Por: Carlos Arturo Gamboa B.
Docente Universidad del Tolima
En Colombia es ciclismo es mucho más que un deporte,
es un entramado cultura con un profundo arraigo en su idiosincrasia, ya había
escrito sobre eso por allá en el 2016, cuando reseñé el libro Reyes de las montañas. De cómo los héroes del ciclismo colombiano incidieron en la historiadel país, del periodista británico Matt Rendell. Muchos pedalazos se han
dado desde entonces, incluso Colombia logró por vez primera tener un ganador
del mayor evento mundial de ciclismo, el Tour de Francia, y lo hizo en las
piernas de Egan Bernal.
Precisamente, es Egan Bernal quien de entrada motiva
la escritura de Guy Roger, periodista francés, quien en el año 2020 publica el
libro titulado Bernal, et files de la
cordillére y que es traducido al español (2021) con el nombre de Egan Bernal y los hijos de la cordillera. Viaje
al país de los escarabajos. ¿Qué nuevo aporta Guy a la leyenda del ciclismo
colombiano?
De entrada, Guy Roger actualiza el panorama, ya que el
año 2019, un nuevo corredor apodado “el joven maravilla” oriundo de Zipaquirá,
ganaba por primera vez el Tour de Francia, cerrando así un ciclo histórico que empezó
con las primeras exploraciones de “Cochise” Rodríguez al viejo continente.
Lucho Herrera y Nairo Quintana ya habían logrado vencer en las otras dos grandes
vueltas (Italia y España), pero el Tour seguía siendo esquivo con apenas podios
de Parra, Mejía, Nairo y Urán.
El triunfo de Egan y su imagen en los Campos Elíseos inauguraba,
para Colombia y Latinoamérica, una nueva ruta de triunfos, le había sido permitido,
a esta raza de escarabajos, pararse en el Olimpo de los dioses del pedal. Por
eso el libro inicia rastreando la corta vida de ese joven genio, quien igual
que miles de ciclistas, vivió una infancia de apuros y una adolescencia de
tenacidad para llegar a cumplir sus sueños de deportista.
Colombia no ha logrado construir un entramado
deportivo que soporte la variedad de talentos en los diversos deportes, y aún
menos en el ciclismo, cuyo apogeo de los años 80 quedó como hito en la historia,
sin que hasta el momento se haya logrado dibujar un panorama similar. Aun así,
los corredores siguen emergiendo en los pueblos, en las faldas de las cordilleras,
en las carreteras empolvadas, allá donde el olvido estatal ha puesto sus
huevos.
Después de recrearnos la saga de Bernal, Guy continúa
con una serie de relatos en donde tienen invitación grandes leyendas que
estarán en nuestra memoria por sus hazañas: Lucho Herrera, Cochise, Fabio
Parra, Álvaro Mejía, Botero y muchos más que transitaron entre los años de la
gran bonanza ciclística y la sequía de los noventa e inicio del siglo XXI.
Con reseñas, anécdotas, entrevistas, fragmentos de
prensa y recuerdos, el periodista francés construye un itinerario ameno que
aporta a la construcción de esa memoria necesaria de un deporte en el cual se cruza
el país con sus sueños, deseos y miseria, empezando por allá en los años
cincuenta y sus protagonistas, todos ellos héroes del panorama local.
Así mismo, el autor se pregunta por el futuro del
ciclismo y nos hace un breve panorama de los nuevos talentos que hoy recorren
el mundo, en especial Europa, llevando la insignia histórica del país de los escarabajos.
Hace poco Rigoberto Urán, con ese lenguaje desparpajado que lo caracteriza,
dijo: “¿Cuál es la realidad? Que no tenemos ningún ciclista bueno en Colombia,
no hay nada”, refiriéndose a la falta de procesos en escuelas de ciclismo, en
apoyo de patrocinadores y en la ausencia de un calendario de carreras a la
altura del mundo moderno.
Razón no le falta al de Urrao para su pesimismo,
porque en esta década estamos contemplando el advenimiento de una camada de corredores
europeos fuera de serie (Pogacar, Remco, Vingegaard, Van Der Poel, Van Aert o Ayuso, entre muchos más), mientras
en Colombia Nairo sigue sin equipo, Superman López corriendo en Latinoamérica y
Egan Bernal en recuperación.
Aún así, en medio de ese álgido paraje, sabemos que
ciclistas seguirán apareciendo y continuarán construyendo esa memoria de
hazañas, triunfos y derrotas que ayudan mantener ese talante de coraje tan
propio de nuestros pedalistas, pero cada vez la tarea es más ardua para las nuevas
generaciones. Mientras los niños de otras latitudes empiezan sus ciclos formativos
con altos desarrollos tecnológicos y guianza especializada, en nuestro medio
seguimos apostándole a los talentos de manera muy artesanal.
Muchos pedalazos se han dado desde la aparición del
libro Egan Bernal y los hijos de la
cordillera. Viaje al país de los escarabajos; pero en sus páginas poseemos
un buen repositorio de viejas historias que siguen alentando el ciclismo
colombiano, ese escenario épico que nos pone a vibrar cada vez que un nuevo
escarabajo se tremola sobre el sillín, mientras los narradores agotan la saliva
en elogios. Luego la trasmisión termina y volvemos a la realidad.
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