Dos
intervenciones provocan este texto: la de la Ministra de Educación María
Fernanda Campos sobre una nueva reforma que afecta el trabajo docente en
Colombia (CM&; emisión 7:00 pm) y la entrevista que le realiza la revista Semana al científico Rodolfo Llinás; a
través de los dos discursos se puede evidenciar la ligereza con la que en
Colombia se aborda el tema de la educación.
En
primera instancia, la concepción que Llinás tiene de educación está ligada al
desarrollo y al progreso, como esos dos soportes falaces del capitalismo,
veamos una de las respuestas que nos ofrece;
Primero hay que reconocer la importancia de la
educación. Colombia no será nada hasta que no eduque su gente. El problema
siempre ha sido que no se optimiza a los individuos, no se les da la
posibilidad de llegar a lo mejor que pueden ser. Eso solo se logra con
educación, pues al fin y al cabo esta se trata simplemente de optimizar las
capacidades cerebrales. ¿Cómo hacemos para optimizar? Hay que trabajar más
porque la gente entienda, que la gente sepa algo. El saber es simplemente poder
poner en contexto lo que uno sabe (Llinás, 2014).
Estoy de acuerdo en la importancia que posee la
educación en una sociedad, pero de ahí decir enfáticamente que “Colombia no
será nada hasta que no eduque la gente”, es desconocer que en parte la tragedia
de Colombia son esos sujetos educados que la manejan ¿Acaso hay analfabetos en
Congreso? Muchos de los políticos que han saqueado el país fueron formados en
las mejores universidades del país y son posgraduados en el exterior ¿Entonces?
Además el señor Llinás considera que debemos optimizar los individuos y que
toca trabajar más, eso parece el viejo eslogan
de una campaña del ganadero politiquero. De otro lado, es necesario
advertir que el saber no solo consiste en poner en contexto lo que uno sabe,
ese es el engaño de las llamadas competencias que buscan formar autómatas para
el oficio, desconectados de la realidad social. Pero veamos otra perla de
Llinás:
Cualquier otro grupo humano daría lo que fuera por tener la tierra colombiana.
¿Se imagina? Con dos océanos, con agua dulce, con todo prácticamente… La vida
en Colombia es demasiado fácil. No hay invierno, la gente no se muere de
desnutrición (2014).
Respecto
a lo primero que dice en esta cita, estoy de acuerdo, por eso es que los gringos
llevan años acá explotando las riquezas por intermedio de sus trasnacionales y a
cambio nos han dejado una buena ración de armas para alimentar nuestras guerras
internas. En lo que no puedo estar de acuerdo es en que la vida en esta tierra
es “demasiado fácil” ¿Por qué no te paseas por nuestros campos arrasados por la
guerra, por los tugurios suburbanos alimentados por el desplazamiento, por los
anillos de miseria de las ciudades? Paséate por ellos Llinás y luego evalúas eso
de la facilidad de vivir en Colombia. ¿Qué no hay invierno? Será que solo nos visitas
en verano y no puedes ver los ríos desbordados arrastrando poblaciones enteras
con todo y sus cultivos, o será que cuando vienes no sales de los edificios de
la capital, porque en los rascacielos los inviernos son bastantes confortables.
Y señor Llinás, acá la gente si se muere de desnutrición, como los niños del
Chocó a quienes nunca les llegaba la bienestarina que se descomponía en las
bodegas de algún funcionario público corrupto, bien educado, con título
universitario.
Bueno,
pero comparto que la educación debe ser una política de Estado, un camino para
la igualdad, un derrotero para la equidad de los colombianos, pero ese modelo
que usted reclama con ahínco no me parece el adecuado. Prefiero quedarme con
esta frase que nos deja: “La escuela
enseña la ubicación de los ríos, pero jamás explica la importancia del agua”,
estoy seguro que esto no lo aprendió usted por competencias, pero es lo más
serio de su entrevista.
Por otro lado, la Ministra de Educación María
Fernanda Campos, afirmó por los medios (mayo 5) que se acaba de implementar una
reforma para aumentar los índices de calidad en la educación. La mayoría de las
cosas que enuncia tienen que ver con la carrera docente. Por ejemplo, afirma
que los programas de licenciaturas contarán con tiempo mínimo de cinco años de
formación, que no se podrán ofertar carreras de licenciatura en las modalidades
a distancia y virtual, que todo docente debe hablar una segunda lengua y esa
será el inglés. Alguien desprevenidamente dirá que estos aspectos son necesarios
para mejorar el sistema educativo colombiano, pero miremos lo que no se dice,
porque el silencio también guarda significados. No se habla de mejorar salarios
y estabilidad laboral de los docentes, tenemos miles de casos en Colombia en
donde los licenciados recién egresados devengan menos del salario mínimo ¿Esto
no afecta la calidad? Se procura reformar la carrera docente, pero se seguirá
permitiendo que profesionales de otras disciplinas sin saber pedagógico ejerzan
la docencia ¿Esto no afecta la calidad? Afirma que las licenciaturas solo podrán
ofrecerse de manera presencial, como si existiese una relación directamente
proporcional entre presencialidad y calidad ¿En dónde están los estudios? Cabría
preguntar por qué la segunda lengua debe ser el inglés, cuando, por ejemplo, el
portugués cada día cobra mayor vigencia como lengua científica del continente. O
por qué no el quechua, el aimara. ¿Será por cumplir con los tratados de libre
comercio?
La Ministra de Educación ha demostrado ser una
mujer muy hábil para ocultar perversidades disfrazadas de discursos benévolos, todavía
la recordamos en el 2011 y su sueño de universidad con ánimo de lucro, al mejor
estilo chileno-pinochetiano. Esta vez de nuevo lanza una reformeta inconsulta,
sin estudios serios, sin el debate de largo aliento que necesita el sistema
educativo nacional. Y para que no crean que riño con todo lo que dice Llinás, quiero enviarle
este mensaje del científico a la ministra de los gazapos educativos, lo expresó
cuando le preguntaron sobre las posibilidades de practicar lo aprendido en
Colombia: “[…] acaban teniendo un trabajo en el que no practican lo que
estudiaron y muchos terminan de políticos o haciendo otras cosas”, creo que se refería usted ministra Campos, porque
usted no es del sector educativo, por eso habla de la educación como si
estuviese hablando de economía.