Por: Carlos Arturo Gamboa B.
El día de la marmota es una célebre película de 1993 dirigida por Harold Ramis; en ella se
cuenta la historia de unos personajes atrapados en el tiempo cíclico, en donde vuelven
siempre sobre los mismos errores. Para el protagonista cada día que empieza es
el inicio de la misma tragicomedia, está sometido a un sinsentido.
Cada vez que intento hablar o escribir
sobre la crisis que co-existe en la Universidad del Tolima, siento que estamos
viviendo la década de la marmota. Son los mismos males los que se ciernen cada
día sobre la comunidad y las respuestas de “los protagonistas” son recetas ya aplicadas
y fracasadas.
Los males se pueden caracterizar en
los intereses de los diversos grupos de poder que han venido rotándose los
puestos de alta dirección y de cuales no salvaría a ninguno como gestor
universitario, aunque entre ellos suelen culparse o alabarse de esto o aquello.
La verdad si de algo ha carecido la UT es de un proyecto universitario, pero lo
que si ha habido es proyecto politiquero, proyecto mercantilista, proyecto
burocrático, proyecto depredador de recursos públicos y proyecto mezquino de
actores de diferentes bandos y colores que al final vienen siendo “la misma
cosa con otra ropa”. En medio de todo esto que la academia perviva como lo
hace, es un milagro digno de otra película.
Otro mal de siempre es el Consejo Superior
Universitario, ese órgano amorfo que se sostiene en la Ley 30 y que en el mayor
de los casos responde a los intereses de grupos que están en el poder o se
disponen a negociar con el poder. Pero lo que se pacta no es una “mejor
universidad”; son puesticos para un amigo o un familiar, una dádiva, una prebenda
y miles de mercancías más que hacen parte del mercado universitario. De vez en
cuando llega uno que otro consejero con ganas de intentar cambiar algo, pero al
final queda solo, aislado y, en el mejor de los casos, resignados a que “todo
siga igual”. Si vemos el papel del CSU en lo que va de esta última crisis,
entenderemos que ese Consejo se puede eliminar y quizás la Universidad funcionaría
mejor, ese es su nivel de ineptitud.
Un tercer mal de la década es el de
la despolitización de los actores, lo cual se refleja en esa gran margen de
sujetos que la UT “ni les va, ni les viene”, esa misma franja enorme que no participa
en nada, que vino por un diploma, a dictar un curso o a ganarse el pan, como suelen
decirlo con un “orgullo” que lesiona la inteligencia. Ellos están ahí, son
muchos, pero como en el país, permiten que los demás decidan a su antojo.
Otro mal que viene de hace décadas es
el que construye la vieja ideología que alguna vez creyó que la universidad pública
era un campo de batalla, pero no exactamente del saber. Con el paso de los años
terminaron siendo puestas en escenas teatrales de verborreicos discursos que se
repiten hasta no significar nada. Simulaciones, alaridos, gritos, performance en el sin tiempo que para subsistir
está dispuesto a subastarse.
Hoy que de nuevo la crisis se cierne
sobre la Universidad del Tolima, como un oscuro manto que baja de la Martinica,
no queda más, como en la película, que esperar que de tanto repetirse la
realidad se autodestruya, porque con estos males, estos sujetos y estas mañas
quizás solo podamos escenificar una pesadilla.
6 comentarios:
Muy bien Carlos. Aunque esas marmitas poco les importan las opiniones que se salen del confortable nihilismo en que mueren...
Tantos doctores, tantos magisters, tantos investigadores eméritos y tan escasa dimensión de sujetos universitarios.
En el país somos mas de 40 millones de sujetos sociales la mayoría sin la condición de ciudadanos.
Al parecer necesitamos estar colgados de la horca para que nos movamos.
Seguramente en marzo sin los bolsillos satisfechos nos sorprendan con la intervención del Men y la ley 550.
Luis Fernando Rozo Velasquez
Carlos Arturo, no conozco nada de la Universidad del Tolima, pero siento tu deseo de cambiar algo que encuentras mal. Eso es muy valioso. Me parece que haces analisis pausados, eso tambien esta bien. Continua, tienes mucha energia. Va un abrazo.
Maria Clara Ospina
Estimado Profesor Carlos, su escrito es una mezcla de mesura y realidad. Que vaina con nuestros politiqueros vestidos de académicos.
Saludos,
Alvaro Roberto Vallejo Samudio
Buen día Poeta,
A pesar de llevar largos años en procura de la construcción del ideal de UNIVERSIDAD que sueña, ahora podría estar comenzando una nueva etapa para agregar un peldaño a su espiral, desde la visión de líder formal de una "oposición -ASPU- un poco informe" y la paz laboral de una estabilidad luchada y bien lograda por sus excepcionales méritos como real EDUCADOR. Ánimo y fuerza para seguir adelante, quizás hasta un final que aun no alcanza a ver...
gentil gómez
Memoria honesta y creadora sobre el país las U y otras marmotas
Saludo Carlos
fernando ayala poveda
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