Por:
Carlos Arturo Gamboa B.
Ante la innegable
crisis de gobernabilidad que dormita en los rincones de la Universidad del
Tolima y el desconocimiento continuo de las propuestas que buscan transformar
los herrumbrosos métodos de participación universitaria, el VOTO EN BLANCO es
quizás el único camino no explorado. Veamos algunos ejemplos de esa constante
negación al cambio:
1. Los procesos asamblearios
han sido desconocidos porque rompen la hegemonía de las decisiones.
2. El trámite por medio
del diálogo infructífero y habermasiano apenas es una burla a la conversación
inteligente. Siempre se participa desde la atalaya, otros toman las decisiones.
3. Las propuestas
académicas sólo son simulaciones que desconocen la realidad y se aferran como
rémoras a los tiburones venidos de Bolonia; es decir la lógica es obedecer lo
impuesto, como si una Universidad no tuviese como derrotero pensarse a sí
misma.
4. La
seudo-participación imperante consiste en planear en los escritorios y aprobar
en público, lo cual la convierte en una semántica desgastada.
5. La exclusión, como
forma de gobierno autoritario, mantiene el orden de los que se niegan a abrir las puertas de la
democracia profunda.
6. La abstención como
propuesta de hastío, pero sin posibilidades de cambio, nos deja siempre en la
angustiosa espera. Lo que no cambiemos nosotros, ellos no lo cambiarán, pues se
han amparado en una petrificada legalidad que inmoviliza a los sujetos. ¿Quién
ha transformado algo venerando lo impuesto?
Nos queda el VOTO EN
BLANCO, mecanismo de la democracia liberal establecida, el único lugar en donde
no hemos derrotado a los petrificados sujetos del poder. Por eso VOTARÉ EN
BLANCO, pero no como un ejercicio vacío, sino como espacio en donde la política
debe seguir construyendo un derrotero de transformación.
VOTO EN BLANCO porque:
1. Debemos ratificar que
el sistema de elecciones a decanos es excluyente, acomodado a una lógica de
poder, creada por el poder para garantizar su tranquilidad. Por eso necesitamos
cambiar los perfiles y los métodos de elección.
2. Debemos hacer de la democracia
un ejercicio real, amplio, de verdadera participación, en donde las mayorías no
sean sujetos pasivos que asisten a las urnas guiados por prebendas, falsas
promesas y repartijas de las migajas del poder.
3. Debemos asumir la AUTONOMÍA
por los cuernos, aprender a gobernar pensando en la Universidad del Tolima, no
en los intereses de grupos políticos o grupos de poder que desean eternizarse
en las direcciones universitarias.
4. Debemos construir
nuevos mecanismos sociales de participación que desborden la pasividad mental y
corporal que garantiza el gobierno de los pocos.
5. Debemos asumirnos
como sujetos universitarios, lo cual implica construir formas políticas de
participación conjunta que puedan ofrecerle salidas a los atolladeros sociales
de nuestra región.
Si VOTAMOS EN BLANCO y
derrotamos la seudo-democracia encarnada en el ÚNICO CANDIDATO, residuo de una
comedia electoral en donde todos en realidad eran UNO, podremos obligar al
cambio de las reglas y así construir un escenario en donde muchos candidatos (como
profesores de larga trayectoria académica y catedráticos comprometidos con el
quehacer universitario) puedan presentar proyectos en conjunto con la
comunidad, respondiendo a la crisis por la que atraviesa la Universidad del
Tolima en general y la Facultad de
Ciencias Humanas y Artes en particular.
Votemos este 27 de
junio en BLANCO, como un acto de resistencia, de transformación, de justicia
participativa, de hastío, de dignidad ante tanto atropello a los procesos
asamblearios, y ante la satanización de quienes pensamos que es posible cambiar
de rumbo.
Votemos en BLANCO y
derrotemos el GRIS panorama. Es hora de vencerlos en sus propias urnas y abrir
la posibilidad de construir mecanismos que permitan superar la crisis, la cual
ya ha sido sobre-diagnosticada, pero no asumida con responsabilidad por quienes
han estado al frente de la Facultad de Ciencias Humanas y Artes. Porque como
dice George Bernard Shaw: “VES COSAS Y
DICES," ¿POR QUÉ?" PERO YO SUEÑO COSAS QUE NUNCA FUERON Y DIGO,
"¿Y POR QUÉ NO?".
1 comentario:
interesante que lo plantee, pero el título de por sí constituye un imposible teniendo en cuenta que según la reglamentación universitaria, los catedráticos, como tu o como yo, no podemos votar en la elección de un decano.
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