Por:
Carlos Arturo Gamboa B.
Docente
Universidad del Tolima
Recién se ha dado a conocer la
noticia de un significativo avance en la ampliación de cobertura para el año
2025 de programas académicos de la Universidad del Tolima, en lo que
corresponde a la oferta del Instituto de Educación a Distancia (IDEAD). La noticia
no es menor teniendo en cuenta el impacto contundente de estos programas para
mejorar los indicadores de acceso a la educación superior del departamento del
Tolima, porque, como es conocido, los porcentajes se encuentran por debajo de
la media nacional. Esto indica que los tolimenses que desean acceder a un
programa de formación en educación superior tienen menos opciones que en otros
departamentos, solo un poco por encima de La Guajira y El Chocó.
Durante años, la Universidad del
Tolima ha procurado políticas buscando estrechar estas brechas, pero es
esencialmente a través del Instituto de Educación a Distancia que se está
haciendo realidad. Lo anterior se debe a que, a pesar de que actualmente el
sistema público goza de gratuidad en la matrícula, muchos aspirantes aún no
pueden acceder a la oferta debido a que deben desplazarse a la sede de la
Universidad del Tolima en Ibagué, lo cual es costoso por temas como pagos de
arriendo y manutención, la cual no puede ser cubierta por la mayoría de las
familias, sobre todo por la población rural. Igualmente, la competencia de
pruebas de Estado para el ingreso impide que la diáspora educativa acceda a
estos programas y ocurre, como en Medicina, que los cupos se quedan en su
mayoría en manos de población estudiantil procedente de otros departamentos.
Si bien el IDEAD, bajo la
premisa de que no se debe esperar que el estudiante vaya a la universidad, sino
que debe ser la universidad la que vaya a donde está el estudiante, ha logrado
llevar programas a varios municipios del Tolima, el impacto aún no es
suficiente. Esto se debe en parte al modelo de cobertura que se ha estado
implementando, las exigencias del MEN para abrir programas y la falta de apoyo
institucional de los territorios. Si entendemos que la educación es un derecho
y, por lo tanto, un compromiso de todos, se deben aunar esfuerzos con tal
propósito. A continuación vemos la nueva oferta del IDEAD:
Tabla:
ampliación de cobertura IDEAD, 2025.
Es así como, en la nueva oferta
que presenta el IDEAD-UT, se encuentra la génesis de ese nuevo modelo que
ayudará a reducir las brechas, yendo a los territorios en donde más se requiere
la presencia de la universidad y ofreciendo programas pertinentes que impacten
el desarrollo de las regiones. El caso más contundente se da en Icononzo,
municipio en el que se tendrán dos programas de alto impacto: Ingeniería de
Sistemas e Ingeniería en Agroecología, ambos apalancados por el programa
nacional Educación Superior en Tu Colegio, con la convergencia de la
alcaldía municipal, el departamento del Tolima y, por supuesto, el esfuerzo del
IDEAD y la Universidad del Tolima. En ese modelo, el IDEAD garantiza la
presencia de los programas con toda la logística académica y administrativa que
esto demanda; el Ministerio de Educación genera una partida, distinta a las
transferencias de ley, es decir, nuevos recursos que apalancan estos nuevos
cupos; y el municipio, en este caso, paga la inscripción de cincuenta
aspirantes de Icononzo. Con los cupos ofertados (ver tabla), la Universidad del
Tolima recibe cerca de 1900 millones de pesos, que ingresan a hacer base en el
presupuesto general.
En este modelo de convergencia
educativa encontramos la clave para superar los índices de exclusión de
formación superior de nuestro departamento, porque dejarle la tarea solamente a
la universidad o al IDEAD es no comprender las variables del momento y las
necesidades educativas en contexto. Si la universidad diseña y oferta programas
pertinentes para el desarrollo de las regiones, bienvenidos sean los esfuerzos
del gobierno nacional, departamental y municipal en esa misión. Esperamos que
las alcaldías de Planadas, Purificación y Chaparral emulen el buen ejemplo de
Icononzo y no dejen solo al IDEAD y sus estudiantes en estos proyectos. Las
necesidades son múltiples, como interconexión, apoyo psicosocial y bienestar.
Bajo estas premisas, muchos
municipios cuyos indicadores de población que ingresa a estudios superiores son
muy bajos pueden articular y activar este modelo, no solo para tener un Centro
de Atención Tutorial (CAT) en su municipio, sino también para preparar a sus
estudiantes para acceder a los cupos en el CAT más cercano, para subsidiar
transporte y alimentación, para ofrecer una línea de apoyo institucional que
garantice programas con manifiesto impacto en el desarrollo social, cultural y
económico para sus territorios. Además, acercando la universidad a los
contextos de los estudiantes, se minimiza la fuga de talentos y de
profesionales formados. Igual, la normatividad de la universidad debe pensar
maneras de priorizar los cupos para personas de esos territorios; lo que implica modificar el sistema de acceso.
Por ello, siendo el Sur y el
Oriente del Tolima, y en particular Icononzo, el punto de avanzada de este
modelo, justo en unas zonas cuyo historial de exclusiones condujo a la
proliferación de violencias y que gracias al acuerdo de paz se generaron nuevas
oportunidades, el impacto de esta propuesta es más que pertinente. Solo resta
felicitar al IDEAD, en cabeza de su directora Marien Gil y su equipo de trabajo,
al alcalde de Icononzo, Hugo Nelson Jiménez, al programa del gobierno nacional
y a la Universidad del Tolima en su conjunto, por entender el panorama actual y
apostar por una cobertura distinta, con enfoque territorial y equitativa.
No lejos estará el día en que
los profesores de planta de la Universidad del Tolima, replicando el ejemplo
del accionar de catedráticos durante más de 40 años, desborden el encierro de
la sede de Santa Helena y vayan a los territorios a contribuir a estos procesos
de formación tan urgentes, como otrora lo hiciera con el programa Extramuros.
Para ello es necesario actualizar las normatividades internas, casi siempre
estancadas frente a los cambios de la realidad. Quizás también con apuestas
innovadoras se puedan replantear algunos programas de la modalidad presencial
y, avanzando con la modalidad híbrida, llevarlos a dichos territorios. Esta es
una manera efectiva de darle respuesta a las necesidades del momento, del
entorno y de los nuevos modelos que deben delinear la universidad del futuro,
pero del futuro inmediato.
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