Por: Carlos Arturo Gamboa B.
Cansados de las políticas
populistas del gobierno de Santos, un nutrido grupo de notables colombianos ha
decidido implementar el programa “Ser pillo paga”; esto con el fin de
contrarrestar esa seudopropaganda que invita a los colombianos más pobres a
estudiar mediante becas, que quizás no sean becas, pues si se retiran podrían
quedar sin título y endeudados hasta la médula. ¿Se imaginan ustedes lo que le puede
suceder a un provinciano regresando a su tierrita después de cuatro semestres
en Bogotá? ¿Cuántos años durará pagando su deuda? Esto podría convertirse en el
UPAC de la educación, teniendo en cuenta que los índices de deserción alcanzan
el 42 %, y crece…
Por eso debemos apostarle a lo
que mejor sabemos hacer: ser pillos. La historia de Colombia demuestra hasta la
saciedad que el mejor camino es delinquir, por eso la corrupción es la carrera
predilecta para el ascenso social. Ya “Uribito” Arias demostró que se pueden
dar becas como las de Agroingreso Seguro para los latifundistas amigos y la
inversión ser ve reflejada a corto plazo en las urnas. No toca esperar cinco o
más años para que los egresados salgan a montar un café internet o a manejar
taxi.
Igual que los estudiantes de ese
otro programa populistas, nuestros participantes se inscribirán en las
Universidades acreditadas, o ¿creen que Uribe, los Nule, Samuel Moreno, Sabas
Pretelt, Londoño y los demás cientos de prohombres se hicieron en las Universidades
de provincia? NO, ellos se formaron en las mejores universidades del país, y
hasta se posgraduaron en el exterior, ahí está la evidencia de la necesidad de
estar acreditados. Además, muchos hicieron pasantías en los Concejos
Municipales, en la Cámara de Representantes y en el Senado, espacio propicio
para unir teoría y práctica.
Claro está que toca estar
prevenido ante las deserciones, porque si en las universidades el porcentaje
crece, en nuestro programa puede ser letal. Las últimas estadísticas muestran
que muchos desertan cuando vienen las “pruebas finales”, y huyen a Panamá, EE.UU,
o cualquier lugar del mundo a donde la “justicia pedagógica” no los alcance. A
este ritmo tendremos deserción del 99 %, solo quedará en el programa un abogado
de esos que se formaron en las universidades “acreditadas” y presta su
honorable servicio a los “pillos”.
Ante la iniciativa, ya se han inscrito
varios “maestros” insignes de Colombia a orientar cursos, seminarios y programas
dentro de la propuesta “ser pillo paga”, entre esos tenemos:
Seminario “El derecho a la impostura”, orientado
por Luis Carlos Restrepo
Diplomado “Las obras civiles, una oportunidad de
negocio”, dirigido por Samuel Moreno
Programa “Ciencias Agropecuarias aplicadas al campo
de los amigos”, dirigido por Andrés Felipe Arias.
Maestría “Ciencias ocultas”, acreditada por el
asesor espiritual de Zuluaga, Luis Alfonso Hoyos.
Seminario “Cómo desbordar la inteligencia”,
orientado por María del Pilar Hurtado.
Cátedra “Michel Foucault, el poder deber ser eterno”,
diseñada y dirigido por Álvaro Uribe Vélez
Diplomado a dos voces “Matar, rematar y contramatar”,
a cargo de Mancuso y El Alemán.
Cátedra “La importancia de ser honesto”, creada por
Fernando Londoño.
Seminario de nivelación “El Twitter y otras formas
de la política”, liderado por el egregio Uribe.
Curso
vacacional “Un temporada en Melgar”, ofertada por el Ejército Nacional.
Con esta nutrida
oferta de-formación, el futuro del
país está garantizado, eso sí toca aprender inglés para poder entender las órdenes
que llegan del norte. Inscríbase ya, porque en Colombia, SER PILLO PAGA.