1.
La
Asociación Sindical de Profesores de la Universidad del Tolima terminó las negociaciones
con la Administración. Es de resaltar que después de más de dos décadas el
Sindicato logra acuerdos para mejorar las condiciones del profesorado,
incluidos los catedráticos, los ocasionales y los de planta. Otro aspecto a
resaltar es que las negociaciones no fueron solo alrededor de temas reivindicativos
y justos, sino también alrededor de una idea de universidad pública, lo cual
indica que el docente no solo es un trabajador corriente, sino que es un sujeto
político que debe preocuparse por la sociedad que ayuda a construir o a
destruir. Como no todo se puede transformar por medio de un pliego, lo que
queda es recuperar el espíritu docente de los casi 1500 catedráticos y 270
docentes de planta, para que defendamos los logros de este documento y
participemos más activamente de la vida universitaria.
2.
Desde
el 16 al 20 de septiembre el programa de Comunicación Social-Periodismo de la
Universidad del Tolima, celebrará la “IV semana de la comunicación”. Con una
variada programación y sobre todo como un espacio para compartir el desarrollo
de distintos productos comunicacionales elaborados por estudiantes y docentes,
este encuentro ayudará a fortalecer la mirada colectiva que actualmente se
realiza en el rediseño del plan curricular del programa. Gran auge de productos
audiovisuales y una ausencia marcada de productos escritos en la programación demuestran
una tendencia, muy a mi pesar la palabra escrita sigue en deuda. Bien por los
muchachos de Sin Pretextos y El Salmón, y por el espacio para la
presentación del blog en http: //enusodenuestrasfacultades.wordpress.com; tres
espacios alternativos.
3.
Mientras
el país se cocina en el caldo del inconformismo, en la Universidad del Tolima
el silencio parece ser el condimento para adormecer las mentes. La avanzada de
los reaccionarios, que en lo que va del 2013 han convertido el campus en un territorio imaginario del caos, han
logrado su objetivo: sembrar miedo y paralizar los cuerpos; auspiciados por los medios amarillistas de la ciudad. Los combos miran al
cielo, critican el capitalismo, levantan su mano contra el imperio, apoyan en
sus discursos a los campesinos, pero no ven (o no quieren ver) que nuestro
sistema educativo es el abono de “eso” que criticamos. El capitalismo está
metido en lo profundo de nuestras aulas, en los currículos, en las práctica
cotidianas. El mal de nuestro tiempo no es la ignorancia, es la ceguera
heredada o fingida.
4.
El
colectivo Proyecto V emitió una Carta Abierta en donde expresan sus inquietudes
frente al manejo que, en el poco tiempo de administración, viene ejerciendo el
Decano de la Facultad de Ciencias Humanas y Artes, quien no encuentra un método
que ayude a cohesionar la comunidad en pro de la construcción de un derrotero
para la Facultad más grande de la Universidad del Tolima. El problema es que difícilmente
lo logrará, cuando miramos por el espejo retrovisor y recordamos cómo fue
elegido, vemos su mayor apoyo en una alianza de los sectores más reaccionarios
liderados por la Administración, a quien solo le faltó emitir una resolución en
donde invitaran a votar por el decano actual. Es lamentable entonces que los
esfuerzos por la construcción colectiva, por la reflexión crítica y por la
apuesta de la humanización de las humanidades, termine en pobres enunciados y
en el desconocimiento de la potencia de la comunidad misma. No debe olvidar el
Decano que los que le consiguieron votos no están ahí para apoyarlo, porque lo
único que saben es eso, conseguir votos.
5.
Una
queja constante sobre los espacios universitarios se viene escuchando. María
Victoria Valencia, Directora del Cine-Club, hizo un reclamo público porque no
le facilitan los auditorios dispuestos para las proyecciones de cine. Los
estudiantes de Distancia se quejan porque los envían a colegios, mientras existen
salones disponibles (me consta) en el campus.
Esto solo indica que no existe una planeación adecuada de los espacios, que
muchos solicitan salones que luego no ocupan, que otros se creen dueños de las
aulas y cargan las llaves de salones, que tienen prioridad los estudiantes de
posgrado, etc… A esto sumen que no hay cafeterías adecuadas, espacios
deportivos y puntos de encuentro cultural. ¿Pensarán esto en la Oficina de
Desarrollo Institucional?