Por: Carlos Arturo Gamboa Bobadilla
I
Durante
el año 2014 fue conocido, por la comunidad universitaria y la opinión pública
del Tolima, el caso del profesor Alexander Martínez Rivillas, contra quien la
Administración de la Universidad del Tolima emprendió todo un mecanismo de “acoso
laboral” que en su momento se denunció como persecución por varios sectores críticos,
regionales y nacionales. El argumento del rector de la Universidad del Tolima y
sus asesores “espirituales” y jurídicos consistía en afirmar que el profesor Martínez
había obrado de mala fe, pues su título de Magister otorgado en Barcelona (España)
no había sido convalidado. Incluso en los pasillos se “regó la bola” de que el
profesor era un falsificador, que lo expuesto era un “falso positivo académico”.
Quienes defendimos los derechos del profesor Alexander Martínez hoy nos
sentimos satisfechos por la expedición de la Resolución 21707 del Ministerio de
Educación Nacional mediante la cual se les respeta el derecho a los docentes
que realizaron sus estudios en el exterior y que por trámites de los países
involucrados, se encontraban en un limbo leguleyo. Especialmente en el Artículo
15 se declara que: “La presente Resolución rige a partir de la fecha de su
publicación y deroga las normas que le sean contrarias, en especial la
resolución 5547 de 2005”. Es de aclarar que el profesor ingresó a la
Universidad en el 2007, ganando un concurso de méritos como profesor de planta.
II
Después
de tanto desgaste institucional vale la pena realizar algunas preguntas: ¿Por
qué el staff del rector de la UT no
tuvo en cuenta el concepto jurídico que la misma institución, en la administración
anterior (Héctor Villarraga), había dado favoreciendo al profesor Martínez
Rivillas? ¿El dinero y el esfuerzo institucional que se invirtieron en dicho
proceso quién o quiénes lo reintegrarán? Recordemos que incluso el profesor fue
sometido (y sigue sometido) a procesos en los entes de control y se le levantó
el fuero sindical.
Esperemos
que ante lo contundente de las nuevas evidencias, el rector de la Universidad
del Tolima tramite el cierre de este acto “fallido” y se restituya el buen
nombre y la honra del profesor Martínez, por lo cual lo mínimo que se esperaría
en este caso sería un pronunciamiento público.
III
El
domingo 16 de febrero se publicó una nota en el periódico El Nuevo Día, que se
tituló: “Implantación gradual de la gratuidad en la UT, anuncia el rector MuñozÑungo”. No deja de sorprender que en dicho artículo el rector afirme que se requieren
dinero extras para cumplir las metas de su plan de gobierno, y al mismo tiempo
se esboce una retórica como la del titular.
Nadie
formado en una institución pública puede estar en contra de la gratuidad en
educación, pero lanzar frases al vacío es alimentar hambrientos con promesas. Si
esa es la meta ¿por qué no se ha accedido a replantear las tablas de matrículas
como lo vienen exigiendo los estudiantes durante los últimos tres años? ¿Por
qué no empezamos por nivelar las matriculas de la modalidad presencial y la modalidad
a distancia? Los últimos pagan hasta el doble, y con menos “calidad” como lo
reconoce el mismo rector en la nota. Los estudiantes de la modalidad a
distancia pagan más por menos. En todos los espacios oficiales la Administración
argumenta que somos una sola Universidad, pues que se note, y que tengamos una
sola tabla de liquidación de matrículas para todos. Luego veremos cómo de “verdad”
luchamos por la gratuidad, tema que no es del resorte de un rector o de una plataforma
de reelección, sino de un proyecto de país.
IV
El
poeta Nelson Romero Guzmán recientemente se hizo merecedor del premio Internacional de poesía Casa de las Américas con el libro titulado: Bajo el brillo de la luna. Quienes hemos tenido el placer de
deleitarnos con su ya extensa obra poética, nos regocijamos porque este reconocimiento
reafirma su talento y visibiliza un trabajo silencioso y riguroso que el
escritor oriundo de Ataco ha venido desarrollando.
Próximamente
Nelson Romero será nombrado como docente del Departamento de Estudios Interdisciplinarios
del IDEAD-UT, debido a que se encontraba en la lista de elegibles en un
concurso efectuado anteriormente. Buen gesto el del Consejo Académico de “enganchar”
este docente, y de muy mal gusto que un par de voces se opusieran, sobre todo
cuando el derecho se lo ganó en varios escenarios.
2 comentarios:
Gracias, Carlos, Ya lo leí. Me interesa la información de la convalidación de títulos extranjeros, porque tengo varios colegas en una situación similar, no les valieron su doctorado por ser un titulo propio.
Saludos.
Leonor Córdoba Andrade
Profesora Departamento de Estudios Interdisciplinarios IDEAD
Universidad del Tolima
Buen día Carlos,
Como de costumbre, una oportuna y excelente nota que llevará claridad a la comunidad universitaria.
También muy buena adquisición para la UT y los estudiantes con el "enganche" del POETA.
Tuve la fortuna de ser su estudiante a finales del siglo pasado en Derecho en la U. Cooperativa. Saludos,
Gentil Gómez
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