Por: Carlos Arturo Gamboa B.
María Elena Erazo Coral se ha formado en la universidad
pública y es una gran defensora de la misma, porque quizás quienes han tenido
que “sobrevivir” al mundo público, entienden mejor sus potencias y sus dramas. Es
Doctora en Ciencias de la Educación y actualmente lidera la Asamblea Universitaria
de la Universidad de Nariño; además, es la Directora del Departamento de
Ciencias Sociales. Reafirma su afición al Deportivo Pasto, sin importar que en
la actual temporada al equipo del sur, de la misma tierra que inspirara los
sentidos versos de Aurelio Arturo, no le haya tronado bien. Como ella misma lo
expresa cree en “…la igualdad en la diferencia, es decir, somos iguales para
tener el derecho a ser diferentes”.
Desde los afectos, los encuentros y los debates he querido
preguntarle a María Elena acerca de esa construcción democrática que se viene
gestando en la Universidad de Nariño, proceso muy distante a las formas
obsoletas de participación que tienen atenazadas a las universidades colombianas
a la mano burocrática de las clases políticas regionales. Además, esta
conversación sirve como un abrebocas a lo que será el IV Foro Interuniversitario
Poder Constituyente a celebrarse en la UDENAR el primer semestre del año 2015.
Carlos Gamboa: La
Universidad de Nariño hace tiempo viene trabajando en la Reforma Universitaria
mediante la participación activa de la comunidad ¿cómo se logra involucrar a
todos los estamentos universitarios que tienden a ser reactivos a estas
propuestas?
María Elena Erazo: El trabajo frente a los proceso democráticos
que se llevan en la actualidad en la UDENAR, a mi juicio son proceso gestados desde los
años setenta, cuando un gran movimiento estudiantil y profesoral construyen una
propuesta de reforma para la Institución de manera democrática, esto es, dialogada,
discutida, concertada con los estamentos universitarios; esa generación, deja
una huella imborrable en esta universidad.
El Estado colombiano al ver que esta propuesta (1972) (
universidad para el “desarrollo integral”, que dé respuesta a los problemas de
los seres humanos, de la región, basada en la investigación al proponer que la
docencia debe tener como fundamento la investigación) está en contravía con lo
planteado para la educación superior en los centros de poder (universidad
profesionalizante, memorística..) la interviene en 1977, cerrando sus
instalaciones por un semestre y
organizando una universidad según su lineamientos.
Revisando los archivos de la Institución, me percato que
frente a la estructura universitaria que impone el estado, hay voces que
continúan planteando la necesidad de
construir una Universidad distinta a la que el Estado impone; se sigue hablando
por ejemplo, de una reforma académica,
se sigue luchando y exigiendo que las
decisiones de esta universidad deben ser
tomadas de manera democrática. Así, en la década de los ochenta, se protesta
frente a la politiquería del gobierno de turno, evidenciada en decisiones como
el cambio constante de rectores, pues esta Universidad entre la década de los 70
y 80 tuvo 18 rectores. ¿Qué política
académica o administrativa sería se podía consolidar con rectores, que en
algunos casos, estuvieron por un lapso de tres meses? En 1993, se logra esta
reivindicación y hasta el día de hoy en la universidad se hacen las elecciones
de rector mediante el voto directo ponderado, es decir en urnas separadas votan
estudiantes y profesores, cada uno con un ponderado del 50%; el Consejo Superior hace la designación del
rector, respetando la decisión de la Comunidad Académica (No hay violación a la ley 30, porque se cumple lo estipulado
por esta – el C.S DESIGNA).
Hay temas que en la reforma de 1972 no se consolidaron y
durante las siguientes décadas, continúan en discusión:
·
La
universidad y la región.
·
La
universidad para el desarrollo integral (1972) hoy universidad para el
desarrollo alternativo.
·
La
docencia fundamentada en la investigación.
·
La
necesidad de una reforma universitaria democrática.
La propuesta de una reforma universitaria democrática toma
fuerza, en la campaña a la rectoría del Dr.
Silvio Sánchez (2006), cuando profesores, estudiantes que respaldan esta
candidatura se plantean como eje programático llevar a cabo la reforma profunda
de la Universidad de Nariño. Al llegar de manera democrática el Dr. Silvio Sánchez a la Rectoría (2007) se
pone en marcha la reforma, se crea la Asamblea Universitaria. Es decir, los
procesos democráticos surgen como procesos de lucha, como voluntades políticas, como unidad de
fuerzas (profesores, estudiantes, trabajadores, administración, unidad de
generaciones – nos encontramos en esta reforma la generación de los setenta[1],
los ochenta y noventa[2]
y la generación del siglo XXI); surgen de la resistencia, al pensar que “otros
mundos son posibles” como lo decía el Dr. Sánchez, surgen porque no nos
conformamos al mundo que pretenden construir los centros de poder y los
poderosos de este país. No somos muchos, a veces, pero esos pocos hacemos ruido
y logramos que otros se unan a la lucha.
Carlos Gamboa: Desde
su experiencia en estos procesos ¿qué importancia le otorga a la profundización
de la democracia universitaria?
María Elena Erazo: La democracia es una palabra que
toma distintas formas y construye distintas realidades dependiendo de quién y desde dónde se enuncia.
A nombre de la democracia se han invadido pueblos (Afganistán) y se hacen
retomas a sangre y fuego (Palacio de Justicia); a nombre de la democracia
llegan al poder los corruptos (Senado, Cámara, Cortes); pero, la lucha por la
democracia también permite la libertad de los naciones, la conquista de
derechos, la construcción de nuevas realidades sociales.
Carlos Gamboa: Entonces
la pregunta es: ¿cuál es el sentido que tiene la democracia en el proceso de
reforma de la UDENAR?
María Elena Erazo: El sentido es la construcción colectiva, discutida, argumentada de una
nueva estructura académica-administrativa de la Institución, además de
pretender un cambio en las mentalidades
de quienes habitamos el espacio de la UDENAR, ¿para qué? Lo dice en su misión
construida colectivamente:
Para formar profesionales que aporten a la construcción de
una sociedad que viva en paz, éticos, críticos (hace tanta falta hoy estos seres
humanos, en un país donde el presidente de la Corte Constitucional dice que la
ética y el derecho son dos cosas distintas), seres humanos que aporten a la
solución de los problemas regionales y a la construcción de desarrollos
alternativos; repito, porque otros mundos sí son posibles (al menos soñamos con
este propósito. La utopía como dice Galeano, nos sirve para caminar en estos
sentidos).
Carlos Gamboa: ¿Cuáles
son los principales obstáculos para emprender proyectos de democratización al
interior de las Universidades Públicas?
María Elena Erazo: Los intereses personales, en
detrimento de los intereses colectivos, públicos (mi centro, mi puesto, mi
lugar, mi forma de hacer las cosas). Hay
lugares en la Universidad que se les nombra de esta manera: El centro de
Pedrito Pérez, la virtual de…, la
facultad de…
Los poderes y los poderosos que se entronizan en lugares de
la academia y la administración de la UDENAR y por supuesto, se resisten a
perderlo.
Las actitudes egoístas, pesimistas, la crítica mal
intencionada.
Las mentalidades fosilizadas y atornilladas que no pueden
pensar que hay otros caminos, otras formas de hacer las cosas, otras formas y
estructuras con las que sí puede funcionar la Universidad, parecería que el
lema es: Más vale malo conocido que bueno por conocer.
Y el Estado, con todas sus formas de lucha, que van desde las
legales hasta las ilegales.
Carlos Gamboa: ¿Qué
relación existe entre los postulados de la Constituyente Universitaria y el
proceso de Reforma Universitaria de la Universidad de Nariño?
María Elena Erazo: 1. El sueño, la utopía de construir
y pensar en una universidad que responda a los intereses y necesidades del ser
humano en concreto, de las realidades locales, regionales y aún, a las del país. 2. Pensar en una universidad que
desnaturalice el pensamiento homogéneo, homofóbico, discriminatorio. 3. Resistirnos
a que conviertan a la educación, y en particular la E. superior en un mercado. 4.
La defensa de la universidad pública. 5. La lucha por la autonomía y la
democracia.
Carlos Gamboa: ¿Cuál
debe ser el papel protagónico de la Universidad Pública en el actual proceso de
paz y el futuro cercano del posconflicto?
María Elena Erazo: La formación de nuevos seres humanos
formados en:
…lo diverso, es decir que entiendan y vivan
pensando-actuando que la diversidad es
lo natural, lo contranatural es ponernos a todos los mismos lentes, pretender que vean una sociedad homogénea
(constitución del 86- una sola religión, un sólo idioma), y cuando ven lo
diverso se escandalizan y piensan en que eso hay que eliminarlo o convertirlo
(culturas, comunidades y pensamientos). El pensamiento homogeneizador, es desde
mi perspectiva, uno de los grandes factores generadores de violencia.
…y para mundos alternativos. La propuesta de los centros de
poder parte de que el consumo, la acumulación de capital a cualquier precio
trae el progreso, la felicidad de los pueblos, la universidad pública debe
construir escenarios para un mejor bien-vivir y bien-estar del ser humano que
no se basan en esos principios de vida.
… un pensamiento democrático.
… un pensamiento autónomo.
… la ciencia. La
ciencia para que aporte a la solución de
las necesidades de los más vulnerables, del ser humano en concreto, entonces es
una ciencia de clase.
[1] Participaron
y participan en esta reforma el Dr. Silvio Sánchez, rector; Gerardo Guerrero, vicerrector académico,
profesor y estudiante respectivamente en los años setenta. María Clara Yépez, Pedro Pablo Rivas, Pedro Pablo
Cabezas… docentes de esa época.
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