mayo 29, 2013

TRANSCURRIR UT (MAYO 29 DE 2013)




Por: Carlos Arturo Gamboa B.

1

¿Qué pasa con el Consejo Superior de la Universidad del Tolima? Un presidente (gobernador) que le miente a la comunidad, un representante de los gremios que le apuesta a la minería, un representante del presidente que delegó su responsabilidad (sólo apareció para elecciones), un representante de estudiantes que no habla con los estudiantes, un representante de profesores que no representa los intereses de los profesores...Un Consejo Superior que no comunica a la comunidad sus decisiones, menos la tiene en cuenta para decidir. Mejor dicho una monarquía académica. Amparados en una amañada institucionalidad, la cual se usa al artificio y antojo de sus intereses particulares; al final la sacrificada es la Universidad del Tolima, pequeña nave al garete. Queremos transparencia del Consejo Superior, ese mismo que hace unos meses, en cabeza del señor gobernador aprobó una reforma laboral, en su mayoría burocrática, y que ahora sin dinero pone en riesgo la estabilidad financiera de la Alma Mater. NO MÁS DESANGRE DE LA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA.

2.

Y mientras el fuego avanza, la administración alista el gotero. Al rector le preocupan mucho los perros del campus, lo cual es loable, aunque los verdaderos perros de la Universidad muerden en silencio. Y por ahí han visto algunos motorizados los fines de semana. La Universidad sigue a la deriva, el silencio es la constante.

3.

La administración del ex rector Rivera Bulla, en sus últimos e infortunados años,  se caracterizó por dejar todo al vaivén de los hechos. Mientras él viajaba y viaticaba, la universidad naufragaba, pero la burocracia crecía. El Ex rector Héctor Villarraga, el reformista, en el poco tiempo que estuvo logró consolidar una excelente nómina burocrática. Sólo 22 puestos nuevos que creó en la Facultades le representan a la Universidad del Tolima la bobadita de más de 3.000 millones anuales, al final con el pretexto justo de mejorar las condiciones laborales de unos pocos, terminaron abriendo la compuerta para el desangre económico. Más de 350 nombramientos.  El rector actual Herman Muñoz, más preocupado por cuidar el legado de sus antecesores, que por cambiar el rumbo, ha seguido el camino demarcado. ¿Cuántos funcionarios “nuevos” han ingresado en esta administración?  Al fin y al cabo, tanto Rivera, como Villarraga y Muñoz, han pertenecido a la misma escuela. No le pidamos peras al olmo.

4.

Defenderemos la Universidad del Tolima. Por supuesto. Del mentiroso gobernador, del amañado Consejo Superior, de los oportunistas que ahora nos llaman a luchar, a movilizarnos, cuando su silencio cómplice ha construido el mutismo que resguarda y el grito cuando conviene. Estaremos prestos a defender la educación pública de todos, aunque gran parte de ese “todo” se refugie en la comodidad del puestico, en la abulia de las aulas y en los intereses de los grupúsculos de toda índole.

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