Reflexiones de un convaleciente
Por: Carlos Arturo Gamboa
… todo lo que
debe ser transformado está empezando a transformarse. La Universidad del Tolima
debe ser nuestro principal objetivo.
Debemos evitar
caer en la depredación por el poder. Este momento no es para buscar nombres,
sino para construir un proyecto colectivo. Los nombres son secundarios y
saldrán, pero si hay ideas claras esos nombres deben corresponderse a las
ideas. Ojalá sean muchos los nombres éticos y universitarios, ojalá algunos de
ellos estén dispuestos a gobernar en consenso.
Debemos apostar
por el reencuentro de los sectores para elaborar un vademécum que contenga los
principios esenciales para un periodo de gobierno en transición. No se le puede
entregar la universidad a un sector, ese ha sido nuestro gran error como
comunidad.
No busquemos un
patriarca o un amo. El último “prócer” feneció en su soberbia, aun se escucha
el ruido de las cosas al caer.
No esperemos un
mesías, no existen seres perfectos, las crisis deben afrontarse entre los que quieran
solucionarlas. Muchos querrán que todo siga igual, tocará superarlos.
Salgamos del
confort, abandonemos la baldosa. Es muy fácil opinar si no te juegas el pellejo
por tus ideas. Si esperas que alguien piense y haga por ti, seguro lo
encontrarás.
Aceptemos que
las cosas no van bien. Mirémonos al espejo. Seguir defendiendo viejas
estructuras, viejos modelos institucionales y añejas cotidianidades, es negarse
a avanzar. La UT está habitada por seres capaces de emprender un proyecto
sensato, desde el más humilde trabajador hasta el más altivo docente, o viceversa.
Evaluemos la
real dimensión de nuestra universidad, no tratemos de imitar modelos impuestos
o copiados, la sed de ranking nos ha hecho mucho daño; los falsos postulados de
calidad y acreditación son simulacros y tras ellos hemos perdido el objetivo de
educar el pueblo.
Desaferrémonos del
puesto de trabajo, eso no es todo lo que ofrece la universidad. Juguémonos por
un proyecto social de formación para la inclusión. Reflexionemos, muchas de las
cosas permanecen estáticas porque no las queremos cambiar.
No guardemos
silencio ante lo que se hace mal, alertemos sobre ello. Al final la honestidad resplandece
más.
Dejemos de
tenerle miedo al poder, los poderosos se alimentan de nuestro miedo. No le
rindamos pleitesía a la mediocridad. El conformismo es tan agobiante como la ineficiencia
pública. Creo que son parientes.
Rescatemos
espacios universitarios como las asambleas, los foros, los debates y los conversatorios.
En los últimos meses se han venido convirtiendo en un lugar para volver a darle
vida a la política.
Ordenemos la
casa, luego pensemos en la del vecino. ¿A usted le gusta el paisaje visual de
la UT? A mí no. Transformémoslo.
Hagamos bien lo
que a cada quien le toca. Una sumatoria de buenos oficios es pilar de una moderna
organización. Si todos trabajáramos como las compañeras de oficios generales,
la universidad sería ejemplo de eficiencia.
En tiempos
cuando se habla de la construcción de la paz, como universitarios debemos
procurar ser coherentes; pero la paz no se hace de abrazos, la paz es
diferencia y defensa de lo diferente. Donde todos piensan igual no hay paz, hay
estupidez colectiva.
Volvamos a
sentirnos universitarios, este no es un trabajadero, es una institución de
formación superior para lo superior. Asumámoslo.
Procuremos ser
ejemplo de lo que deseamos. No somos perfectos, pero el ejemplo es pegamento
entre las acciones y las ideas.
Expresémonos. El silencio, en
estos casos, causa frustración.
5 comentarios:
Hay que ir más allá de la supuesta "reconciliacion"... Hay que pasar cuenta de cobro a los depredadores.
Los simuladores, trepadores y sacamicas deben ser puestos en evidencia..
Hay que ir más allá de la supuesta "reconciliacion"... Hay que pasar cuenta de cobro a los depredadores.
Los simuladores, trepadores y sacamicas deben ser puestos en evidencia..
Por la asamblea universitaria soberana todos los esfuerzos
Por la asamblea universitaria soberana todos los esfuerzos
Felicitaciones y gracias, Gabriel Restrepo
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