Por: Carlos Arturo
Gamboa B.
Todas las voces
están huérfanas de sí,
y en esa orfandad
se asisten, se acompañan.
Lucía Estrada
I
Si
una profesión se encuentra atrapada en la banalización de la época actual, es
la docente. Lejos están los días cuando el maestro era sujeto de saber y cambio
social, hoy el profesor naufraga en el olvido y en los trámites. En siglo XXI Shakespeare
no diría que “ser o no ser, es el dilema”,
si no “aparentar o no aparentar, es la
cuestión”. El medio ambiente y la labor docente van rumbo a la hecatombe y
todos con ganas de acelerar.
II
Llenar
formatos. Pasar listas de asistencias. Diseñar y evaluar por competencias (algo
que nadie sabe cómo se hace, pero se debe hacer). Asistir a reuniones banales. Participar
en convocatorias. Escribir para revistas que nadie lee, pero todos idolatran. Revisar
las nuevas disposiciones de los Ministerios y mil oficio más. ¿Y la docencia en
cuál rincón olvidado dormitará?
También
en la Universidad del Tolima se ha emprendido una sórdida carrera por cumplir
con las regulaciones de la educación, para las cuales existe siempre un formato.
“Llenador de formatos” podría escribir en su perfil un docente actual. Formato
de “acuerdo pedagógico” en donde no se acuerda nada, ojalá al menos se llegara
al consenso de no llenar el formato. Formato de “lista de asistencia” de unos estudiantes
para quienes asistir o no les da lo mismo, pues no “pierden por intensidad
horaria”, como dicen ellos. Formato de “control de asesorías”, el cual se debe
cargar a toda hora porque se asesora en cualquier lugar del campus, o en los bares y cafeterías aledaños
(habrá que hacer otro formato). Formato de “asesoría de investigaciones”, para
estudiantes agobiados. Formato de “reuniones de Comité Curricular”, para guardar
el credo institucional, porque poco se discute en esos espacios académicos. Formato
versión 1, versión 2, hasta el infinito y más allá…! Pronto alguien creará una
maestría en diligenciamiento de formatos para la calidad!
III
Pero
cuidado amigo profesor, el formato es esencial. Porque por ausencia de un formato
se puede perder empleo. Y ahora que estamos habitando el “ethos del control”, cualquiera puede ser procesado por no llenar el
formatico correspondiente, o por “intento de sospecha”. Da lo mismo. Ser
docente hoy tiene poco que ver con la cultura, el saber, la reflexión y la
crítica. Ser docente implica llenar formatos, lo demás vendrá por añadidura.
IV
Pero
además de cumplir con el indicador que reza: número de formatos exigidos,
divido en número de formatos diligenciados, por cien; el profesor debe además
guardar respetuoso silencio, si lo hace hasta le perdonarán algunos formaticos mal
elaborados. Pero si dice algo, si se atreve a cuestionar, tenga cuidado, le
harán llenar un formato más, pero en la Oficina de Control Disciplinario. Hoy
los profesores de la Universidad del Tolima son muy citados, pero no en las discusiones
académicas, sino en los estrados procesales.
El
nuevo “coco” del profesor es la Oficina de Control, la Fiscalía, la
Procuraduría y la Contraloría. Nos quitaron el saber y nos llenaron de miedo.
Nos quitaron la academia y nos asustan con procesos. Nos robaron la libertad de
cátedra y nos impusieron la “leguleyada” como derrotero. Triste tiempo este
para ser docente.
V
Pero
además el docente universitario tiene un salario bajo, si es de planta; porque
si es catedrático ni sumemos. La Universidad del Tolima ostenta el quinto (5)
puesto a nivel nacional en contratar profesores de cátedra, y el puesto veinteavo
(20) en valor de pago por hora de labor docente. Es decir que la fórmula es
sencilla: muchos profesores de cátedra y mal pagos. ¡Viva la excelencia
académica!, y la plusvalía.
VI
¡Profesor!
Si profesor, es con usted… usted sabe
que las cosas no van bien, usted padece la academia cada día. Usted está preso
de la tramitomanía y la sociedad formateada, usted también se hastía con tanta
burocracia y poco saber. Profesor encontrémonos, profesor no renunciemos a
nuestros sueños, profesor la sociedad nos necesita pensando, no llenando
formatos. Profesor, amigo, diferente, docente, catedrático, tutor, los invito a
reflexionar, somos muchos pero nuestro silencio es profundo. Todo lo pueden
formatear amigo docente, pero no nuestras ideas, al menos no a todos.
5 comentarios:
Carlos, me parece excelente el artìculo y el llamado que usted de
manera muy clara y pedagògica hace al profesorado invitàndolo a
reflexionar, pero ante todo a pronunciarnos. Cordialmente:
Eutimio Saavedra Ruiz
Como en facebook... me gusta...
Diana Patricia Sanchez Tovar
Gracias por compartir esta incómoda situación con el profesor. Espero que las cosas se clarifique en los mejores términos.
Atentamente,
Yolanda Núñez
Excelente! Felicitaciones!
Leonel Perez
Ahhhh! tranquilo profesor, que según el gobierno Santos el presupuesto general de la nación para el 2015 será de 167 billones de pesos, de los cuales 28,4 será para el sector educación y además, por si fuera poco Colombia en el 2025 será el país más educado de latinoamerica y seguramente con los docentes mejores pagos de la región. ¿Bueno, será que piensa perpetuarse en el poder hasta ese año para cumplir su promesa o más bien será demagogia barata que ni el mismo se cree?
Respetuosamente,
Rafael Diaz
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