Por: Carlos Arturo
Gamboa Bobadilla
La sensación que trasmite la
Universidad del Tolima es que, a pesar de la crisis financiera, se han podido
sostener los indicadores académicos, los cuales debido a un efecto de
permanencia en el tiempo, aún sobreviven por procesos que se venían gestando de
tiempo atrás.
No obstante, las alarmas empiezan a
encenderse. Los últimos reportes nacionales permiten evidenciar que se necesita
de manera urgente un liderazgo académico por parte de la alta dirección de la
universidad, liderazgo que no se observa en cabeza de quienes ostentan esa
responsabilidad.
En la clasificación reciente de
revistas indexadas no hay ni una sola perteneciente a la comunidad UT, mientras
las publicaciones de difusión intentan conseguir algunos pesos para no morir. ¿Qué
pasó con la política de revistas? En la actual clasificación de grupos de
investigación (2017) aún podemos darnos por satisfechos, pero si la dinámica de
inversión, apoyo a nuevos grupos y convocatorias a proyectos no evoluciona,
pronto la tendencia será al descenso.
Los indicadores no se mantienen por
sí solos, necesitamos profesores escribiendo, publicando, asistiendo a
congresos, participando en eventos internacionales, entre muchos aspectos más que
hoy se hacen a cuenta gotas. Estas actividades generan los productos académicos
que luego soportan los procesos de acreditación de los programas de pregrado y
posgrado. La política de publicación de libros lleva más de dos años estancada.
No queda más que preguntar: ¿En dónde anda el Vicerrector Académico, Oscar Iván
Cortés, que no está jalonado estas acciones propias de su cargo?
Otro aspecto vital, para la
posibilidad de solventar definitivamente la crisis, es la reforma académica. Se
requieren urgente estos derroteros institucionales actualizados, eso es una verdad de
Perogrullo. Pero no vemos al equipo académico de la UT, en cabeza (de nuevo)
del Vicerrector Académico impulsando las mismas. Se les ha dejado solo a los
profesores el peso de avanzar en la construcción de los Estatutos Docente y
General, mientras se rumora que el Vicerrector tiene otra propuesta de reforma
aislada del sentir de la comunidad. La construcción del Estatuto Estudiantil ni
siquiera se ha dinamizado para abrir la participación en su urgente revisión y
elaboración.
Otro aspecto a contemplar es la
posibilidad de avanzar hacia la Acreditación Institucional, debido a la
flexibilización actual del Ministerio de Educación quien desea, a toda costa,
apoyar a las universidades regionales que poseen los mínimos para acreditarse,
la Universidad del Tolima es una de ellas.
Pero insisto, se requiere el liderazgo de un equipo que enfrente esta
serie de acciones y actividades que necesitan diligencia, la cual en estos
momentos brilla por su ausencia.
Estos aspectos, más las
cotidianidades académicas de los programas, los Comités Curriculares y las
discusiones sobre las nuevas formas organizativas académicas que le deparan a
la Universidad del Tolima, precisan ser asumidas con propiedad; esperemos que el
tren no nos encuentre otra vez en la estación equivocada. Que el pasado sirva
al menos de ejemplo, porque hace rato que en la Vicerrectoría Académica de la
Universidad del Tolima no tenemos una dirección a la altura de los retos.
1 comentario:
Estimado Carlos completamente de acuerdo, cualquier mal pensado diría que nos hemos dormido en los laureles o estamos confabulados con la falta de liderazgo en la U.
Álvaro Roberto
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