Por:
Carlos Arturo Gamboa B.
I
Inicia
el segundo semestre académico en la Universidad del Tolima. Ya llegaron los primíparos
al “territorio de paz", cuyo único síntoma que avala tal remoquete es el
silencio sepulcral que habita en el campus.
En paz descansan los catedráticos a quienes les quitaron sus cursos sin ni siquiera
enviarles una cartica de agradecimiento. En paz descansan los estudiantes que
alguna vez pelearon por una educación mejor, pero a cambió recibieron un “puestico”
mientras se gradúan. En paz descansa el profesorado de planta a quienes la administración
no les quiso reconocer los 15 punticos de aumento y los cinco días de vacaciones,
sin importar que el rector firmó, con visto bueno de su amplio staff de asesores jurídicos, el Acuerdo con la Asociación Sindical de Profesores (ASPU) y por lo tanto se convirtió en
compromiso inevitable. Todo aparenta estar en paz, parece que interiorizamos el
viejo refrán: “Lo que se promete en la tormenta, se olvida en la calma”.
II
En
Chaparral se abrirá una sede universitaria regional, esfuerzo válido si
queremos dejar de sufrir el enanismo que nos has marcado históricamente, pero
llamar esa sede la “universidad del posconflicto” es desconocer la realidad del
territorio. El conflicto sigue vivo, si no me creen lean los periódicos o vean
las noticias, así sean los medios oficiales. En Colombia el conflicto está
presente cada hora de nuestra existencia y lo hará durante años, hasta que logremos
consolidar un proceso de paz más allá de la entrega de los fusiles. Creer en la
alborada del posconflicto demuestra que estamos alineados al 100 % con los
discursos oficiales; aunque ese dato no es nuevo, es la verificación de una
constante.
III
El
Instituto de Educación a Distancia (IDEAD) ha emprendido un ejercicio laudable,
ha venido contratando profesores de planta para darle soporte a un espacio
académico de vital importancia para le región. Ahora debe reformar su estructura
obsoleta, empezando por el Consejo Directivo. Por ejemplo, ¿qué hace el rector,
los vicerrectores académico y administrativo, los decanos de tecnologías y
ciencias administrativas y el director de la ODI formando parte de dicho
Consejo? ¿En cuál otro Consejo de Facultad hace presencia tanta intervención
externa? Ellos conforman la mayoría porque son seis (6) de nueve (9) convocados
para decidir. A ellos deberíamos pedirles cuentas por el proyecto, son ellos
quienes a la larga han decidido lo que somos. En ese sentido, el IDEAD se rige
con una mirada de afuera y así es imposible consolidar un proyecto académico
autónomo. ¿Será que el director del IDEAD podrá asistir a cualquiera de las
otras Facultades a decidir sus derroteros? El Acuerdo que rige dicha estructura
es el 042 de 1985, cuando el proyecto apenas gateaba y ahora ya tiene barba, a
pesar de muchos intentos burocráticos por acabarlo.
Por
lo tanto, El IDEAD como ya consolidó sus departamentos, debe tener un Consejo
de Facultad en donde haga presencia los profesores catedráticos o tutores que
son mayoría y nadie habla por ellos, los profesores de planta, los directores
de programa, los directores de los Centros Regionales, el representante de los
estudiantes (ojalá bajo la figura de una junta de estudiantes), un representante
de los egresados (democráticamente elegido), y las directivas del IDEAD. De esa
manera empezaremos a autodefinirnos realmente, y cuando tengamos problemas que
nos desborden acudiremos al Consejo Académico o al Consejo Superior, como lo
hacen las demás Facultades.
Esta
transformación es urgente, ojalá el poder burocrático que extiende sus alas
sobre el IDEAD no se empeñe en solidificar esa desgastada e ineficiente estructura.
IV
¿Será
que la amenaza educativa reformista que se gesta en el panorama colombiano
volverá mover a los estudiantes? Espero que así sea, pero no quiero otra MANE
liderada desde los centros de poder, porque al final sus “líderes” demostraron el
afán por consolidar grupúsculos y jugarse a lo electoral. En ambos escenarios
fracasaron, esperemos hayan aprendido la lección, aunque dicen por ahí que “loro
viejo no aprende a hablar”.
Compa:
ResponderBorrarEstamos en donde estamos porque no intentamos cambiar.
Nos acostumbramos a que nos jodan. Lamentable que los estudiantes
no despierten.
Un abrazo
Héctor Galeano