Por: Carlos Arturo Gamboa B.
Catedrático
Universidad del Tolima
Vice-presidente
ASPU Seccional Tolima
Mientras en el auditorio del bloque 33 de la Universidad
del Tolima, los profesores Renán Vega Cantor y Miguel Ángel Beltrán, el pasado
29 de noviembre, disertaban sobre cómo esa falsa idea de
legalidad burguesa es usada contra el pensamiento crítico convirtiéndose en el
mayor pretexto para erradicar las voces disonantes de la sociedad, el rector
encargado David Benítez, emitía un comunicado con el cual intentaba “disfrazar”
la persecución a los miembros del sindicato de profesores ASPU -Tolima,
amparado en una interpretación dislocada del Decreto 1279 de 2002,
interpretación que mutó en los últimos meses, puesto que cuando asistimos a la Comisión Académico-Laboral (de
la cual hice parte) conjunta entre miembros de ASPU y el hoy rector encargado y
su asesor jurídico, el señor Alfonso Andrés Covaleda, la argumentación al
respecto era distinta, e incluso las salidas planteadas eran verdaderamente
autónomas como consta en las actas levantadas en dichas reuniones.
Lo primero que tocaría responderle a ese comunicado es
que su amañamiento es de tal tamaño, que provocaría el hundimiento de otro Titanic.
Desnudaré algunas de estas falacias, a riesgo de que los “reducidores de
cabezas críticas de la Universidad del Tolima”, de las cuales parecen ser
miembros honorarios el señor Miguel Espinosa, el Decano Germán Calderón, todos
sus súbitos que crecen en la medida que crecen sus favores, y el inquisidor
Covaleda, soliciten mi cabeza en un platillo navideño. Pues es así, el mismo
Decreto dice cositas que estos señores no nos cuentan, por ejemplo: “Se da un plazo máximo de cinco
(5) meses, contados a partir de la vigencia de este decreto, para que los
Consejos Superiores Universitarios expidan las normas que les corresponden de
acuerdo con este decreto y actualicen los estatutos docentes” (Artículo 63) Si las sumas no me
fallan, entre el 2002 y el 2013 ha transcurrido más de una década sin que se
actualice el Estatuto Docente de la Universidad del Tolima, incluso cuando el
MEN recientemente visitó la UT para acreditación, una de las acciones urgentes
que reclamó fue la actualización de estatutos y reglamentos, pero eso no se
hace, porque esa contradicción jurídica garantiza el caos y el favorecimiento a
unos y el castigo a los críticos.
Así
mismo, el “Grupo de Seguimiento al régimen salarial y prestacional de los
profesores universitarios”, creado mediante el Artículo 62, elaboró las
disposiciones necesarias para que dicho Decreto empezara a operar, de esa
manera se plantea la creación de CIARP y la expedición del Manual de Asignación
de Puntajes de cada universidad; ¡pues atérrense la Universidad del Tolima no
tiene ese manual, después de más de una década!, es tanto así que en el
reciente concurso docente muchos evaluadores de hojas de vida no tenían un
instrumento al cual recurrir para aclarar dudas. Sin Estatutos reformados, sin Manual
de asignación de puntaje, ¿cómo entonces se toman las decisiones sobre títulos,
puntajes y salarios de los docentes en la Universidad del Tolima? Pues esa duda
la planteamos en la Comisión Académico-Laboral y se avanzó, sobre todo los
miembros de ASPU presentamos una propuesta con mecanismos puntuales para clarificar
estos procesos, sin embargo la Comisión fue desconocida y ahora con estas disposiciones,
es atacada.
Ahora bien, si como lo dice el rector encargado,
David Benítez, en el comunicado; “los
funcionarios públicos debemos darle estricto cumplimiento a los deberes
establecidos en la Constitución y en la ley”, ¿por qué él y su asesor Covaleda
no nos muestran y/o explica a qué se deben estos “incumplimientos”? ¿Cuáles
procesos se han iniciado por no cumplir estas disposiciones? Ni hay explicaciones válidas, ni procesos. Si
se disfrazan los ataques al profesorado con este Decreto, es porque no pueden
argumentar desde otro lugar, es que no pueden decirle a la comunidad y a la
región que la única salida para solucionar los problemas que encuentran quienes
están al frente de la administración, es la tesis “de la mano dura”, que en
lenguaje real significa, “echar a los que no están de mi lado”.
Si tan legales son, Benítez y
Covaleda el dúo dinámico de la legalidad, por qué no nos explican, a los cerca
de 1500 catedráticos, cuál es la razón que les impide cumplir la Sentencia
C-614 que ampara nuestros derechos laborales, y por el contrario se sigue
permitiendo descaradamente que se despidan los docentes. ¿Ya abrieron procesos
disciplinarios contra quienes ordenaron terminar el contrato de los 135 catedráticos
de medicina y enfermería? ¿Se van a disciplinar ustedes mismos por ser quienes
más violentan la ley que dicen defender? ¿Van a abrir proceso contra el rector titular
Herman Muñoz por incumplir el pliego recién firmado con ASPU y ratificado mediante
la Resolución Número 1337 del 4 de octubre de 2013? Todo es, como decían los
eminentes profesores invitados, Renán y Beltrán, una farsa del poder para
perseguir, porque la inquisición sigue viva y cerca tenemos nuestros
inquisidores.
Finalmente, el rector encargado se
escuda en su discurso seudo-demócrata para decir que “Hago un llamado al respeto, a la
cordura y a resolver nuestras diferencias por la vía pacífica”, cuando
él y sus secuaces no respetan al docente, maltratan los catedráticos, no
respetan la academia, han perdido la cordura creyendo que rodeados de “gañanes”
y “leguleyos” pueden construir universidad, y violentan la vida, el cuerpo y la mente de los sujetos que nos
negamos a ver el patrimonio público tolimense educativo transitar hacia la
debacle. Tiran la piedra y esconden la mano.
Posdata: A Los funcionarios y profesores que han hecho
llegar a este espacio documentos y denuncias sobre irregularidades en la
Universidad del Tolima, les agradezco su confianza, revisaremos,
investigaremos, denunciaremos. A los demás, que me cuentan tantas atrocidades en
los pasillos, los invito a que denuncien, o a que hagan llegar sus pruebas, no
dejemos que el miedo les permita cabalgar tranquilos a los corruptos. La
Universidad del Tolima es de todos, no de ellos.
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