CARGA TU CRUZ UT |
Por: Carlos Arturo Gamboa
Para
continuar con la tradición de semana santa, acá dejamos la meditación de los
momentos y sufrimientos vividos por la comunidad de la Universidad del Tolima,
y nos disponemos a describir su viacrucis.
Primera
estación: La Universidad del Tolima es condenada a muerte, después de reelegir
a José Herman Muñoz, quien la había llevado a la quiebra durante sus tres
primeros años de rectorado.
Segunda
estación: La comunidad universitaria (estudiantes, docentes y trabajadores)
cargan la cruz de los ajustes presupuestales, impuestos por el gobernador
(Oscar Barreto) y acatados mansamente (o mensamente) por el rector.
Tercera
estación: La academia cae por primera vez por el peso de la cruz de los ajustes,
pero a pocos les importa.
Cuarta
estación: Encuentro del rector con la no tan santa ministra Paradoy. Se escucha
una voz misteriosa que dice: “Ministra he aquí tu hijo, rector he aquí tu madre,
obedecedle ciegamente”.
Quinta
estación: Los profesores cargan la cruz de los recortes, algunos se flagelan,
otros aceptan las cargas impuestas con reverencia hacia su inquisidor, y ruegan
por la Universidad siempre abierta “de piernas”.
Sexta
estación: La Universidad es coronada de espinosas ramas, sangra y se desangra presupuestalmente.
Séptima
estación: La Universidad cae por segunda vez, en la garra de los burócratas, el
rector contrata un staff de abogados para abogar por ella.
Octava
estación: A las mujeres trabajadoras nada, ni nadie las consuela, ellas lloran
por la Universidad sacrificada.
Novena
estación: La Universidad cae por tercera vez, pero los ciegos siguen
insistiendo en que la culpa es de Pilatos y el neoliberalismo romano.
Décima
estación: Todos están clavados (en la cruz) y algunos de los proveedores
claman: “Rector, rector, por qué nos has desamparado”.
Undécima
estación: El rector promete al ladrón (uno de tantos) que mañana estará con él
en la fiscalía.
Duodécima
estación: La Universidad agoniza y entre el tumulto se escucha un grito: “Los
que anunciaban su muerte verdaderamente tenían razón”. Tiembla, pero los
corruptos siguen tranquilos.
Decimotercera
estación: El cielo se oscurece, dejan de pagar sueldos, recortan las prácticas,
todo está petrificado y los bandidos juegan dados apostando los despojos de la Universidad.
Decimocuarta
estación: El cadáver de la UT sigue en la cruz, el semestre inicia y el
viacrucis apenas empieza.
Nota:
Estas son 14 estaciones clásicas, aunque un asesor las aumentó a 20 y propuso
crear oficinas y contratar OPS para poder sostenerlas. Seguimos esperando la resurrección,
de usted primero y de la Universidad después.
Amen,
así sin tilde.