Por: Carlos Arturo Gamboa B.
Docente Universidad del Tolima
El
sábado tres de septiembre, mientras transcurría la etapa 20 de la Vuelta a
España, Miguel Ángel López, reconocido con el alias de Superman, protagonizó un
hecho sin antecedentes en el ciclismo mundial de élite, abandonó la carrera
estando en buenas condiciones físicas y encontrándose aún entre los mejores. El
motivo nunca lo sabremos del todo, porque pertenece a ese mundo secreto de los entornos
competitivos que pocas veces se filtra a totalidad.
El
acto en sí tendrá muchas repercusiones mediáticas, más en este mundo hiperconectado,
pero más allá del abandonó de Superman y las consecuencias en su vida de
deportista profesional, me interesa escribir sobre un tema que he venido
observando en la cultura colombiana aficionada y que me atreveré a llamar el síndrome
del “victimismo deportivo internacional”.
En
la década de los 80 se construyó un relato sobre que Fabio Parra había perdido la
Vuelta a España porque Pedro Perico delgado le había pagado al ruso Ivanov para
que lo llevara a rueda durante una etapa. Recuerdo, siendo un adolescente, que “todos
nos indignamos”, incluso los periodistas colombianos, cuyo amarillismo deportivo
ha hecho escuela, hablaban de haber visto a Perico Delgado entregando una bolsa
con billetes al corredor comprado. Para los que saben de ciclismo, en las carreras
hay aliados, equipos que comparten intereses y muchas veces nuestros ciclistas también
se han visto beneficiado con ello.
El
caso de Superman López desató la furia de miles de internautas que sin tener conocimiento
de los sucesos (algo muy propio de los internautas), no dudaron en expresar sus
“libres opiniones” y he aquí el tema de mi asunto. Una idea que proliferó
bastante consiste en creer que lo que le sucedió al ciclista boyacense fue un
complot de su equipo Movistar para que perdiera el podio a favor de Enric Más,
el otro líder, de nacionalidad española como el equipo. De nuevo el “victimismo
deportivo internacional” surgió como teoría explicativa del suceso.
Después
de varios capítulos del novelón que se ha armado, digno de lloriqueos a lo Betty
la fea, la gente sigue profundizando en la conspiración contra Superman, muy a
pesar de que él mismo ya aceptó que cometió un error de estrategia en carrera y
un error deportivo al abandonar la competencia. Entonces tuve que recordar otros
antecedentes, incluido el ya mencionado de Fabio Parra.
James
Rodríguez en el Real Madrid y la supuesta persecución por parte de Zidane. O el
caso Nairo, en el mismo equipo de Movistar, conjunto que supuestamente contrata
colombianos con un salario alto para después no dejarlos ganar, imagino la cara
de los ejecutivos de Telefónica escuchando esto. O el famoso “fue gol de Yepes”
que nos impidió, según la experta opinión futbolera de cafetín, ser campeones mundiales
en Brasil.
En
todas partes hay seres horribles que están impidiendo que los colombianos
triunfemos, porque nosotros somos mejores en todo. El boxeador chino que en
complicidad con los jueces dieron perdedor a Yuberjen Martínez impidiendo una olímpica
medalla de oro, es un ejemplo de ello. Parece que olvidamos que, en el deporte,
como en toda competencia, lo más factible es perder. De los 176 ciclista que
iniciaron la Vuelta a España 2021, sólo uno ganó y no se debió a ningún
complot, fue el mejor, a él le salieron las cosas mejor y fue quien contó con
ese pequeño ingrediente de suerte que da triunfos, como el de Egan Bernal en el
Tour 2019.
Pero
nuestra paranoia colombianista es desmedida, vemos enemigos en todas partes,
sacamos la bandera tricolor y nos llenamos de odio porque a Sebastián Villa no
lo ponen de titular por indisciplinado o porque todos los que nos ganan están
dopados, favorecidos por los jueces o han comprado sus triunfos. Como
excelentes víctimas que somos, no somos mejores porque no nos dejan.
Alguna
vez Maturana dijo que “perder era ganar un poco”, aludiendo que en el deporte
no siempre se gana y que saber perder pasa por reconocer que hay otros mejores
y que se deben pulir los procesos para algún día, si es posible, ganar. No
somos las víctimas de una gran confabulación mundial para opacarnos, es que
otros tienen mejores procesos deportivos, invierten más en deporte, forman
mejor sus niños y jóvenes para ser deportistas de alto rendimiento. Enseñan a ganar y a perder en las escuelas
deportivas, para que manejen la frustración o él éxito cuando llegue el día. Muchos
deportistas han arruinado su vida después de ser ganadores, ahí tenemos otro
problema.
El
caso de Superman López dará mucho de qué hablar en los entramados amarillistas,
lo cierto es que este tipo de hechos no son ajenos en el deporte de alto
rendimiento y quizás él, un talento salido de las entrañas campesinas, hubiese reaccionado
de otra forma si hubiese tenido esa formación que dan las escuelas deportivas.
No es que haya fuerzas oscuras en el planeta impidiendo que los colombianos
seamos mejores, para ser mejores debemos prepararnos mejor, no sólo en el
deporte, en todos los campos. No debemos olvidar que, como dijo Séneca: “Es
imposible ganar sin que otro pierda”.
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