LA CARTA QUE NUNCA CONTESTÓ EL RECTOR DE LA UT:
Ibagué, 3 de mayo de 2013
Doctor
JOSÉ HERMAN MUÑOZ ÑUNGO
Rector
Universidad del Tolima
Presente
Reciba un cordial saludo
Como ha sido de conocimiento público, la renuncia intempestiva y
silenciosa del único decano en propiedad de la Facultad de Ciencias
Humanas y Artes, Arlovich Correa Manchola, generó diversas inquietudes
entre la comunidad universitaria, que inmediatamente fueron agravadas
por el nombramiento, también intempestivo y silencioso, del decano
encargado, José de Jesús Gamboa.
Sobre estos dos hechos,
la renuncia y el nombramiento del encargado, se dijeron varias cosas,
contradictorias casi todas, hasta que dos semanas después el renunciado
decano aclaró, a través de una comunicación pública, las razones de su
dimisión.
A esa comunicación le siguió un cruce epistolar que
habría sido muy interesante y digno de una comunidad humanista, si no
hubiera sido porque el director de la Oficina de Desarrollo
Institucional, Miguel Antonio Espinosa Rico, en su nota pública sobre
este particular, acusa de gravísimos delitos a un grupo de profesores de
la Facultad, sin referirse a nadie en particular, lo cual es más grave
porque tiende un espeso manto de dudas sobre todas las personas que hoy
formamos parte de ella.
Quizá usted ya conozca la comunicación del director de la ODI, pero si no es así, la anexamos.
Quienes nos hemos sorprendido e indignado por estas acusaciones, le
solicitamos respetuosamente informarnos si la postura del director de la
ODI responde a la de su administración, puesto que pertenece a ella, y
si es así, por qué no se han hecho las denuncias correspondientes ante
las autoridades judiciales.
Si por el contrario, las
acusaciones del director Espinosa Rico constituyen una expresión
enteramente personal, que en nada comprometen a su administración, le
solicitamos respetuosamente rechazar esos señalamientos a través de un
pronunciamiento público, pues resulta dañino, y sienta un mal
precedente, que un miembro de la comunidad universitaria haga
imputaciones de este calibre en total impunidad.
Esta solicitud
también la hacemos en virtud de sus repetidos llamados al respeto, el
diálogo y el consenso universitario, cualidades democráticas que se han
visto gravemente amenazadas por el funcionario en cuestión.
Con sentimientos de consideración,
FIRMAS DE DOCENTES Y ESTUDIANTES
LA CARTA QUE SIGUE IMPUNE
He
leído la carta del amigo, compañero y colega, Arlovich Correa Manchola y
afirmo que su don de gentes y valores humanos, rebasan en enorme
magnitud las pequeñeces y nimiedades que son de curso cotidiano en la
vida universitaria,
que son la moneda con la que se comercian dádivas, lisonjas, y se
atraen, entre besuqueos hipócritas, lealtades engañadas de efímeros
coequiperos.
Arlovich
muestra el alma, un término ya abandonado entre las entelequias de las
cosas nuevas recien envejecidas de la postmodernidad apócrifa y vacía
cuando no se la cuestiona ni se interpelan sus discursos. Resulta
comprensible para mí este espectáculo, bien orquestado por apresurados
practicantes de show mediatizado con medios baratos de la decadente
jerga universitaria que han impuesto.
Pero
Arlovich, para quienes han levantado la fabricada frenética lucha de la
coyuntura, no hay ni habrá razonamiento válido. Su situación personal o
académica no dicen nada, como los cancerberos de las películas del
pasado, la orden es ladrar, sin importar si es de día o de noche,
oponerse a todo lo que se diga o se haga desde la dirección de la
Facultad o de la institución. Usted entró en la categoría de enemigo de
clase, tan pronto fue electo decano, eso no lo pierda de vista. No
estamos ante militantes, no hay formación politica en quienes por estos
días vociferan y amenazan con eclipsar la vida universitaria.
No
hay lugar para ofrecer disculpas Arlovich, no las sopesarán, su carrera
alocada los llevará a estrellarse contra los muros de la verdad que
sacrifican sin vergüenza alguna con tal de crear los artificios de su
comportamiento rabioso e irracional.
Lamentable
que sean docentes los que deban decir a estudiantes sin rostro y sin
valentía intelectual lo que deben hacer en estas circunstancias. Estos
docentes deberían avergonzarse de reclamarse como tal, de negarle a los
estudiantes su derecho a ser adultos, de abandonar el ethos
universitario, si es que alguna vez, al menos como requisito lo
suscribieron.
No
dudo que la Facultad saldrá adelante a pesar de quienes más daño le han
causado, que son justamente quienes ahora quieren volver a ser
estrellas del rutilante y patético mundo universitario de consignas sin
esencia o que muestran cómo ideales tan caros como la calidad académica
se confunden con la reivindicación del consumo de psicoactivos y una
peligrosa y aparentemente inocente alianza con el narcotráfico del
micronegocio que se vive en el campus. Quienes más daño le han hecho y
le hacen a la Facultad están precisamente en la Facultad, pero no
alcanzan a dimensionar cómo y porqué lo están haciendo. La extrema
derecha universitaria tiene ahora, otra vez, la mejor oportunidad para
enrostrarnos que dimos vida a una Facultad en la que sus estudiantes
muestran este lamentable respeto por una Universidad que no sienten y
que, al contrario, expresan despreciar.
Arlovich,
gracias por su sinceridad, por su humildad. Una vez, siendo candidato a
una decanatura en otra Facultad, ofrecí pétalos de flores a quienes
responden la sinceridad con basura, pero la respuesta en aquella
ocasión, de este mismo tipo de personas, fue similar a la que tendría un
asno... tragarse los pétalos, jamás comprendieron el mensaje.
Gracias digo, Arlovich, su gesto merece mi humilde reconocimiento y eso me basta.
Con saludos fraternales,
Miguel Antonio Espinosa Rico
Profesor Facultad de Ciencias Humanas y Artes
Universidad del Tolima
DIRECTOR DE LA OFICINA DE DESARROLLO INSTITUCIONAL -UT-
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