Por: Norma Yaneth Buenaventura Cárdenas
Coordinadora Especialización en educación
para la diversidad
Psicopedagoga y docente Universidad del
Tolima – IDEAD-
Hoy en el mundo todo está
siendo repensado y la evaluación académica no puede escaparse a dicho
escrutinio. Podemos resistirnos o podemos avanzar, igual, la dinámica de la
historia tarde o temprano no empujará al cambio.
La evaluación, como
proceso, es un asunto que merece no sólo la reflexión permanente sobre los
aspectos que han de componerla y caracterizarla, sino de la asunción sensible
por quienes la transigen. En este caso, referidos al contexto de la educación
superior de los profesionales y de la coyuntura actual que vivimos en el mundo
que enmarca la mirada de una sociedad globalizada, se reconoce en ella la
injerencia de sus actores desde cada una de las acciones que desarrollamos en
el día a día, tanto en los contextos individuales como colectivos.
Los paradigmas
tradicionales de la evaluación en el contexto educativo se centran en la
enseñanza, en los preceptos que el docente considera como necesarios y
suficientes para el aprendizaje y la formación del estudiante. Esta evaluación,
como proceso crítico, está demarcada por la jerarquización y satanización del
conocimiento que ha de ser dado y que ha de ser recibido de forma puntual, sin
derecho a equivocaciones.
Aquí es evidente que se
desconocen elementos fundamentales del acto de enseñar y, por supuesto del
aprender y de las condiciones en las que se genera y construye el conocimiento.
Esta mirada centrada en el docente está direccionada en el creer que la
evaluación se supedita al reconocimiento, apropiación de la información y
reproducción del conocimiento desde la perspectiva de quienes lo gestan y
aprovisionan.
Los defensores de la
evaluación como proceso formativo, en primer lugar, la desprenden del contexto
meramente de la escuela o del aula. La reconocen como proceso integral que está
presente de forma intra e interpsicológica en el individuo, y no meramente
desde miradas de agentes externos a su realidad. Reconocen que el individuo es
dinámico, construye, reconstruye, interpreta y reinterpreta desde su propia
mirada y experiencia de la realidad que ha vivido, que vive y que vivirá en su
capacidad y limitación, a su vez individual y colectiva. Esta se considera un
constructo colectivo, que parte de la subjetividad de cada individuo, de su
aprendizaje que no es otra cosa que la capacidad de ver, entender y asumir las
situaciones que le presenta su realidad; es la evaluación la que deberá
adaptarse a él y no a quien la agrava.
El paradigma actual de la
evaluación en la óptica del Covid-19 deberá replantearse por todos los actores
de la comunidad institucional, partiendo de la revisión misma de los procesos
normativos que la han regulado, como de los discursos y prácticas, tanto de los
docentes que la promueven como de los estudiantes que la asumen aún sin comprenderla.
Las determinaciones actuales del devenir educativo en nuestro país, nos enfocan
al rescate de las Tecnologías de la Información y la Comunicación -TIC, como
algo que estaba allí latente en el contexto de la educación, pero anquilosado,
echado a un lado o retomado por breves momentos en el proceso de enseñanza y de
aprendizaje.
El Covid-19 ha puesto nuestra
casa en la mira de lo público; lo que en este espacio era privado, ya es requerido
por todos, y necesita ser visto en su inmediatez por muchos – papel retribuido a
las Redes sociales-, asumiendo un interés vital para la humanidad. La pandemia
o periodo crítico que incumbe a la humanidad en este siglo XXI ha hecho que se
abran nuestras puertas y ventanas al mundo entero, para mostrarnos lo que somos
y lo que hacemos.
Por ello, de alguna
manera la evaluación ha de transmutarse también al plano de lo público, lo
colectivo; lo que es mirado por todos y que responde a su vez a la realidad y
capacidad de cada quien. Ha de germinar e incrustarse en el seno del individuo
para que éste logre buscarse la forma cómo la enfrenta. Al igual que al Covid-19,
nos debemos enfrentar de manera desnuda a ella, para resolver la crisis avante
o sucumbir ante su designio. Un virus necesario que confronta la hopalanda de
confort que traíamos culturalmente, la misma que hoy nos sacude y que se
originó en la prepotencia del hombre, hoy hecha pura cobardía, que sumada a la
incertidumbre devela lo que no podemos controlar.
En este nuevo paradigma
la evaluación nos obliga a volver la mirada sobre el proceso de aprendizaje que
no es más que reconocer lo singular, lo que es personal o propio de cada uno;
de su realidad, de su capacidad, de sus ilusiones y limitaciones. Por lo que
propone también el reto para que en este periodo crítico los actores de la
comunidad académica (y no académica) se reconozcan entre sí desde cada uno de
sus escenarios de actuación, sus experiencias, proyecto de vida, miedos e
ilusiones.
La evaluación y el
Covid-19 se confabulan, junto a otros actores, para obligarnos como educadores a
volver la mirada hacia la importancia del pensamiento creativo y creador, de lo
imaginable e inimaginable, que se supone es inherente a nuestra condición
humana, y que en tiempo de crisis deja manifiesto que sólo encarando con gallardía
la realidad se logrará avanzar; es decir, renacer hacia una nueva luz que sólo
podremos mirar con otros ojos. Debemos reconstruir la mirada.
Reconocernos que no podemos seguir haciendo las cosas como veníamos.... ese es el Antes y Después!
ResponderBorrarLlegó la hora de la flexibilizacion en todo el proceso de enseñanza aprendizaje, sea formal o informal, presencial o a distancia. Puede decirse entonces llegó la hora de humanizar la educación, de aprender a aprender, de reaprender a enseñar, de enseñar a reaprender, en todas las direcciones posibles, en la gesta de un nuevo individuo para una nueva sociedad que, como el ave fénix seguramente resurgirá.
ResponderBorrarEstos situaciones nos permiten reflexionar del quehacer docente y del comportamiento de la humanidad en donde como docentes debemos ser agentes innovadores, creativos y más humanos con aquéllos que quieren superarse y en cuanto a lo humano por que es en donde como personas nos damos a conocer mostrando lo que en realidad somos sin máscaras sacando lo bueno o lo malo de cada uno, porque es muy fácil ayuda al otro cuando tenemos de sobra, pero que diferente lo es cuando estamos en circunstancias poco agradables como la de hoy día.
ResponderBorrarDesde ahora todo será diferente, cambiaremos muchas cosas de nuestro diario vivir, pero lo que nunca debemos olvidar es que existe alguien que necesita de mí para seguir adelante y sobre todo en que no olviden que existe un ser Superior.
Maryoreth Tovar
Bella reflexión Maryoreth.....estamos en un momento en la historia de la humanidad en la cual Dios, el Planeta y nuestra Pachamama nos dan un ultimatum o mejor, una indulgencia....
ResponderBorrarInteresante articulación entre la evolución de la concepción y práctica de la evaluación de los aprendizajes de los estudiantes y otros acontecimientos que tienen lugar en el mundo hoy día.
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