilla
Señor alcalde Guillermo Alfonso Jaramillo, usted ya debe saber estas cosas pero es mi deber recordarlo. Ibagué ha estado sometida por una camarilla de corruptos, burócratas y negociantes de la politiquería, quienes en gran parte son los responsables del estado caótico actual. Los otros responsables han sido los vo-tontos. Ibagué es un paradigma de la corrupción, la malversación de lo público y la ineficiencia de la administración estatal, quizás a veces solo superada por el Chocó. Historias que se enredan entre el mito y la verdad han degradado la política en esta ciudad, como esa del alcalde González Cuervo, heredero del viejo santofimismo que sigue vivo, y de quien se dijo compraba caballos de paso fino con dineros del erario, o del alcalde Francisco Peñaloza a quien se idolatraba porque “robaba”, pero hacía obras y nos trajo la “perubólica” con todo y la estupidez de la señorita Laura incluida. Esta ciudad también recuerda la “avenida fantasma” del primer periodo de gobierno de Rubén Darío Rodríguez, quien después se lanzó de nuevo como candidato y la gente decía jocosamente que su plan de gobierno consistiría en ponerle “alumbrado público a la avenida fantasma”.
Sí señor Guillermo Alfonso, usted sabe de estas leyendas urbanas, como de las nulas obras de Carmen Inés, de los chanchullos de Jorge Tulio y su negocio de salud pública, de las triquiñuelas de Jesús María Botero para parecer de los mejores cuando fue de los peores alcaldes. Y de este último, el señor Luis H, quien como dicen popularmente “la sacó del estadio”, pero que pronto sus realizaciones serán mitos urbanos, la gente olvidará, porque esta región sufre de la peste del olvido; no en vano tenemos un gobernador con ocho investigaciones pendientes, pero la gente votó por él porque la estructura corrupta va más allá de las oficinas de gobierno departamental y local; está en las regiones en donde se negocian los votos con migajas y con ilusiones, en los barrios en donde la mayoría de seudo-líderes locales se han convertido en los voceros del engaño y en la misma cultura falsamente política de los electores. Muchos aún votan creyendo en la promesa de que “el doctor le conseguirá un puestico a la hijita” o le ayudará a tramitar un subsidio.
Señor alcalde, si recuerdo estas breves anécdotas de un pasado lleno de hechos fatídicos para la ciudad, es porque creo que usted despertó un oleaje hacia el lado contrario, hacia el lado de la “verdadera política”, la de las personas honestas que llegan al poder para ayudar a la gente, sobre todo a los más desprotegidos, los que padecen a diario la ciudad. Los votantes de Ibagué sufragan por varias razones: por tradición de partido (los más viejos), por compromisos politiqueros (la mayoría) y por conciencia (la minoría). Estos últimos crecieron en número y expectativa frente a su campaña. A ellos toca cuidarlos, responderles y potenciarlos. Si de verdad queremos un cambio significativo para Ibagué, este no se va a lograr en un periodo de gobierno, es una misión de varios años, depende de la construcción de una verdadera ciudadanía que transforme los viejos mitos en nuevas realidades; y son esos jóvenes entusiastas que lo apoyan, desde cerca y desde lejos, quienes lo pueden hacer. Son ellos los llamados a un relevo generacional distinto, porque jóvenes hay en los partidos tradicionales, pero la mayoría haciendo el cursillo de corruptos y tramposos.
Por eso señor Guillermo Alfonso, usted tiene una tarea significativa para esta ciudad, la de no defraudar a sus electores, pero sobre todo a esos jóvenes que hoy se entusiasman con la política y que empiezan a creer en las posibilidades de transformación. Defraudarlos a ellos es condenar la ciudad a la continuidad de la corrupción, la malversación de lo público, el atraso y el engaño electoral.
Somos conscientes de las enormes tareas, la ciudad está casi que derruida. La basura y los malos olores conviven en los andenes, las calles siguen deterioradas a pesar de los remiendos navideños, las obras parecen cementerios de dineros públicos, el agua es aclamada en los sedientos hogares, no hay parques para los niños, la vida cultural de la ciudad se limita a los atafagados centros comerciales, el tránsito es un caos, la salud está en coma y por todas partes se respira desgano y desgreño. Por eso hay que priorizar, no todo lo hará usted, lo que es imperante es dejar un buen ejemplo, de ética, de transparencia, de buena gestión pública y de obras, con ese insumo los jóvenes seguirán trabajando por la ciudad y derrotando el pasado politiquero que espera ansioso desde la ventana que usted fracase o se contradiga. Si eso pasa, entonces estaremos condenados a un enorme racionamiento de agua potable y de política de verdad. Pilas señor alcalde.

diciembre 16, 2015

TRANSCURRIR UT (DICIEMBRE 16 DE 2015)



Por: Carlos Arturo Gamboa B.

I

Se partió diciembre en dos y la incertidumbre ronda el campus de la Universidad del Tolima. Para los amantes de la navidad, los regalos, las fiestas de despedida y los agasajos, este diciembre será negro; para los que no, también. En más de dos décadas que llevo habitando este territorio de sueños, nunca había presenciado tal malestar. Todos saben que las cosas no van bien, pero cada uno tiene distintas versiones. Que el rector anda buscando los 12 mil millones para poder cerrar el año, que no se sabe si habrá vacaciones colectivas, que van a despedir gente, que esto, que lo otro… y en el reino de la incertidumbre el poder gobierna a sus anchas.

II

Los diciembres en la UT eran distintos. Incluso algunos años había derroche. Fiestas por Facultades y por Dependencias. Fiestas aquí y allá. Novenas navideñas. Regalos para los niños. Whisky para los jefes. Cerveza en las esquinas cercanas. Pero también sonrisas, alegrías, tranquilidad y sobre todo seguridad de que las vacaciones eran espacios temporales para recargar baterías, porque el año que seguía traería nuevos retos. Hoy se habla de angustias, de sinsabores y de la inseguridad de un 2016 que amenaza con derruir las estabilidades.

III

¿En dónde están los responsables de esta angustia institucional? ¿Seré yo maestro? dijo Judas mientras mojaba el pan en el plato del maestro. Ahora nos invitan al escenario del “todos ponen”, pero sin que aparezcan los responsables es imposible jugar ese jueguito. Otro piden que nos “pongamos la camiseta”, pero la verdad hace muchos años la tengo puesta, desde que era estudiante de pregrado, por lo cual no entiendo tal sentencia, ¿será que los que llaman a ponerse la camiseta nunca la tuvieron puesta? Las lecciones de economía muestran una verdad contundente, cuando la resección llega, pagan los más débiles. Es el primer mandamiento del capitalismo y en estos tiempos el capital manda en todo, hasta en la Universidad Pública.

IV

Espero que todo cambie. Que por el bien de la región la Universidad del Tolima cruce el río tormentoso. Pero para ser sincero dudo que el futuro sea próspero, cuando el presente atenaza con hechos reales. El 2016 traerá muchos retos para la comunidad, recomponer el rumbo es el primero de ellos. Las crisis también son oportunidades de transformación, pero como dijo Einstein “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Para reestablecer la confianza se debe evidenciar la verdad, de lo contrario solo crecerá el dique de la mentira. Hay muchos que deben hacerse a un lado y permitir que la comunidad enderece el rumbo, de lo contrario los reyes magos del Ministerio de Educación podrían llegar iniciando enero, y no traerán en sus alforjas presentes, sino medidas de coacción, reestructuraciones y agobios. Serían los jinetes del Apocalipsis disfrazados, y todos sabemos lo que pasa cuando suenan las trompetas de la intervención. Espero que eso no suceda, y si sucede, como dicen los religiosos, “nos encuentren comulgados”.

V

En medio de todo toca tomar aire y disponerse a la lucha por la Universidad, porque más allá de nuestras necesidades inmediatas, la Universidad del Tolima es el sueño de muchos que hoy no están aquí. Por ustedes, por ellos y por todos… no desfallecer es el camino. Quisiera decirles felices fiestas, pero eso sería mentirles y ese es el oficio de otros. Mi abrazo fraterno, por ahí nos vemos.