Por: Carlos
Arturo Gamboa B.
I
El pasado 24 de
septiembre, en Asamblea Extraordinaria de Profesores, se aprobó por unanimidad
el apoyo al docente Alexander Martínez Rivillas, frente al proceso que desde la
administración de la Universidad del Tolima se viene adelantado en su contra.
El profesorado entiende que un acto como el levantamiento del fuero sindical y
un sinnúmero de procesos que en su contra se gestan, no corresponden al talante
académico de una institución cuya función es marcar un derrotero distinto en la
búsqueda de soluciones, evitando de esa manera continuar por el camino de la
judicialización que hoy agobia el mundo universitario colombiano.
II
En esa misma Asamblea
se hizo saber que el rector José Herman Muñoz aceptaba un escenario de
concertación para dirimir este tipo de conflictos de índole académicos. Este
acto, aunque tardío, abre las posibilidades de recuperar la dignidad docente y
podría evitar que la Universidad del Tolima se continúe desgastando en largos
procesos que solo conllevan a deteriorar aún más las interacciones de una
comunidad académica que hace años entró en una serie de pugnas que impiden que
la cultura universitaria salga a flote y enfrente los retos de transformación
de la región.
III
¿Cómo construir
confianza? La salida solo es viable si le apostamos a la construcción de
escenarios públicos en donde los actores expresen y construyan derroteros.
Tenemos la experiencia como baluarte y no podemos caer en el viejo sofisma sobre
la participación pasiva. Temas tan complejos como el blindaje de las
contrataciones, la elaboración presupuestal participativa, la movilidad
interna, el consumo de psicoactivos, los procesos administrativos agobiantes,
la ausencia de un liderazgo académico colectivo, la acreditación institucional,
entre muchos más, nos competen a todos aquellos que nos preciamos de hacer parte de
la comunidad académica. ¿Cómo construir confianza? Siendo partícipes reales del
diseño y la implementación de la política. Lo demás es solo demagogia de
quienes confunden información con participación.
IV
Quiero creer en la
voluntad política del rector, aunque es sabido que a su alrededor medran una
serie de personajes para quienes el eterno conflicto les garantiza permanencia en
el poder. Es que la universidad pública es una expresión micro-social del país
que cada día vemos agonizar. Pero como quiero creer, espero que se retome la
agenda que desde diversos sectores críticos se ha planteado, como la
dignificación de la labor de los catedráticos, el cumplimiento de los acuerdos
sindicales con ASPU, la apertura de la comisión de reclamos para dirimir los
conflictos, la rendición de cuentas de los administrativos, la construcción de
escenarios para el encuentro universitario, la reformulación de la obsoleta
normatividad que convierte la vida universitaria en un gueto de tinterillos, la
redefinición del proyecto del Instituto de Educación a Distancia y el respeto a
la crítica y la diferencia. ¡Ver para creer!
V
El profesor Juan
Manuel Llanos llegó hace más de tres meses, después de haber terminado su
doctorado en Argentina. Aún recuerdo la lucha por el reconocimiento de sus
derechos como becario, en un concurso tan largo como la burocracia
universitaria. ¿Cuánto tiempo tendrá que esperar para que le asignen labores
como docente de planta? ¿Será que no necesitamos profesores y nos damos el lujo
de tener cesante un doctor? ¿La tardanza será por el apellido del profesor? A
veces pienso que los encargados de estos procesos son tan lentos, que si los
dejan cuidando una tortuga, se le vuela
VI
Hay una frase que le
atribuyen a Cayo Cornelio Tácito: “Quien se enfada por las críticas, reconoce
que las tenía merecidas”, y por estos lares existen ciertos personajes que
necesitan estar ebrios para expresar su amenazante enfado u ocultarse tras
panfletos de “rincón de baño universitario” para amedrentar las voces que no
callan. Su oficio es y será infructuoso.
3 comentarios:
Bueno ese transcurrir, creo que serán pocas personas la que puedan escribir un transcurrir mensualmente. Gracias
Fernando Fernandez Mendez
Hay que luchar por los beneficios acreditados en las personas que contribuyen al bienestar de la universidad y no aquellos que con su poder destruyen lo que otros hacen para lograr el éxito de la universidad.
William Alberto Buritica Correa
felicitaciones compañero por las reflexiones y su estrategia para sensibilizar a quienes actúan sin autonomía y direccionan de acuerdo al interés de las minorías, hasta pronto.
Aramis Suárez Castillo
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