Por: Carlos
Arturo Gamboa B.
Las
grandes figuras del deporte, la farándula o el jet set, tienden a mantener un llano nivel discursivo para los
medios, lo cual se traduce en respuestas políticamente correctas. Es decir, no discuten
más allá de su interés profesional, lo cual gusta al orden político, puesto que,
por el impacto de la opinión de un sujeto con alto índice de audiencia, su
sentir puede generar sentir de masas.
Nairo
no juega a eso. Su origen campesino curtido por el coraje, el embate de los
días y las dificultades para triunfar en un contexto lleno de adversidades, le
ha dotado de un silencioso rostro y una economía de palabras, palabras que solo
usa cuando algo certero tiene que expresar. Por eso Nairo no se limita a hablar
de grandes vueltas, etapas de alta montaña, sufrimientos sobre la bicicleta o
luchas por el sueño amarillo; Nairo también se expresa, y certeramente, como
ciudadano colombiano.
Para
el Cóndor de Boyacá, no solo el Tour de Francia es importante, aunque sueña con
ganarlo y seguro que lo conseguirá; también es importante resaltar la labor del campesino y su lucha por la tierra, la educación de los niños, la posibilidad
de paz de los colombianos, el combate contra el machismo y por supuesto, la
forma en que se organiza su deporte en el país.
Su
última intervención, antes de irse para Europa a enfrentar el reto de correr el
Giro de Italia y el Tour de Francia en una sola temporada, tuvo un tinte
contundente de denuncia para los señores que manejan la Federación Nacional de
Ciclismo. Preciso y contundente Nairo le dijo a los medios lo que todos los
colombianos sabemos, y, más aún, los aficionados al ciclismo: Colombia es una
potencia del ciclismo gracias al coraje de los ciclistas y a una larga
tradición que se remonta al uso de la bicicleta en la vida cotidiana, pero la
dirigencia, la inversión y la organización son un remedo para un país que posee
hoy mismo una de las canteras más preciadas de las bielas mundiales.
La
respuesta del presidente de Fedeciclismo, Jorge Ovidio González, fue tan
patética como la de cualquier otro dirigente inepto de los que abundan en el
zoológico público colombiano: “Nairo no sabe de ciclismo”. Es decir, un hombre
de escritorio, que lleva muchos años sentado tras Fedeciclismo sin mostrar
resultados fructíferos para el deporte, encontró la frase perfecta para justificar
su mediocridad, su única arma ante la contundencia de los hechos fue
descalificar a Nairo como interlocutor.
Quién
más que la Federación de Ciclismo debe dar respuesta sobre el sinnúmero de
deficiencias que presenta el deporte insigne de Colombia: la ausencia de fuertes
escuelas de formación en las regiones, la falta de apoyo a las competencias
locales, la escasez de controles antidopaje en todos los niveles, la falta de
carreras con participación internacional,
entre muchos aspectos que no le competen solucionar a Nairo, pero que le
preocupan porque él sabe que si este deporte se organiza, Colombia tendría un
amplio soporte para que muchos niños y jóvenes encuentren en el ciclismo una
opción digna de proyecto de vida.
Lamentablemente
al burócrata de Ovidio lo nombraron (en una especie de farsa democrática) otros
burócratas de las regiones que poco o nada hacen por la construcción de un
sistema ciclístico nacional acorde a sus retos. Por eso aunque doloroso, no fue
muy extraño que la Vuelta al Tolima se suspendiera por falta de trámites para
que Invías prestara las carreteras y ofreciera la seguridad al paso de la
caravana ciclística. Por eso en el Tolima, y en muchas regiones más, no se
tiene velódromo, ni buenas pistas de bicicrós, ni escuelas para que los niños
empiecen a emular a sus grandes ídolos y le rompan el espinazo a la falta de
oportunidades.
Muy
bien que Nairo no se calle, que les diga la verdad en la cara y que ponga los medios
a revolotear, porque un deportista no debe preocuparse solo por darle triunfos a
Colombia, sino que además, como ciudadano, debe denunciar y velar porque las
cosas se hagan bien. Hoy todos tenemos un claro compromisos con la
reconstrucción del país y siendo una figura pública se puede generar buena
opinión para contrarrestar tanto amañamiento de los medios.
No
queda duda, Nairo es un escalador para imitar, en un país que requiere llamar
al orden a tanto infame trepador.
3 comentarios:
Muy cierto profesor Carlos. Así mismo, le pidió a los medios que si nó se le daban las cosas, no le llovieran piedras, en lugar de flores.
Los instó para que a nongún deportista se les fuera al lastre, cuando por algún motivo, no lograba obtener el triunfo. Les recordó lo que le han hecho a Falcao.
Así como Nairon, otros grandes deportistas han sido contestatarios de los dirigentes deportivos ineptos, como en otros momentos lo han hecho Caterine Ibarguen, Winner Anacona y Esteban Cháves.
Es bastante trascendental que ellos, como figuras importantes para nuestro país, y modelos a segui por nuestros jóvenes sean críticos de nuestra realidad colombiana.
Así se podrá dejar un precedente que pueda ayudar a nuestra población de la alienación y ensimismamiento en el que tantos siguen hallándose!!
La Chingada.
Que buen artículo Carlos.
Comparto totalmente su apreciación y la de Nairo claro está.
Alberto Delgado Cortes
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