Por:
Carlos Arturo Gamboa B.
1
¿Qué
pasa con el Consejo Superior de la Universidad del Tolima? Un presidente (gobernador)
que le miente a la comunidad, un representante de los gremios que le apuesta a
la minería, un representante del presidente que delegó su responsabilidad (sólo
apareció para elecciones), un representante de estudiantes que no habla con los
estudiantes, un representante de profesores que no representa los intereses de
los profesores...Un Consejo Superior que no comunica a la comunidad sus
decisiones, menos la tiene en cuenta para decidir. Mejor dicho una monarquía
académica. Amparados en una amañada institucionalidad, la cual se usa al
artificio y antojo de sus intereses particulares; al final la sacrificada es la
Universidad del Tolima, pequeña nave al garete. Queremos transparencia del
Consejo Superior, ese mismo que hace unos meses, en cabeza del señor gobernador
aprobó una reforma laboral, en su mayoría burocrática, y que ahora sin dinero
pone en riesgo la estabilidad financiera de la Alma Mater. NO MÁS DESANGRE DE
LA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA.
2.
Y
mientras el fuego avanza, la administración alista el gotero. Al rector le
preocupan mucho los perros del campus,
lo cual es loable, aunque los verdaderos perros de la Universidad muerden en
silencio. Y por ahí han visto algunos motorizados los fines de semana. La
Universidad sigue a la deriva, el silencio es la constante.
3.
La
administración del ex rector Rivera Bulla, en sus últimos e infortunados años, se caracterizó por dejar todo al vaivén de los
hechos. Mientras él viajaba y viaticaba, la universidad naufragaba, pero la
burocracia crecía. El Ex rector Héctor Villarraga, el reformista, en el poco
tiempo que estuvo logró consolidar una excelente nómina burocrática. Sólo 22
puestos nuevos que creó en la Facultades le representan a la Universidad del
Tolima la bobadita de más de 3.000 millones anuales, al final con el pretexto
justo de mejorar las condiciones laborales de unos pocos, terminaron abriendo
la compuerta para el desangre económico. Más de 350 nombramientos. El rector actual Herman Muñoz, más preocupado
por cuidar el legado de sus antecesores, que por cambiar el rumbo, ha seguido
el camino demarcado. ¿Cuántos funcionarios “nuevos” han ingresado en esta
administración? Al fin y al cabo, tanto
Rivera, como Villarraga y Muñoz, han pertenecido a la misma escuela. No le
pidamos peras al olmo.
4.
Defenderemos
la Universidad del Tolima. Por supuesto. Del mentiroso gobernador, del amañado
Consejo Superior, de los oportunistas que ahora nos llaman a luchar, a
movilizarnos, cuando su silencio cómplice ha construido el mutismo que
resguarda y el grito cuando conviene. Estaremos prestos a defender la educación
pública de todos, aunque gran parte de ese “todo” se refugie en la comodidad
del puestico, en la abulia de las aulas y en los intereses de los grupúsculos
de toda índole.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Exprese su opinión, este es un sitio para la argumentación