Por: Carlos Arturo Gamboa B.
1.
La
gente suele confundir elecciones con democracia y por estos días en el país la confusión
reina. La Universidad del Tolima no es ajena a esa falacia y cuando se dio a
conocer la Resolución No. 0083 del 24 de
enero 2014 convocando a la elección de graduados ante el Consejo Superior,
los Consejos de Facultad, el Consejo Directivo del Instituto de Educación a
Distancia y el Comité Central de Currículo, las mañas electoreras nacionales
empezaron a hacer presencial en el mundo universitario.
Hablar
de graduados en la Universidad del Tolima es hacer alusión a una gran población
sobre la que no se tiene certeza. El año anterior, en un evento que los convocó,
descubrimos la pluridimensionalidad de este sector, por eso, e invocando a un
principio institucional de que quien enseña debe aprender, toca aceptar que el
sistema actual de elección de graduados es obsoleto. Para la muestra un botón,
los demás para la camisa: El Instituto de Educación a Distancia lleva 30 años
de existencia y no sabemos a ciencia cierta cuántos graduados somos, entonces
¿Por qué una asociación de 10 miembros se abroga el derecho de elegir un
representante al Consejo Directivo? Queda en evidencia la ausencia de una política
de graduados y el mínimo asomo de la idea de la democracia real. El actual
representante fue elegido mediante un acto de escritorio por el tan mentado ex rector
Rivera Bulla y al parecer la estrategia para relegirse es la misma. ¿Se permitirá
de nuevo esta afrenta a la participación real?
2.
Mi
propuesta para el IDEAD es la siguiente: Que se convoque a los graduados de
todo el país, en las diferentes sedes o CREAD, para que exista una inscripción
masiva a la asociación. Que luego se convoque a una asamblea con participación
nacional, para eso tenemos medios como el Skype que nos permite comunicarnos. Elegida
esta Junta, que se me ocurre puede tener al menos un representante por Centro
Regional, ellos designen sus delegados y tengamos esa representación colegiada
con asiento en el Consejo Directivo. De esa manera podremos empezar a construir
una democracia más participativa y romper la lógica de las logias que se
apoltronan a su antojo y nunca dan cuenta de sus actos a la población que dicen
representar. La otra opción es repetir la historia, pero luego no pregunten ¿en
dónde están nuestros graduados?
3.
Se
recibieron satisfactorias noticias sobre la problemática de descuentos en la Maestría
de Educación que había dejado en evidencia en la anterior columna de Transcurrir UT. Este derecho que se
estaba negando fue reestablecido, con lo cual los funcionarios y catedráticos adscritos
a dicho programa de posgrado recibieron los descuentos pactados. Queda entonces
demostrado que sí es posible que los derechos primen sobre los caprichos administrativos
o sobre las interpretaciones amañadas de las normas. Ojalá los directivos
entiendan que estos escenarios crean desgaste y aprendan a economizar
conflictos innecesarios.
4.
Se aproxima un nuevo concurso docente para
profesores de planta. El anterior dejó en evidencia factores que deben
corregirse. Esperamos que exista un análisis juicioso del mismo para que se
puedan emendar los errores, hasta ahora no conozco ningún estudio que dé cuenta
del proceso del año 2013, del cual en este blog
se publicó un artículo provocando el debate. ¿Se revisaron los perfiles? Muchas
de las vacantes se deben a perfiles mal diseñados. ¿Se revisaron los aspectos
evaluativos? Entre los jurados había mucha ambigüedad al respecto. Estas y
otras preguntas deben resolverse antes de abrir el proceso, no nos pase lo del
borracho que llegó todo arrastrado a la finca, en horas de la madrugada, y cuándo
su esposa le preguntó ¿por qué llegas a esta hora y en ese estado?, él respondió:
es que como me cogió la noche, me vine rodando. A lo que ella respondió: Claro sinvergüenza,
llegaste más rápido, pero arrastrado, sin ropa y sin el mercado.