Por: Carlos Arturo
Gamboa B.
“La crisis es como
una vigorizante ducha fría.
Una oportunidad para
despertar”
Jordi Pigem.
La crisis de la Universidad del Tolima no ha
cesado. No se puede reparar el daño realizado durante tantos años en apenas el
primer intento. Las tareas son varias. La primera de ellas consiste en
recuperar la esencia de la vida universitaria: el debate, el argumento, el
conocimiento y la diferencia. Todos estos principios tienen cabida en la
Asamblea Universitaria.
Para quienes llevamos una buena sumatoria de
años habitando en la cotidianidad de la Universidad del Tolima, las asambleas
han formado parte de la existencia. Como asistentes mudos, como sujetos activos
o como simple espectadores que observan desde lejos, las asambleas han sido
puntos de referencia; pero cayeron en letargo de la inacción, se vieron de
pronto sometidas al grito, a la bullaranga de turno, a la manipulación de los
grupos de poder para legitimar esta o aquella posición. Muchas reuniones
asamblearias terminaron siendo parodias de la participación, montajes teatrales
de la seudo-democracia, escenarios para las confrontaciones verbales sin
sentido y hasta cuadriláteros predispuestos para la agresión. No olvido la
imagen de una asamblea en donde un estudiante hizo el “show”, pataleó, corrió
por el coliseo, alguien lo agredió y al final la asamblea se disolvió entre
gritos y manotazos. A los 20 minutos, vi a un alto funcionario de la
administración de turno felicitarlo y quizás (acá especulo) prometerle una
dádiva. Se había logrado un objetivo que siempre es bueno para el poder de
turno, que las asambleas no funcionen, no lleguen a ningún lado, no decidan
nada, se desgasten y desanimen la participación.
La Asamblea que necesitamos hoy debe ser
distinta, no podemos continuar en la misma lógica, ese camino se transitó y
fracasó. La Asamblea Universitaria pendiente debe ser un espacio para el debate
sobre los puntos centrales que hoy deben proveer a la Universidad del Tolima de
instrumentos suficientes para su transformación, pero un debate con argumentos
y, sobre todo, con la generación de productos concretos en el lenguaje de la
academia: la escritura. Si seguimos
discursando sin concretar las ideas en documentos y acciones, pasarán muchos
años para dar cuenta de las transformaciones que hoy se necesitan; diagnósticos
se tienen a la mano, y podrán surgir más, pero hoy estamos impelidos a generar acciones
de cambio.
La Asamblea Universitaria está pensada y
convocada para que algunos actores lleguen como delegatarios, pero eso no
implica que la democracia se reduzca a lo que ellos decidan. Los asamblearios
deben trabajar por comisiones, deben abordar temas puntuales para no terminar
hablando de todo y de nada, deben presentar productos concretos en tiempos
definidos y deben construir metodologías para consultar a la comunidad en la
toma final de las decisiones. En ese sentido, ser Asambleario implica asumirse
como sujeto universitario, académico y político cuya responsabilidad va más
allá de ser un transeúnte común del campus universitario, debe ser capaz de
entender y activar su capacidad de articular las realidades y de coadyuvar a
las transformaciones; de su accionar depende en gran medida el futuro de la
Universidad de los tolimenses.
La potencia de la Asamblea Universitaria
está atravesada por los momentos históricos que se viven en el país y
la región: la búsqueda de otros espacios sociales generados a través del
proceso de paz y la autodeterminación de los territorios a través de las consultas
populares. Ojalá la comunidad de la Universidad del Tolima no sea inferior al
reto de autodefinirse y autorregularse, porque caso contrario le dará la razón
a quienes acechan con el fin de arrebatarnos los últimos estertores de la
autonomía. Tendremos palos en la rueda, quizás de nuevo aparezcan los
vendedores de humo y los títeres del poder que deseen convertir el espacio en
una nueva arena para las batallas infructíferas que tienen hoy la UT en la
cuerda floja. Solo basta desear que prime la inteligencia universitaria por
encima de los intereses particulares, si eso es factible haremos historia.
PARA mi la derrota fue total:
ResponderBorrarGANARON
Huyo. No podría comprometerme más con el espectáculo.
Me alejo definitivamente del tinglado de la farsa..
Solo escucharán de mi "los sonidos del silencio"
PERDÍ irremediablemente.
Ya ni el testimonio queda. Requiet in pace para el Centro Cultural y todo lo que pretendió alcanzar con sus actividades y publicaciones
El triunfo de los simuladores y de las marionetas ha sido total.
Entre otras porque tienen credibilidad entre las "mayorias silenciosas:
PARA mi la derrota fue total:
ResponderBorrarGANARON
Huyo. No podría comprometerme más con el espectáculo.
Me alejo definitivamente del tinglado de la farsa..
Solo escucharán de mi "los sonidos del silencio"
PERDÍ irremediablemente.
Ya ni el testimonio queda. Requiet in pace para el Centro Cultural y todo lo que pretendió alcanzar con sus actividades y publicaciones
El triunfo de los simuladores y de las marionetas ha sido total.
Entre otras porque tienen credibilidad entre las "mayorias silenciosas: